Los chicos malos tambien nos gusta el helado [Alyss]

Estaba cercano a empezar el siguiene semestre, y habian varias cosas que aun no tenia, los materiales no eran los mismos que necesite en mi anterior escuela, y segun me dijeron, el mejor lugar para solucionar esto era el callejon Diagon. Habia pasadado media mañana compando calderos y libros, y estaba aburrido, no tenia mucho sentido comprarlos en realidad, jamas eh sido del tipo estudioso, y si no fuera por mi poco habitual afinidad con a magia, probablemente habria reprobado hace mucho en la escuela.
Era verano y el calor me era molesto, no estaba costumbrado a el, mi anterior escuela tenia un clima mucho más frio que este pais, justo en ese momento, pase frente a una pintoresca heladeria, incluso yo, en ocaciones, queria comer algo dulce, me anime, y entre en busca de algo para refrescarme.

De vez en cuando, escaparme de los muros de Hogwarts no estaba mal, teniendo en cuenta que había descubierto una buena forma de viajar. El tren no tardaba demasiado en llegar a Londres y me daba bastante tiempo para calmarme. Aun tenía dolores en el cuerpo por el accidente de escoba, pero todo parecía volver a estar en su sitio (quitando esos dolores puntuales).
En verano había muy poca gente viajando, era agradable apoyar la frente sobre el cristal para contemplar el paisaje. Y pensar que esos vagones iban repletos en los comienzos de las clases... Nunca había viajado en este tren..ni nunca había estado en Londres. No había conseguido convencer a mi padre de pasar por ciudades importantes, decía que era peligroso y por supuesto, el viaje a Hogwarts había sido en su antiguo coche.
Suspiré. Tenía que dejar de pensar en él... pero estaba en tensión, esperando a sus cartas, tenía miedo de que fallara algun jueves y no leyera sus palabras.. por mucho que me hubiera tratado de esa forma..seguía siendo mi padre.
El cambio de multitud me sorprendió cuando ya estaba caminando entre las calles del Callejón Diagon, parecía que las compras de comienzos de curso se habían adelantado.
No me gustaba el amontonamiento, parecía que por mucho que hubiera un espacio considerable, fuera inevitable que me llevaran por delante. Encima, era fácil ser más alto y no podía ver por donde iba.
Esta bien, Stop.
Me retiré a un costado, encontrando una heladería bastante tranquila. Wow.. helado.. era una de mis perdiciones.
Curvé mis labios y entré, echando un vistazo a la variedad que tenían. No estaba mal, al menos tenían de menta.

El lugar no tenia demasiado publico, asi que fue facil ser atendido, mire la variedad de helados, habia de muchisimos sabores, chocolate, vainila, mental, fresas, mango, y varios otros sabores que desconocía, finalmente me decidí por uno de pasas y wisky de fuego, me gire para ver entrando por la puerta a la chica de los ojos de fuego, sonrei ampliamente ante la imagen.
Sin esperar un segundo, encamine mis pasos hacia ella, aun tenia mi helado en la mano, pero no me preocupe de probar bocado de el, no aun, primero quería que los ojos de la chica me vieran.
- Ojos llameantes - dije para llamar su atencion, mientras le dedicaba media sonrisa, ella ya deberia haberlo notado, yo siempre sonreia. Entonces note el detalle de que ella se movia con cierto cuidado, como si estuviese herida, supuse que aun quedaban algunos dolores del accidente del otro día.

Giré mi rostro cuando oí una voz conocida, encontrándome con ese... Slytherin arruina-días. Entorné los ojos en señal de molestia. Por qué tenía que encontrármelo siempre? Es que no había suficientes heladerías en el mundo?
Suspiré y volví la vista hacia los helados.
- Quiero el de arcoiris - dije señalando un helado repleto de colores vivos. El heladero afirmó su cuchara de metal y comenzó a pasarla por la cremosa superficie helada.
- Marchando una bola en tarro para la pequeña! - contestó con una sonrisa.
Fruncí levemente el ceño, molesta, pero reprimí contestarle por su amabilidad. Desde luego, estaba logrando hacer progresos a la hora de relacionarme.
Me crucé de brazos mientras esperaba y miré hacia el chico, que parecía no irse.
- Hola Alexander. - respondí, sin mucho más que decir. En el fondo ansiaba que tuviera algo que hacer para que se fuera pero sabía que siempre que me lo encontraba terminaba siguiéndome un buen rato.

