Una clase muy particular [Sophie]

Hace apenas una hora que recibí la respuesta de Sophie, me pude de pie de un salto, y, tras arreglarme un poco, sali de la sala, y a pasos rapidos, llegue hasta a sala en que la había citado.
Cuando llegue, aun no había llegado, tome asiento sobre la mesa que deberia corresponder al profesor,y di un vistazo a la sala. Era un lugar algo lugubre, estaba un poco sucio, y puder ver una telaraña en el techo, frunce el ceño, no tenia contras las arañas, pero, en la montaña, me preacio ver bastante nerviosa a Sophie cuando invoque la acromantula ignea para luchar contra el gigante. Saque mi varita del bolsillo, y la apunte a la telaraña.
- Evanesco - la tela de ataña desaparecio, continue recorriendo el salon, y limpiando todas las telas de araña que encontrara

Esta mañana había recibido una lechuza de Alexander que me invitaba a una clase de oclumancia. Me tomé mi tiempo antes de contestarle, todavía no estaba segura de si quería hacerlo; aun así, por un motivo u otro, terminé accediendo. Habíamos quedado en juntarnos en el aula abandonada del cuarto piso, podía jurar que jamás había visto esa aula desde que llegué a Hogwarts. Por suerte no me tomó mucho tiempo encontrarla, ya que una vez que llegué al piso y empezé a recorrer el pasillo, fue la segunda puerta con la que me topé.
Entré y observé a Alexander recorriendo el aula con su varita en mano, me pregunté que estaría haciendo.
- Hola Alex - lo saludé al ver que se dio la vuelta, seguramente debido a que sintió mi presencia en el lugar.

Escuche la puerta abrirse, y me gire, allí esta Sophie, guarde mi varita en mi manga, como acostumbraba, y camine hacia ella.
- Hola leoncita - dije, con una sonrisa, como era costumbre en mi - Veo que te tardaste algo en venir, las chicas deben hacer esperar a los chicos, ¿no? - dije, en tono de broma, mientras besaba su mejilla, en señal de saludo, el beso dio, intencionadamente, en la comisura de sus labios.
- Pasa, esta sera nuestra aula provisoria, hasta que encuentre un mejor lugar - Alce mi manos, mostrando aquella aula como quien muestra un palacio.

Lo observé acercarse para saludarme con una media sonrisa por su comentario, esperaba no haberlo hecho esperar mucho. Igual, cuando entré parecía estar haciendo algo, por lo que tampoco es que se estuviera aburriendo. Supuse que iba a besar mi mejilla, pero su beso dio en la comisura de mis labios. Lo miré frunciendo el seño, estaba segura de que lo había hecho a propósito y no que hubiera sido sólo de casualidad.
- No está mal - comenté, observando el aula. Se notaba que estaba abandonada, le faltaban los típicos detalles que te indicaban que se daban clases alli; como libros y esas cosas. Además parecía más antigua que los demás salones, no sabía muy bien por qué, se suponía que todos habían sido construídos en el mismo momento ¿no? Luego de unos instantes volví mi mirada hacia él, recordando a lo que había venido - Bueno, ¿empezamos?

La vi fruncir el ceño ante mi comentario, y solo pude responderle con una sonrisa divertida.
- Claro, claro, pero antes... tengo algo para ti - le dije, mientras me posicione a su espalda, sujete su cabello entre mis manos, dejando que mis dedos se deslizaran por el, y lo tome, en una coleta, usando un lazo, exactamente igual al que ella uso para curar mi herida, pero sin sangre.
- Para ser un diseño tan simple, no fue facil de encontrar - le dije, mientras soltaba su cabello, ahora tomado - O es que quizas yo no se buscar cosas de chicas en el londres Muggle.

Lo miré con curiosidad ¿algo para mí? ¿por qué? Lo entendí al ver que ataba mi pelo con un lazo, igual al que estaba usando la última vez que nos vimos. Solté una carcajada ante su comentario y me di la vuelta.
- Estas bromeando, ¿fuiste a Londres a buscar esto? No hacía falta ¿sabes? - lo miré todavía divertida, ya me había olvidado de lo que había pasado con mi lazo. Aun así, el ir a comprarme otro había sido muy atento de su parte, no pensé que fuera a molestarse en hacer algo como eso - Gracias - le dije todavía con una sonrisa mientras me ataba también un mechón que él no había agarrado.

