Clases particulares no muy autorizadas (Matthew Morrison)
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Clases particulares no muy autorizadas (Matthew Morrison)
Miré a ambos lados del pasillo, comprobando que no se acercaba ni un solo alma por ningún sitio antes de encaminarme, rápido pero sin levantar sospechas, camino al aula abandonada. Una de tantas en el castillo, si, pero la del tercer piso estaba especialmente escondida; no era tan fácil encontrarla como aquellas del primer o el sexto piso que se usaban habitualmente para fumar no siempre tabaco. Suspiré pensando en esto, la gente era tan obvia en sus hábitos que casi daban vergüenza; no se daban cuenta que lo que realmente crea la imagen que quieres sobre tu persona es dejar entrever solo pequeños retazos de tu vida privada, aquellos que les hagan desear saber más.
Entré en el aula, dejando sobre una de las mesas el maletín que llevaba cargando todo el camino. Lo abrí con un click, haciendo triplicase su aparente tamaño, mostrando una gran cantidad de artilugios e ingredientes de pociones. Sonreí de medio lado, para ese tipo de casos era muy útil el hechizo de extensión indetectable. Me senté en el viejo escritorio de profesor a esperar. Hacía una semana que, para practicar y, por que no, sacarme unos galeones extra, había colgado un cartel en la sala común de Slytherin solo visible para alumnos de quinto, sexto y séptimo, ofreciendo mis servicios como profesor particular de pociones, y la verdad es que había sido todo un éxito, especialmente entre los de 5º y 7º con los TIMOS y EXTASIS respectivamente; aunque no podía sorprenderme, el apellido Lancaster era relacionado automáticamente con las pociones, aunque más por Malcom que por mi.
Escuhé como la puerta crujía al abrirse de nuevo y giré la cabeza. Mi primer alumno de la temporada, un chico de sexto creía recordad, seguramente habíamos hablado en alguna ocasión-Bienvenido-dije invitándole a entrar. Aquello también era una gran manera de conocer al resto de Slytherin, si no eran ya viejas amistades de la familia. Todos eran aliados potenciales, o enemigos a tener en cuenta, pero las serpientes tendemos a permanecer unidas ante el resto de seres.
Entré en el aula, dejando sobre una de las mesas el maletín que llevaba cargando todo el camino. Lo abrí con un click, haciendo triplicase su aparente tamaño, mostrando una gran cantidad de artilugios e ingredientes de pociones. Sonreí de medio lado, para ese tipo de casos era muy útil el hechizo de extensión indetectable. Me senté en el viejo escritorio de profesor a esperar. Hacía una semana que, para practicar y, por que no, sacarme unos galeones extra, había colgado un cartel en la sala común de Slytherin solo visible para alumnos de quinto, sexto y séptimo, ofreciendo mis servicios como profesor particular de pociones, y la verdad es que había sido todo un éxito, especialmente entre los de 5º y 7º con los TIMOS y EXTASIS respectivamente; aunque no podía sorprenderme, el apellido Lancaster era relacionado automáticamente con las pociones, aunque más por Malcom que por mi.
Escuhé como la puerta crujía al abrirse de nuevo y giré la cabeza. Mi primer alumno de la temporada, un chico de sexto creía recordad, seguramente habíamos hablado en alguna ocasión-Bienvenido-dije invitándole a entrar. Aquello también era una gran manera de conocer al resto de Slytherin, si no eran ya viejas amistades de la familia. Todos eran aliados potenciales, o enemigos a tener en cuenta, pero las serpientes tendemos a permanecer unidas ante el resto de seres.
Caín Lancaster- Slytherin
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Re: Clases particulares no muy autorizadas (Matthew Morrison)
Estaba de mal humor, algo que podían notar mis pisadas, rápidas y fuertes. Siempre he sido alguien que le gustaba pasar desapercibido y, ser pillado mientras se recibe clases prohibidas no es una buena forma de mantener el "anonimato", pero era un riesgo necesario: las pociones me estaban empezando a suponer un estorbo para el curso y necesitaba alguna ayuda extra.
