El comienzo del día (Hermione Granger)

Todo había sucedido tan rápido. Con el Ejercito de Dumbledore, habíamos estado trabajando y gracias a Harry habíamos aprendido Defensa Contra las Artes Oscuras. No lograba entender muy bien como el propio Ministerio de Magia había nombrado a aquella rechoncha mujer profesora de DCAO. Era ilógico, irritante y estúpido. Sus clases solo se basaban casi exclusivamente en la teoría defensiva prohibiendo todo tipo de varita y practica dentro de la sala. ¿Pero que demonios tenía esa mujer en la cabeza?
Ella salvaba diciendo que en el mundo real no había peligro ni nada de lo que defenderse, pero estaba bastante equivocada. ¿Como no iban a haber peligros? Estábamos hablando de que había vuelto Voldemort y Harry lo había visto... En realidad, todos lo habíamos visto en la ultima batalla. Di un suspiro y me levante del sofá en donde estaba. Me sentía una completa tonta... No sabía como consolar a mi mejor amigo, habían asesinado a su padrino y yo, ya no tenía palabras, ni tampoco Ron, en realidad nadie. Se veía vacío, como un fantasma en vida... No sabía que hacer...

Camine distraída por los pasillos mientras algunos retratos me decían algunas palabras que yo solo ignoraba. Mis pies me hicieron llegar al séptimo piso. No estaba segura del porque, bueno, tal vez sí. Era por el simple hecho de sentirme como antes, cuando nos preparábamos, cuando aún no fallecía nadie y cuando mi mejor amigo estaba bien y feliz. Levante la vista, al fin luego de todos aquellos pensamientos mentales. Estaba nada más y nada menos que Malfoy.
Carraspeé aclarando mi garganta con la única intención de llamar su atención y no hacer más incomodo el momento que antes.
Vi como lentamente se giraba a lo que fruncí levemente el ceño mientras le inspeccionaba con una ceja alzada - Qué haces aquí? - pregunte con autoridad. No tenía un mínimo de vergüenza al hablarle con el tono que le hablaba. Era sospechoso y a la vez muy extraño verle allí, frente a la pared que daba a la Sala de los Menesteres.

Alce una ceja ante su gesto y la forma en que se acercaba, me irritaba realmente. Quedar contra la pared y con el frente a mi, era como quedar entre la muerte y la espada o el asesino, me tenía en pocas palabras, totalmente atrapada.
- Te recuerdo Malfoy, que también soy prefecta, que patrullo y que intento que todo este en orden - dije con una mueca de disgusto. - Lo extraño, es que patrulles frente a la sala de los Menesteres y que la puerta aparezca, dudo que algún alumno este aquí y menos después de todo lo que sucedió - dije avanzando mientras ahora el retrocedía.
- Cuidado con lo que haces - dije más que nada como una advertencia. Tal vez Harry no estaba tan paranoico y tal vez si teníamos suficientes pruebas para desconfiar de él. ¿Qué demonios querría con la sala que iba y venía? Si pensaba lo que había dicho mi mejor amigo y lo que acaba de pasar, claramente las cosas tenían algo de lógica. Cuando desaparecía iba a la sala de los Menesteres... Eso no aparecía en el mapa del Merodeador, pues la sala no estaba. Di un suspiro y me incorpore mientras le dedicaba una mirada fuerte, inquisidora, llena de frialdad. Me dispuse a desaparecer de allí y sin dudar, volverme a mi sala común, debía hablar con el chico de la cicatriz.