Ella se giro, y me sonrio, parecia entre divertida y complacida por el regalo, le devolvi la sonrisa, mi capture sus ojos con los mios. De inmediato, deje que mi conciencia se deslizara dentro de la suya, pero en esta ocacion, no busque recuerdos superficiales, como en otra ocasiones, no era una entrada silenciosa, por asi decirlo, entre, y penetre a su memoria profunda, ella notaria de inmedito la intromision, quizas incluso podria llegar a dolerle un poco la cabeza, veamos que tal es su instinto a la hora de defender su mente.
- Un legeremente no te avisara antes de intentar entrar - le aclare, despues de todo, estaba aprovechando que su guardia esaba baja para forzar mi entrada.
- Pon tu mente en blanco - dije, mientras recibir un torrente de recuerdos que ella deberia estar viendo pasar frente a sus ojos.

Al verlo sentí como su mente invadía la mía sin siquiera avisarme. Comenzé a ver recuerdos pasar frente a mis ojos, los mismos, supuse, que él estaba viendo ahora.
Y ahi estaba yo, con siete años, vestida de luto sobre la tumba de mamá. No estaba llorando ni nada por el estilo, aunque sonara frío nunca pude llorar su muerte, las lagrimas no salían de mis ojos. Estaba tremendamente pálida y el negro contrastaba como nunca contra mi piel. Cambio de recuerdo, me encontraba en la casa de vacaciones de mi tío. Había ido alli porque papá se encontraba trabajando, tenía 10 años si mal no lo recordaba. Había liberado a Skadie, su elfa doméstica. Mi cuerpo se estremeció al ver por mi mente al hermano de papá lanzándome un cruciatus y diciendo que lo que había hecho no se hacía, la Sophie de mis recuerdos se encontraba retorcijándose del dolor contra un rincón.
Escuché a Alexander hablándome, diciendo que pusiera mi mente en blanco. ¿Mente en blanco? ¿Cómo se suponía que hacías eso? Otro recuerdo, me encontraba en Beauxbatons con Mary y Dominique, mis mejores amigas. Estábamos en nuestra habitación tiradas en el suelo y muriendo de risa. Recordaba que era por lo que le habíamos hecho a Anne, una de las chicas que no nos caía del todo bien y siempre intentaba hacernos la vida imposible.
De acuerdo, basta. La sensación de que Alexander veia todo esto era horrible, intenté no pensar en nada, pero parecía no tener efecto. Podía notar como los recuerdos seguían fluyendo y esta vez estaba en los jardines de Beauxbatons con Thomas. Él era mi mejor amigo, o por lo menos lo fue hasta ese día. Lo vi diciendo que yo le gustaba, las palabras saliendo de su boca con bastante dificultad, yo con incomodidad respondiéndole que lo sentía mucho pero que no lo veía de la misma manera.
Comenzé a tener un horrible dolor de cabeza, los recuerdos seguían pasando delante de mis ojos, no podía poner mi mente en blanco.

Vi sus piernas blaquear, quizas era momento de detenerme, pero ese no era mi estilo, si iba a enseñarle, iba a hacerlo bien, como me habían enseñado a mi.
Sujete sus hombros, y la mantuve de frente a mi, aun con la mirada clavada en ella, mi mente seguia urgando en sus recuerdos, en sus emociones, en sus pensamientos, llegando cada vez más profundo, a los rincones más intimos de su ser.
- He visto tu fuerza leoncita, se que puedes sacarme - dije, en tono firme, si fuese otra, podria estar disfrutando aquello, pero, por alguna razon, con ella no. Esto no era por disfrute.
- Tu no quieres que este alli, ¡evitalo! - dije, alzando un poco el tono, al darme cuenta que estaba entrando cada vez más profundo, esperando no toparme con recuerdos que tuviesen relacion conmigo. La mantuve firmemente sujeta.

