Una noche planeada (Sophie)

Recuerdo del primer mensaje :

Eran las 20:00hrs, por primera, probablemente en toda mi vida, habia llegado temprano a un lugar, estaba de pie, en el linde el bosque prohibido, cubierto por las sombras de la primera hilera de arboles, el cielo aun no estaba oscuro, pero tenia una tonalidad violeta, y del sol solo quedaba un resplando anaranjado en el horizonte, algunas estrellas solitarias estaban desperdigadas por el manto celeste, no habia luna, al menos no aun.
Balancie mi peso de un pie al otro, mirando ocacionalmente al castillo, por un fugas instante me pregunte si vendria o no, pero aleje la idea de mi cabeza con celeridad, ella vendría, yo le causaba demasiada curiosidad para que no viniera, al menos por eso tendría que venir.

Pude verla fruncir el seño, y protestar ante mi acto, pero estaba seguro de haber visto algo de alivio en sus ojos antes que mi hechizo los borrara frente a mis ojos, no reprimi mi sonrisa.
- Me encantaria - le dije, mientras me levante, y me gire hacia el gigante - Pero sera algo dificil - La verdad, es que las apariciones conjuntas se me daban fatal, la ultima vez que lo intente, junto con Alyss, deje un trozo considerable de mi abdomen atrás, no fue agradable, ademas, Sophie estaba herida, eso aumentaba los riegos de intentarlo.
- Parece que no eres buena siguiendo ordenes - dije bromeando, en torno al comentario de que corriera y que ella no obedeció - Al menos intenta quedar quieta mientras acabo con esto.
Ahora que sentia que Sophie estaba segura, sinendo invisible, me comence a sentir emocionado con la perspectiva de luchar contra un gigante, mire a la criatura, estaba olfateando en todas direcciones, bucandonos.
- ¿Dooonde estaan? - grito con voz perezosa, de inmediato, me lance a correr hacia un lado, alejandome de Soph, alece mi varita y la bladi como si se tratace de una espada en contra gigante, de inmediato aparecio un grueso corte en su mejilla, el gigante rugio de furia.
- Ven por mi, bestia estupida.... - Le grite, mientras el giraba su cabeza de un lado a otro, confundido por no poder ver al que ahora era su atacante.

¿Por qué sería algo difícil? ¿Le costaría desaparecerse en conjunto? Volví a mirar a mi alrededor, la sensación de saber que él estaba ahi pero que no podía verme ni el a mí se me hacía extraña. Alzé una ceja y sonreí ligeramente ante su comentario.
- Claro que no, no tengo por qué andar haciendo lo que otros me dicen. - respondí con sinceridad. No era un perrito que siguiera órdenes de nadie, yo tenía mi propia personalidad y no me importaba lo que los otros hablaran. - Alex, no lo mates - le pedí al notar que estaba por irse. No me gustaba la violencia y mucho menos tener que ver morir a una criatura, salvo que fuera una araña claro. A ellas las vería morir con gusto a todas. Mentira, sería muy desagradable; con sus patas y sus tenazas y... Ya, basta.

El gigante continuaba buscándonos aunque claro sin obtener éxito en su propósito. Ahora que no podía vernos me sentía bastante más tranquila. Observé como un corte aparecía en su mejilla y empezó a brotar sangre, se veia pegajosa. Fruncí el seño al escuchar a Alexander. La criatura parecía confundida, no sabía como reaccionar.

- Alex, no lo trates así - le dije en voz bastante alta, para asegurarme de que escuchara. El gigante ahora miró hacia mi dirección, pero claro que no me veia. Comenzó a observar de lado a lado, la frustración creciendo en su rostro.

- Los encontraré - rugió. Se dirigió hacia un gran árbol y lo arrancó con raíces y todo. Genial, supuse que esa sería su nueva arma. Me moví del lugar en donde me encontraba sólo por si las dudas de que se le ocurriera arrojármelo. Ya había escuchado mi voz provenir de aqui. Caminé unos pasos hacia mi derecha y sentí chocarme fuertemente contra alguien, sin embargo no se veia a nadie ¿Alexander de nuevo?
- Ouch, ¿por qué no miras por donde caminas? Ni que fuera invisible y no pudieras esquivarme - le dije bromeando.