El miembro 'Draco Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Ataque (Duelo)' : 3

Había dado tal vez unos dos pasos, no más. - No lo niegues, te he encontrado aquí mismo - dije girándome para verle a los ojos. ¿Como era capaz de negarme eso? Estábamos allí, como máximo a un metro de la entrada, no podía creer que me dijera que no sabía de que hablaba, tanto él como yo lo sabíamos y simplemente su negativa no la creía.
No estaba segura de que con que rapidez iba corriendo el tiempo, pero sin darme cuenta, ya me tenia cogida de la mano y me arrastraba hacia la sala. Movía la mano de la que me tenía atrapada de un lado a otro, eran movimientos bruscos y con verdadero enfado, además bien tomada que me tenía, pues no logre soltarme. - Me lastimas - reclame sin mirarle. De forma disimulada -con mi mano libre- saque la varita que estaba dentro de mi capa.
Cuando estuvimos dentro solo atino a tapar mi boca - A ver que haces? - dije entre dientes mientras le daba una mordida pequeña a su mano, se trataba solo de una advertencia, para la próxima sería mucho peor.
- A ver, como que no te he dado opción? Y que piensas hacer? Y bueno, claro que no pienso acompañarte, ni nada. - dije molesta a más no poder. Aquel chico me estaba sacando totalmente de quicio, con todas sus palabras, me tenía loca su actitud.
Saco la varita de forma tan rápida como yo, sin dudarlo dije claro y fuerte - Protego - habíamos tirado el hechizo tan a la par que no estaba completamente segura si había resultad el que yo había hecho en mi defensa.

El miembro 'Hermione Granger' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Defensa (Duelo)' : 3

El miembro 'Draco Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Ataque (Duelo)' : 2

Para gran suerte el hechizo se había neutralizado. Al menos no había terminado inmovilizada y por lo mismo, no había podido bloquear un hechizo que ya no existía. Solo por una fracción de segundo y hubiera dado contra mi. Me mentalice teniendo en todo segundo el "Protego" en mi cabeza. Era un hechizo fácil y no costaba nada hacerlo sin varita, o al menos para mi. Había practicado todo tipo de hechizo y uno tan importante en defensa, no dejaría de practicarlo.

Sin dudarlo me estremecí ante el contacto, lo que por un segundo provoco que me distrajera, aunque sin darme cuenta nuevamente estaba pensando en el "protego", cuando estaba en un problema así y fuese como fuese la situación, tenía la capacidad de volver a la concentración y pensar en mi bien ante cualquier cosa. - Protego - dije en un susurro casi inaudible. Entrecerré los ojos y me quede quieta sin hacer nada, tal vez, no era mala idea fingir.


- Haber Malfoy, creo estar bastante quieta, el único que se a dedicado a atacar, eres tú, yo solo me defiendo. - argumente - y si me dejaras ir, creo que todo sería más fácil - dije dando unos pasos mientras me alejaba y me ponía frente a frente con él.
Comencé a caminar por la sala tranquila, con la varita a su vista, dispuesta atacar en cuanto hiciera cualquier movimiento en falso - Me trae curiosidad que de pronto tengas tanto miedo, que estés tan nervioso y que estés evitando que me marche a cualquier precio - dije presionando con la intención de que hablara.

El miembro 'Hermione Granger' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Defensa (Duelo)' : 3

Sin querer queriendo en realidad, termine por sonreír divertida ante su gesto, parece que al fin teníamos paz. Creía, aunque no estaba segura, que él, no usaría más la varita y menos yo, eso esperaba, realmente lo esperaba. Él ya me había atacado dos veces yo, sin intención de causar un duelo, solo me había limitado a los protego, pero muy a la perfección, podía haber atacado con un hechizo que lo desarmara, pero no, yo estaba tranquila y sin intenciones de dañar y mucho menos en batir un duelo.
- Lo deseo - provoque sin aguantar los impulsos. Esa era la verdad, no quería estar en la misma sala con él, después de todo, el me había tratado de lo más mal siempre, desde que tenía memoria. No tenía intenciones de entablar una amistad a esas alturas, creía que era algo que simplemente no valía en lo mínimo la pena. No me iba a gastar en alguien como él.