Observe a la chica poner la misma cara de disgusto que ponia cada vez que me veia, pero me saludo con más naturalidad que la ultima vez, no reprimi mi sonrisa. Abri la boca para preguntarle com estaba, era una pregunta que no acostumbraba hacer, no me gusta fingir interes en el estado de animo de alquien cuando no lo tengo, pero en su caso, era diferente, su estado si me importaba, de todas formas, no llegue a preguntar, la puerta de la heladeria se abrio de nuevo, la chica daba la espalda a la puerta, y yo, frente a ella, vi entrar a 4 sujetos, uno de ellos le reconoci al instante. Lo creia muerto, la ultima vez que lo vi, Dave se habia acercado a su cuerpo y habia gritado por su muerte, era de los sujetos de ministerio, los que nos encontramos en londres. Intente hacer memoria, uno de ellos habia quedado ciego en la explocion, ¿Era el?, ¿O el otro?, de todas formas no importaba, si escuchaba mi voz seguro me reconoceria, debia estar grabada bien profundo en sus recuerdos, mi primera idea fue que quizas esto terminaria en un duelo, pero luego recorde que la chica de los ojos de fuego estaba a mi lado, y senti un brote de panico en mi interior, ¿Y si la acusaban de complice?, a estad alturas, ellos ya deben saber que fueron dos personas, pero Dave uso un pasamontañas, ¿Y si acusaban a la chica de ser la otra persona?.
Pense en deaparecer, pero si me veian antes de hacer, y veian a Alyss junto al lugar de mi desaparicion, podrian acusarla de algo, en un impulso poco razonado, sujete a la chica de la mano.
CRACK
Senti como nuestros cuerpos eran succionados por un vacio, arrastrados por fuerzas magicas lejos de la heladeria, pero de inmediato me di cuenta que algo andaba mal.
Mis pies tocaron tierra, y de inmediato grite de dolor, cai de rodillas, senti una punzada en mi abdomen, y oleadas de dolor dispararse por mi cuerpo, una mancha roja me confimo que una parte de mi había quedado atras en la desaparicion. Por lo general, desaparecer se me daba fácil, pero era primera vez intentaba una desaparicion conjunta, por lo general actuaba solo.
Pasaron un par de segundos hasta que logre controlar el dolor, mi vista estaba nublada aun, alce mis ojos, y vi que estábamos junto a una saliente rocosa, en unas montañas, a nuestros alrededor, solo había bosque. Nos había traído al único lugar de Inglaterra que conocía ademas del colegio, los picos de Scafell, había venido con mi padre hace muchos años, en un viaje diplomático, a cazar Augurey con unos hombres del ministerio.
- ¿es-estas bien? - pregunte jadeante de dolor, mirando a la chica de los ojos de fuego.

La verdad, el segundo en el que iba a coger mi helado se había detenido en el instante en que oí la campanilla de la puerta sonar y rápidamente, la mano de Alexander impidiéndome llegar a mi helado... No tuve tiempo de agrandar los ojos, ni de sorprenderme antes de que un vacío me tragara como si fuera una aspiradora a plena potencia. Todo se volvió confuso en los segundos siguientes en el que el mareo predominó hasta que pude volver a respirar profundamente.
- W-w..- iba a decir algo, agitada por el movimiento agresivo. No estaba acostumbrada a los viajes de ese tipo y menos de improviso. Miré la tierra donde había aterrizado y me solté de la mano del chico, mirando en su dirección al fruncir el ceño - Qué... qué significa esto? - pregunté. Me quedé paralizada al ver la sangre brotando de su cuerpo, pero no tardé en reaccionar. - Tratando de dar pena? Qué oportuno..- comenté obligándome a tener sentido común para intentar saber si era una broma mientras le terminaba de tumbar, mirándolo con desconfianza. Desde luego, no habría tenido tiempo de hacerse eso él solo (aunque no descartaba que era capaz de automutilarse).
- Desde luego, estoy mejor que tú. - respondí cuando me di cuenta de que su herida era de verdad. Tenía que hacer algo, yo no era como él, no iba a dejar que se desangrara. - Mira.. no sé por qué me has traído de repente hasta en medio de las montañas, pero la verdad, no ha sido una de tus mejores decisiones, alguna vez vas a tomar una buena? - me quejé, intentando serenarme para levantar las telas que cubrieran la herida. Mis manos temblaron, no me gustaba estar en contacto.

El dolor atonto mis sentidos por algunos instantes, pero era alguien acostumbrado a el, y comence a reponerme pronto, para cuando pude entender bien la situacion, estaba recostado de espaldas, y ojos llameantes estaba apartando las telas de mis ropas, debajo, a mi abdomen faltaba un trozo de carne considerable, como si ubiese sido sacado limpiamente de mi, observe el desagrado en su mirada.
- dejalo - le dije mientras intente incorporarme, el dolor no era tan terrible como la agonia del cruciatus, no era lo suficiente para inmobilizarme, el problema era el sangrado, debia detenerlo pronto.
Mire a mi alrededor ubicando el lugar en mi mente, habia un poblado muggle en una de las laderas de la montaña, lo recordaba, el problema es que habían varias hectarias de bosque qur nos separaban, y estabamos cerca del territorio de los gigantes, si nos desviabamos un poco, podriamos adentrarnos en el por error.
- ¿Te sientes preparada para atravesar un bosque? - Ya sabía yo de su miedo, por lo que preferi preguntar.

