Una clase muy particular [Sophie]

Recuerdo del primer mensaje :

Hace apenas una hora que recibí la respuesta de Sophie, me pude de pie de un salto, y, tras arreglarme un poco, sali de la sala, y a pasos rapidos, llegue hasta a sala en que la había citado.
Cuando llegue, aun no había llegado, tome asiento sobre la mesa que deberia corresponder al profesor,y di un vistazo a la sala. Era un lugar algo lugubre, estaba un poco sucio, y puder ver una telaraña en el techo, frunce el ceño, no tenia contras las arañas, pero, en la montaña, me preacio ver bastante nerviosa a Sophie cuando invoque la acromantula ignea para luchar contra el gigante. Saque mi varita del bolsillo, y la apunte a la telaraña.
- Evanesco - la tela de ataña desaparecio, continue recorriendo el salon, y limpiando todas las telas de araña que encontrara

Mis mejillas se enrojecieron un poco y los miré fulminándolos con la mirada, al mismo tiempo que arqueaba mis cejas. Los dos caminaron frente a Alexander, quien seguía parecer tranquilo frente a la situación. Oh Merlin, no soportaba esto.
- Él no es mi novio - respondí, haciendo énfasis en la parte negativa de la frase. Los miré todavía sin creer lo que me estaban diciendo ¿quienes se creían que eran? Sinceramente, ya entendía porque los de Gryffindor no se llevaban bien con los de Slytherin - Bueno, que lastima que no quedé en Ravenclaw. Es decir, creo que si voy a intervenir - comenté con sarcasmo - Además, esas amenazas conmigo no funcionan. Les aconsejaría que se dieran la vuelta y regresen por donde vinieron - agregué, atenta a su reacción. Los noté mirarme ahora a mí, evaluando mi respuesta. No estaba de humor como para tener un duelo ni nada, pero bueno.. si no quedaba otra opción. Los que habían empezado fueron ellos.

El chico de cabello oscuro saco su varita de su tunica, y la blandio frente al rostro de Sophie, mientras el otro hizo crujir sus nudillos amenazadoramente.
- Parece que tenemos una leoncita enamorada aqui - dijo en tono caustino, mientras lanzaba una mirada amenazante a la chica, su compañero rio.
- Si le tocas un solo cabello, te arrancare una oreja - Le dije con tono calmado, sin dejar de sonreir, mis palabras no sonaron como una amenaza, porque no lo eran, solo me limitaba a constatar un hecho.
El chico rubio, Thomas, no lo vio de la misma forma, y respondio a mis palabras dandome una fuerte patada en las costillas, mis brazos aun permanecian tras mi cabeza, asi que pude sentir como crujian mis huesos ante su fuerza, quede en el piso, torcido en una posicion extraña, mientras me sujetaba las costillas de dolor, solte una ligera risa.

Al oírlos mi mirada se tornó todavía más desafiante si era posible. ¿Qué parte de que no eramos novios y no estabamos enamorados ni nada de eso les era difícil de entender? No les tenía miedo, hasta sería capaz de dejarlos estampados contra el árbol más cercano; me encantaría intentarlo. De acuerdo, inhala, exhala, tranquilízate.
Intenté sosegarme, en ese momento Alex habló con toda la calma del mundo y uno de los chicos, sin darle tiempo a reaccionar, lo pateó en las costillas. Un pequeño escalofrío me recorrió y miré horrorizada como Alexander se torcía del dolor, lo peor de todo era que se estaba riendo. La situación era tétrica y eso fue suficiente para que me hicieran enojar del todo. ¿Quienes se creían que eran? Thomas no pudo haberlo pateado así. Además porfavor, ¿qué necesidad de usar la violencia muggle? Con las varitas se podían lograr mejores resultados, y eso era lo que aquellos dos chicos estaban por experimentar.
- Asique ¿qué es lo que piensas hacer linda? - el chico de cabello castaño comentó con tono algo burlesco, volviendo su atención hacia mí y acercándose todavía más.
- Desmaius - pronuncié con energía las palabras, apuntándolo con mi varita, justo cuando él terminó de hablar.