Rodé los ojos y luego hice una mueca que dejaba en claro lo aturdida, lo confundida y lo devastada que me habían dejado sus palabras... Me provocaba curiosidad y ni yo ni nadie podía negar eso. - Si la puerta se materializo aquí, fue porque tú lo deseaste, creo - dije dudando en realidad. Se suponía que solo se dejaba ver si la necesitabas en realidad, o si no, por el contrario, lo dudaba. - Es tú deseo, no el del colegio - le contradije sin cambiar mi expresión. - No creo que el colegio pueda desear algo... - termine por decir en un susurro para luego guardar silencio nuevamente.
Cuando cogió mi mano entre la suya, no evite sentir el mismo cosquilleo que antes, aquello realmente era extraño. ¿Él cogiendo mi mano? Já, era realmente épico. No sabía porque lo hacia, pero solo pude dar un suave apretón y sentir su cálida mano en la mía. Camine a la par con él por el salón guardando el mismo silencio de siempre - ¿Qué pretendes exactamente? - pregunte bastante confundida por todo lo que iba sucediendo. Aquello no tenía una explicación lógica y creo que tampoco ilógica, aquello no tenía ni pies ni cabeza y mucho menos un mínimo de sentido. Seguí sus ojos con los míos, el sol estaba dando contra nuestros rostros a lo que solo pude entrecerrar un poco los ojos y observarle curiosa. - Por qué has hecho que aparezca esto? - pregunte - Digo, la sala presta lo que uno necesita... - murmure por lo bajo.

Espere su respuesta impaciente. No estaba segura de porque hacia eso. Había un montón de cosas, plumas, pergaminos, libros, tinteros e incluso asuntos del Quidditch en aquel sitio y no estaba segura de que debía ver, pero en cuanto aquel armario había llamado mi atención, él, ya estaba allí, aún de mi mano, abriéndolo. Había sentido cierto miedo de ver cualquier cosa allí, no sabía exactamente que había pensado, pero si estaba segura de esa sensación que me atemorizaba. Cuando aleje todos aquellos pensamientos de mi cabeza y me fije en realmente que había allí... Cielos, no sabía que hacer, ni como reaccionar. Observe todo, esperando no encontrar algo que realmente no quería tuviera, cualquier cosa. Habían fotografías de mi misma- en movimiento- pergaminos, plumas y todo lo que podía llegar a relacionarse conmigo. Recordaba algunas notas, parecían incluso deberes que no terminaban por convencerme a mostrar o cualquier nota que hubiese tomado en clases, eran todas tonterías...

Negué con la cabeza mientras hacia una mueca - No... - susurre tan despacio que incluso había dudado si lo había dicho o lo había pensado. Baje la mirada y la subí al mismo tiempo que él, subía nuestras manos aún entrelazadas. Estaba realmente descompuesta. La siguiente confesión, y además que por primera vez me había llamado Hermione, había puesto las cosas más tensas aún. Baje la mirada nuevamente y me solté de su mano sin mayor esfuerzo. Cubrí mi rostro con ambas manos y me gire dando la espalda al chico - No está bien, no debiste traerme aquí, ni decirme esas cosas, ni nada de esto.. - dije incluso olvidando el hecho de que me había atacado. No estaba segura de que hacer, si irme o quedarme o decir algo o guardar silencio, ni siquiera estaba segura si todo eso era real. Le mire de reojo y me senté en el piso mientras miraba el estante aún incrédula. Observe en silencio unos minutos, hasta que con un movimiento de varita hice levitar todo frente a mi, las fotografías, los pergaminos, las plumas y todo el contenido del estante. Tenía ganas de botar todo eso, pero no, todo estaba frente a mi, levitando y yo, estaba perdida en esos objetos que algún día, habían pertenecido a mi y ahora pertenecían nada más y nada menos que a Malfoy.

