Los chicos malos tambien nos gusta el helado [Alyss]

Recuerdo del primer mensaje :

Estaba cercano a empezar el siguiene semestre, y habian varias cosas que aun no tenia, los materiales no eran los mismos que necesite en mi anterior escuela, y segun me dijeron, el mejor lugar para solucionar esto era el callejon Diagon. Habia pasadado media mañana compando calderos y libros, y estaba aburrido, no tenia mucho sentido comprarlos en realidad, jamas eh sido del tipo estudioso, y si no fuera por mi poco habitual afinidad con a magia, probablemente habria reprobado hace mucho en la escuela.
Era verano y el calor me era molesto, no estaba costumbrado a el, mi anterior escuela tenia un clima mucho más frio que este pais, justo en ese momento, pase frente a una pintoresca heladeria, incluso yo, en ocaciones, queria comer algo dulce, me anime, y entre en busca de algo para refrescarme.

- Es cierto, a veces llego a cansar - reconocí riendo un poco.
Eché de menos las llamas que pronto desaparecieron y nos sumieron en la oscuridad, pero tendríamos que dormir tarde o temprano.. y cuando volvieran los mortífagos no debían encontrar el fuego.
- Extraña razón..- contesté, meditando sus palabras. Iba a preguntarle más, pero ya me costaba hacer que salieran las palabras de mi boca. Se me cerraban los ojos,aunque poco había de diferencia con la penumbra que nos rodeaba. El sonido de goteo constante de humedad desde el techo al suelo, parecía contar los segundos.
- Creo que será mejor dormir.. - murmuré.

Escuche el cansancio en la voz de la chica, no parecía quedar mucho antes de que este la venciera, deje que mi cuerpo se deslizara por la pared, hasta quedar recostado en la celda, con la espalda en el muro, y nuevamente se me cruzo por la cabeza que lo único que me separaba de ojos de fuego en aquel momento, era un muro no demasiado grueso, la idea me pareció reconfortante e inquietante por partes iguales.
- Prácticamente dormiremos juntos esta noche - dije bromeando, más para quitarme esa extraña tension que por otro motivo.
- Buenas noches - finalice, era primera vez que decía aquellas palabras, pues, al fin y al cabo, era primera vez que de verdad deseaba que alguien pasara una buena noche.
Ella dormiría, pero mi horario, principalmente nocturno, me mantuvo despierto muchas horas después de eso, en la que me mantuve simplemete escuchando su respiracion ritmica en la oscuridad, e imaginando que podria estar soñando en aquellos momentos.
Finalmente me pregunte que clase de día nos aguardaría mañana.

No respondí a su comentario, para mi un muro significaba que no.
- Buenas noches Alexander.
Necesité darle la espalda aun sabiendo que no me vería. Supongo que sus actitudes "acosadoras" seguían teniendo ese efecto huidizo de mi parte, pero así me sentía más tranquila.
Me sumí en un sueño profundo rápidamente, habiendo calentado el suelo para poder conseguirlo. Esa noche no recordé lo que había soñado, sólo que me desperté con mi propio grito. Miré mis muñecas, como si buscara alguna mutación en ellas.
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Se abrió la puerta, dando paso a uno de los mortífagos. Miré por el agujero del muro para ver si Alex seguía durmiendo, pero no lo vi, asi que observé a lo que parecía una chica joven vestida de negro que se detuvo ante mi puerta.
- La comida. - deslizó un plato con sopa y un vaso de agua sobre una bandeja e hizo lo mismo con la de mi compañero.
Me acerqué a la comida, oliéndola primero. No me fiaba de lo que hubiera dentro.
La chica pareció advertirlo.
- Es sólo sopa de zanahoria, tranquilos, no experimentamos con comida. Volveré en una hora a recogerlo, yo que vosotros comía todo, no habrá más hasta la noche. - se escuchó el sonido de la puerta al cerrar, pero ya habían encendido las antorchas para poder ver.

