¿Qué hace una alumna aquí? (Hermione)

Camine por Hogsmeade metiendo mis manos a los bolsillos. Estaba completamente sola y podía parecer un poco extraño al pensar que tenía dos buenos amigos que nunca me dejaban a solas. Camine pateando la nieve que había a mi paso mientras miraba el piso algo confundida... ¿Qué debía hacer precisamente?
Estaba algo extrañada, todo era tan... Cielos, no podía terminar de pensar algo antes de comenzar con otra cosa, creo que no debía martirizarme así, de aquella manera, era solo una chiquilla.
Di un suspiro antes de entrar "Dervish & Banges" cualquiera que me viera podría pensar realmente mal. Al entrar pude ver cuantas cosas de magia oscura habían en aquel lugar, aquello debía ser ilegal de cualquier manera. - Buenas... - susurre a la nada. Mire mi reloj de pulsera, habían pasado cinco minutos y aún nadie salía a atenderme. Mis intenciones eran simples, descubrir si Malfoy había estado visitando el lugar. ¿Como? No tenía idea, pero lo lograría.
Me gire al sentir que la campana sonaba, alguien había entrado en el lugar y no era nada bueno que me vieran allí.
El chico ya mayor me saludo con un simple "Buenas tardes" al que yo correspondí con un movimiento de cabeza - Buenas.. - comente con desinterés, aún pensando en su apariencia física, jamas le había visto allí, debía ser nuevo. Metí mis manos a mis bolsillos y envolví mi cuello con la bufanda que llevaba. Me gire y salí casi sin pensarlo volviendo a caminar por la nieve, casi rogando con que el chico no dijese de mi presencia en esa tienda a nadie.

Sentí como sonaban nuevamente las campanas del lugar, alguien había entrado o salido, no gira para saber, simplemente seguí mi camino.
De la nada el chico volvió a mi lado. - De hecho no tengo idea, espere un rato y nadie me ayudo - le dije aún caminando mientras miraba el suelo.
Hermione - respondí aun sin mirarle. No olvidaría su nombre, seguro lo recordaría. Me detuve ante su proposición algo extrañada, la gente no solía invitarme y mucho menos un completo desconocido. - Yo.. es un poco tarde, no? - pregunte dudando algo confundida. Pensé unos segundos antes de volver a hablar - Oh, de acuerdo - dije sonriendo al fin. ¿Por qué aceptaba? No tenía mínima idea, esperaba que el chico no fuera malo.

Sonreí escuchando sus palabras - No todos son así, hay gente que no confía, ya sabes, Voldemort y en estos días cualquiera puede jugar del bando contrario - comente casi desinteresada. Revolví mis manos dentro de los bolsillos, debía mantener el calor ante cualquier cosa. - Tú muy bien dirás, tú has invitado, supongo que cualquier lugar estaría bien - le comente aún mirando mis pies mientras continuaba pateando la nieve a mi paso.
- De hecho, soy de Hogwarts y soy muggle, así que cuando no estoy en el castillo me voy con mis padres o con mis amigos - le comente sin vergüenza alguna. Habían personas, como los Slytherin que juzgaban a cualquier persona que no fuera "igual", había gente a la que no le importaba y algunos simplemente eran indiferentes, pero a mi poco me importaba lo que el resto pensaba sobre mi.
- Tú eres nuevo? - pregunte prestando atención a su respuesta. - Nunca te he visto por aquí... - le comente volviendo mis ojos al fin a los suyos.

Temer un nombre solo incrementa el temor de lo nombrado - le comente con gracia evidente. Había recordado a mis mejores amigos y nuestras charlas comunes, solíamos hablar de Voldemort a Voldemort, así sin más.
- Creo que quien me escuchara, sabría que no estoy en nada malo, sus "seguidores" - comente haciendo comillas con ambas manos - no suelen llamarle por su nombre, creo que le tienen algo de respeto, Lord o Señor - comente bufando algo asqueada. Yo jamas me referiría con respeto ante tal asesino. - Podemos ir a las tres escobas - sugerí sin más. Di unos pasos más mirando mis pies nuevamente - Eres desconocido y estabas en aquella tienda, creo que si alguien nos vio sospecho más de ti que de mi - dije dando una patada a la nieve - La gente es curiosa y tú eres un rostro nuevo - dije con cierta lógica.
- Veintiocho años.. - murmure casi en un susurro. - Ya eres un adulto.. comente con gracia mientras entraba en el lugar y sacaba mis manos para soplar y proporcionar un poco de calor.