Mi vista estaba fija en aquellos objetos y es que él, no tenía mínimo derecho a guardar todas esas cosas mías. Escuche sus palabras sin expresar nada, ni siquiera una mueca o un gesto, yo no sabia que decir, ni como actuar, ni nada.
Sentí como ahora estaba a mi lado, parecía que no quería irse, ni dejarme sola, ahora estábamos nuevamente cerca, aquello me estaba volviendo loca, no entendía esas mariposas en mi estomago y es que no era absolutamente nada correcto, era Draco Malfoy, un completo cretino de Slytherin.

Mire una vez más las fotografías antes de encogerme y hacer llegar mis piernas hasta quedar contra mi pecho - Mira, sí esto es porque te encontré aquí, fuera de la Sala y para no delatarte, créeme que no te funciona en nada - dije por primera vez en rato mirando sus ojos. Volví nuevamente mi vista a las fotografías para luego dejar caer mi varita sobre mi regazo y ver como una a una caían amontonadas casi en un perfecto orden. Nunca, desde primer año, me había detenido a pensar en Draco como un chico con el quien poder estar, no me sentía atraída física ni psicologicamente, y es que las circunstancias no ayudaban y estaba segura que nosotros no podíamos ni estábamos hechos para estar juntos. Di un suspiro y volví a mirarle mientras guardaba mi varita en un bolsillo - Si por el contrario, es un truco para llevarme a la cama, tampoco me agrada, no quiero ser parte de tu lista, ni sentirme un juguete ni una sucia.. - dije en un susurro volviendo mi vista al frente nuevamente.

Termine por hundir mi cabeza sobre mis piernas y casi por instinto cogí su mano y la mantuve apretada entre la mía. La cabeza me daba vueltas, no entendía que pasaba, ni nada por el estilo, todo era tan confuso, tan extraño...

Mi cabeza seguía hecha un lió de sentimientos y emociones encontradas, una parte de mi, me decía algo y la otra lo contrario, pero Malfoy no podía saber como me sentía en aquel momento, de hecho nadie podía, y es que ni yo me entendía ni a la perfección, ni a nada. - Entiendo... - dije en un susurro casi inaudible. No sabía como en tan poco tiempo las cosas habían cambiado tan rápido, incluso podría pensar en que comenzaba a agradarme o es que lo estaba conociendo y a fin de cuentas nunca había sido un chico malo, acaso... ¿siempre había sido así? Pues lo dudaba bastante, no podía creer ni pensar en esa posibilidad. Se suponía que era un Slytherin poderoso y malo pero... ¿en donde estaba aquel chico? Di un suspiro mientras alejaba todos esos pensamientos de mi cabeza.


Al sentir sus caricias sobre mi mejilla no pude evitar levantar el rostro mientras lo apoyaba en mis rodillas y le miraba tranquila, tal vez la mirada más cálida que le había dedicado nunca, tal vez la única que vería así, quien fuera a saber... Extrañamente me sentía cómoda a su lado, incluso tenía ganas de sonreír, pero lo había evitado por mantener un mínimo de la relación "odio" que teníamos antes.

Mi rostro se deformo de manera visible ante su pregunta. Solté su mano en seco y le mire aún manteniendo la mueca. Me levante sin pensarlo y comencé a caminar por donde mismo habíamos llegado. - Quién demonios te crees que eres? - pregunte visiblemente ofendida ante semejante pregunta. Él, no era mi amigo ni nadie de confianza, recién y a poco hablábamos y se le ocurría salir con semejante insulto a mi parecer. - Crees que voy de cama en cama acostándome con quien se cruza en mi camino? - pregunte aún caminando a la salida del lugar. Estaba visiblemente enojada y es que no era para menos.

- Créeme, que no tengo interés en saber sobre la vida sexual de nadie. - respondí casi a los gritos. Detuve los pasos a mitad de camino mientras me apoyaba en algo cercano, parecía un nuevo estante, pero ya no era el mismo, solo era otra porquería de la sala. Cruce mis manos y me quede mirando nada en realidad. Quería irme, lo sabía, estaba realmente ofendida, pero no podía salir al pasillo así de alterada, respiraría, me calmaría, me relajaría y me marcharía, eso no lo dudaba.