El chico no se lo esperaba, intento reaccionar, pero fue demaciado tarde, se había confiado de que era una chica, y era menor.
Se desplomo como una marioneta a la que le hubiesen cortado las cuerdas, callendo sobre el césped. Thomas se demoro solo unos instantes en reaccionar, saco su varita y la apunto contra Sophie, pero no llego a pronunciar el hechizo que tenia en mente, desde su espalda, movi mi varita como si fuese una espada, sin necesidad de conjurar en voz alta mi maleficio, lo usaba con tanta regularidad que ya no era necesario.
Un profundo corte aparecio en su espalda, como si hubiese sido alcanzado por una espada invisible, sus ojos parecieron salirse de orbita y se desplomo sobre el piso, entre Sophie y yo, sin conciencia.
Apoye una rodilla en el paso, intentando levantarme, pero senti un punzante dolor en las costillas, me había roto al menos una de ellas.
- Eres buena - dije, con media sonrisa, mirando el cuerpo inconciente del primer chico, haciendo un esfuerzo por no demostrar el dolor de mis costillas rotas.

Observé como el chico caia debido a mi desmaius al suelo, lo había tomado por sorpresa; bueno uno menos, faltaba el otro. Volví mi mirada hacia el tal Thomas, quien ya estaba apuntandome con la varita y entonces lo vi caer inconsciente también. Supuse que eso fue obra de Alex, y efectivamente al observarlo noté que tenía la varita en su mano. Intentó levantarse, pero claramente no podía; me acerqué a él con una mezcla de preocupación y de enojo en la mirada.
- Y tú eres un estúpido - le solté. Me di cuenta de que el chico rubio tenía un corte profundo en la espalda. Oh por Dios, le lanzé un hechizo de sanación con mi varita antes de que se desangrara o algo, volví mi atención a Alexander - No quiero ver que te vuelvas a meter en un problema por atacar a la gente ¿me has entendido? - terminé con un suspiro. No crei que mis palabras fueran a influir en sus actitudes, pero al menos lo estaba intentando. - No te pares - le dije, reaccionando al instante y me arrodillé a su lado, volviéndolo a acostar con todo el cuidado posible - Te duele bastante ¿verdad? - inquirí. No estaba sangrando ni nada, pero el ruido que se le sintió cuando le pegaron aquella patada fue horrible. Deduje que se había quebrado algo.
Le apunté con mi varita e intenté con un Episkey, sabía que servía para curar pequeños huesos rotos pero no estaba segura de cuál sería el daño que tendría en su interior. De todos modos, con probar no perdía nada.

Escuche sus palabras y senti como me ayudaba a recostarme de regreso en el cesped, e intentaba curar mis heridas, que era aquello, ¿Estaba preocupada por mi?, no pude evitar sonreir, ero no era una sonrisa sarcastica o burlesca como las que habituaba, no, aquella era una sonrisa mucho más calida.
- Eh recibido peores - dije, respecto a mis costillas, y era cierto, había estado en suficientes duelos, y había salido con heridas mucho peores que solo una o dos costillas rotas. A pesar de eso, no me movi, ni intente levantarme, deje que ella me mantuviera recostado.

Vi como una sonrisa aparecía en su cara y me pregunté por qué sonreía, yo en particular no le veia nada de lindo a la situación. Lo escuché responder y negué ligeramente con la cabeza al mismo tiempo que rodaba los ojos, no me parecía extraño que dijera eso. Daba igual, aunque estuvera muriendo del dolor no lo iba a admitir.
- Mmm no creo que te haya hecho mucho efecto el hechizo ¿verdad? - inquirí observándolo a los ojos. Intenté recordar algún otro encantamiento que sirviera para curar ese tipo de herida, pero no creia haber visto ninguno. Algún día de estos debería empezar a aprender hechizos de curación, resultaban muy útiles en situaciones como esta. Me mordí el labio inferior, aún pensando - No sé, creo que deberíamos ir a la enfermería - agregué finalmente.

La chica me pudio que no me metiera en problemas, dirigí una mirada fugaz al cuerpo del.chico.que ataque, el hechizo de curacion de sophie detuvo el sangrado temporalmente, pero ahora conenzaba a sangrar de nuevo, el septumsempra lo desangraria hasta morir a menos que usara el.contrahechizo, creo que dejarlo morir cabia en la definicion de meterse en problemas.
Me levanté, ignorando el dolor de las costillas y camine hacia el sujeto y conjure el contrahechizo, una, dos, tres veces, y de la herida solo quedo una fina linea translucida.

