Fiesta de disfraces{Solo con invitación}

Tras miles de correos y lechuzas fatigadas, por fin, Caín, Teo, Walden y yo, habíamos conseguido establecer una lista de invitados y un lugar perfecto, al principio dudé un poco en el lugar, es decir, si nos pillaban... La expulsión estaba asegurada, pero luego recordé que el curso había acabado y que en Hogwarts solo estábamos los que aun no nos habíamos ido de vacaciones, por lo que no importaría si algún profesor nos veía, de todas formas, elegimos un lugar bastante apartado, pequeño un claro donde cabríamos perfectamente. Y mis disfraz ya estaba sobre mi pálida piel, gracias a mi don, pude hacer crecer mi oscuro cabello, hasta quedar en una melena negra que peiné y cepillé para que quedase igual que un personaje de un manga muggle, por fin, tras prepararme del todo, me miré al espejo y utilicé la varita para que a mi alrededor, volasen un par de hojas rosas... De cerezo, revoloteban sin tocar el suelo a mi alrededor

Disfraz:

El tintineo de las botellas me hacía sonreír, contenían Whisky de fuego, Vodka de todos los tipos, Ron, Cerveza de mantequilla para los más tímidos, y el gran bombazo... Tequila, una bebida que era indispensable en todas las fiestas, me habría costado transportar las bebidas(Que eran más veinte en total) si no fuera gracias a la magia, todas ellas pesaban lo mismo que un alfiler, y así era mejor, por que mi disfraz, era un poco incómodo como para llevar grandes cargas. Una vez en el claro, dejé las bolsas a un lado y saqué de estas unas cuantas velas aromáticas, estábamos lo suficiente lejos como para atraer animales del bosque, pero por si acaso, hechicé dichas velas para alejarlos, y las puse encendidas al rededor del claro, debía esperar por lo menos a uno más de los componentes para empezar a prepararlo todo, por lo que lo único que pude hacer, fue conjurar unas mesas y manteles, y esperar sentado en una de ellas.

Invitación:

Spoiler:

Disfraz:

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Una nueva noche. Otra más de tantas miles en mi vida. Tan parecida a las anteriores. Y tan distinta a la vez. Fiesta de disfraces. Nada mal, la verdad. Y sólo se podía esperar lo mejor viendo quiénes eran los organizadores. Oh sí, si había alguien que sabía como divertirse éramos nosotros. Aunque... una cosa es la diversión divertida para todos... y otra cosa es nuestra diversión. Pero a no pensar en eso. Esta noche es fiesta. Fieshhhta. Y era un alivio, por Merlín, hacía dos semanas que no dejaba a mi inconsciente libre culpa del alcohol.

Eso haría hoy. Oh, sí que lo haría.

Si hay algo que puedo agradecer mientras camino por el silencioso bosque es el clima. Cálido y agradable, haciendo honor a las noches de verano. Y era una verdadera suerte. Y eso me lleva a mi disfraz. Justo para la ocasión. No, no le pienso hacer caso a lo que me dijo el espejo, no era para nada atrevido.

Boxer moteado, de colores vivos, y dos tirantes que pasaban por mis hombros. El resto de mi pecho, desnudo, obviamente. Mi cabeza era decorada con dos orejas de conejo y mis pies los vestían dos pantuflas elegantes. En mi cola, un pompom blanco nieve. Además, llevaba pintada la cara con la nariz y los bigotes del conejo. La mitad de mis muslos y la totalidad de mis piernas estaban a la vista. Para completar el conjunto, un sobretodo hasta la parte baja de las rodillas, de un negro con lunares blancos por fuera y un morado intenso por dentro. No es necesario aclarar que lo llevaba abierto, no pensaba cubrir un centímetro de mi piel que pueda estar visible.

Sonreía mientras caminaba por el bosque, esperando para llegar al lugar indicado, llevaba las cuatro botellas de hidromiel que me habían pedido. Había querido ir con Kisu, pero mi compañero de cuarto me abandonó mientras yo aún tomaba una ducha, maldito, ya verá como lo haré pagar. Intensifiqué mi sonrisa en este punto.