Hace dos días que vi ese cartel en el que ese chico tan extraño, Caín Lancaster, se ofrecía a dar clases de pociones. Se me apareció la luz en ese cartel; el nieto de Malcom Lancaster estaría a mi disposición para ayudarme con las malditas pociones.
-Espero que merezca la pena. - Pensé mientras me acercaba al aula por el solitario pasillo. El silencio, roto a cada segundo por mis pasos, me hacía pensar más aún en que esas clases no estaban autorizadas.
Llegué a mi destino y pasé los materiales que llevaba en la mano derecha a la izquierda, para poder empujar la puerta con facilidad y entrar sin problema.
Un crujido dio la señal de mi llegada y, como si fuera la bienvenida, un olor a viejo, a aire encerrado que salía de la oscuridad entró de lleno en mis narices y no pude evitar toser.
- Bienvenido. - Oí después de dar dos pasos en esa oscuridad. Dirigí la mirada hacia la fuente de la voz y ahí estaba, puntual, sentado en el escritorio del profesor, el que se supone me haría ser una estrella con las pociones, iluminado por un haz de luz que salía de una ventana semiabierta, como si él mismo, o la casualidad lo hubiera preparado todo para darle un toque de prepotencia a ese chico.
Comencé a sentir miedo, mucho miedo. Salvo el escritorio en el que estaba Caín, todo estaba demasiado oscuro. Saludé con un nervioso 'Hola' y me apresuré a abrir las ventanas restantes, no sin antes tirar mis cosas en la primera mesa con la que me choqué.
Por fin había luz en toda la sala. Más tranquilo, me acerqué al muchacho que me esperaba para presentarme en condiciones.
La buena educación nunca ha faltado en mis conversaciones, y menos cuando parte de mi futuro depende de la persona que me escucha.
Hace dos días que vi ese cartel en el que ese chico tan extraño, Caín Lancaster, se ofrecía a dar clases de pociones. Se me apareció la luz en ese cartel; el nieto de Malcom Lancaster estaría a mi disposición para ayudarme con las malditas pociones.
-Espero que merezca la pena. - Pensé mientras me acercaba al aula por el solitario pasillo. El silencio, roto a cada segundo por mis pasos, me hacía pensar más aún en que esas clases no estaban autorizadas.
Llegué a mi destino y pasé los materiales que llevaba en la mano derecha a la izquierda, para poder empujar la puerta con facilidad y entrar sin problema.
Un crujido dio la señal de mi llegada y, como si fuera la bienvenida, un olor a viejo, a aire encerrado que salía de la oscuridad entró de lleno en mis narices y no pude evitar toser.
- Bienvenido. - Oí después de dar dos pasos en esa oscuridad. Dirigí la mirada hacia la fuente de la voz y ahí estaba, puntual, sentado en el escritorio del profesor, el que se supone me haría ser una estrella con las pociones, iluminado por un haz de luz que salía de una ventana semiabierta, como si él mismo, o la casualidad lo hubiera preparado todo para darle un toque de prepotencia a ese chico.
Comencé a sentir miedo, mucho miedo. Salvo el escritorio en el que estaba Caín, todo estaba demasiado oscuro. Saludé con un nervioso 'Hola' y me apresuré a abrir las ventanas restantes, no sin antes tirar mis cosas en la primera mesa con la que me choqué.
Por fin había luz en toda la sala. Más tranquilo, me acerqué al muchacho que me esperaba para presentarme en condiciones.
La buena educación nunca ha faltado en mis conversaciones, y menos cuando parte de mi futuro depende de la persona que me escucha.