- Que lo deje?...- fruncí el ceño, volviendo a obligarlo a tumbarse.- estás loco?.. que te gusten este tipo de cosas no es algo que..!- expiré aire, intentando contenerme mientras cerraba los ojos para intentar recobrar la calma. Que me alterara como siempre, no resolvería lo que pasaba, y no tenía tiempo para pelearme con un herido. - Te falta medio trozo de abdomen - dije observando la herida. Rápidamente, rebusqué en mi bolso, sacando un pequeño frasco de cristal. Bien, menos mal que aun seguía manteniendo las costumbres de llevar pociones regeneradoras en todas partes. - Ahora no te atrevas a moverte, me oyes? - advertí, sujetándolo del hombro contra el suelo- regeneraré lo que has perdido- miré un momento a su rostro con nerviosismo. Nunca había tenido que hacer algo así, al menos no tan grave, y encima Alexander actuaba como si nada hubiera pasado.
Dejé caer unas gotas de la poción, exactamente cuatro. Al poco tiempo, el líquido detuvo la sangre, regenerando cada célula rápidamente para ir reconstruyendo órganos, epidermis, venas, músculos. Aparté la vista cuando me aseguré de que el trozo estaba totalmente regenerado. No hubo marcas ni señales de lo que había pasado tras acabar el proceso. - Puede que aun te llegue a doler, despues de todo, la sensación es como si te cosieran parches, aunque podría ser peor. Ya estas acostumbrado al dolor, sabrás arreglártelas.
Me levanté y me alejé de su lado, contemplando el lugar donde estábamos.
No hay otra manera de cruzar?...pensé. Miré más atentamente, asomándome al saliente para mirar hacia abajo.
Wow... si que había altitud..y más bosque debajo. Mi cuerpo se tambaleó por el vértigo y dirigí una mirada hacia Alexander.
- Veo que no hay otra manera, ni tengo idea de donde estamos- admití, tensa. No me gustaba nada no saber dónde me encontraba. La inseguridad era algo que me afectaba bastante, pero tendría que enfrentarme al bosque tarde o temprano, con lo que no contaba era con cruzarlo con la última persona que se me ocurriría.

Me recoste cuando me lo ordeno, por un instante pense que mi seguridad le importaba, pero luego.recorde que ella me.detestaba, solo era del tipo de personas que ayuda a todo el mundo.
Deje que cerrara mi herida, seguramente era dictamo, pero no estaba seguro, pociones ni hervolaria se me daban nada bien. Aprete los dientes al dolor de mi abdomen, y más rapido de lo que yo.esperaba, el asunto habia terminado, no estaba totalmente sanado, pero lo.suficiente para moverme sin ser un.estorbo.
- gracias - murmure, para luego levantarme, si estuviese en plena forma, podriamos aparecernos de regreso en londres, pero en mi estado podria resultar peligroso para ambos. Me levante y con mi varita.conjure el.encantamiento brujula.
- Debemos ir por allí - le dije tras mirar mi varita, estaba especialmente callado, debido al peso de la culpa de haberla metido en esto. Mientras caminabamos, de vez en cuando le dedicaba una mirada de reojo, sabia de su miedo y queria estar seguro que estuviese bien.

Comencé a seguirlo, oyendo el sonido de las hojas secas bajo nuestros pies. Centré la vista en ellas mientras seguimos avanzando. Afortunadamente, Alexander no parecía tener mucho que decir... pero estando en un bosque, todos mis sentidos se ponían en alerta y cualquier ruido ajeno hacía que mis ojos buscaran con ansiedad el origen. Mi respiración estaba desacompasada, pero me esforzaba en no comenzar a correr y cerrar los ojos. El bosque estaba oscuro... demonios, cuando había perdido al Slytherin de vista? Habia comenzado a correr al final?....
- Alexander...?.. - comencé a hiperventilar, notando que la piel se me helaba. Sentía el pulso desorbitado y zumbando en mis oídos mientras miraba a mi al rededor. Tragué saliva, dando un paso más mientras temblaba.- ... Alexander, d-donde estás?.. - mi voz se quebró por la desesperación y mi cuerpo terminó paralizándose.

