Una clase muy particular [Sophie]

Recuerdo del primer mensaje :

Hace apenas una hora que recibí la respuesta de Sophie, me pude de pie de un salto, y, tras arreglarme un poco, sali de la sala, y a pasos rapidos, llegue hasta a sala en que la había citado.
Cuando llegue, aun no había llegado, tome asiento sobre la mesa que deberia corresponder al profesor,y di un vistazo a la sala. Era un lugar algo lugubre, estaba un poco sucio, y puder ver una telaraña en el techo, frunce el ceño, no tenia contras las arañas, pero, en la montaña, me preacio ver bastante nerviosa a Sophie cuando invoque la acromantula ignea para luchar contra el gigante. Saque mi varita del bolsillo, y la apunte a la telaraña.
- Evanesco - la tela de ataña desaparecio, continue recorriendo el salon, y limpiando todas las telas de araña que encontrara

No pude, ni intente, reprimir la risa que.me invadio ante su mirada algo enfadada.
- Debes aprender a mantener tu barrera levantada en todo momento - aun estaba divertido por su reaccion, pero decidi no enfatizar en eso.
Mire a mi alrededor, ¿cuanto llevabamos ya aqui?, la sala comenzaba ha parecerme sosa y aburrida, y senti el impulso de dejarla atras. Me levante, y le ofresi la mano a sophie.
- Vamos a dar una vuelta - le dije mientras le guiñaba un ojo.

Alzé una ceja al observarlo reir, a mi no me parecía gracioso. Vamos, era injusto, apenas estaba aprendiendo a sacarlo cuando entraba en circunstancias normales y él ya se aprovechaba de mi miedo para entrar.
Tomé en cuenta su oferta, era cierto que había venido aqui a practicar, pero ya era agobiante. Además mi cabeza todavía me dolía bastante, no me vendría mal despejarme un poco.
- De acuerdo - le dije levantándome pero sin tomar su mano. Dejamos el aula atrás y comenzamos a caminar por los pasillos.

La chica me dejo con la mano tendida y empezo a caminar, tipoco de ella, rei un poco ante su actitud, que se me hizo muy divertida. La alcance en el pasillo, y juntos nos alejamos del agobio de aquella sala.
- Y bien querida, ¿donde quieres ir? - Le pregunte, aunque yo ya estaba pensando en las posibilidades.
Los pasillos tenian poca gente, afuera comenzaba a irse el sol, y el cielo se pinto de un color purpuraba, si no nos dabamos prisa, acabariamos en el mar de alumnos que pronto se dirigirian al gran comedor por su cena.

¿Querida? ¿Desde cuando me decía querida? Lo miré algo extrañada al mismo tiempo que pensaba en la respuesta a su pregunta.
- ¿Qué te parece si vamos a los jardines, querido? - inquirí en tono algo burlón haciendo especial énfasis en la última palabra y una sonrisa decorando mis labios. - ¿Salvo que quieras ir al Gran Comedor? - le pregunté luego, ya que supuse que en poco tiempo sería la hora de ir a comer. Yo no tenía tanto hambre, pero quizás él si.

Caminamos por los pasillos, nege con la cabeza a su pregunta.
- ¿al gran comedor?, ¿y tener que compartirte con todo el colegio?, ni hablar - dije en tono divertido, mientras doblaba en una esquiva, en diccion a la salida - Te prefiero solo para mi "mi amor" - pronuncie aquellas ultimas palabras en tono de burla, siguiendole el juego.
Finalmente llegamos hasta las puertas que nos llevarian a los jardines - ademas, aun tengo esperanza de conseguir un beso tuyo esta tarde - dije, en un tono que seria dificil de definir si era broma o verdad, quizas un poco de ambas.

Continuamos caminando, bajamos unas escaleras y seguimos por los pasillos. Mis mejillas subieron un poco de tono al escuchar sus palabras. No estaba segura de si lo decía en broma o de verdad.
- Eres un tonto Alexander - le dije riendo levemente y luego negué con la cabeza - Ya te lo dije cariño, resígnate. No vas a conseguir ningún beso mío - agregué con un suspiro.
Llegamos a las puertas que daban a los jardines y pasamos por ellas. Estaba bastante fresco, aunque no tanto como para que hiciera frío y el sol estaba comenzando a ponerse. Tomé una bocanada de aire, relajándome. Me encantaba estar al aire libre.