Matthew Morrison- Slytherin
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Re: Clases particulares no muy autorizadas (Matthew Morrison)
Me bajé de mi improvisado asiento mientras el chico abría las ventanas para que entrase una buena cantidad de luz en el aula, y aproveché para echar un vistazo a lo que había traído como materiales, asintiendo con aprobación al ver que no tendría que darle más que los ingredientes. Examiné un segundo su caldero plegable para asegurarme de que no tuviese ninguna fisura antes de empezar y luego levanté de nuevo la vista hacia el joven-Caín Lancaster, un placer-dije estrechando su mano y memorizando su nombre. Sonreí para liberar un poco de tensión-Bueno, ¿es indiscreción preguntarte que nota sacaste en tu TIMO de pociones? porque no pudo ser menos que una "S"-comenté mientras desempolvaba un poco la pizarra-Formas parte de la última generación que hizo sus TIMOS con el profesor Snape-agregué, sacudiendo la varita para que se fuesen formando unas letras en la pizarra-tranquilo, el cambio a Slughorn puede ser confuso al principio, pero piensa que él le dio clases a Snape...y Snape es un genio de las pociones-sonreí dándome la vuelta y sacando algunos frascos de mi maletín.
-¿Con qué estás teniendo más dificultades?-pregunté mientras ponía los frascos en el pupitre frente a él-No se si estás familiarizado con esta poción, pero es bastante típica de 6º curso, la "poción envejecedora"-En la pizarra habían quedado escritos los ingredientes y los pasos a realizar-El problema más común es que es una poción en la que también hay que saber manejar de forma muy precisa el encantamiento Glacius a la vez que prestas atención a la poción, así que no estaría de más practicarlo un poco antes de empezar-coloqué un taburete más o menos frente a él-adelante, congela y descongélalo.
Off:
En la pizarra está escrito:
Ingredientes:
-Cabello de un humano adulto
-Jarabe de maíz
-Pelo de gato negro
-Huevos de ahwinder
Pasos a realizar
En el caldero de tamaño medio, en el que previamente habrá un cuarto de litro de agua, se vierten los cabellos humanos juntos con, aproximadamente, siete gotas de jarabe de maíz. Una vez hecha esta mezcla, hay que congelarla y posteriormente descongelarla inmediatamente. Tras esto se sube el fuego hasta que la poción comience a hervir. En el momento en que adquiera un color nacarado, se añaden los pelos de gato negro junto con los huevos de Ahwinder. Revolver en el sentido de las agujas del reloj. Finalmente habrá que congelar y descongelar la mezcla de nuevo, desechando el agua y quedándose únicamente con la mezcla.
-¿Con qué estás teniendo más dificultades?-pregunté mientras ponía los frascos en el pupitre frente a él-No se si estás familiarizado con esta poción, pero es bastante típica de 6º curso, la "poción envejecedora"-En la pizarra habían quedado escritos los ingredientes y los pasos a realizar-El problema más común es que es una poción en la que también hay que saber manejar de forma muy precisa el encantamiento Glacius a la vez que prestas atención a la poción, así que no estaría de más practicarlo un poco antes de empezar-coloqué un taburete más o menos frente a él-adelante, congela y descongélalo.
Off:
En la pizarra está escrito:
Ingredientes:
-Cabello de un humano adulto
-Jarabe de maíz
-Pelo de gato negro
-Huevos de ahwinder
Pasos a realizar
En el caldero de tamaño medio, en el que previamente habrá un cuarto de litro de agua, se vierten los cabellos humanos juntos con, aproximadamente, siete gotas de jarabe de maíz. Una vez hecha esta mezcla, hay que congelarla y posteriormente descongelarla inmediatamente. Tras esto se sube el fuego hasta que la poción comience a hervir. En el momento en que adquiera un color nacarado, se añaden los pelos de gato negro junto con los huevos de Ahwinder. Revolver en el sentido de las agujas del reloj. Finalmente habrá que congelar y descongelar la mezcla de nuevo, desechando el agua y quedándose únicamente con la mezcla.
Caín Lancaster- Slytherin
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