Llevabamos ya algun tiempo caminando con el unico sonido de fondo que las hojas secas crujir a nuestro paso, daba una mirada cada uni 3 o 4 minutos para asegurarme de que ojos llameantes estuviese bien, se notaba nerviosa, pero lo estaba llevando bien por ahora. El dolor de mi abdomen se habia convertido en una molestia, me pregunté si me dejaria cicatriz, me gustaban las cicatrices, cada una contaba una historia, por desgracia, las curaciónes magicas no dejaban cicatriz pot lo general, yo solo tenia una, circular y en la palma de mi mano, una herida leve, pero que jamas me trate. Gire mi cabeza para ver a la autora de la marca, pero ella no estaba.
- Maldicion, como pude perderla - murmure entre dientes mientras comenzaba a buscarla, no podia creer que fui tan estúpido para dejarla atras.
Finalmente la oi, mi nombre pronunciado por su voz, corri en su direccion pero me detuve de lleno, en mi camino había una criatura, al menos 3 metros de altura, piel de color cafe y mirada poco inteligente, sobre su hombro cargaba un arbol de tamaño mediano, no hacía mucho que lo había arrancado, pues concervaba sus raices y el verde en sus hojas.
Un gigante fue lo primero en lo que pense, no, era demaciado pequeño, debia ser un troll de la montaña, le vi sacudir sus orejas, buscaba algo, entonces me di cuenta, había sido llamado por el mismo sonido que yo, la voz de Alyss.
- !CORRE! - Grite a todo pulmon mientras salia de entre los árboles, rogue porque ojos de fuego me hiciera caso son averiguar porque, el trol giro su cabeza y me vio.

Me giré en cuanto oí un murmullo de rugido y el suelo temblar. Seguido por la voz de Alexander tras la criatura que apareció entre los árboles, infinitamente más grande que yo.
Di unos pasos atrás, alternando la vista de la criatura al Slytherin unas cuantas veces, pero no tardé en comenzar a correr con todas mis fuerzas, pasando difusamente entre los árboles. Agradecía correr bastante rápido y ser ligera para atravesar ese maldito bosque, pero notaba que los pasos del troll no se quedaban muy atrás.
Miré hacia atrás, encontrándome con la imagen del troll a unos cuantos metros, persiguiéndome.
Seguí corriendo, intentando mantener a raya la desesperación que el entorno me daba, pero notaba que cada pisada dentro de aquél bosque, me quemaba, necesitaba salir de ahí!
No..!... Golpeé con mis manos en la gran elevación de roca que había dado por fin a mi escapatoria. Me giré a tiempo de ver al gran troll acercarse e hice acopio de lo que mi cuerpo estaba acostumbrado a hacer. Calculé cuando el troll descargó su golpe hacia mi, apartándome rápidamente hasta caer agazapada a un lado, respirando agitada antes de comenzar a correr hacia un lado. Llevé mi mano al colgante que prendía de mi cuello, rogando por mantener el control. Cerré los ojos y las llamas comenzaron a brotar de mi cuerpo, envolviendome completamente, creciendo hasta incendiar cada célula que tenía. Abrí los ojos, tensando la mandíbula con tal de no estallar.
El troll comenzó a retroceder al ver el evidente peligro de atacarme. Sabía que eran cortos de entendimiento, pero cualquier criatura tenía instintos para seguir. Esperé a que desapareciera, sintiendo cómo mis cabellos volvían a posarse sobre mi piel a medida que el fuego iba extinguiéndose. Me dejé caer al suelo, cansada de reprimirme. Aun notaba mi piel ardiendo al rojo vivo. Por suerte mis prendas no era dañada cada vez que hacía eso, mantenía toda mi ropa con hechizos ignífugos. Ví la tierra ennegrecer cuando posé mis manos sobre ésta.
Alcé el rostro, viendo la figura del troll desaparecer por dónde había venido. Genial, había perdido a Alexander otra vez... bueno, para qué lo necesitaba? Tengo que salir de aqui cuanto antes, levántate Alyss, no tienes tiempo de descansar ahora.
Hice el mayor esfuerzo en volver a incorporarme y comenzar a caminar. Miré hacia el muro de piedra...quizá desde ahí arriba conseguiría saber dónde me encontraba, aunque Alexander tenía una brújula más fácil de usar.

Alyss aparecio en mi campo de visión, pero tambien en el del troll, la bestia dudo, unos segundos, alternando la mirada, rogue porque se desidiera por mi, pero la criatura parecio notar el miedo de ella, y termino por seguirla.
- Ven por mi bestia inmunda - grite, pero ya era tarde, ojos llameantes habia corrido y el troll siguio sus pasos.
Cori tras ellos, pero la herida en mi abdomen aun causaba un dolor punzante, note que los perdia, senti que comenzaba a sangrar de nuevo, eso no importaba.
- encarserus - grite mientras blandia mi varita, pero falle el hechizo, los había perdido.
Senti que me faltaba el aliento, y el dolor de mi abdomen aumentaba, pero continue en la direccion que habían corrido.
Debian llevarme mucha ventaja, era dificil intentar averiguar por donde habían ido, comence a desesperar.
- hominus revelio - nada, no estaba.cerca, segui.caminando, algo adolorido, rogando porque ella estuviera bien y pensara en lanzar chispas con su.varita o algo asi, para poder dar con ella.