Creo que eso lo hace parecer más sospechoso, la gente en curiosa y entre un rostro común y uno nuevo, siempre van a sentir más curiosidad por un extraño como tú - comente sin intención de discutir, solo era eso, un comentario.
- Buscas a tu hermana... - murmure pensando en alguna chica aunque fuera en vano.
El chico tenía valor y suficiente carácter para buscar a su hermana a pesar de no tener dato alguno, aquello casi sin quererlo podía provocar pena a cualquiera y no era el mejor sentimiento que alguien podía sentir por otro humano, pero a veces era inevitable, además, el chico parecía sincero.
- Si pudiese ayudarte en algo.. - le comente mirando sus ojos con las mejores ganas de poder ayudar en serio. ¿Qué haría yo? Pues yo, ni siquiera me hubiera ido en busca de alguien sin dato alguno, tal vez hubiese pensado un poco mejor algún mínimo detalle que sirviese de ayuda, pero el chico no parecía de esos.
- Un té para mi y para el caballero... - le dije a la camarera mientras volvía mi vista al chico para que pidiese. Solía saber como manejarme con las personas, además tenía modales y suponía que eso contaba a favor de la persona.

En cuanto la chica se fue termine por acomodarme mientras le dedicaba una sonrisa pensando en que demonios haría si alguien notaba mi ausencia, ya era tarde y no era hora ni día para andar fuera del colegio. Detuve mis pensamientos y le hable - Sabes algo más de tu hermana? - le pregunta con curiosidad mientras bebía un sorbo de mi té que para ese entonces, ya había llegado.

Escuche su historia con atención intentando pensar con rapidez, tal vez en busca de algún recuerdo que pudiese ayudar, algo que hablara en mi cabeza, aunque fuera una sola pista, cualquier cosa, pero nada parecía realmente llegar a mi cabeza, estaba en blanco asociando datos que nunca había tenido, seguramente yo no conocía a su hermana y era una pena por completo.
- Entiendo... Eso es un poco triste, en realidad algo que da para quedar frustrado - comente sin reservar mis comentarios, nunca lo había hecho y no lo haría ahora. Di un suspiro mientras daba un nuevo sorbo a mi té. Mi cuerpo comenzaba a tomar su temperatura normal, al menos no moriría de frío ni nada por el estilo.
Al poco rato de nuestra conversación entraron cinco hombres de apariencia espantosa, provocaban algo extraño, miedo y lograban intimidarme, la mirada de los cinco hombres fue a dar directo sobre nosotros, algo bastante extraño pensando que no había hecho nada malo... Pero ¿Si el chico tenía problemas? Cielos, que diablos había pensando al aceptarle...
Volví mi vista a mi acompañante e intente concentrarme en lo nuestro, pero la mirada de los hombres me estaba volviendo loca. Baje la mirada y revolví mi té con la cuchara aún atenta en lo que el chico hablaba, aunque mi otra mano estaba en mi bolsillo, firme con mi varita ante todo.
Mire de reojo a los hombres y pude ver como uno asomaba su varita hacia nosotros con una expresión de odio en su rostro. Me levante casi de un salto y con varita en mano grite - Expelliarmus - su varita salio disparada y quedo desarmado, luego tan rápido como había brincado me había tirado al piso y aún apuntando al hombre dije - Desmaius - el hombre se desvaneció y quedo tendido ante las miradas de los otros cuatro.
Me levante rápidamente aprovechando el tiempo y me acerque a mi acompañante tirando de su mano y saliendo del local corriendo como mejor podía sobre la nieve
- Allí - dije como una orden. Estábamos tras unos árboles y aún seguía alerta a cualquier cosa que pudiese suceder cuando uno de los hombres salio del lugar tirando todo cuanto estaba a su paso.

- Vamos pendejo, muéstrate - dijo el hombre en tono vulgar, bastante vulgar. Mire a Andrew perpleja y sintiendo como el miedo comenzaba a apoderarse de mi. Me gire y quede de frente a él con mi varita en su cuello haciendo señales para que guardara silencio, aunque ya no confiaba en él. Presione un poco más mi varita en su cuello para demostrar que no estaba jugando, poco me importaba que tuviese más edad que yo.

Aún alerta y mirando a esos hombres desde mi escondite con el miedo de tener a ese chico a mi lado, me moví lentamente.
Leí el movimiento de sus labios, pero simplemente mire a otro lado y no respondí furiosa por la situación. ¿Quiénes eran aquellos hombres? ¿Por qué le buscaban? Ya no volvería a confiar en nadie y al chico lo tendría otro poco vigilado.
Me distraje por dos segundos y tomo mi mano para hacerme desaparecer. A donde me llevaba? Pues no tenía idea y esperaba por el bien de ambos que no trajera nada más entre manos. Sentí aquella asquerosa sensación luego de una aparición. Abrí los ojos y me solté de su mano aún con la varita en alto - Quién demonios eres y por qué te buscaban? - pregunte con seriedad y con mis fríos ojos puestos sobre él. Di unos pasos hacia atrás pensando en donde estaríamos.
- Por qué me trajiste aquí? - pregunte molesta. Yo debía volver a Hogwarts y el me hacia quedar aún más lejos de mi paradero. Parece que tenía para mucho con aquel chico allí.