Hacia ya casi una hora que había despertado cuando sentí los primeros movimientos en la celda de en lado, ojos de fuego parecía haber despertado recién. Me encontrada de espaldas al muro, sentado, mis costillas ya estaban mejor, la verdad es que la magia había hecho casi todo el trabajo. Estuve seguro de escucharla removerse, mirando por el agujeto, pero no habia aungulo para que ella pudiese verme. Tan solo unos nstantes despues, la puerta se abrio, y una chica nos dejo unas bandejas de comida, en cuanto pase frente a mi celda, para depositar la bandeja, mantuve contacto visual con ella, de inmediato, ella quedo como paralizada, mirando mis ojos con expresion absorta, mantuve su mirada cautiva mientras sondeba su mente, en busca de la información que requeria en aquel momento, salidas del lugar, cantidad de guardias, todo lo que pudiese ayudarme a salir de alli, la verdad, ya estaba aburrido de aquel lugar, se acercaba la hora de empezar el show.
Finalmente retire mi mirada de sus ojos, y tome mi plato, en silencio, la chica me miro unos segundos más, confusa por su propia reaccion, pero no encontro nada raro más en mi, salvo quizás por el curioso color carmesi de mis ojos.
- ¿Pasaste buena noche? - pregunte a ojos de fuego, la verdad es que intentaba permanecer tranquilo, pero llevaba demaciado tiempo alli, y me comenzaba a sentir como una bestia encerrada, una creciente hambre de libertad se estaba desatando en mi.

Seguí mirando la sopa con algo de desconfianza, pero decidí tomármela con cuidado. Tenía demasiado hambre como para no arriesgarme.
- Teniendo en cuenta nuestra situación, no puedo quejarme..supongo - respondí. Probé algunos tragos mientras miraba el pasillo iluminado. No podía imaginarme el día muy diferente del anterior, pero al menos esperaba que Alexander cambiara de opinión y se marchara antes de que decidieran experimentar con la mercancia nueva.
Salir de ahí no sería fácil, teniendo en cuenta que estábamos a muchos metros bajo la superficie y la cantidad de mortífagos que deambulaban por todas partes.
- Alexander, tienes algo pensado? Quiero decir.. Si te quedas aquí más tiempo, serás el primero en ser un bicho raro - dije con una mueca. - Aunque tampoco sería una gran diferencia de lo que eres ahora.- comenté burlándome de él mientras reía un poco, como si yo fuera más normal.

Eestaba bromeando conmigo?, eso era nuevo, y tenia la impresion de que ojos de fuego no es del tipo de chica que bromea fácilmente con cualquiera, no, ella es del tipo que entrega todo a nada, sobre todo con el tema de la confianza. Pero estoy seguro que ella no confía en mi, no, seguramente solo es por la tensión de la situación...
- Si no fuera raro, seria aburrido, y no te interesarías en mi - dije en tono de broma, como respuesta a su comentario, tambien riendome.
- Sabes que eso no pasara, ¿cierto? - le dije aun sonriendo, y terminando de tomar mi sopa.
- No pondré un pie fuera de este lugar si no lo hago contigo, prefiero que experimenten conmigo todo lo que se les de la gana - dije con firmeza, no temia a los mortifagos, ni a los experimentos, al menos, no a lo que estos podian hacerme a mi, ojos de fuego era otra historia.

- No intento justificarte, pero la razón que me presentas es inválida porque no es intencionado - dije como si fuera una evidencia. Ese tipo actuaba como actuaba porque era así, al menos no parecía reprimir sus pensamientos ni medir sus palabras. No creía que hiciera nada por conveniencia.. pero no confiaría en él porque sí. Aunque se quedara ahí, seguía siendo ilógico que se quedara por mí. No era su amiga, ni mucho menos era amable con él.
- Es que tu sentido de masoquismo nunca es suficiente? - dije, dejando el plato en el suelo con algo de molestia. Me ponía nerviosa cuando no entendía lo que pasaba y ese chico nunca se explicaba lo suficiente.

No pude reprimir una risa cuando escuche su tono de impaciencia, claramente algo le molestaba y no necesite mirarla a los ojos para saber que lo era.
- Hay personas en este mundo que no actuan por interes, o movidos por una razon, o buscan algun fin, personas que no necesitan más que un deseo, como justificación para arriesgarlo todo - termine mi plato, y lo deposite frente a mi - yo deseo protegerte, para mi, es suficiente razón, no necesito saber si es logico o no.
Me gire, en dirección al agujero, buscando ver su rostro.