A los pocos minutos, llegué al punto de encuentro, acercándome a la mesa a dejar las cuatro botellas y observando atento a todos. ¿Quién sería el Batman? Y... oh por Merlín, ¿cómo aguantaría toda la noche para no lanzarme sobre Caín y Kisu? Para no hacerlo tan obvio -aunque la mirada que les dirigí valió más que mil palabras-, fui a saludar primero a Perse.

-Que gusto verte -le comenté, sonriendo y tronando los dedos de mi mano derecha.

Mi caminar por el bosque prohibido es lento, todo esta cubierto por una conveniente oscuridad, y la pequeña sensacion de peligro que me causaba aquel bosque era agradable. Despues de unos minutos, el profundo silencio del bosque fue roto por voces humanas, me acercaba al lugar de la fiesta.
Para la ocacion, habia elegido un traje de gala Victoriano, algo con lo que me sentia especialmente comodo, me acerque al lugar, era un claro pequeño, seguramente la fiesta no tendria demaciados invitados, despues de todo, debia pasar desapercibida.
No me dedique a mirar a los presentes, solo avance entre ellos con una sonrisa complacida, aqui definitivamente podria encontrar diversion.

Spoiler:

Ya habian terminado las clases pero no queria ir todavia a mi casa asi que decidi esperar una semana mas estaba en el comedor cuando vi una invitacion traida por una lechuza la lei decia Fiesta de Dizfraces claro que irir me encantaban esas fiestas pero que me pondria a ver tenia uno de que era eso de princesa jaja no lo usaria y el otro de Japonesa de color rosa me gustaba preferiria la segunda opcion mil veces donde era la fiesta nada mas que en el Bosque Prohibido seria algo interesante aunque no le tenia mucha confianza a aquel lugar

invitacion:D:

Disfraz:

Ya era de noche y me comenze a arreglar me peine como los japoneses nunca me habia hecho un peinado asi me puse el disfraz me quedaba perfecto enhora buena porque no tendria tiempo de comprarme otro o decir que me manden uno me maquille algo muy suave no era de las que amaba el maquillaje y un brillo en mis labios no los queria llevar pintados asi un poco de frio asi que lleve un abrigo y sali me adentre en el bosque hasta que llegue a la fiesta
Hola les dije a todos ya habian llegado algunos entre esos reconoci a Perse, a Kisuke y a Walden a los demas no los conocia muy bien y fui a lado de un arbol esperaba divertirme ese dia ese dia ya no era una prefecta.

Invitación

Spoiler:

Disfraz

Spoiler:

Detestaba el hecho de ser tan indecisa a la hora de elegir que ponerme. Me había llegado una invitación al bosque prohibido para una fiesta de disfrazes. El gran problema era ¿de qué me disfrazaba? Probé con miles de cosas pero ninguna me terminó de convencer, hasta que vi un disfraz de pirata y, sin dudarlo más, lo elegí. Me hacía gracia el ir así.
Estaba oscureciendo y la hora de partir se acercaba. Me puse la ropa que había elegido, me peiné haciéndome algunas diminutas trenzas al azar en el pelo y me maquillé un poco también. Salí sigilosamente de mi Sala Común, recorrí los pasillos, atravesé los jardines y finalmente llegué a mi destino. Había varias personas ya, quizás había sido algo impuntual. ¿Pero acaso no decían que lo bueno se hacía esperar?
Con una sonrisa saludé a todos los presentes. Había todo tipo de disfrazes.

Una vez dentro, me dirigi al lugar que llamaba más poderosamente mi atencion, fui directo a la mesa de los tragos.
Busque con la mirada el trago más fuerte que hubiese, Whisky de fuego, me servi un vaso hasta arriba, y lo termine de un solo trago, sacudi mi cabeza cuando senti el fuego subir por mi garganta. Solo cuando tuve mi segundo vaso servido en la mano, dirigi la mirada al resto de los presentes.
Mi mirada se detuvo en la chica de la tienda de dulces, me rei al darme cuenta que aun no sabia su nombre, pero el hecho de que estuviera aqui significa que habia logrado sobrevivir. No me acerque, me limite a mirarla insinuantemente desde la distancia, mientras daba un sorbo a mi trago, estaba acompañada por dos chicos más, veremos que ocurre.
Me acerque al pequeño grupo de 3, y saludé.
- Hola chicos, soy nuevo en el colegio - dije con naturalidad - ¿A quien de ustedes debo agradecer la fiesta? - Fingi no conocer a la chica, pero la mire, espectante de su reacción. Solo entonces reconoci a uno de los chicos, es el chico rubio de la tienda de dulces el otro día.

