Una noche planeada (Sophie)

Eran las 20:00hrs, por primera, probablemente en toda mi vida, habia llegado temprano a un lugar, estaba de pie, en el linde el bosque prohibido, cubierto por las sombras de la primera hilera de arboles, el cielo aun no estaba oscuro, pero tenia una tonalidad violeta, y del sol solo quedaba un resplando anaranjado en el horizonte, algunas estrellas solitarias estaban desperdigadas por el manto celeste, no habia luna, al menos no aun.
Balancie mi peso de un pie al otro, mirando ocacionalmente al castillo, por un fugas instante me pregunte si vendria o no, pero aleje la idea de mi cabeza con celeridad, ella vendría, yo le causaba demasiada curiosidad para que no viniera, al menos por eso tendría que venir.

Aquella mañana había recibido una lechuza con una invitación de un tal Alexander. ¿Alexander? Estaba segura de que no conocía a ninguno, por lo menos no conscientemente. Me cuestioné seriamente si ir o no; es decir, podía ser una broma y en realidad no habría nadie en el bosque a esa hora. Además no me gustaba el modo en el que la nota decía ''vendrás a una cita'', como si estuviera obligada, como si no tuviera otra opción. Fruncí un poco el seño al recordar aquello, otra de las razones por las que estaba tentada a no ir era para demostrar que no tenía por que hacerlo. Pero había una parte de mí que moría de curiosidad por saber, aparte si quería podía volverme. Tampoco era que el bosque fuera tan aterrador como todos decían.

Me preparé y miré la hora, ya eran las 20, me encogí de hombros y me dirigí hacia el lugar que se suponía que debería ir. Cruzé lo jardines y llegué hasta alli, pero no encontré a nadie. Ya, seguramente era una tonta broma de alguien, ni que me molestara. Me di la vuelta para marcharme, iría a caminar un rato por ahi.

La vi llegar al lugar, miro en todas direcciones, pero las sombras me cubrian, la vi girarse y comenzar a alejarse, salí entonces entre las sombras, y me acerque con sigilo a ella, sujetándola de la cintura y hablándole al oído.
- ¿No crees que es peligroso caminar sola por estos lugares?, algún loco podría acercarse a ti - le dije en tono de burla, aquellas fueron las primeras palabras que le dije cuando nos encontramos junto al lado, hace ya varias semanas.
La solte, y espere a que se volteara.
- Te estaba esperando leoncita...

Sentí que me sujetaron de la cintura y di un pequeño respingo, llevando mi mano rápidamente a mi varita. Me habían tomado distraída. Hasta que sentí las palabras en mi oído y no necesité darme la vuelta para comprobar quien era, conocía aquella voz, hasta lo que decía me sonaba como a un déjà vu. La sorpresa me invadió por unos instantes aunque no dejé que se notara, asique ¿él era Alexander? Quien lo diría. Me di la vuelta para mirarlo de frente.
- Para tu información, sé cuidarme sola - la frase vino a mi mente de la nada y la expresé casi sin darme cuenta. Definitivamente esto ya lo había vivido. - ¿Qué se supone que hago aqui? - pregunté luego de unos segundos tanto para él como para mí misma. Es decir, ¿él me había invitado alli?

Escuche su respuesta divertido, aquello sonaba muy familiar para ambos. Retrocedí unos pasos, y apoye mi espalda en un árbol, mientras escuchaba sus cuestionamientos.
- Tendremos una cita - le dije con media sonrisa, era primera que vez que se me ocurría tener una cita con alguien, pero mirándola ahora, definitivamente había hecho una buena elección de con quien intentarlo por primera vez, Sophia me parecía infinitamente mas atractiva que cualquier otra chica del castillo.
- ¿Vamos entonces? - le pregunte mientras me giraba y comenzaba a adentrarme en el bosque.