- No me meto en problemas, ¿vez? - Dije con una sonrisa alegre, dejando el.dolor a un lado.

Observé a Alexander levantándose, no sin ciertos problemas, y dirigirse hacia el chico rubio. Lo miré con curiosidad ¿qué pretendía hacer? Además debería dolerle mucho el hecho de pararse sin ayuda ni nada. Noté que sacaba su varita y lo comprendí al instante. Thomas todavía estaba sangrando, Alex pronunció un contrahechizo hasta que éste se encontró bien. Me quedé parpadeando unos instantes y al escuchar sus palabras no pude evitar que una pequeña carcajada se escapara de mis labios.
- Así me gusta - le dije asintiendo, todavía con una sonrisa. Me acerqué hasta él y lo ayudé a sostenerse - Bueno, vamos a la enfermería. Te llevo con un hechizo de levitación, ¿te parece? - inquirí. No se me ocurría otro modo de llevarlo sin que le doliera tanto.

Rei un poco, ¿un hechizo de levitacion?, ¿solo por una o dos costillas rotas?
- No te preocupes, puedo caminar - dije, levantandome de nuevo, cojeaba ligeramente por el golpe, pero nada demaciado notorio.
- ¿Te preocupas asi por toda la gente que te es indiferente? - dije en broma - Eres una muy buena samaritana

- ¿Estas seguro? - le pregunté, ignorando su risa - Ouch, es que te debe doler tanto - agregué, al ver que caminaba cojeando. En serio, ¿cómo lo aguantaba? Lo miré alzando una ceja y mordiéndome el labio inferior. Jaja, sus bromas eran tan graciosas - Si. Realmente esto de ser tan buena persona ya cansa - le respondí rodando mis ojos y con una muy ligera sonrisa.
No estaba segura de por qué, volví mi mirada hacia los slytherins. Thomas estaba a donde Alex lo había dejado, pero ¿y el otro chico? Parpadeé sorprendida, no estaba. ¿En qué momento se había ido que ninguno lo notó? Volví a mirar a Alexander sin decir nada y comenzamos a caminar por los jardines. Que curioso.

EM mantuve sonriente, ya me estaba acostumbrando al dolor, haciendolo remitir, y poco a poco a poco, mi caminar se fue normalizando, dejando de cojear, pero aun caminando más lento de mi paso habitual.
Vi a Sophie fruncir el ceño, algo le había molestado, pero no pude ver que, simplemente decidi ignorarlo.
- ¿Sabes?, si me dejaras pasar mi brazo por tus hombros, podria caminar mucho mejor - le dije, con aquel tono que estaba justo en el filo entre la seriedad, y la broma.

Odiaba que usara ese tono conmigo, nunca podía diferenciar si lo que me decía iba en serio o era sólo para molestar. Aunque claro, esta vez supuse que iba más de verdad que en broma. Debía de dolerle.
- De acuerdo si quieres hazlo, pero sólo por esta vez - le dije mirándolo de reojo. - La próxima vez que te rompan algún hueso deberás ir por tu propia cuenta - agregué en tono de broma.
Caminábamos a un paso bastante perezoso, demoraríamos un tiempo en llegar hasta la enfermería. Esto de no poder aparecerse dentro de Hogwarts podía no ser muy práctico en situaciones como esta. Había terminado de oscurecer, no se veia a nadie a nuestro alrededor, probablemente la mayoría de los estudiantes estaban dentro.

Cruce mi brazo por sus hombros, con una sonrisa triunfante.
- Si volvemos al colegio ahora, y en esta situacion, todos pensaran lo mismo que los chicos de atras - dije, en referencia a lo que de ella era mi novia, acompañe mis palabras con un gesto, girando la cabeza en direccion a los chicos, y en ese momento, note que algo no andaba bien, el primer chico, el de cabello oscuro, no estaba donde Sophie le dejo, ¿tan rapìdo se había recuperado?.
Gire mi cuello, buscandole, pero cuando le identifice, el ya había lanzando un conjuro, desde la proteccion de un arbol cercano, supe que no tendria tiempo de sacar mi varita, y empuje a Sophie a un lado, haciendola caer sobre el cesped, el hechizo me impacto en el pecho, tumbandome de espaldas, y dejandose sin aire.