- Pues ese motivo no es muy razonable. Además, no necesito protección.. - dije con tenacidad. - no me gusta que me protejan, no soy débil ni necesito ese trato. Soy yo la que arriesga y no arriesgaría, en tu lugar, por un deseo que no tiene ningún fundamento. Crees que sin ti me va a ir peor? - pregunté aun molesta. No soportaba que me trataran como si fuera de cristal, sabía lo que quería hacer y cómo, no necesitaba que me ayudaran ni que me trataran como a una niña indefensa.
Miré hacia el agujero con algo de molestia, encontrándome con sus ojos.
- Prefiero que caminen a mi lado y no custiodiando mis pasos, o de lo contrario, tendré que echarte yo misma como las otras veces que nos hemos encontrado. - expresé con seriedad.

No pude evitar sonreir ante su molestia, aquello era algo que aun no sabía de ella, su deseo de independencia y autosuficiencia casi era palpable en sus palabras.
- Lo siento - dije sosteniendo su mirada aun cuando casi echaba chispas por los ojos - no siento querer quedarme - le aclare - no necesito razones logicas para hacer lo que hago.... - Duda unos instantes, pensando las palabras que debia usar - no me quedare para cuidarte, me quedare porque deseo estar a tu lado.
No era que hubiese cambiado de idea rápidamente, era más bien que acababa de ver una fortaleza en ella que había pasado por alto, aun cuando ya la había visto antes.

Lo miré con extrañeza, pero me ahorré seguir haciéndole preguntas, era inútil hacerlo, aunque siguiera pareciéndome raro que ese chico se quedara sin tener realmente motivos como la amistad o algo similar. Era muy opuesto a mi forma de pensar.
- Si es lo que quieres, allá tú. - respondí, reprimiendo mis ganas de decirle que se fuera. Bueno, al menos no era tan molesto como antes.
Pronto, se escucharon pisadas tras la puerta y tres figuras entraron a la par, deteniendo sus pasos en la puerta de mi celda.
- Rápido, preparadlo todo - dijo el hombre mientras la chica de antes recogía el plato y luego un segundo se acercaba a mi con una aguja.
Me puse en pie, retrocediendo.
- Qué es eso?
- Tan sólo un calmante - dijo el mortífago joven que sujetaba la aguja. Fruncí el ceño, no iba a dejar que me drogaran.
- Ni hablar, no he hecho nada para que hagan esto
El mayor de los tres comenzó a reir.
- La niñita a caso se ha ofendido? Quizá sería mejor que trajéramos sus peluches antes de la siesta? Rápido, cogedla y dadle la inyección de una vez, no quiero imprevistos en el interrogatorio!
El joven se acercó hasta acorralarme en una esquina y mi cuerpo comenzó a chispear por la amenaza. El chico agrandó los ojos y miró hacia el mayor.
- Señor... necesitaremos un anulador.
El hombre no lo pensó demasiado y antes de que yo pudiera saber a lo que se refería, lanzó una cadena que se aferró a mi cuello, apagando las pocas llamas que amenazaban con saltar. Ahogada, comencé a tirar del collar.
- Es inútil, sólo un mortífago puede liberarte ahora - sonrió. - No necesitaremos sedarla ahora, no es mas que una niña.
Miré con furia, reprimiendo mis ganas de atacarlo con mis propias manos antes de que salieran de mi celda. Oi un segundo ruido, supuse que era la chica recogiendo el plato de Alexander. No tardaron en volver a desaparecer.
- Sigo sabiendo defenderme, esto no significa nada- dije ahorrándome el oir su comentario.

Finalmente se resigno a que no iba a avandonar aquel lugar sin ella, pero segundos despues, escuche a llegada de los mortifagos, oi con detalle el forcejeo en la celda de en lado, y tuve la tentacion atacar a los desgraciados que se atrevieron a poner un dedo ensima de ojos de fuego, pero me contuve, ella dijo que no necesitaba proteccion, y yo estaba convencido de que ella tenia razon.
Todo termino, se llevaron mi plato, y los poderes de Alyss al salir, escuche su comentario, una mezcla entre humor amargo y desafió.
- No creo que tu fortaleza venga de tus poderes - dije con naturalidad - Así como no son ellos los que te hacen especial.
Me asome por el agujero.