Alcé una ceja; lo dijo como si fuera tan obvio y natural, como si todos los días lo hiciera y ya fuera una rutina. Rodé los ojos, claro, debería haber reconocido que era él en la carta ¿quién más escribiría asi? Pero ahora ¿qué le hacía pensar que me quedaría? Sin embargo, cuando vi su media sonrisa algo en mí me hizo cambiar de opinión. Esperen, se veia como.. ilusionado ¿era posible? Sacudí la cabeza casi imperceptiblemente, también era posible que estuviera mintiendo. Que más daba, ya estaba alli y no tenía nada mejor que hacer. Además de que sinceramente me daba mucha curiosidad el saber que era lo que planeaba. Decidí darle una oportunidad, aunque no me fiara del todo.

- ¿A dónde vamos? - le pregunté mientras seguía sus pasos. El bosque estaba sorprendentemente silencioso a excepción del sonido que las hojas producían por la suave brisa que corría.

Escuche su pregunta, sonreí, la chica era curiosa, me gustaba eso de ella.
- No seria divertido si lo supieras antes de llegar - dije en tono divertido, seguí caminando por el bosque, adentrándonos más y más entre sus arboles, poco a poco el bosque se volvía más denso, y la espesura cortaba los pocos rayos de luz que quedaban. Algo revoloteaba dentro de mi, me gustaba la idea de pasar el tiempo con ella, ¿Que significaba aquello?.
- ¿Haz visto la muerte alguna vez? - pregunte en tono casual, como quien pregunta del clima, llevábamos unos 10 minutos, y el color del cielo había descendido ya varios tonos.

Hice un puchero escuchando como Alexander hablaba con un tono de diversión en su voz, a mi no me parecía divertido, quería saber a donde me llevaba. Sin embargo, no me dijo nada. Suspiré y continué caminando, siguiéndolo. Cada vez nos metíamos más y más en el bosque, era la primera vez que entraba tan adentro. Inhalé una bocanada de aire, se sentía puro. Miré al chico de Slytherin algo confusa por el motivo de su pregunta.

- ¿Te refieres a que si he visto a alguien morir? - inquirí y luego negué con la cabeza - No, nunca - le conté mientras seguíamos con nuestra caminata. Creo que iba algo distraída, no miré por donde pisaba y me tropezé con la raíz de uno de los árboles, cayendo al piso y llevándome a Alexander conmigo. Mis mejillas se pusieron coloradas al instante - Oh, lo siento. - dije algo avergonzada.

La chica caminaba un par de pasos tras de mi, asi que no tuve portunidad de verla tropezar, solo me di vuelta cuando escuche un gruto ahogado de su parte, ambos caimos. Yo quede bajo ella, de frente a la chica, varios mechos de su cabello habian caido a su rostro por el tropiezo, pero a pesar de eso, pude ver como sus mejillas se encendian, de inmediato tuve el impulso de besarla, me encantaba como se veia cuando sonrojaba, decidi que era mejor controlar mi impulso, al menos por ahora.
- No sabia que tuvieses tantos deseos de tenerme cerca - Bromie, con media sonrisa en mis labios, fijando mis ojos en los mios, y sin hacer ningun intento por quitarla de su posicion.

Rodé los ojos y una media sonrisa escapó de mis labios ante su comentario. Había caído encima de él, con un rápido movimiento me aparte los mechones de pelo que tapaban mi rostro. Tenía mi brazo apoyado sobre su pecho y puse mi mejilla sobre la palma de mi mano, observándolo por unos instantes.

- Demonios, se suponía que no tenías que descubrir mi plan - le dije extendiendo mi sonrisa y decidiendo seguirle la broma. Por supuesto que había tropezado por pura casualidad y él lo sabía. El color en mis mejillas bajó un poco, aunque estaba segura de que volvería a aparecer a la mínima señal.

Contrario a lo que habia pensado en un comienzo Sophie no salio de su lugar de inmediato, se mantuvo donde estaba, con su característica media sonrisa en los labios, ¿que era aquello que golpeteaba en mi pecho?, ¿era yo el que estaba nervioso por la cercania?, debia hacer algo para revertir aquello rapido.
Con un movimiento veloz, me gire con ella aun ensima dejandola debajo de mi, retome el contacto visual mientras le sonrei.
- Ups!, lo siento, creo que yo tambien resvale- dije bromeando.