Volví por donde había venido, interpretando que Alexander hubiera seguido el mismo destino, aunque estaba claro que retroceder no era lo que acostumbraba a hacer, aquello retrasaba aun más mi salida del bosque. Afilé los ojos, intentando ver alguna cosa entre todos los árboles que se abrían paso, sin dejar de aparecer uno tras otro con ese filtro verde y amarronado, comenzando a ser afectado por la oscuridad que iba asomando en el cielo.
Detecté un movimiento junto a sonidos, encontrando la imagen de Alexander junto a un tronco, sujetándose de donde recordaba que había estado su herida. Me acerqué a él a prudente distancia. Seguro que había corrido, de otra forma no podía haber terminado tan cerca.
- Tu herida se resiente?- pregunté, agachándome para estar algo más a su altura. Miré hacia el suelo, intentando pensar en algo. Maldición, estar en un bosque me bloqueaba tanto que no podía concentrarme en encontrar alguna solución que nos sacara de ahí con seguridad... la única forma era caminar. - Aun tienes la brújula, no? Tenemos que llegar al pueblo mas cercano, pediremos ayuda.
Esperé a que pudiera volver a incorporarse y seguimos el rumbo. Tras el subidón de adrenalina con el troll y el cansancio, el miedo se controlaba un poco más a cada paso que daba. Esperé a que Alexander redirigiera con su brújula.
- Piensas decirme cómo es que me has arrastrado hasta aquí sin explicaciones?

Comenzaba a caer en panico cuando escuche su voz, me gire y la vi, estaba algo agitada, pero bien, la mire con atencion, de pies a cabeza, sin sangre, sin huesos rotos, y, sobre todo, viva.
- Nada que no pueda controlar - le dije sobre su comentario de mi herida, luego pregunto por la brujula, saque mi varita nuevamente.
- Oriéntame - dije esta vez en voz alta, y la varita me indico inmediatamente el norte.
- El hechizo no es complicado, seria bueno que lo intentaras tu tambien - le dije, invitandola a intentar el hechizo brujula, era util para este tipo de casos.
Habian pasado algunas horas desde nuestra llegada, y el cielo se tornaba cada vez más oscuro, las primera estrellas comenzaron a titilar sobre nuestras cabezas. Rápidamente retomamos el camino entre los arboles, dirigiéndonos hacia donde yo sabia que se encontraba el poblado, pero apenas habiamos dado unos pasos cuando me hablo.
- Te traje con una desaparicion - le dije con naturalidad - una no muy bien hecha, a decir verdad - sonrei ante la idea, era raro en mi fallar en algun hechizo, me gire hacia ella, buscando su mirada - Realmente siento haberte traido hasta aqui - le dije con sinceridad, era, si mi memoria no me mentia, la primera vez en mi vida que pedia una disculpa.
En ese momento, mi atención fue distraída por un canto bajo y tembloroso, algo lastimero, como si un pájaro estuviese llorando no muy lejos de aqui.

- Podría intentarlo, pero no tengo ni idea de en qué dirección se sale de aquí, por mucho que eso marque el norte... - comenté siguiendo sus pasos. - Tú pareces saber a donde dirigirte, yo no conozco este lugar.- Hice una mueca, dando la evidencia que no acostumbraba a caminar por bosques y éste parecía bastante extenso a juzgar de su continuación incluso bajo el saliente en el que habíamos aterrizado anteriormente.
Miré en su dirección, notando que evitaba mi pregunta.
- No te he preguntado cómo hemos llegado, quiero saber por qué me has traído a aquí de repente sin si quiera decirme nada. No creo que te haya dado permiso para llevarme contigo teniendo en cuenta dónde hemos acabado- me quejé, recordando su intrusión en mi mente y su insistente búsqueda de temor por mi parte. No era algo que quisiera mostrar, y menos a alguien como él. Sabía que disfrutaba con eso.
Giré el rostro, atraída tambien por el sonido de lo que parecía un ave..hasta que se dejó ver.
Eso.. no era un ave.
El sonido de las alas agitándose para aterrizar cerca de nosotros nos dejó situar la criatura a pocos metros, ni siquiera recordaba haber visto algo de ese tipo...
- Qué es eso?... - exclamé, viendo un tumulto de órganos que formaban un pájaro. Parecía haber sido creado al revés y se veía cómo latía su corazón en el cuello, al igual que infinidad de venas y tracerías sangrantes a lo largo de la carnosa piel muscular.
El monstruo dió un chillido, mostrando amenazadores dientes en su pico, y nos miró desde esos ojos blanquecinos.
Esa criatura no era natural...
- Es magia oscura.. - tragué saliva, retrocediendo a la par que el ave avanzaba hacia nosotros.- están creando criaturas, mi padre tenía razón... - apreté mi colgante entre mis dedos sin desviar la vista del pájaro sangrante. Teñía cada trozo de tierra de rojo y parecía que todo lo que entraba en contacto con él entraba en putrefacción.
- Fumos!- al instante, una oleada de energía recorrió mi cuerpo, siendo canalizada por el colgante de mi madre para convertirse en lo que había mandado. - Toca correr otra vez!
Acto seguido, di media vuelta y tiré de la manga de Alexander para que comenzara a correr como pudiera.