- Quieres dejar de parecer encantador? No te pega el papel - dije sarcástica mientras seguía intentando en vano sacarme el collar anulador.
Miré hacia el agujero, sintiendo su mirada incansable y entorné los ojos buscando paciencia. Me puse en pie y me acerqué al agujero.
- No pienses que voy a olvidar todo lo que se de ti por un par de palabras que no tienen sentido, Alexander. Y... quieres dejar de mirarme? Me pones de los nervios - me quejé, hablándole directamente por el hueco y apartándome al poco para salir de su campo visual y apoyarme contra el muro. Solté aire, mi cuerpo estaba tenso siempre que Alexander estaba ahi. No me gustaba esa sensación.

Rei con fuerza ante su comentarios, ¿No me queda el papel?, simplemente aquello era demasiado gracioso para dejar de reir, hace solo unas horas, ella me acusaba de ser demasiado transparente, sin embargo, demostraba con creces que no sabia absolutamente nada de mi, las ioronias siempre he hacen reir.
Demore casi un minuto en calmar m ataque de risa, mis costillas, aun resentidas por la paliza de ayer, dolieron al acabar.
Al terminar, me quede de espaldas al muro, sin mirar por al agujero.
- ¿Reamente crees que quiero que olvides algo de mi? - le pregunte, aun con la respiracion agitada por las risas - Lo que quiero es justo lo contrario, ojos de fuego...

Sabía que ese chico sacaba lo peor de mi, y que seguramente si me filmaban por cámara oculta, negaría ser esa chica que aparecía en la pantalla. Pero era tan poco lo que me importaba de cómo me llegara a ver ese chico, que no reparaba en pensar demasiado... pero.. un momento, yo no era como él, no tenía por qué ponerme en un nivel tan ordinario.. no, no tenía hacerlo. Pero tampoco iba a actuar como si nada! Esta bien, deja de pensar, Alyss, pensar al fin y al cabo no hace más que liarte en cuanto a tratos con los demás, simplemente haz lo que salga.
Di un golpe contra el muro, sabiendo que él estaba del otro lado.
- No pienses que por lo que..estás haciendo, serás tan importante como para tenerte en cuenta, no haces más que ganartelo por las malas - me quejé. Aunque sabía que por mucho que me molestara su actitud, seguía sin ser malvado (a simple vista) el que estuviera allí, ni tampoco parecía disfrutar con que nos pegaran o torturaran.

Saco mi varita, y comienzo a juquetear con ella entre mis dedos.
- ¿Con lo que estoy haciendo? - repito - No se que pienses, ojos de fuego, pero no estoy jugando a nada, ni haciendo ningun papel, solo estoy diciendo lo pienso, cuando lo pienso, como siempre lo he hecho.
Eran la misma dinamica, si creo que alguien es espido, se lo dire de frente y sin problemas, de la misma forma, si creo que ojos de fuego es intrigante, tambien lo dire de la misma forma. A pesar de esto, no pude evitar preguntarme, ¿Que si deberia hacer para que ella me considerara?, la idea me parecio exrtaña en mi cabeza, y la aparta rapidamente.
Apunte mi varita a mi vaso vació, y se lleno de agua al instante, aun tenia sed.
- ¿Hubieses preferido conocerme sin saber de lo que soy capaz? - pregunte, en referencia a lo que vio de mi en el bosque, cuando estuve a solas con la chica Gry.
Me gire, y vi que su vaso tambien estaba vació.
- ¿Aun tienes sed? - pregunte con naturalidad

- No.- respondí al instante- terminaría sabiéndolo tarde o temprano siendo tú tan "sincero". Ya sabes, las típicas preguntas como...qué haces en tu tiempo libre? o..qué hobbies tienes? Y en ese entonces me habrías dicho algo sobre: cortar a gente o intentar matarlas - dije, imitando su tono de voz grave como pude.
- Despues de todo, eso forma parte de ti, si no no te conocería de verdad- concluí encogiéndome de hombros. Miré hacia su dirección y luego a mi vaso.
Sí que sentía la garganta reseca, sobretodo con ese collar que parecía agotarme la energía.
- Un poco - admití, pero no me atreví a pedirle nada.