El slytherin se giró rápidamente y no me dio tiempo a reaccionar, dejándome a mí abajo ahora. Pude sentir parte de su cuerpo contra el mío y ver sus ojos observándome. No, definitivamente no me gustaba esto, te sentías como vulnerable estando abajo. Alcé una ceja mientras mordía mi labio inferior.

- ¡Alexander eso es trampa! - exclamé y antes de que pudiera responderme, giré dejándolo a él abajo, no me costó tanto como pensé que lo haría. Le saqué la lengua como una niña de seis años lo haría, demostrando mi victoria.

Mire perplejo algunos instantes a Sophie, ¿acababa de girarme a mi?.
- Tus garras no dejan de asombrarme leoncita - le dije en tono de burla, mientras le dedicaba una sonrisa sincera, volví a ejercer algo de fuerza, girándola otra vez, pero esta vez ella estaba preparada, y se resistió, terminamos rodando varias veces por el piso del bosque, hasta que finalmente mi espalda choco contra un árbol. Rei divertido, con el cuerpo y el cabello lleno de ramas, hojas y tierra. El bosque no se veía nada tenebroso en ese momento, el ambiente se sentia relajado, alegre.

Sonreí con ironía al escucharlo. Intentó girarme de nuevo pero yo ya estaba atenta, volví a sacarle la lengua cuando no pudo, luego de repente me dio vuelta y así estuvimos durante un rato rodando hasta que él chocó contra un viejo árbol. Supuse que la guerra se dio por finalizada en ese momento, quedamos los dos empatados. Solté una carcajada al mismo tiempo que intenté normalizar mi respiración, que se había agitado un poco de dar tantas vueltas.

- Listo, estamos en paz - le advertí todavía con una sonrisa. Me senté y comenzé a sacudir las ramas y hojas que se habían enredado en mi cabello y mi túnica.

Me quede recostado unos instantes más mentras ella comenzaba a sacarse las ramas de sus ropas, aun me reia por la situacion, finalmente me sente, y la imite, sacudiendome, por suerte para mi, mi cabello era más corto, y más facil y rapido de sacudir.
Me gire a mirarla, y vi como colgaba una pequeña rama de arbol desde su chasquilla, estire mi mano para retirarla, y aproveche de quitar el cabello de su rostro, nuevamente senti el impulso de besarla, aleje esa idea por ahora y me levante.
- Bueno leoncita, ¿que te parece si seguimos?, aun tenemos mucha cita por delante - le dije divertido, haciendo incapie en la palabra cita. Estire mi mano hacia ella, para ayudarla a levantar.

Un imperceptible escalofrío me recorrió cuando se acercó a mí, me sacudí para alejar esa sensación, pareció como si hubiera sido para terminar de quitarme las hojas.

- Vamos - ignoré el hecho de que había resaltado la palabra cita y tomé su mano para ponerme de pie. Continuamos caminando durante unos minutos más, abriéndonos pasos por el bosque. Aunque mejor dicho, él era el que me guiaba - Alex, más te vale que sepas a donde estamos yendo. No quiero perderme aqui - le dije notando que mi sentido de la orientación era nulo en el bosque.

Camine seguro de mi por el bosque, había paseado por estas praderas cada noche desde mi llegada al castillo, y sabia a donde me dirigía.
- ¿Tienes miedo Leoncita? - le pregunte, con algo de burla en mi voz, pero no demasiada, estire mi mano, y sujete la suya, estaba tibia, y causo una sensacion de cosquilleo en mi mano - Quizás así ya no te asustes - le dije, manteniendo algo de burla en mi voz, pero por alguna razon, ya no era la burla ofensiva a la que estaba acostumbrado, mientras, mantuve mi mirada al frente - Ademas, ya casi llegamos.