Lo miré y me encogí de hombros. Iba a decirle que no me importaba lo que pensaran los demás. La verdad nunca me había importado, es decir si me dejaba guiar por lo que al resto del mundo le parecía nunca podría ser yo.
Y todo pasó tan rápido.
Sentí como Alexander me empujaba y vi como un hechizo lo empujaba a él. Encontré al otro Slytherin detrás de un árbol, ahora apuntándome a mí, y mis ojos brillaron con furia, esto ya era pasarse. Me agaché y esquivé su conjuro por poco, saqué mi varita al instante.
- Merlin, nunca te conformas ¿verdad? - pronuncié las palabras con irritación poniéndome en pie de nuevo, lo escuché reir, y pegado a eso dije - Confundus - esquivé otro hechizo. No alcanzé a darle a él ya que, como yo, se había movido a último momento. Solté el aire contenido al ver que de nuevo me salvaba por poco. Claro que no iba a permitir que esa patética serpiente me diera. Volví a intentarlo y sonreí ligeramente al ver como mi confundus pegaba en él - Petrificus Totalus - agregué de inmediato, aprovechando la confusión del chico. Por supuesto que se me ocurrían hechizos peores, pero prefería no usar la violencia. No me agradaba y además yo no era como ellos.
Lo vi caer de nuevo sin poder moverse y me dirigí a Alexander, quien continuaba tirado en el pasto. No parecía estar consciente, probé con un ennervate.

Observe cada movimiento de la pelea cona tencion, si el maldito le tocaba un solo pelo a Sophie me la pagaria caro, pero finalmente ella lo detuvo, y el muchacho callo petrificado, me deje caer sobre el cesped, y cerre los ojos, cansado y adolorido.
Senti una corriente de energia recorrer mi cuerpo cuando Sophie me conjuro, abri solo un ojos y le sonrei.
- Realmente me gustaria tener un duelo contigo en alguna ocacion - le dije, la chica era buena, y un buen duelo siempre era divertido. Note que mi voz salia cortada por la falta de aire.

Me quedé observándolo, rogando para que el hechizo le hiciera algo. Y funcionó, noté como su ojo se abría.
- ¿Estás bien? - inquirí sentándome a su lado. Oh, bueno eso era una pregunta estúpida. Por supuesto que no estaba bien. Noté que le faltaba un poco el aire, quizás lo mejor sería esperar un momento a que se recuperara. ¿O debería llevarlo de igual modo a la enfermería ahora? Lo medité por unos instantes sin saber muy bien que hacer.
- Claro que no te gustaría, está claro que ganaría yo. - comenté en broma. Luego me quedé pensando unos segundos sobre lo que había pasado - ¿Alex? - esperé a que pusiera su atención sobre mí - Ese hechizo iba dirigido a mi persona y no tenías porque recibirlo tú, sobretodo en tu condición, pero.. gracias de todos modos - terminé de decirle.

Sonrei ante la respuesta de la chica, me sente en el cesped, con cierta dificultad.
- La verdad... no creo que fuese dirigido a ti - le dije, mientras sacudia mi cabeza, como si quiera acomodarla - Creo que e sujeto no tenia la punteria suficiente para apuntar a uno de nosotros dos desde esa distancia.
La verdad, no me habia pruepuesto sacarla de la trayctoria del hechizo, simplemente fue algo que salio de forma espontanea, una reaccion instintiva, ¿Porque?, decidi no preguntarme aquello, no queria saber que tan serios eran mi sentimientos por aquella chica.
Me mantuve sentado en el cesped, algunos segundos, esperando recuperar mejor al aire.
- Me falta un poco el aire - dije, en tono serio - Quizas si me dieron un poco de respiracion boca a boca- bromie.