Escuche la voz de Soph llamar mi atencion, ¿Que no lo dañara?, sonrei ante las intenciones de la chica, ¿realmente podia una persona ser tan buena?, me pregunte como es que me atraia tanto, siendo tan distinta a mi en alguna cosas, supuse que se trataba de eso, ella no era distinta, era opuesta, y los opuestos se atraen, ¿no?.
Derrepende algo choco contra mi, escuche sus palabras mientras instante recobrar el equilibrio, intente sugetarme de ella, pero finalmente ambos caimos, quedando ella sobre mi, no podia verla, pero solo sentirla me hizo sentir un cosquilleo.
- ¿De nuevo?, al menos podrias esperar a que salgamos vivos de esto antes de lanzarte a mi brazos - le dije, bromeando, escuche un rigudo, el gigante pareca haber escuchado la caida, y un instante despues, un arbol callo a poca distancia de nosotros, casi aplastandonos.
- Creo que es mejor que dejemos esto para más tarde - le dije, y con suavidad, la baje, dejandola a un lado, volví a apuntar mi varita.
- Fiendfyre - dije, y de mi varita salio un gran Thestlar de fuego, que galopo contra el gigante, envolviéndolo en llamas.

No entendí muy bien como, pero caímos, otra vez yo encima de él. Era divertido ver nada abajo mío, aunque sabía que estaba él.
- Lo siento, es que te vi ahi y no lo pude evitar. Tenía que sentirte - le dije rodando los ojos, aunque no me viera los gestos me salían inconscientemente. En ese momento sentí el arbol pasar rozándonos, me agaché más por instinto, cayó demasiado cerca nuestro para mi gusto. Volvimos a ponernos de pie, o por lo menos yo, ya que a él no lo veia, y lo escuché pronunciar otro hechizo. Me sorprendió ¿sabía conjurar fuego demoníaco? Observé con alivio como un Thestral de llamas se formaba, menos mal que no había sido una acromántula.

El caballo fue galopando rápidamente hacia el gigante, éste comenzó a tirarle rocas pero obviamente su estrategia no funcionó. Este tipo de fuego era mucho más peligroso y difícil de apagar que el anterior, consumía todo a su alrededor. Observé con tristeza como la criatura intentaba defenderse en vano, gritando por el dolor que seguramente sentía al quemarse. Supongo que no había otra opción; si no, no habría descansado hasta matarnos. Al final, luego de unos horribles minutos, el gigante quedó reducido a cenizas y el fuego desapareció. Me sentí bastante culpable por el alivio que me inundó al ver que había terminado, y como un pequeño castigo sentí como el dolor de mi antebrazo volvía a mí en punzadas. Al principio no me dolía, pero ahora vino el doble de fuerte de lo que pensé que vendria. La sangre ya se había secado y fuera de eso no tenía mal aspecto, era cuestión de desinfectarme y listo.

- ¿Puedes volverme visible ahora que todo terminó? - inquirí a Alex, a donde fuera que se encontrara.

Observe con atencion como el fuego demoniaco reducia el cuerpo del gigante a nada, pero no se detubo alli, a diferencia de mi Expecto, el fuego demoniaco no recibia ordenes, ni seguia intrucciones, solo consumia todo lo que tenia en frente, del Thestlar salieron dos grandes serpientes de fuego, que fueron rapidamente en direccion a los arboles cercanos, seria cuestion de tiempo que fueran por nosotros...
- Fieldlock - dije apuntando mi varita a las llamas, pero me costo un gran esfuerzo lograr mi objetivo, este conjuro era más facil de invocar que de eliminar, pero finalmente las llamas terminaron por sofocarse, jadie, cansado por el esfuerzo, y escuche la voz de Soph.
- No sera necesario - le respondi, mientras notaba como mi cuerpo comenzaba a hacerse visible otra vez, el hechizo tenia una duracion bastante limitada si no lo juntabas con un hechizo de permanencia.
Me deje caer sobre el piso, mientras sentia como mi cuerpo aparecia otra vez, dibujandose a si mismo en el aire, me senti agotado, el cuerpo de Sophie debia estar por aparecer.

Asentí levemente, esperando a hacerme visible de nuevo. Noté como a mi derecha podía ir vislumbrando de a poco a Alexander otra vez; lucía bastante cansado, lo que era lógico si se tenía en cuenta los encantamientos que acababa de realizar. Me acerqué caminando lentamente hacia él y me senté a su lado, escuchando su respiración que seguía un tanto agitada. Me di cuenta de que el Slytherin había notado mi presencia pero mi cuerpo todavía no se hacía visible. Me quedé unos instantes observando a mi alrededor, cuando volví mi mirada a Alex descubrí que ahora sí que me podía ver.