- No, pero es mejor prevenir que curar ¿verdad? - Lo miré frunciendo el seño. ¿Miedo? Claro que no. Simplemente ya veia que en realidad él no tenía idea de a donde ibamos y terminaríamos toda la noche intentando buscar un camino de regreso. Rodé los ojos al sentir su mano sobre la mía, no entendía para qué tanto esfuerzo, de verdad. Aun así no la aparté, dejé que se quedara ahi, se senía extraño. - ¿A dónde? - inquirí con curiosidad de nuevo, seguro que no me lo diría, pero no perdía nada con preguntarle. Sentí a un buho ulular sobre nuestras cabezas, como si intentara decirnos algo.

Finalmente salimos a un claro, no tenia más de 6 metros de diametro, estaba bañado por la luz de una luna que hace poco habia comenzado a brillar, y pudimos ver el cielo nocturno, estrellado, que los arboles no habian escondido hasta el momento. En el claro habia un alce muerto, estaba tirado de costado, y parece que ubiesen estado comiendo de el, ademas del alce, 4 criaturas habitaban aquel claro, eran similares a caballos, pero sus cuerpos eran negros, y poseían alas membranosas, como las de un murciélago, sus ojos lechosos, estuve a punto de girarme para ver la exprecion de sorpresa de Sophie cuando recorde que ella no podria verlos.
Aun sin soltarle la mano, camine hacia uno de los seres.
- ¿Te gusta volar? - pregunte de manera intrigante, aun sonriendo, ella debía estar pensando que yo estaba loco en aquel momento. No espere a averiguarlo.
De un salto, monte la criatura, pasando mi pierna derecha por sore su lomo, y encajandola detras de su ala, estire mi mano hacia ella, esperando que la sujetara para subirla conmigo.

No tuvo tiempo de responderme, salimos a un gran claro que estaba sumergido en la luz que irradiaba la luna llena aquella noche. Me pregunté que hora sería, creia que no había pasado mucho tiempo desde que nos encontramos, pero no estaba segura. Me di cuenta del animal muerto en el medio del lugar. Arrugué la nariz ¿qué era eso? ¿por qué veníamos aqui? Miles de preguntas más inundaron mi cabeza pero no dije nada, simplemene me limité a seguir a Alexander que tiraba de mí.

- Sí, pero ¿por qué lo preguntas? - inquirí mostrando confusión en mi rostro. ¿Qué tenía planeado? Comenzé a dudar de su integridad mental más de lo que lo hice la primera vez que nos conocimos. Lo vi saltar y montar sobre algo inexistente, mis ojos se abrieron en sorpresa - Oh, ¿thestrals? - pregunté creyendo que eso hacía que todo encajara. Me habían hablado de ellos, pero claro que no los podía ver. Tomé la mano de Alexander mientras que con la otra tanteaba a la criatura que tenía en frente mío, pude sentir su pelaje, que curioso era esto. Al final me subí, observando con fascinación a la nada, lo invisible.

Vi un destello de entendimiento en sus ojos cuando monte a la criatura, ella las conocia, y sabia su nombre. La vi sorprenderse y no pude reprimir una sonrisa, me gustaba esa exprecion suya, me encantaba como arrugaba lieramente la nariz al hacerla, me propuse sorprenderla más seguido en adelante.
- ¿thestrals?, ¿asi era como se llamaban? - Vi a estas bestian en clase de criaturas oscuras en mi anterior colegio, recordaba que solo podian verlas quenes habian visto la muerte, pero de alli a recordar su nombre, era demaciado pedir para la pobre atencion que prestaba a mis clases.
Ella monto conmigo la crituara, estaba todo listo.
- Sera mejor que te sujetes, este es solo el transporte que nos llevara a nuestra cita - le dije, y acto seguido, hice que la criatura emprendiera vuelo, con nosotros dos en su lomo.