Mis piernas flaquearon y sentí como me sujetaba con firmeza para que no cayera. Por su mente seguían pasando todos mis recuerdos, el dolor de cabeza iba en aumento. Me encontraba en un bosque, tendría unos 6 años y habíamos ido a pasar el día con mi familia, yo me había perdido. En la próxima imagen me encontraba en el mismo lugar, pero rodeada de acromántulas, quien sabe como había dado a parar con ellas. Me dio un vuelco el estómago al observar que las criaturas se acercaban a la pequeña Sophie con las obvias intenciones de devorarla. Ella se había quedado paralizada, también sabía que si largaba a correr de nada serviría, simplemente temblaba esperando su fin.
Escuchaba las palabras de Alexander; ¡claro que no quería que él estuviera ahi! Respiré hondo e intenté expulsarlo de mi mente. En ese instante me veia de pie frente a un espejo, estaba agitada y toda despeinada. Oh, por Merlin ¿cómo podía hacer para que saliera de mí? Volví a respirar hondo y me concentré en despejar mi mente. Sacar los recuerdos de mí. Sabía que podía hacerlo, es sólo que se sentía tan horrible, para colmo el dolor de cabeza me mataba.
No entendí muy bien cuando o como sucedió, pero de un instante a otro las imágenes dejaron de mostrarse frente a mí.

Finalmente, el flujo de imágenes se detuvo, la chica parecia confusa aun, algo debil, la guie en silencio hasta una silla de aquella aula, y la sente, con suavidad, luego traje otra silla, y me senté frente a ella, dejando el respaldo para en frente.
Su rostro aun estaba algo pálido, y retire un mechón de su cabello del rostro, se había escapado de tu coleta mientras estábamos de pie.
- Vez como si podias - dije, dando algo de espacio para que se recuperara del todo, sonrei, al ver que comenzaba a volver el color a su rostro
- Asi que acromantulas ¿eh? - dije, mirandola aun, y con una sonrisa tranquila en el rostro - ¿Como terminaste en su nido?

Sentí a Alexander salir de mi mente y pude volver a ver mi entorno con normalidad. Me llevó a una de las sillas en donde me desmoroné, si no me hubiera tenido durante el camino seguro que caia al suelo. Apoyé los brazos sobre la mesa y sobre mis brazos apoyé mi rostro, cerrando los ojos durante unos instantes para intentar asimilarlo todo. El dolor de cabeza todavía seguía ahi, por lo menos lo demás ya se había ido.
Le dediqué una media sonrisa al escuchar su comentario, aún no comprendía como lo había hecho.
- No lo sé - respondí, volviendo a palidecer un poco e intentando alejar ese recuerdo - Recuerdo que me perdí y comenzé a caminar intentando encontrar a mi familia de nuevo. Pasó un rato, llegué a un claro y de repente me vi rodeada de ellas - terminé de aclararle.

Escuche su respuesta, mientras veia como su colo regresaba su rostro, ya parecia mejor.
- Es la unica forma que se de enseñar - le aclare - Se que probablemente nisiquiera entiendas como lo hiciste, pero no manejo bien la teoria, es mejor lograrlo por instinto.
Me acomode un poco en la silla, y me incluye hacia adelante, balanciando la silla en solo dos patas.
- Fue una mala pregunta - dije, en tono divertido - Más importante que como llegaste alli, es como saliste viva...

- Bueno, no estuvo tan mal. Pudo haber sido peor... supongo - hablé más para mí misma que para él, aun así el sentir que había un intruso en mi mente se había sentido horrible.
Cerré los ojos durante unos instantes y los volví a abrir. Comenzé a crujir los dedos de mi mano inconscientemente.
- No lo hice, soy un fantasma - le respondí con una sonrisa y luego pensé en lo que le iba a decir - En realidad, no sé por qué, mis recuerdos de como salí viva de alli no los puedo ver con mucha claridad. Es como si casi se hubieran borrado. - comenté. Seguramente por eso no había visto esa parte de la historia en mi mente, porque no estaba nítida - Lo único que sé es que mi madre me encontró a último momento y me sacó de ese problema, pero como lo hizo exactamente no tengo idea.

Rei por su primer comentario sobre su escape.
- pues eres el fantasma más lindo de este castillo - le dije divertido, mientras le guiñaba un ojo - ah veces ocurre, los recuerdos se reprimen - la verdad es que me parecía interesante averiguar lo que había ocurrido en ese pasaje de su infancia.
- ¿Asi que Thomas? - Sonrei, mientras me acomodaba en mi silla, acercadola un poco más a Sophie - No recuerdo que me rechazaras de la misma forma cuando te dije que me gustabas - sonrei mientras esperaba su respuesta.