Me había sorprendido la lechuza que había recibido aquella tarde en el Gran Comedor. Parecía una fiesta privada y la invitación era dirigida a mi persona. Extrañada, releí la carta unas cuantas veces.
Por más que la leas, las letras no van a irse, pensé sin poder evitar sonreír un poquito. Pero.. al seguir leyendo, mi sonrisa desapareció.

Invitación:

La fiesta era en el bosque...
Sentí que se me iba la temperatura del cuerpo... el bosque prohibido. En realidad no tenía nada personal con ese bosque en concreto, sino con todos los bosques, en concreto. Repetí en concreto en voz alta y suspiré. Siempre me había hecho ilusión ir a una fiesta de disfraces...bueno, son incontables las cosas que hacen ilusión cuando vives en un coche durante la mayor parte de tu vida sin tener relación más que con tu padre como conductor interminable de rutas infinitas. Ahora había conseguido que la situación cambiara, que por fin tuviera un lugar en el que estar y hacer todo lo que había deseado, además de la posibilidad de tener amigos, que aun ni había aprovechado con la excusa de centrarme en mis labores de prefecta.
Fruncí el ceño, reprendiéndome a mí misma por hacer justo lo que mi padre quería, alejarme de los demás como si fueran a ser una amenaza de la que debía defenderme. Borré de mi mente los planes que tenía de pasar la noche en la biblioteca (aunque estaba prohibido, no podía evitar hacerlo algunas veces) e hice acopio de valor.
Rápidamente, recogí las telas que guardaba en algunos cajones en cuanto llegué a mi cuarto y comencé a fabricar mi disfraz.
Miré por la ventana cuando hube terminado. Ya era de noche...Me puse el vestido de colores verdosos, sintiendo cómo se deslizaba suavemente sobre el suelo mientras ajustaba unas últimas puntadas. Me recogí el pelo hacia un costado para ver mejor la espalda descubierta y apunté con mi varita hacia las alas que nacían del trozo de tela que acababa en mi cintura y éstas comenzaron a moverse lentamente como papel onduleante cuando quise. Estaba claro que no podrían volar con un hechizo tan simple, pero no era esa la intención.

Disfraz:

Es una fiesta, me repetí.
La repetición de éstas palabras no hicieron mucho efecto cuando ya me estaba acercando al bosque. Me detuve en la frontera, intentando calmar mi respiración. Ojalá hubiera otro invitado que viniera justo en ese momento...
No pude dar otro paso, ya me había acercado demasiado como para salir corriendo sin temer que al no mirar hacia atrás, algo se abalanzara sobre mí y tampoco estaba segura de adentrarme. Estaba todo tan oscuro...
Tragué saliva con el corazón en el puño, cerré los ojos al igual que mis manos cuando sujetaron mi vestido por encima de las rodillas, dejé de pensar...y comencé a correr.
Corre, Alyss, corre! decía mi mente a la par que mi pulso gritaba por la agitación. Oía mi aliento contra la brisa cálida, el violento roce suave de las vaporosas telas con la vulgar precipitación de mis pies descalzos sobre las hojas. Definitivamente, si hubiera sido capaz de pensar, aquel modo de pasar por el bosque era el menos indicado si no quería llamar la atención de alguna criatura o de seres peores.
Hasta que el suelo se acabó, y tuve que abrir los ojos cuando noté que me caía por una pendiente llena de arbustos y piedras que por suerte no se encontraron en la ruta de caída. De entre las hojas que me despeinaban y enrredaban el pelo suelto con rapidez en cuentión de segundos, se filtraron algunas luces, iluminación que se hizo más evidente cuando acabé frente a todos los invitados que se hallaban ahí.
Mis ojos fueron de un lado a otro por un momento, sin saber si debía sentirme a salvo por la suerte de haber terminado en la fiesta después de todo en lugar de perderme por ahí, o seguir en alerta porque a pesar de las velas y la gente, eso seguía siendo un bosque. Bueno, ya habia entrado de forma desastrosa y había conseguido llegar, ahora no podría volver atrás hasta que alguien volviera, y aunque mi pulso seguía inquieto tendría que esforzarme en controlar aquel temor... si al menos conociera a alguien..
Paseé la vista sin moverme y reconocí a Kis-ke cosplayeado, el resto era totalmente desconocido. No me sentía segura, mis instintos estaban a flor de piel. Dejé de pensar para no motivarlos.
Intenté levantarme, pero al hacer amago noté dolor en mi pierna derecha. Disimulé lo que pude y me puse en pie con molestia, dirigiéndome hacia el resto de personas con algo de inseguridad. Me acerqué a Kis-ke.
- Hola, Kis.. creo que he hecho demasiado escándalo al entrar - dije nerviosa, abrazándome a mi misma y mirando al resto de disfraces. Algunos eran realmente estrambóticos, como el chico que iba con las botas altas y el que iba de conejito. No pude evitar reirme un poco y apartar la vista a los segundos. Me incomodaba ver torsos desnudos, no era como las estatuas a las que dibujaba a menudo, me sentía desubicada si mis ojos se cruzaban como si fuera algo intencional. - Qué tipo de fiesta planeáis hacer? - pregunté sin mirar a nadie en particular, como las preguntas que solía hacer al aire para ver quién las contestaba. Había un gran número de botellas alcohólicas amontonadas.