Tratar con esta chica era como estar sobre una montaña rusa Muggle, un momento sentia la euforia de quien al fin hace progresos en una difícil campaña, y al siguiente, me estrellaba de frente con uno de los tantos muros que ella había levantado a su alrededor.
Sin embargo ella acababa de expresar una idea que resultaba alentadora para mi, ademas de haber dejado claro que preferia saber la verdad sobre con quien trataba sin importar que esta le resultara desagradable, otra cosa que teníamos en común, la peor de las verdades siempre sera preferible a la mejor de las mentiras.
- Me expulsaron de Dumstrang - dije con naturalidad, mientras apuntaba mi varita por el agujero, y llenaba su vaso con agua fresca - Por una pelea, un profesor intervino, y le ataque también a el - Sabia que aquello no venia al caso, pero mi instinto me decía que si quería algo de confianza de su parte, ella necesitaba saber de mi tanto como yo sabía de ella en este momento - Mi padre trabaja en el gobierno central mágico de Rusia, es como vuestro ministerio, el participo activamente en la captura de Mortifagos que huyeron al estrangero cuando Voldemort cayo, aunque la verdad, creo que lo hizo más por limpiar su apeyido que porque realmente compartiera la causa.
- Odio las caretas y las mentiras, y mi pasatiempo favorito son los duelos - Large aquellas confesiones sin esperar una respuesta de su parte, solo guiado por mi instinto, como siempre lo hacía.

Rocé el borde del vaso son la llema de los dedos. No era muy limpio, el metal estaba sucio por fuera, pero al menos era algo.
- Gracias - dije al ver que volvía a estar lleno. Comencé a escuchar mientras tomaba el vaso y lo acercaba a mis labios, sintiendo el frío y el líquido derramándose helado y lentamente.
- No se por qué pero lo que dices no me sorprende - dije alzando una ceja mientras miraba hacia el pasillo de las celdas. - pero.. cómo pudiste agredir a un profesor? - pregunté sin buscar respuesta. Negué con la cabeza, indignada- me sorprende que te hayan admitido en Hogwarts con esos antecedentes..
Lo de su padre me llamó la atención, aunque supongo que todos tenían trapos sucios que limpiar, ocultar o "olvidar" tras otros más decentes..sobretodo el ministerio. No era una novedad que la corrupción estuviera por todas partes, encubierta por acciones nobles para con la sociedad.
- Qué pasó con tu padre? - pregunté con curiosidad.- si se puede saber.. - seguí jugando con el vaso.

Sonrei, sabia que ella había dicho hace poco que no tenia ningun interes en lo que a mi respecta, pero su curiosidad era fuerte, yo eso lo sabia, me pregunte entonces, ¿Preguntara solo por su instinto natural de preguntar, o tendra algun pequeño interes en saber?, algo me decia que muy en el fondo, aunque fuese un poco, comenzaba a agradarle a ella, estaba convencido de aquello.
- Me aceptaron porque mi padre tenia muy buenas relaciones con el ministro de vuestro pais, ademas, el director parece tener la curiosa creencia de que todos merecen una oportunidad - la idea se me hizo divertida, no porque me pareciera ingenuo o tonto de su parte, sino porque me preguntaba que clase de respuesta esperaba de mi parte ante ese gesto.
- Mi padre continua en Rusia, debe estar feliz de tenerme tan lejos - dije con naturalidad- Siempre le preocupo mi actitud, sentía que yo habia heredado demaciados ganes de su abuelo, esa parte de la familia que el trataba de borrar de la opinion publica con desesperación - dije, recordando como mi padre me puso en Dumstrang con es esperanza de que en aquel colegio, conocido por su oscurantismo, pudiese adaptarme de mejor manera que en ningún otro.
Tome entre mis manos un trozo de pan que aun me quedaba, la comida habia sido miserable, y claro, era imposible crear comida, para mi suerte, aumentarla si era posible.
Con un movimiento de mi varita, el pan crecio de tamaño entre mis manos, lo parti, y pase la mitad a la celda de al lado, sin preguntarle si tenia hambre o no.
- Cuando salga de aqui, pienso hacer un pequeño viaje a Rusia, hay algunas cosas de mi familia que quero averiguar antes de regresar a clases...