- Gracias - le dije muy a mi pesar, con una pequeña sonrisa de lado. De haberme encontrado sola jamás habría podido derrotar al gigante. Aunque claro que él era el que me había traido a este lugar; pero igual, aún así podría haberme dejado a merced del destino y haberse ido perfectamente.

Con mi respiracion aun un poco agitada, le devolvi la sonrisa que me habia dedicado, ya podia verla por completo, estaba mojada aun, y algo sonrojada por el ejercicio de recien, pero fuera de eso, parecía estar bien.
- ¿Sabes?, te vez adorable cuando sonries - dije en tono divertido, me recoste sobre las piedras de la montaña, aun cansado por lo que acababa de ocurrir, sin darle importancia al hecho de que solo me encontraba en ropa interior.
- Apuesto a que nunca haz tenido una cita tan emocionante - dije en tono de broma, el gigante, definitivamente, no estaba en mis planes para esta noche, pero eso no le quitaba diversion a un poco de adrenalina.

Observé como me sonreía mientras me cruzaba de piernas y apoyaba mi codo sobre ellas y mi rostro sobre mi codo. Alzé una ceja ante su comentario ¿adorable?
- Claro que no, me veo igual a cuando no sonrío - le refuté volviendo a bajar las comisuras de mis labios y corriendo un mechón de pelo que había caído sobre mi cara. No duró mucho, a los pocos instantes se me escapó una pequeña carcajada - La verdad que no - dije mientras recordaba mis anteriores citas, de todas esta era la que había tenido más acción.
Miré hacia arriba, el cielo se había despejado y ahora se veia el azul intenso combinado con una que otra chispeante estrella plateada. Era muy bonito.

Sonrei ante su carcajada, y me quede mirando el cielo, era una de las pocas cosas "normales" que me gustaba hacer, me encantaba mirar las estrellas.
- Eso quiere decir que me eh ganado una segunda, ¿no? - dije en tono mitad burla, mitad en serio.
Saque mi varita, y, al igual que en nuestro primer encuentro, conjure un fuego portatil para poder secarnos más rapido, aun asi, no pude evitar que mi mirada se desviara algunos instantes al cuerpo de la chica, cuyas curvas podian verse con claridad bajo la mojada ropa, un ligero escalofrio recorrio mi cuerpo. A pesar de que habia visto muchas chicas desnudas antes, la sola solueta del cuerpo de esta parecia tener un efecto distinto en mi, decidi no preguntarme el porque.
- ¿Sabes algo de astronomia? - pregunte en tono casual.

Lo medité durante unos instantes mientras sentía el calor del fuego que él había invocado. Esto era tan parecido a nuestro primer encuentro y a la vez tan diferente, nunca me lo habría imaginado.
- No, todavía no - le respondí con una pequeña sonrisa y negando suavemente con la cabeza, no sabía si me lo decía de verdad o no, pero por las dudas le contesté. - No mucho, no le presto tanta atención a esa materia. Aunque debería, observar el cielo es hermoso - comenté pensativamente, aunque era obvio nunca me había dado cuenta.
Volví mi mirada hacia Alexander y recién en ese momento noté que continuaba en ropa interior, mis mejillas de repente comenzaron a arder y con rapidez desvié mis ojos hacia el cielo de nuevo.
- ¿Me quieres hacer el favor de vestirte? - inquirí, me ponía nerviosa el verlo asi.

Escuche su respuesta y no pude reprimir una sonrisa, aquella chica era complicada, todo un reto, me encantaba aquello de ella.
Abre la boca para responderle cuando note su reacción a mi poca vestimenta. Solté una sonora carcajada, divertido por verla sonrojada.
- No dejas de divertirme leoncita - dije, aun entre risas, mientras me ponia el pantalon, eso seria suficiente por ahora, al menos hasta que mi cuerpo terminara de secarse.
- Pues es una de las pocas ramas del conocimiento que me eh tomado la molestia aprender bien - digo, mientras me ubico detras de ella, con mis piernas alrededor de ella.
- Son 88 constelaciones, 12 zodiacales, que son por las que pasa el sol en tu ruta por el cielo a lo largo del año, ahora, en septiembre, esta en la casa de escorpion - paso mi brazo junto a su rostro, apuntando al cielo, donde las estrellas forman un escorpion en el cielo nocturno - es esa de allá.... - puse mi rostro junto al supo, apoyado en su cuello, para poder enfocar desde su mismo angulo de vision, la cercanía me turbo ligeramente.