- Es al este, a este del monte esta el poblado - le dije a su primera pregunta, luego volvio a preguntar el porque, ¿Que debia decirle?, no podia mentir, jamas mentia, ¿Que Dave y y habíamos armando un alboroto en Londres que habia terminado con 3 magos le ministerio muertos?, bueno, ahora eran 2, ya que el tercero lo habia visto hace una horas en la heladeria, como sea, no podia explicarle eso, pero me negaba rotundamente a mentir, tendria que aceptar su mirada severa ante mi explicacion.
La primera vez que oi el canto lastimero, pense que simplemete era un fenix irlandes, el lugar estaba plagado de ellos, y no representaban ningún peligro, bufe, listo para responder, cuando el sonido de un aletear se escucho frente a nosotros.
¿Que diablos era eso?, no se parecia en nada a lo que veniamos a cazar a estos lugres con mi padre, parecia que ubiesen tomado al ave y la ubiesen dado vuelta, dejando todos sus organos afuera, tambien lucia considerablemente más grande, y amenazante, no habia nada de lastimeo en su aspecto.
Ojos de fuego reacciono más rapido que yo, puso una cortina de humo para cubrir y sujeto mi manga, corre tras ella, esforzandome por mantenerle el ritmo, la chica era rapida, y dude si en plena forma ubiese podido mantener el ritmo.
Salimos d ela cortina de humo y continuamos corriendo, durante varios segundo el ave parecio quedarse dentro de ella, confunso, corri con la esperanza de que el ave ubiese quedado atras, pero apenas un par de segundos despues, el ave emprendio vuelo, saliendo a cielo abierto.
A pesar de los arboles que nos cubrian, el ave logro detectarnos, lanzandose en pica contra nosotros. Era imposible perderla, estaba volando, y nsotros corriendo, eramos presas faciles. Me detuve, dando frente al Ave, mientras hacia que Alyss soltara m manga.
- Partis Temporus - grite, mientras hacia una amplia floritura con mi varita, un muro de vient se alzo entre nosotros y el ave, arrastrado palos, piedras y hojas desde el suelo, el ave se vio obligada a retroceder.
La barrera solo me daba tiempo, debia encargarme de ella de alguna forma.
- Largate de aqui - le dije a Alyss mientras continuaba haciendo frente al ave, el muro de viento finalmente se debilito.
- Septumsempra - grite en dirección al ave, inmediatamente despues, un corte aparecio en una de sus alas, el ave chillo de dolor, pero no detuvo su ataque, lanzando un furioso picotaso en mi contra, apenas si logre esquivarlo saltando a un lado.
Alce la vista, para asegurarme que la chica de los ojos de fuego hubiese corrido.

Largarme? Ni hablar.
Ví cómo Alexander intentaba frenar el ave para darme tiempo a huir, pero sabía que esa cosa no se movía como una criatura normal, no iba a darse por vencido por unos cortes.
El ave doblejó sus alas, apoyándolas contra el suelo como si fueran muletas mientras se arrastraba chorreando sangre hacia nosotros.
Estaba segura que mi práctica con la magia no estaba igualada a mis conocimientos teóricos, pero no iba a detenerme a practicar antes de atacar. Sabia que esa cosa tenía que estar protegiendo algo y nosotros estábamos cerca de aquello. Qué sino estaría haciendo un monstruo creado con magia negra ahí?
Mordí mi labio inferior, mirando al ave mientras sacaba mi varita de mi pierna y apuntaba hacia la criatura.
Estás loca?... Sabes lo que vas a hacer..?
- IMPERIO! - grité y al instante, el ave se detuvo tan sólo a unos metros de nosotros. Observé cómo la herida producida por el Slytherin iba sanándose rápidamente.
Agitada, mantuve en alto la vara mientras mis ojos se encontraban con el ave.
Bueno, el hechizo estaba prohibido contra personas, no decía nada de criaturas, no?
- Alexander, sígueme a menos que quieras seguir por el bosque. - caminé con decisión hasta el ave al tiempo que ésta bajaba el ala para que subiera a su lomo. La textura viscosa de los músculos no me importó y esperé a que mi compañero decidiera.- Me vas a llevar al lugar donde vienes, me has entendido? Quiero llegar al fondo de esto. - ordené al pájaro.
Desde luego, no iba a desaprovechar reunir información para consultarlo con las hipótesis de mi padre, estaba demasiado acostumbrada a meterme en problemas como él.