- Como sea, me apartaste - dije con una sonrisa. Noté que estaba intentando normalizar su respiración, todavía le costaba inhalar y exhalar. No pude evitar volver a sonreir al escuchar su comentario, que raro de su parte - Bueno, que lo de ser una buena samaritana es hasta cierto punto. Igual si quieres puedo traer a alguien para que te de respiración boca a boca en vez de mí, si lo necesitas tan desesperadamente - agregué, esperando a su reacción. No creia que le gustara tanto la idea.
- ¿Sabes? Contigo merodeando por ahi voy a tener que empezar a aprender hechizos de sanación - comenté pensativamente - Serían bastante útiles - Nunca los había necesitado, por eso no sabía mucho de ellos, además para algo estaban los sanadores; pero últimamente no me vendría mal aprenderlos.

Rei ante su respuesta, y la verdad, aquello me causo dolor en las costillas.
- ¿Una enfermra personal?, eso suena bien - dije, aun entre risas, y me decidi a levantarme, el hechizo del sujeto no fue demaciado fuerte, supuese que era un depulso, pues ademas de empujarme, no logro nada más.
- Tendra que ponerte un traje sexy para mi entonces. - Me quede de pie algunos segundos, esperando que pasara el mareo, y luego empece a caminar - Ya paso el toque de queda, ¿sabes?

Lo observé reir y yo también sonreí.
- Más bien estaba pensando en alguien como Filch - comenté con un poquito de malicia - Aunque supongo que podemos negociarlo - agregué riendo. No me imaginaba al celador de Hogwarts bajo ningún motivo haciendo eso.
Lo observé parándose, si antes le costaba caminar ahora me imaginaba que sería peor.
- ¿Quieres apoyarte en mí? - le ofrecí, notando que se tambaleaba un poco. Lo escuché hablar. La excusa de que habíamos sido atacados no creia que nos sirviera a la hora de que pidieran explicaciones. Hablando de eso... Me giré para cerciorarme de que los dos Slytherins estaban en sus lugares. Y así era, pude verlos. Volví mi mirada al frente ahora más tranquila - ¿Y qué quieres que hagamos? No puedes quedarte asi toda la noche

¿Quedarnos toda la noche fuera?, a mi no me molestaba la idea, pero ya habían retado a la chica la ultima vez que hicimos algo asi.
Acepte su ofrecimiento, y pase mi brazo por sus hombros, me gustaba sentirla cerca, aunque no sabía exactamente porque.
- Si me regalas un beso tuyo, te aseguro llevarte sana y salva a tu sala comun, sin castigos ni retos - le dije, mientras le guiñe un ojo.

Sentí como pasaba su brazo por mis hombros. Debería de costarle menos caminar de este modo.
- ¿Cómo puedes asegurarme eso? - le dije mientras me sonrojaba ligeramente - Es lo mismo, no pienso besarte. No voy regalando besos por ahi ¿sabes? - agregué sonriendo de lado. - De todas maneras, lo decía por ti, necesitas ir a la enfermería a que te curen antes de ir a otro lugar. No puedes quedarte así toda la noche - comenté. Era algo tonto que no lo sanaran ahora. Que importaba el toque de queda.

- Me encanta cuando te sonrojas - le dije, sonriendo, comenzamos a caminar en direccion al castillo.
- Y tengo mis formas para moverme por el castillo de noche, sin ser castigado, ¿Sabes? - le dije, siguendo el camino. Despues de todo, escaparme por las noches era comun para mi, asi que en mis primeras noches en el castillo, debi procurarme una forma de poder lograrse sin ser castigado con demaciada regularidad.
Me mantengo en silencio algunos minutos. Luego, de la nara y sin ningun aviso, me inclino sobre ella, aprovechando que estamos bastante cerca y la beso en la mejilla.

Que me dijera eso sólo hizo que me sonrojara más, podía sentir el calor recorriendo mi rostro.
- Ya veo, de todos modos no me interesa tu oferta - le dije mientras nos desviábamos un poco de nuestro camino ya que teníamos un gran arbol en frente. - Sigo creyendo que tenemos que ir a la enfermería - agregué.
Y entonces sentí como me daba un rápido beso en la mejilla. Volví mi mirada hacia él, mi rubor en aumento.
- Alexander, no hagas eso - me quejé frunciendo el seño. Que no fuera a besarlo no significaba que el podía besarme a mí, aunque fuera en la mejilla.