Lo miré alzando una ceja aunque no menos sonrojada que hacía unos instantes, hasta quizás mis mejillas se habían teñido un poco más de rojo. Aun así me quede un poco más tranquila al verlo ponerse su pantalón. Y de repente, noté que se movía y se colocaba detrás mío; no me incomodaba por lo que no le dije nada y me dediqué a prestar atención a lo que estaba diciendo.
- Bueno, estoy segura de haberlo visto en clase alguna vez pero la verdad es que ni me lo acordaba, sobretodo no soy buena memorizando números - le dije con una media sonrisa. Miré hacia donde él señalaba pero no podía ubicar nada, ladeé mi cabeza un poco a ver si lograba distinguir la constelación, pero no - No la veo - comenté en voz baja frunciendo un poco el seño, concentrándome en las estrellas. Cuando uno era tan distraído como yo, era normal que no pudiera ubicar una simple constelación.

Delice mi mano por su brazo, con suavidad, hasta llegar a su mano, mantuve mi rostro junto al suyo, con mi mentón en su cuello, y alce su mano frente a nosotros.
- Esa es Eshut, la cola del escorpión - dije, levantando su dedo en direccion a la estrella que le nombraba, después, comencé a deslizar su dedo con suavidad por el cielo, conectando las estrellas, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, todas en linea, la ultima, la más brillante, tenia un tinte rojizo - esa es Antares, la cabeza del escorpión - las ultimas 4 formaban una especie de T, siendo las pinzas delanteras del animal.
Gire mi cabeza un poco, para dejar de ver el cielo, y ver su exprecion
- ¿Lo vez ahora?

Un escalofrío casi imperceptible me invadió cuando sentí su mano deslizarse por mi brazo. De verdad, ¿era necesario? Rápidamente dejé de prestarle atención a eso para enfocarme de nuevo en las estrellas y entonces, luego de su explicación, lo pude ver. La imagen inundaba mi mente, desde la cola hasta la cabeza y las pinzas, simplemente era genial. Asentí suavemente con la cabeza ante su pregunta al mismo tiempo que una sonrisa algo infantil cruzaba mis labios y mis ojos brillaban con una chispa de emoción.
- Has sido el primero que ha logrado hacerme ver una constelación como es debido - le dije, contenta de al fin poder verla. Nunca podía terminar de ubicarlas claramente, esa era otra de las razones por las cuales no prestaba mucha atención en astronomía.

Su escalofrió no paso desapercibido para mi, a pesar de ser pequeño, yo tenia toda mi atención puesta sobre ella.
Sonreí al ver aquel gesto infantil en ella, divertido por sus reacciones, de todas las chicas que he conocido, ninguna me había permitido disfrutar tanto como ella, la idea se me hizo divertida, ¿Que tan diferente podia ser?
- Tu haz sido la primera en mucha otra cosas, ¿sabes? - dije en tono divertido, era algo que quizas otro se hubiese avergonzado en admitir, pero para mi, decir las cosas como las sentia era tan normal como respirar.

No pude evitar alzar una ceja ligeramente, continué mirando hacia arriba durante unos instantes y luego volví mi mirada hacia él, enderezando mi rostro.
- ¿Muchas otras cosas? - inquirí mirándolo a los ojos para observar mejor su reacción. De repente él se encontraba peligrosamente cerca de mí. Esto me sonaba conocido, si pensaba que iba a caer con aquella tonta frase estaba bastante equivocado. Lo extraño fue su tono de voz, lo dijo con un tinte de gracia, como si le pareciera divertido, como si no le costara decirlo. Justamente todo lo contrario a mi. Que curioso. Obviamente no dejé que mis pensamientos se traslucieran, aun así me quedé atenta todavía esperando a su respuesta.

No pude asar por alto el tono de escepticismo en la voz de la chica, se giro, para mirarme de frene, seguramente esperando alguna señal de que estaba mintiendo, o usando alguna frase que acostumbraba usar con otras chicas. Clave mi mirada en la suya, y, por primera vez me pregunte, si era yo quien la tenia cautiva en la mirada, o esta vez era a la inversa.
- Haz sido la primera cita que tengo, por ejemplo - dije, pensando en lo divertido que se me hacia el haber estado con muchas chicas antes, pero jamas habia invitado a ninguna a una cita - O la primera que me hace desear un beso - curbe mis labios en una media sonrisa, podía sentir su respiracion en mi labios, casi podia saborear los suyos, y no pude evitar acercarme un poco más - La primera que me gusta, en realidad - dije sin rodeos, dejandome llevar por el impulso de momento, volvi a acercarme a ella, acordando la distancia lo suficiente para ya no poder enformar mi mirada en sus ojos, por los que a baje hasta sus labios, podia sentirlos casi rozando los mios, pero no termine de besarla