-Gracias Perse, estas hermosa -le contesté, con una sonrisa mientras inspeccionaba su disfraz. Le quedaba genial. No tuve tiempo de preguntar mucho más, ya que la voz de Caín hizo que nuestra atención cambiara de rumbo.

Caminamos hacia Caín y brindé con Perse, mirando a los ojos a mi amigo. Se había pasado con su disfraz, estaba sumamente sexy. No pude evitar acercarme y murmurar en su oído al pasar por su lado.

-Que bello estas, vampiro juguetón -pronuncié las palabras del modo más sensual que pude, y alejé mi cabeza antes de que mi risa se escapara y arruinara el aire que le había dado al asunto. Mi intensión era ir a saludar a Kisu, pero una voz me hizo detenerme y voltearme.

Di otro trago a mi bebida, de color naranja, mientras inspeccionaba al muchacho. Pues debía tener razón con lo de ser nuevo, no lo registraba de nada. Me sorprendió que lo hayamos invitado, pero como yo no estuve muy metido en ese tema, lo dejé y le contesté con una sonrisa. Como es obvio en mí, no noté las miradas que le dirigió a Perse.

-Hola niño, a nosotros por supuesto -le sonreí y le extendí la mano -. Soy Teo Grobersky, rey de los conejos del bosque.

Dedique una amplia y amable sonrisa a todos, completamente falsa.
- Un gusto, rey de los conejos - dije, fingiendo lo mejor que pude amabilidad en mi voz, pero en cuando escuche mis palabras, supe que no habia funcionado, la amabilidad no era lo mio. Mis ojos rapidamente captaron la mirada de la chica de la casa de los gritos, y para mi satisfaccion, pude detectar miedo en ellos, miedo mezclado con deseo, lami mis labios de forma automatica, como si sus emociones fuesen un manjar para mi.
Doy un largo trago a mi vaso, dejando solo la mitad, este ya era mi segundo vaso, y el Whisky de fuego comenzaba a subirseme a la cabeza, afecta mi ya de por si atrofiada conciencia.
- Linda fiesta, creo que podremos pasarnosla muy bien esta noche, ¿no creen? - digo mirando directo a los ojos de la hermosa chica-elfo a mi lado.

Al enganchar mi mirada con la suya, lo único que pude pensar fue el por que de sus acciones, no separé la vista y tomé hasta el fondo el hidromiel que contenía mi copa.

-Creo que no me he presentado. Soy Persephone... como la reina del inframundo.- le dije esbozando una sonrisa y extendiendo mi mano para que la estrechara. Había tocado una fibra muy sensible en mí y no se iría sin recibir su merecido.
Era una cuestión de orgullo ahora.