La observe lanzar imperio a la criatura, al parecer, quien sea que ubiese creado a la criatura no la habia dota de una proteccion magica, aquello habia sido un error poco razonable de su parte.
La vi mortar a la criatura e invitarme a seguirla, dude unos instante, para que los hechizos impordonables realmente funcionaran con toda su potencia, debia haber una verdadera mala intencion hacia la victima, y yo dudaba que la chica de los ojos de fuego tuviese esa clase de voluntad. Pero ella ya habia montado, no la dejaria sola, y sabia que era demaciado testaruda para hacer que se bajara.
La textura del ser era viscosa, se podian sentir las palpitaciones en sus organos, su vida fluyendo y retorciendose bajo nosotros, me sorprendio que ojos llameantes no se sintiera lo suficientemente asqueada para alejarse, ¿O es que tenia alguna buena razon para hacerlo?.
Antes de que me diera cuenta, habiamos emprendido el vuelo, cruzando el aire con velocidad rauda, no sabia que tan lejos nos llevaria, mantuve un ojo en la chica de los ojos flamigeros, por su las dudas.
- ¿Vas a explicarme de que va todo esto? - tuve que gritar para que me escuchara, pues el viento se llevaba lejos mis palabras - ¿Porque dices que tu padre tenia razon? - ella sabia algo sobre este extraño ser, y no seria malo tener un par de respuestas.
Pero las cosas no salieron como ella esperaba, la critura comenzo a sacudirse, al parecer, luchando contra la maldicion, lleve mi mano a mi manga, en busca de mi varita, pero no tuve tiempo de llegar a ella, la critura, libre del control de ojos de fuego, s giro sobre si misma en el aire, y contorciono las alas, dejandonos caer a los dos al vacio.
Volabamos varios metros sobre los arboles, una caida suficiente para matarte si no caias bien, senti el vertigo en mi estomago, la velocidad del viento que golpeaba contra mi no me dejaba respirar con naturalidad, busque en el aire la mano de Alyss, y la sujete con fuerza. Haciendo un gran esfuerzo, llene mis pulmones de aire. Pasamos la superficie de ramas, senti como las varillas de los arboles hacian montones de pequeños cortes en mi rostro, brazos y torso, me limite a esperar unos instantes más.
- ¡Arresto momentum! - grite antes de que llegaramos al piso, la caida se detuvo por unos instantes, deteniendo la energia sinetica que habiamos acumulado, finalmente golpeamos piso sin demaciada fuerza, alce los ojos en busca del pajaro, pero no logre encontrarlo entre la fronda.

Cuando ya sobrevolábamos el bosque, afilé los ojos para ver la dirección que íbamos tomando. Desde luego, no íbamos hacia el este, más bien hacia el norte. El viento era agitado y me molestaban los cabellos sobre la cara.
Al poco tiempo oí la voz de Alexander y miré en su dirección, quedando en silencio unos segundos. La verdad, no sabía si tendría que contárselo, despues de todo no sabía nada de mí ni yo de él ni tampoco confiaba y sinceramente... encontraba pocas razones para explicarselo, aquella pregunta derivaría a otras que evidentemente eran importantes y daban significado a lo que había querido decir.
- No me has explicado cómo es que me has traído hasta aquí, no esperes que yo haga algo diferente. - respondí, volviendo la vista hacia delante. Pero el ave comenzó a revolverse y mi varita hizo un chisporroteo antes de que el hechizo se rompiera.
Sin darme casi tiempo a pensar, caímos en picado. No hice caso a la mano que sentí agarrándome la mia, sólo cerré los ojos, presa del pánico a las alturas.
Sentí un colchón de aire retenernos brevemente hasta que caímos al suelo.
- Ugh... - me quejé, aun sobresaltada mientras me incorporaba. Miré la mano de Alexander y me solté al instante, viendo dónde habíamos aterrizado. - Hay algo ahí.. - murmuré mientras me ponía en pie, caminando con cautela mientras echaba algun vistazo hacia el cielo. Tras unos pasos, lo que parecía un módulo de metal grisáceo con techo plano de hierro, mostró una pequeña puerta de aluminio. Arriba, un símbolo inconfundible; la calabera con una serpiente.
Tragué saliva y me escondí tras un árbol, viendo cómo salían unos hombres del módulo y desaparecían entre los árboles.

Yo aun buscaba al ave sobre nosotros cuando ella diviso algo entre la fronda, una especie de torre metálica, un símbolo familia grabado, hice un esfuerzo mental por recordar donde lo había visto antes, no demore mucho en recordarlo, sobre la casa de los gritos, la petición de ayuda de Persephone, esa era la marca de Voldemort.
Le vi esconderse a tiempo para salir de la vista de dos sujetos que salian de la torre, me puse tras un arbol, y mire a Alyss.
- Escuchame ojos de fuego - Dije en un susurro, teniendo cuidado de que no nos escuchen - necesito que me digas que es lo que ocurre aquí - dije mientras hacia un gesto hacia la construccion, ella sabia mas de lo que decia, y para ayudar necesitaba entender a que nos enfrentabamos.