Lo observé acercarse, de a poco, hacia mí. Como tantas otras veces se iba aproximando entre frase y frase, y como tantas otras veces yo pensaba alejarme. Me mordi el labio inferior, meditandolo unos instantes más de lo que debería haberlo hecho.
- ¿Entonces, si soy la primera como estás tan seguro de que te gusto de verdad y no es una simple obsesión? - inquirí curvando levemente mis labios, que estaban a punto de rozarse con los de él. No estaba segura de por que no me apartaba, no era tan dificil hacerlo; pero había algo que me lo impedía , como si muy en mi interior no deseara alejarme, si no tal vez acercarme más. Me alarmé ante tal pensamiento, es decir esto no podía estar pasando. ¿Cómo podría caer de tal manera? Quizás podría ser que me daba curiosidad el saber que se sentiría y además, después de todo, mi cuerpo no era insensible ante su cercanía. En realidad con probar no perdía nada, sólo era uno de tantos chicos. Aun así mi mente seguía diciendo que no, pero ¿podría ganar?

Sonrei al ver vacilacion en los ojos, la determinacion petrea que habia demostrado hasta ahora parecia tener una pequeña mella, no estaba seguro de cual era exactamente su duda, pero reprimi mi impulso de averiguarlo leyendo su mente, la incertidumbre era más interesante.
- No dije estar seguro de que me gustaras de verdad - dije, respondiendo a su sonrisa, mi mirada subió de sus labios a sus ojos de nuevo - quizás eres una obsesion - dije con sinceridad, no iba a jurar amor que no sentia, no era mi estilo conseguir lo que queria con mentiras, aunque pudiesen darme un camino más rapido.
Alce mi mano, sin ceder ni un centimetro de cercania de mis labios a los suyos, y acaricia su mejilla, retirando un mechon humedo que volvia a caer desde detras de su oreja.
- Pero si estoy seguro de estar loco por conseguir un beso tuyo - dije en un susurro, ¿Que vendria despues?, no tenia idea, quizas perderia el interes en ella, quizas este curioso gusto por la chica aumentaria, no tenia idea, pero no me detendria a pensar en aquello, simplemente llevaria esto como llevo todo lo demas, improvisando.

Escuché atentamente a sus palabras. Bueno, no me fiaba de él pero definitivamente estaba segura de que nadie había sido tan sincero en ese punto conmigo. No estaba segura de por qué, pero la idea de lo que dijo de repente me causo gracia. Igual esto no dejaba de ser un tanto extraño. Aumenté un poco la presión con la que estaba mordiendo mis labios al sentir su mano recorriendo mi mejilla. La duda había comenzado a apoderarse de mí, por un lado era un simple beso, nada que tuviera mucha importancia, pero por otro lado sentía que tampoco debería tomármelo tan a la ligera.
- ¿Loco? - susurré y lo mezclé con un pequeño suspiro. De acuerdo, seguiría su consejo de dejarme llevar por el momento, aunque sea solo por esta vez. Estaba consciente de que era la persona en la que no confiaba pero ¿qué podría pasar? Además también tenía derecho de pasarla bien por unos instantes. Y con esto último decidido, hice oídos sordos a mi mente y extinguí la poca distancia que nos separaba a uno del otro.

Sentí como ella terminaba de recorrer el poco tramo que nos separaba, hasta que finalmente senti sus labios sobre los mios, no era primera vez que este hecho se concretaba, había sentido sus labios antes, había robado sus besos antes, pero esta vez era diferente, ella me había besado.
Sentí como corrientes eléctricas recorrían mi cuero, saliendo disparadas desde mis labios, recorriendo todo mi cuerpo, con un fuerte escalofrío, había besado muchos labios antes, pero ninguno me causo esta sensación.
Apenas acababa de comenzar el contacto, mi primer impulso fue traerla más a mi, envolverla y responder al beso con explosiva pasión, pero en vez de eso, me aleje, antes de que el beso tomara intensidad, antes de que dejara de ser un contacto ligero, poco más de un roce, me separe de ella solo unos centímetros.
- Cambie de opinión - dije en un susurro, con una ligera sonrisa en mis labios - No me conformare solo con un beso, quiero más de ti...
Sabia que ella no lo entenderia, pero ese pequeño contacto fue suficiente para dejarme la cosas claras, mi interés no desapareció, sino que creció, y sentí en aquel momento, que si terminaba con ese beso, perdería cualquier mínimo interés que hubiese podido lograr en ella hasta el momento, no, debia esperar, aun quedaban muchas cartas que jugar, y ya no estaba intentando conseguir solo un beso, lo que queria era el corazon de la chica, un juego mucho más dificil de ganar.