Reí al oir sobre el enchufe que podrían llegar a tener algunos bien ubicados según su nivel social.
- Confío en las decisiones del director Dumbledore, pero aun asi.. yo que tú iría con cuidado, Alexander... no se tienen segundas oportunidades porque sí, y menos terceras. Creo que eres capaz de captarlo, no? - advertí, mirándolo con un deje de recelo. Aunque, de repente, vi que su mano se coló por el agujero junto con un trozo de pan.
Alcé una ceja y me quedé mirando el pan con confusión.
- Eres bipolar? - pregunté sin poder entender su repentina hospitalidad hacia una chica que no hacía más que tratarle con descaro y mal carácter. - eso, tienes transtornos de personalidad múltiple- dije mientras pensaba seriamente en el tema. Luego suspiré, resignándome y alcé la mano hasta recoger el pan que me tendía.
- Supongo que tu padre tendrá esa actitud de preservar las costumbres sociales y salvaguardar las opiniones favorables hacia tu familia, es normal que no acepte tu actitud tan desencajada con el entorno.- dije con evidencia, encogiéndome de hombros.
Escuché su último comentario con extrañeza, era un poco inútil hacer un viaje cuando ya casi iban a empezar las clases, a menos que no se planeara muchos días de estancia. Seguramente era para algo específico. Aunque personalmente, no imaginaba salir por fin de Inglaterra para solo unos días.
- Me alegro de perderte de vista pronto - sonreí.

¿Bipolar?, ¿Personalidad múltiple?, me causo gracia sus palabras.
- ¿Tan convencida estas de las reglas que tu considera lógicas, que alguien que no las sigue debe tener algo mal en su cabeza? - dije en tono divertido, lo cierto era que mi mente no funcionaba con lo que la sociedad llama "normalidad", pero estaba seguro de que solo una personalidad hablaba en mi conciencia.
- Todo debe tener lógica en tu mundo, ¿no? - Pregunte con una sonrisa - ¿Nunca haz sentido el deseo de hacer algo solo por hacerlo?, ¿El impulso de desconectar tu cabeza algunos momento y solo dejarte llevar?.
Mastique un gran trozo de pan, y espere su respuesta.

- En realidad no, pero hablando sobre tí no puedo evitarlo - reconocí riendo. - pero es obvio que los humanos somos negativos ante lo que no conocemos, pensamos que es ofensivo, problemático o extraño todo lo que es diferente. No suelo pensar mal a menos que me den motivos como tú. Qué quieres que piense? - pregunté mirando por el hueco hacia él de forma molesta- la primera vez que nos vimos no hiciste más que molestarme y la segunda te vi matando a una alumna. No esperes milagros..
Seguí con los ojos fijos en los suyos.
- Claro que hago cosas porque si, me gusta contradecirme - sonreí con desafío. Aunque ya había encontrado que la razón era que me gustaba no pensar antes de decir algo, pensarlo mientras hablaba o hacer lo primero que se me ocurriera. Aunque no estaba acostumbrada a la espontaneidad de los demás.

Sentí un escalofríos ante su mirada fija, me encantaban aquellos ojos, aun cuando me miraran con desconfianza y recelo. Tuve el impulso de quitarle la mirada, de apartar mis ojos de lo suyos, pero lo resistí.
- Entiendo - dije, mientras le dedicaba una sonrisa a la chica - Entonces solo tu espontaneidad esta bien, es la de otros la que te desconcierta.
- No espero que pienses de mi distinto a como piensas ahora, me eh propuesto entrar en tu vida, y no me permitiría hacerlo sin que supieras quien soy antes - Hable con la naturalidad de quien comenta el clima, había terminado mi hogaza de pan, y decidí guardar un poco para obtener más cuando tuviese hambre de nuevo.

- No estarás leyendo mi mente, no Alexander? - dije frunciendo levemente el ceño para indicar seriedad. No era casualidad que dijera justo lo que estaba comentando en mi cabeza.
Posé mi mano en la obertura del agujero, observándolo como si su rostro fuera a revelarme algo que pudiera explicar lo que estaba diciendo. El problema era que yo no era buena interpretando a los demás.
- Bien.. - dije, arrastrando la palabra- el caso es de qué forma quieres estar? No te pregunto porque sí, habitualmente no suelo preguntar, simplemente me guío por lo que noto, afinidad o desinterés.. es bastante sencillo. Pero contigo no me sirve, no te entiendo, no quiero entenderte porque me das dolor de cabeza - dije exasperada, para luego tener que ponerme en pie. No podía estar quieta demasiado tiempo y menos cuando me molestaba incluso pensar en algo que se suponía que no me importaba. El odio es dar importancia? Bueno, importancia negativa. El chico no había hecho lo suficiente para que lo odiara, pero no iba por mal camino si seguía con los mismos impulsos de antes de llegar a las celdas. Y siendo como era a primera vista, no creía que su forma de vida fuera a cambiar. Él no se arrepentía de lo que había hecho.