Estiro mi mano para encontrar la suya, la cual sujeto con firmeza, pero sin hacer realmente fuerza.
. Persephone - repeti, más para mi que para ella, no solte sus manos, mi quite mis ojos de los suyos - La reina del inframundo... secuestrada y obligada a casarse contra su voluntad, ¿no? - digo con tono divertido, dejo pasar unos 5 segundos más antes de soltar su mano, solo entonces rompo el contacto visual con ella, para mirar al resto de los presentes.
- Mi nombre es Alexander - digo a todos, pero realmente no espero una respuesta de parte de ellos, el unico nombre que me intersaba era el de Persephone.

Lo sabía, como olvidar aquel nombre, lo tenía grabado a fuego en mi mente. -Encantada.- dije al fin cuando me soltó. -Si me disculpan, he de ir a buscar otra bebida.- dicho eso comencé a caminar hacia la mesa y luego me interné un poco más en el bosque.

Off:/ Alex... si quieres abrimos otro tema en el bosque.

Dejo que pase casi un minuto desde que Persephone se fue en direccion a la mesa de tragos, me giro sin mucho disimulo, y veo que ya no esta, ni rastros de ella, sonrio. De un solo trago termino la otra mitad de mi vaso, mientras siento que e fuego sube por mi garganta.
- Creo que debo ir por otro de estos antes que comienze a ponerme sobrio de nuevo.
Camino en direccion a la mesa de tragos, me sirvo un tercer vaso de Whisky, el que termino de un solo trago, tras servirme el cuarto, dirigo mis pasos hacia el bosque, alejandome poco a poco de los ruidos de la fiesta, buscando algo de diversion.

OFF: Adelante perse, espero que abras ^^

Contemplé en silencio el intercambio entre Perse y el tal Alexander... ahí había algo raro... extraño. Sobretodo en la mirada de mi amiga... y el tono y la sonrisa del chico...

Le di un largo trago a mi bebida y me dirigí hacia Caín, luego de que Perse y el muchacho hayan desaparecido de escena. Aproveché la oportunidad para dar un vistazo, ya éramos más... habría que poner música pronto. Abrí un poco más mi sobretodo y me coloqué al costado de mi amigo.

-¿Cómo ves esto, pequeña serpiente?

Bueno, un día normal, como otro cualquiera, había recibido un correo raro. No sabía que era y al abrirlo vi que era una invitación, a parecer para una fiesta de disfraces:

Invitación:

Spoiler:

La verdad es que nunca me habían ido ese tipo de fiestas, y tampoco es que me gustara mucho disfrazarme, pero no tenía nada que hacer ni ninguna excusa convincente así que tendría que presentarme allí. Lo que más pesado se me hacía, era encontrar un disfraz. No sabía que ponerme y tampoco tenía ninguno, ya que no solía ir a esas fiestas. Pero bueno, un día fui de compras a buscarlo y encontré uno que me gustó.

Disfraz:

Spoiler:

Después de unos días ya llegó el momento esperado. Me vestí en mi habitación y cuando ya estuve preparado salí en dirección a la fiesta. Después de un rato de caminata llegué a la fiesta. Había bastante gente, cada una a lo suyo. También había un sitio con bebidas alcohólicas. No sabía muy bien que hacer allí, así que me quede quieto esperando que fuera a pasar.

Disfruté de su cercanía, y pasé disimuladamente una de mis manos por su pierna, tocando el tibio cuero que se pegaba a su piel. Le sonreí y miré sus ojos un segundo, esta noche sería divertida.

-Claro que lo harás, querido, sino me obligarás a provocarte -susurré, con tono inocente y me voltee con gracia, dejando caer mi vaso al suelo frente a él, y encorvándome para recogerlo, haciendo que el pompom de mi cola chocara contra su entrepierna por un momento. Lo miré sonriendo de una forma que dejaba ver cómo acabaría esa noche y fui a ver quien sería el Batman, repasando con la vista a los demás invitados. Encontré a Igna que recién llegaba, y lo llamé con la mano para que se acercara a la mesa.

-Hola Batman -dije con una gran sonrisa.