Deje que ella guiara nuestra ruta por lo jardines, entre nosotros paso una brisa tibia, que sacudió un poco el cabello de la chica, el clima estaba agradable, ni caliente ni frio, y el cielo comenzaba a amenazar con que pronto aparecerían las primeras estrellas sobre nosotros.
- ¿Que no estuviste a punto de besarme en nuestra ultima cita cariño? - bromee con ella, recordardando cuando nuestros labios se tocaron en la cordillera donde tuvimos nuestro encuentro con los gigantes.
- Ademas, nunca es mucho tiempo, ¿Sabes?

Mis mejillas se tiñeron de un intenso tono de rojo, no tendría que haber mencionado eso. Tampoco pensaba responderle, si estuve a punto de besarlo o no no importaba, no lo había hecho y punto. No sé en que estaba pensando exactamente. Miré hacia el costado, intentando que bajara el tono de mi rostro, pero no lo conseguía.
- Bueno, creo que puedo soportar mucho tiempo - le dije. En realidad le iba a decir que yo nunca mencioné la palabra nunca, pero decidí no hacerlo ya que seguramente creería que me le estaba insinuando. Además era cierto, nunca lo besaría.
Caminamos un poco más y nos sentamos sobre el césped, habían algunos alumnos todavía por esa zona.

Caminamos algunos minutos por los jardines, vimos a los ultimos estudiantes perderse en el interior del castillo, y supuse que ya estarian sirviendo la cena en el interior, yo preferia estar alli con ella, que dentro, asi que no me preocupe.
Bajo nuestros pies, el pasto crujia con nuesrtros pasos, se odia repirar tranquidad en al aire, y cada vez quedaba menos sol en el horizonte.
Me recoste sobre el cesped, y puse mis manos tras mi cabeza, en forma de almoahada, vi, sobre nosotros, como aparecia la primera estrella de aquella noche.
- ¿Sabes?, hay quienes creen que puedes pedir un deseo a la primera estrella de la noche - dije, sin dejar de mirar el cielo, siempre me había gustado.

Lo observé recostarse y mirar hacia el cielo, yo permanecí sentada pero también levanté mi rostro. El color seguía siendo púrpura, aunque pude notar que se había oscurecido un poco, quizás.
- ¿Alguna vez lo has intentado? - le pregunté, volviendo mi mirada a él, que seguía mirando hacia arriba. Había escuchado hablar de eso, pero nunca tuve la oportunidad de vislumbrar la primera estrella; o por lo menos si lo había hecho no me puse a pensar en pedir un deseo. Alzé la mirada de nuevo, intentando ver la estrella. Al principio no la encontré, pero luego de unos segundos pude verla. Resaltaba entre tanto violeta y titilaba de vez en cuando.

No necesite mirarla para darme cuenta que se había sentado a mi lado, yo mantuve la mirada en la estrella, dejando que la tranquilidad del momento me recibiera, eran pocos los momentos en que me permitia estar tranquilo, la mayor parte del tiempo estaba buscando en que mantener ocupada mi atencion.
- No, nunca - dije, aun mirando la estrella - Cuando deseo que algo, lo busco, cuando espero que algo ocurra, hago que ocurra - dije, seguro de mi mismo, pedir deseos no era i estilo.
- ¿Que deseo pedirias?

Esbocé una sonrisa ante su respuesta, eso era muy de él.
- Podrías probar, no pierdes nada - le dije divertida. Yo tampoco era que hubiera hecho eso o que viviera atenta para pedir deseos, pero ya que estábamos.. Después de todo si no sucedía, no sucedía y fin. Me quedé pensando su pregunta por un tiempo; habían varias cosas que pediría, pero ninguna me parecía lo suficientemente importante para eso y al mismo tiempo no podía decidirme. Lo sé, me estaba contradiciendo. Al final resumí todo en una sola cosa - Nunca lo he pensado en realidad, no tengo una meta fija que desee. Supongo que pediría ser feliz sin importar las circunstancias - terminé por agregar, simple y conciso - O.. que Gryffindor gane la copa de las casas - dije luego bromeando. Nunca terminé de entender lo de los puntos pero a todos parecían importarles. - ¿Tú qué pedirías?