Intente mantener esa idea en mi cabeza, no quería que me convenciera de lo contrario. Me marcharía en cuanto pudiera y en cuanto, además, estuviera con mis cinco sentidos buenos y sanos nuevamente. Él chico estaba allí nuevamente, solo a un par de metros de mi, le mire de reojo y luego termine por mirarle con una ceja alzada cuando vi que sacaba algo de entre su túnica. ¿Qué sería ahora?
Él chico termino la distancia y se arrodillo frente a mi mientras me pasaba un trozo de pergamino. Abrí una de mis manos lentamente mientras la acercaba algo temblorosa. Tenía miedo de lo que pudiera leer, verdaderamente no quería nada malo, ni nada de lo que luego no pudiera salir.

Aún con el pergamino entre mis dedos, comencé a leer lentamente cada línea, cada párrafo, cada punto, cada detalle de aquella "carta" por llamarle de alguna manera. Di un suspiro mientras acaba de leerla, estaba realmente emocionada y es que si la hubiera leído en otro momento hasta podría haberme causado gracia, pero no, en aquel momento no... La doble lentamente mientras cerraba los ojos y los abría un par de veces mientras respiraba. Sin dudarlo me agache hasta quedar a su altura y me tire a sus brazos... Era un abrazo cálido y podía asegurar que necesitado. Acaricie su cabello de una manera extraña, todo eso era extraño y no podía creer que abrazaba al mismísimo Malfoy. Di un suspiro y murmure en su oído - Lamento el golpe de tercero... - a lo que termine sonriendo de forma involuntaria - de verdad.. - volví a repetir mientras mantenía el abrazo, con la misma fuerza, con esa calidez propia mía.

En ese mismo minuto ya no sabía que hacer, si separarme o irme o quedarme allí... Pero es que no era incomodo, y realmente no deseaba irme...

No estaba segura de porque, pero realmente estaba disfrutando de ese momento. No pensaba que sus brazos eran tan cálidos, que su aroma era tan exquisitamente obsesivo y que realmente estaba disfrutando de eso. No entendía como mi corazón había dado ese vuelco, pero lo había dado y había hecho dentro mio, una mezcla de sentimientos irreconocibles, seguramente eso no iba nada bueno y simplemente temía salir lastimada por su culpa.


- Pero... de todas maneras te lo digo, lo lamento, lamento haberte golpeado.. - volví a susurrar en su oído. Aunque está vez mi voz se escucho mucho más apagada, estaba relajada y podía dar por seguro que hasta podía dormirme allí.
Baje una de mis manos hasta dar contra la suya, entrelace nuestros dedos sin dudarlo y con la otra aún mantenía esas caricias sobre su cabello. Pude notar como la sala hacia aparecer taburetes y té, pero yo no tenía intenciones de beber ni comer nada, solo quería estar con él.

- No te preocupes, creo que quedo pagado en cuanto te golpee - bromee dejando escapar una risa para ambos. Sonreí abiertamente mientras volvía a aspirar su perfume. Sus caricias me hicieron sentir las mismas mariposas de antes. Cerré los ojos y disfrute de eso unos momentos para luego abrirlos lentamente. Pensé en un sofá, a lo que la sala de manera rápida y fácil lo presento ante nosotros. Era un gran sofá, más que suficiente para ambos. Me levante lentamente aún sosteniendo su mano - Lamento rechazar tu invitación a tomar té - dije caminando dos pasos por delante de él mientras le tiraba. Al llegar junto al sofá le di un suave empujón y lo deje caer en el sofá mientras me sentaba a su lado y le sonreía. Saque la varita y con un movimiento hice levitar una taza hasta él - Pero si tú quieres tomarlo, no hay problema - respondí depositando la taza sobre su mano. Le observe unos minutos y luego me recargue a su lado mientras me acurrucaba y me acomodaba entre sus brazos.