Nuestros labios se juntaron, la última vez que lo habían hecho yo estaba petrificada en el lago y él había sido el culpable. Ahora yo era la que me había lanzado a por él, ¿en que loco mundo estaba pasando esto? Que más daba, hacía bastante que no probaba los labios de alguien porque sí, sólo quería dejarme llevar. Un escalofrío recorrió mi cuerpo de nuevo, coloqué mis brazos alrededor de su nuca y justo cuando estaba por comenzar a besarlo de verdad lo sentí alejarse. Al principio lo miré atónita y luego mi expresión se tornó en incredulidad. ¿Qué acaso no era esto lo que él deseaba? ¿Acaso no estaba esperando por este momento desde hacía bastante tiempo?
Me quedé durante unos segundos observando su expresión, intentando descubrir si era una broma o no, pero no había rastros de eso en su rostro.
- ¿Disculpa? - fue todo lo que acerté a decirle. Por Merlín, que estúpida había sido, ahora recordaba porque no me gustaba dejarme llevar. No tendría que haberlo besado para nada, nunca tendría que haber venido a esta cita. Este chico me decía una cosa para luego cambiar completamente de opinión, asi no se podía. Encima, hablaba como si yo fuera una cosa a la que se pudiera exprimir, no hacía falta hablar más.
Antes de darle tiempo a responder, me separé con total rapidez de él para luego ponerme en pie. Sin dirigirle la mirada comenzé a caminar, no tenía un rumbo fijo y era plenamente consciente de que no podía salir de este lugar así como así, pero me daba igual.

Primero vi la sorpresa, luego la incredulidad, finalmente, la irritación, se levanto de golpe, alejándose, yo sabia que ella no podría llegar a ninguna parte sin mi ayuda, estábamos lejos del colegio, y este era un bosque mágico, había criaturas en este lugar, me levante, y me dispuse a seguirla, dejando olvidadas mis cosas junto a la pequeña laguna.
Me pregunte si debía darle alcance o no, mientras me mantuve siguiendo su paso, manteniendo una distancia prudente.
- Eres como una caja de pandora, ¿sabes? - le dije, alzando un poco la voz para que pudiera oírme desde esa distancia, entonces vi una luz que revoloteaba delante de ella, pequeña y de color amarillo, un insecto luminoso que paseaba por aquel bosque.

Comenzé a meterme entre los árboles, con los brazos cruzados, mirando hacia adelante y caminando enérgicamente. Definitivamente no debería haber hecho nada, no importa, no volvería a caer en ese error. Bajé un poco el ritmo, cayendo en la conclusión de que todavía estaba oscuro y, conociéndome, tropezaría con alguna raíz del suelo. De repente, oi una voz y supe que él estaba atrás mío. Rodé mis ojos en respuesta a su comentario y volví a aumentar el ritmo de mis pasos, al demonio con las raíces.
De pronto, observé que me topaba con un pequeño insecto luminoso. Paré para no seguir chocándome con él, lo observé de nuevo y parecía algo enojado conmigo. Sus alas revoloteaban y produjo un zumbido bastante agudo mientras me miraba. Entonces, caí en la cuenta de que estaba frente a un hada.
- Oh, lo siento - le dije algo sonrojada. Además de sintiéndome un poco tonta por hablar con ella, quien probablemente no entendía lo que le decía.

Ella se detuvo ante el pequeño insecto luminoso, yo aproveche de rodearla, y ponerme finalmente frene a ella, cerrandole el paso, prestandole poca atencion al ser que bailaba por a aire a nuestro alrededor.
Le sonrei.
- ¿Porque estas molesta? - dije, en tono profundo, mirandola a los ojos, no note como varias otras de las pequeñas criaturas luminosas comenzaron a salir de los arboles, llamados por la magia, la presencia de magos habia llamado su atencion.
En solo un par de segundos, estabamos rodeados por aquellos pequeños seres, de todos colores, brillando en la oscuridad de aquel bosque, formando patrones indesifrables, un verdadero mar de estrellas donde estabamos sumergidos, no pude evitar entonces quitar mi mirada de ella para mirar el espectáculo.