Reí ante su broma de los puntos, no terminaba de entender como todos en este colegio parecian girar en torno a aquel sistema de puntuaciones.
- Eso es facil - dije ante su pregunta, aun sonriendo - Pediria una segunda cita contigo -Mi tono estaba justo en el filo entre la broma y la verdad, sin dejar ver a cual de las dos me referia - Aunque claro, no necesito pedirlo como deseo, pensaba pedirtelo a ti hoy.

Dejé de mirar al cielo y de nuevo lo observé a él. De tantas cosas que podría pedir, no podía elegir eso.
- Alex, ya te he dicho que no me gustas de esa manera - le respondí suavizando mi tono de voz. Era tonto tener una cita en esas condiciones, es decir él no iba a conseguir nada. Y aun así, aunque le marcara los puntos, parecía no importarle. Mi mirada se tornó incomprensible - Podrías pedir cualquier otra cosa. - agregué seguido a mi último comentario.

No deje de sonreír ante sus palabras.
- Te la pasas diciendo que no te gusto, o que no te intereso - dije, con tono casual - Creo que no te das cuenta que estas equivocada - Sonaba realmente seguro de mi mismo - ¿Que te parece un pequeño experimento?.
No me sentia inquieto por su rechazo, no me molestaba que lo hiciera, aunque si debia admitir, a mi pesar, que me moria por conseguir algo que parecia lejano en aquel momento.

Al escucharlo hablar alzé mis cejas y mi mirada se tornó escéptica.
- Dime una cosa ¿cómo puedes sonar tan seguro diciendo que estoy equivocada? - inquirí posando un dedo en su pecho. Después de todo, yo sabría si él me gustara - Simplemente no puedes saberlo, no me conoces - agregué con un suspiro.
Él parecía seguir tranquilo, volví a preguntarme, como tantas otras veces, hasta cuando seguiríamos con esto. Porque parecía que ibamos a continuar así por siempre.

Rei ante su afirmacion.
- Dices que no te conosco, pero, ¿Quien de este colegio sabe más de ti que yo en este momento? - Me pregunte, entre todos los amigos, y conocidos que tenia, si alguno habría llegado a ser tan cercano.
- Entonces, ¿Estas dispuesta a un pequeño experimento o no? - dije, girandome, y mirandola a los ojos.

Bueno, tenía un punto. Me había hecho amiga de bastantes personas, con mis compañeras de habitación también me llevaba muy bien, pero no había pasado tanto tiempo con ellos o les había contado tantas cosas. Es que claro, ellos tampoco me leian el pensamiento. Fulminé a Alexander un poco con la mirada.
- Nadie, pero eso tampoco significa que tú me conoscas del todo - refuté. Lo vi observándome a los ojos - No lo sé, ¿por qué no puedes aceptarlo y ya?

Le vi fruncir el ceño, y supe que tenia razón, nadie había pasado tanto tiempo con ella, ni había llegado a ser tan cercana, aunque ella se negara a admitirlo.
- Esto es lo que haremos - dije, aun mirandola a los ojos - Dices que molesto, y que no sientes nada por mi, pues bien, me alejare de ti - dije, sin más, y aun sonreia - Y no volveré a acercarme a ti... Hasta que seas tu la que se acerque a mi.
Una nueva brisa paso entre nosotros desordenando el cabello de Soph.
- Si es verdad que te doy igual, entonces te habras librado de mi - Le dije, parecia relajado a pesar de lo que estaba proponiendo - Aunque estoy seguro que volveremos a juntarnos.

Pensé que iba a terminar ganándome por cansancio, pero lo que escuché luego no me lo esperaba. Lo miré atentamente, él en ningún momento dejó de sonreír. Merlin, me molestaba que se sintiera tan seguro. Me pregunté si de verdad estaba escuchando lo que me estaba diciendo.
- No quiero alejarme de ti - le respondí, arrugando la nariz. Las palabras salieron de mi boca sin siquiera haberlas pensado yo. Rayos, tomé aire - Detesto admitir esto, pero no me la paso del todo mal contigo - le hice saber y luego hablé atropelladamente - Aunque tampoco me gustas, y si no queda otra opción entonces de acuerdo, alejate. Sólo ten en cuenta que no pienso ir a buscarte o hablarte - terminé de decirle con un suspiro.