Ignoré su primer comentario y me quedé intentando recordar que habría pasado exactamente con las acromántulas, cuando sus próximas palabras me hicieron volver a la realidad.
- Nunca me dijiste que te gustaba tan directamente - le respondí, parpadeando con torpeza - Además es diferente porque él era mi mejor amigo y lo conocía desde siempre, tú en cambio me das igual - aclaré, pensando luego en que no tenía por qué darle explicaciones de cosas que no eran de su incumbencia - No me gusta que hablemos de mis recuerdos, demasiado con que los has visto - volví a decirle, arrugando la nariz.
La cabeza todavía me dolía, aunque el dolor se estaba mitigando. O eso, o ya me estaba acostumbrando a sentirlo.

Rei ligeramente ante su comentario.
- Y otra vez arrugar la nariz - dije divertido, me encantaba ese gesto suyo, aunque ella había dicho que nisiquiera era conciente de hacerlo.
- Eres dificil de entender a veces, ¿Sabes? - le dije, divertido - Dices que no te importo, pero de una forma u otra, terminas pasandola bien conmigo, ¿Que soy entonces? - la mire, sonriente, mientras esperaba su respuesta, si solo fuese un conocido, no se habria escapado toda la noche conmigo a un lugar desconocido, y si me consideraba un amigo, no me diria que le doy lo mismo de forma tan directa.
De todas formas, no le di demaciado tiempo para responder, en ese momento volvi a interrumpir en sus panesamientos de forma agresiva, profundizando en sus recuerdos, emociones e impreciones de su mundo.

Lo miré alzando un poco una ceja. Yo me entendía perfectamente y no necesitaba que los demás estuvieran analizando si era difícil de comprender o fácil o que.
Estaba por preguntarle como hacía para estar tan seguro de que en verdad la pasaba bien con él y no simplemente estaba fingiendo. Decirle que no era nada en especial, sólo un chico de Slytherin con el que me había topado de casualidad, pero justo en ese momento decidió volver a entrar en mi mente. Demonios, no había estado para nada atenta y lo peor es que me había dicho que debería estarlo. Las imágenes empezaron a pasar ante mis ojos y el dolor de cabeza comenzó a volverse más fuerte de nuevo. Oh, de nuevo no por favor.
Y ahi estaba yo, hacía no mucho tiempo, de pie frente a mi padre. Él, debatiendo el hecho de que no hubiera quedado en Slytherin; yo, refutándole que estaba más que contenta con mi casa y no había nada que él pudiera hacer para que me cambiara. La discusión comenzó a subir de tono hasta que decidí largarme, diciendo algo de que no necesitaba su consentimiento para hacer las cosas. Esa fue la última vez que hablé con él.
Esto estaba mal, tenía que detener a Alexander. Intenté poner mi mente en blanco, pero claro que no era tan fácil. Me concentré, pero las imágenes seguían pasando frente a mí.

Como lo supuse, ella estaba con la guardia baja, lo primero que me tope al entrar fue la respuesta que ella tenia preparada a mi pregunta, ignore el tono ligeramente hiriente con el que escuche sus palabras en su mente, y me concentre en perforar más profundo.
- La oclumancia no es un escudi que debas levantar cuando creae conveniente - no deje de avanzar, perfordo cada vez más capas de su conciencia - es algo que debes llevar contigo siempre...

Ahora me encontraba en el baile de navidad de Beauxbatons que se celebraba siempre, tenía 14 años y había ido con un lindo vestido violeta. Ahi estaba Matt, siempre tan radiante. Recordé como cuando andaba cerca se me hacía difícil prestarle atención a otra persona que no fuera aquel chico. La imagen cambió y ahora estábamos bailando; entonces se me acercó y me besó.
Sentí como el tono de mis mejillas subía bruscamente; de todo, esto era lo que más me incomodaba mostrarle a Alexander. Escuché sus palabras como si vinieran de algún lugar lejano. Mi dolor de cabeza me estaba haciendo trizas, en este momento podía vernos con Matt sentados en un parque y tomados de la mano, besándonos de nuevo.
Stop, no tenía que pensar en nada, mucho menos en eso. Sentí a Alexander saliendo de mi mente y , luego, un agudo dolor en mi rodilla - o viceversa, no estaba muy segura. Volví a la realidad y me encontré con que me había caído al suelo.