- Supongo, son los caballos negros que parecen desnutridos ¿verdad? - inquirí. Sentí como relinchaba o algo parecido, sonaba como una protesta por haberlo describido de ese modo - Oh, lo siento - le dije, confirmando que efectivamente era un thestral. Se sentía demasiado, demasiado, extraño estar alli; era como si no estuviera sobre nada. Miraba para abajo y veia el suelo.

Escuché la advertencia del Slytherin y alcanzé a agarrarme a su cintura justo un instante antes de que el animal emprendiera el vuelo. Ahora sí, la curiosidad de carcomía ¿a dónde iríamos? De un minuto a otro, ya estábamos volando sobre el bosque. Sentí el ruido que hacían las alas al chocar contra el viento y como éste desordenaba mis cabellos. Una sonrisa se extendió por mi boca ¡en verdad volábamos! Era impresionante la sensación, encima que veia como si estuvieramos sólo Alex y yo, cuando en realidad estábamos sobre el thestral.

La criatura emprendió vuelo con un par de aleteos, despegamos y comenzamos rapidamente a sobrevolar el bosque. El animal tenia una buena velocidad, bajo nuestros piel, los arboles parecían manchas verdes que se estiraban, el viento en nuestras caras era grandioso, ademas, podia sentir sus brazos al rededor de mi cintura, su pecho pegado a mi espalda, aquello lanzaba pequeñas señales eléctricas por todo mi cuerpo.
Guié al animal hacia el lago, y pasamos a ras de la superficie, mojándonos un poco con las pequeñas gotas que saltaban cuando sus patas golpeaban el lago.
Tras eso, le ordene subir. Subimos, subimos, y subimos, hasta perdernos en el interior de una nube, estaba mojado y frio, pero finalmente la atravesamos, hasta quedar sobre ella.
Las nubes se extendian bajo nuestros pies como una alfombra de algodon, el animal no disminullo la velocidad, era obvio que ya habíamos salido de los limites del colegio.
- ¿Te esta gustando el paseo? - le dije girando un poco la cabeza, para poder mirarla.

Fuimos sobre el lago, la criatura apenas rozándolo mandaba pequeñas gotas de agua sobre nosotros. La vista era increíble, todo tan tranquilo. Entonces, casi de repente, subimos alto, muy alto, hasta alcanzar una nube. Emití un sonido de exclamación realmene estaba tocando una nube. Salimos de ella algo mojados y subimos un poco más hasta ver una gran extensión de nubes abajo nuestro. El thestral iba muy rápido, me aferré un poco más a Alexander, sentía como la adrenalina corría por mí al estar sobre las nubes montada en una criatura que nisiquiera podía ver.

- Claro que sí - le dije con una sonrisa que iluminaba mi rostro y con mis ojos brillantes, ya llevábamos un buen rato volando - Se siente tan bien - expresé cerrando los ojos, sintiendo el viento sobre mí.

Respondi a su sonrisa con otra igual, se veia tan radiante...
Sacudi mi cabeza de ideas estupidas, y calcule que ya deberiamos estar llegando, ordene al caballo bajar, y volvimos a sumergirnos en la nube, era como nadar en el aire, finalmente salimos de la nube, y bajo nosotros se desplejo una montaña, era de prados completamente verdes, con un par de arboles desperdigados, desde donde estabamos parecia una gran alfombra verde, iluminada unicamente por la luna y las estrellas.
Hice que la cristura decendiera con gran velocidad, directo hacia abajo, senti el vertigo en mi estomado, como si fuesemos estrellarnos en cualquier momento contra el suelo. Caimos, caimos, caimos, y en el ultimo segundo, el caballo desplejo sus alas, retomando una linea vertical, senti como mis entrañas se revolvian por la adrenalina bombeada, y comence a reir, una carcajada divertida.
Finalmente el caballo alado se detuvo, estabamos en la cima de un monte no muy alto, rodados de rocas, baje del animal, y ofreci mi mano a Soph para que hiciese lo mismo.
- Hemos llegado - le dije con una sonrisa divertida.