Off: dije módulo, no torre, no cambies lo que describo. Puedes añadir descripciones o modificar, pero no cambiar las que escribe el otro.
On:
- Creo que está bastante claro lo que ocurre, Slytherin. - contesté mirando en su dirección con algo de prudencia antes de echar otro vistazo hacia la puerta de aluminio.- Están creando criaturas oscuras, y ese símbolo nos dice quién es el responsable. Mi padre ya estuvo investigando sobre esto o eso leí de algunas anotaciones que tenía.- lo cierto es que esas anotaciones en teoria no estaban a mi alcance, pero no era de las que le gustaba limitarse a mirar desde una cajita de cristal.
Vi que alguien entraba... maldición, por hablar con Alex no estuve atenta a identificarlo, pero me sonaba su rostro.
- Vete si quieres, yo me quedo, tengo que ver a donde va todo esto.. - antes de cruzar el escaso terreno que nos separaba de la construcción, miré en dirección a donde los hombres se habían ido anteriormente y tras unos segundos, di unos pasos a la vez que éstos aparecían. Llevaban túnicas negras y máscaras metálicas que impedían ver sus rostros. Mi cuerpo se tensó en cuanto me vieron y mi mano fue rápidamente por instinto en la dirección de los hombres sorprendidos.
- CONFRINGO! - exclamé, sintiendo la energía bullir de cada célula, surgiendo desde dentro como un oleaje hasta dirigirse hacia los objetivos en un segundo. Ambos hombres terminaron en el suelo siendo sacudidos con violencia. Mi mano se mantuvo abierta hacia ellos..Miré mis dedos con confusion.. cómo habia hecho eso?
Tragué saliva, mirando mi varita que descansaba guardada. Parpadeé, reaccionando al instante y acercándome a los hombres inconscientes. No me molesté a mirar a Alexander, pero no iba a cambiarme de ropa en su presencia. Rápidamente, comencé a desvestir a uno de los hombres. Puaj, no, definitivamente no le quitaria toda la ropa, pero si la suficiente.

Off: error mio, pido disculpas.
Asi que los mortifagos creando criaturas oscuras, desde que llegue a este pais no me había preocupado de informarme de nada con respecto a voldemort, quizas deberia remediar aquello.
- ¿irme? - Repeti, para luego soltar una ahogada carcajada - es broma, ¿no? - Saque mi varita y juguetie con ella unos instantes - esto suena más divertido de lo que pude haber pedido.
La vi avanzar, miro a un lado, pero antes de que fijara mis ojos en lo que ella miraba, alzó su varita y ataco. ¿Dos mortifagos inconcientes?, vaya, recordaria no subestimarla en el futuro.
Camine hacia ella, entendi de inmediato lo que pretendia, las ropas de los sujetos seria utiles para entrar.
- Piensas bien bajo precion, ¿eh? - Le dije, su plan me parecia divertido. Termine de desvestir al segundo mortifago, pero antes de poder ponerme sus ropas, un tercer sujeto aparecio entre los arboles, movi mi varita con velocidad de un rayo, mis reflejos eran afilados gracias a muchos duelos en mi vida, movi la varita como si de una espada se tratara, conjurando en silencio, un profundo corte aparecio en el cuello del sujeto, imposibilitandolo de emitir sonidos, la sangre salio a gorgotones y el sujeto.convulciono en el piso, sin darle mucha iportancia, comence a desvestirme, sin preocuparme por ojos de fuego a mi lado, el sujeto au convulcionaba y escupia sangre, me propuse limpiar la sangre al terminar de cambiarme.

- No es broma Alexander... - respondí mientras tiraba de las cuerdas de la ropa con prisa, por si venía alguien más. No me fiaba de ese chico, para nada..aunque me hubiera salvado la vida, no podía borrar la imagen de él matando a una chica ni tampoco la rabia que me había dejado en el cuerpo.- Esto no es un juego, más vale que no hagas ninguna tontería - fruncí el ceño, ya con la ropa entre mis brazos.
Moví mis ojos hacia el tercero que apareció por uno de los cantos del terreno, abatido al instante por mi compañero. Bueno, tenía su lado bueno si quería colarme en una base mortífaga, pero Alexander era tan inestable que pronto las ventajas podían ser lo contrario. No parecía ser un chico prudente, era agresivo y actuaba sin importar las consecuencias, sin duda nada adecuado para pasar desapercibido.
Aparté los ojos cuando la sangre comenzó a brotar violentamente y me encaminé hacia el módulo con la ropa en mano. Tendría que encontrar algun lugar oscuro, si Alexander no se acoplara, aquello sería más fácil. Tsk.

No era difícil notar la molestia de ojos de fuego por mi presencia, ella no confiaba en mi, aquello no era un misterio, se había encargado de decírmelo varias veces, pero eso no me detendría, tenia dos buenas razones para participar en esto. Primero, no permitiría que ojos de fuego fuese de frente al peligro, no sin asegurarme de que saldría bien, segundo, a pesar de su advertencia, esto continuaba sonandome increíblemente divertido.
La vi alejarse, seguramente iría en busca de un lugar para cambiarse en soledad, pero estar en soledad en aquel lugar era mala idea, termine de cambiarme lo más rapido que pude, me puse la mascara, y seguí sus pasos, debia asegurarme que todo estaba bien.