Continue escarbando, pero lo que vi no me gusto, o más bien lo que senti, ¿Que era aquello?, ¿Celos?, la simple idea me parecio aberrante, nisiquiera me di cuenta de cuando mi mente se escabullia de la de ella, aun intentando procesar lo que pasaba.
Jamas había sentido celos de nadie, las chicas podian hacer lo que quisieran mientras yo no estaba al lado, mucho menos me preocuparia lo que hicieron años antes, ¿Entonces que?. Intente alejar aquellos pensamientos de mi cabeza, pero no fui capas, no, hasta que escuche la silla caer al piso, enfoque mi vista, y vi que Sophie había caido al piso, me apresure a ayudarla a levantarse y sentarla en otro banco.
- Eso fue... interesante -dije, aun con aquella extraña sensacion, simplemente no terminaba de entender porque no me había gustado lo que vi.

Con la ayuda de Alex me levanté y me senté en otra silla, no fue un golpe fuerte ni nada de eso, si no una caída normal. Apoyé mi cabeza sobre el banco, que estaba frío por lo que me calmaba un poco el dolor, y me quedé mirando al Slytherin. El tono de mis mejillas había empezado a bajar por suerte.
Escuché sus palabras y lo observé con curiosidad ¿qué había pasado exactamente?
- A mi no me pareció tan interesante - comenté pensando en los recuerdos que le había mostrado. Lo peor era que nisiquiera podía controlar lo que veia, si no que era la primera imagen que aparecía de algún lugar de mi mente y ya.
Con dos veces que me sorprendiera me bastó, ahora mantendría la guardia en alta para cuando se le ocurriera volver a entrar. No me gustaba que lo hiciera.

La mire un largo rato, parecia cansada ya, que entraran a la fuerza en tu mente podia ser un proceso doloroso e incomodo, siempre es más util una intromision silenciosa, aunque solo puedas acceder a las ideas más superficiales.
- ¿Que ocurrió con el? - le pregunte, en tono serio, mi habitual sonrisa se había escondido, mientras intentaba lidear con ideas que eran nuevas en mi alborotada cabeza.

Su mirada había perdido aquella calidez y su tono de voz sonó más bien apagado. Me pregunté en qué estaba pensando, o que habría pasado.
- Nunca terminé de comprenderlo - le dije mientras cerraba los ojos, recordando todo lo que habíamos vivido juntos él y yo - Supongo que fue que a los dos nos pasaron cosas que hicieron que cambiáramos mucho, no eramos los mismos que cuando nos conocimos - comenté pensativamente - Siempre terminábamos discutiendo por cualquier cosa, asique decidimos dejarlo. Por suerte lo hicimos bien, es decir nunca hubo rencor ni nada entre nosotros después de eso - terminé de explicarle con un suspiro. Hacía tanto que no veia a Matt, me pregunté que sería de su vida, como le estaría yendo con todo. En realidad, hacía mucho que no me ponía en contacto con mis amigos de Beauxbatons en general; al principio nos escribíamos cartas, pero luego eso se fue perdiendo. Volví a abrir los ojos.

La observe con atencion, tenia los ojos cerrados, y parecia estar sumergida en sus recuerdos, me di cuenta entonces de que aquello era algo intimo, algo muy suyo, y, por alguna razón, lo estaba compartiendo con alguien que "le es indiferente", segun sus palabras. Seguramente era por que yo ya había visto algo de aquello, pero, ¿Aquello era suficiente para contarme el resto?.
Finalmente abrio sus ojos, yo estaba ya sonriendo otra vez.
- Bueno, comienzas a tomarle el truco - Dije, tratando de cambiar el tema de conversacion, note determinacion en su mirada, ella estaba preparada esta vez, ya no la tomaria por sorpresa de nuevo - Parece que no todas las rubias son bobas como dice la gente - dije bromeando, mientras le guiñe un ojo.