La mrie algunos instante, no esperaba su primera respuesta, pero rapidamente aclaro algunas cosas. Me quede pensando en lo que acababa de decir, intentando pensar con más claridad.
- Por ahora, me basta con que admitas que no quieres que me aleje - Dije, y me dedique a meditar un par de instante en las palabras que le siguieron. Solte un suspiro, y volvi a mirar las estrellas, un par más habían aparecido ya, guarde silencio, relajandome como en pocas oportunidades me lo permitia.

Pestañeé y cerré los ojos fuertemente, aunque solo por una milésima de segundo. Lo escuché suspirar y observé como volvía su mirada hacia el cielo. Mi vista se perdió en algún punto fijo por alli.
¿En qué momento había pasado de odiarlo a llevarme bien con él? Estaba segura de que si me hubiera dicho lo que me dijo hacía un par de semanas atrás le habría dicho que se vaya con gusto y sin dudarlo. Fruncí el seño, esto era demasiado extraño y sumándole el hecho de que yo a él le gustaba lo hacía peor.
Un momento, ¿acaso era culpa lo que estaba sintiendo? ¿Por no haber aceptado ir a su cita? Fruncí el seño y negué levemente con la cabeza. Tenía que pensar en frío, no podía sentirme así. Menos por Alexander. Era curioso, conmigo se comportaba como una persona civilizada mientras que con el resto del mundo parecía hacer todo lo contrario.
- El cielo se ve genial - comenté luego, cortando el silencio reinante, al mismo tiempo que también me recostaba sobre el pasto, se sentía agradable. El sol ya casi se ponía del todo, le quedarían solo algunos minutos más. Seguro que los alumnos del Gran Comedor ya estarían por la mitad de su cena.

No respondi a su comentario, pero hice un gesto de asentimiento con la cabeza. No se cuanto tiempo pasamos mirando el cielo, poco a poco, las estrellas comenzaron a aparecer como salpicaduras sobre el manto celeste, cubriendo hasta donde nuestra vista alcanzaba, y nos quedamos alli, en silencio.
Aunque aquello no duraria, el silencio se vio interrumpido por una pareja de chicos, eran dos, y ya casi habían llegado junto a nosotros cuando los escuche.
- Hey, Thomas, ¿este no es el chico que ataco a Randy el otro día? - Dijo uno de ellos al otro, solo entonces me gire a mirarlos, ambos eran de mi misma casa, y cursaban 7mo año, uno de ellos tenia el cabello rubio y era especialmente alto y corpulento, como un gorilla albino, el otro, era más bajo, y tenia rasgos afilandos, su cabello era castaño bastante oscuro, y tenia una mirada aguileña puesta en mi.
- Si, es el, le recuerdo... - Ambos se miraron con entendimiento, mientras yo me limite a mirarlos aun en el piso, sin levantarme.

Nos quedamos viendo las estrellas quien sabe por cuanto, me pregunté cuantas de ellas habrían. Me puse a contarlas - sí, comenzé a contarlas - y me empezó a dar un poco de sueño, mis ojos estaban por cerrarse cuando sentí unas voces cerca nuestro. Al principio les resté importancia hasta que, ya cuando estaban a dos pasos de distancia de nosotros, pude escuchar su conversación.
¿Ven a lo que me refiero? Por alguna extraña razón él parecía comportarse mal con todo el mundo, menos conmigo. No creia que el tal Randy hubiera hecho algo lo suficientemente malo como para que Alex lo atacara. Bueno, aunque quien sabe.. Como sea, miré a Alexander significativamente, quien se había quedado todavía haciendo caso omiso de los Slytherins. Suspiré y me senté, ahora mirando a los otros dos muchachos - que se habían parado frente a nosotros - con una sonrisa en mis labios pero con expresión perspicaz en mis ojos.
- Disculpen ¿pero necesitan algo en especial? Porque me están tapando la vista - comenté con algo de sarcasmo, invitandolos sutilmente a retirarse.

Los chicos se miraron, algo confusos por la osadia de la leona, pero luego se sonrieron con malicia.
- Vinimos a darle una paliza a tu novio - dice uno de ellos, el de cabello oscuro, mientras me mira con malicia - Y si eres lista, no intervendras.
El otro suelta una risa sosa a las palabras del primer, y camina a mi lado, mientras le dedico una mirada tranquila, y una sonrisa divertida.