Mi rostro se deformo ante sus siguientes acusaciones. - Pues claramente te buscaban a ti, nunca se refirieron a una chica - reclame mientras chascaba la lengua.
- Si te fijaras un poco en lo que hace el resto, claramente no me acusarías de una tontería. Lo que tú hiciste, fue escapar y dejaste de enfrentarlos - reclame nuevamente. Yo precisamente no actuaba así, salir corriendo de la nada en cuanto alguien atacaba.
- Pues vete a Hogwarts a preguntar por Hermione Granger, seguramente al profesor Dumbledore le suena como una chica Gryffindor, porque dudo que me desconozca - utilice en mi defensa, nunca nadie había dudado de mi de esa manera. - Que estúpida fui, confiar en un completo desconocido - murmure por lo bajo casi para mi misma.
- Cielos, los hombres nos iban a atacar, tenían su varita en alto y nos apuntaban - dije sintiéndome tan tonta. El chico ni siquiera se había dado cuenta de eso y yo le había "rescatado". Tampoco me las daba de héroe, pero yo actuaba por naturaleza, no hubiese permitido que le atacasen de la nada.
Ni siquiera se porque hablo contigo, y no, no voy a permitir que me vuelvas a llevar a cualquier lugar como si nada dije caminando mientras salía del callejón para asomarme a la calle. Apure el paso solo un poco más para tomar ventaja del chico y pensar que demonios haría para volver. ¿Desaparecer y aparecer? Claro que no, yo aún no dominaba eso y se lo volvía a hacer caería desmayada por el movimiento de todo en mi interior.

- Paranoica? - pregunte irritada por la forma en que me hablaba. Lo encontraba de lo ultimo, quien demonios se creía...
Escuche sus siguientes palabras realmente furiosa. Primero me trataba de paranoica, luego me decía que debía confiar en el él, que su padre había muerto en Azkaban - lo que me había hecho pensar bastante mal - y más tarde, me agradecía. Dios, no lograba entender a aquel chico - A ver, encuentro que estás tomando esto como un juego, me tratas de paranoica, me cuentas lo de tu padre y más tarde me das gracias, no logro entenderte - dije ahora hablando, mientras intentaba calmarme.
Asentí cuando me pregunto por mi varita, recién la había utilizado, tampoco la había perdido ni nada por el estilo. Pensé en la idea de tener que pasar la noche con él... Dios, estaba realmente asustada, pasar la noche con un desconocido me sacaba de quicio.
Mi varita seguía entre mis dedos y no dudaría en atacar si era necesario. - Pasar la noche contigo? - pregunte incrédula mientras comenzaba a caminar sin tener un verdadero destino.
- Vamos - dije como ultima palabra. Caminaba por una calle bastante vacía y sucia y seguramente era muy entrada la noche, pues no parecía haber nadie. Mire cuando vi una casa abandonada a mi derecha, me acerque sin dudarlo y entre tirando la puerta de manera bastante fuerte.

Al tirar la puerta, está se abrió fácilmente. Antes de poder conjurar un "Lumos" mi acompañante lo hizo. Mire algo espantada los ratones y me fije en los muebles, me parecía extraño que la casa estuviera abandonada y con muebles...
Asentí cuando me dio la orden de esperar abajo. La verdad, es que tenía ganas de volver a reclamar, pues ¿quien era para ordenarme que hacer? Pero al final, no hice nada, al menos, debíamos intentar el llevarnos bien.
Lo mire esfumarse escaleras arriba y sin dudarlo pronuncie - Lumos Maxima - de la varita aprecio una gran luz que dejo ver todo a la perfección. El chico estaba bien, yo lo sabía, pues de estar mal, hubiera pedido ayuda o de forma inmediata, hubiera escuchado ruidos de duelo, pero no, todo parecía en paz.
Con rápidos movimientos de mi varita deje completamente limpio el lugar, luego hice aparecer muebles y bombillas muggles. - Nox - susurre. La luz de la varita se apago, pero ahora estaban todas las bombillas muggles funcionando. Con la varita aún entre mis dedos termine la decoración de la sala de abajo. Podría decir que parecía un hogar normal, bonito, limpio y decorado. Abrí la puerta y me senté en la escalera que dejaba salir de la sala. El chico estaba tardando. Sin evitarlo mire arriba y note que el ventanal de mi lado estaba sin cortinas, con otro rápido movimiento de varita las hice aparecer, al menos, debíamos tener privacidad por cualquier problema. Suspire y me quede en aquella posición esperándole, mientras casi sin quererlo, comencé a fijarme en cada una de las estrellas que en aquella noche habían.

La verdad era que me había dejado ir por las estrellas. No había escuchado sus pasos al bajar y eso que el piso crujía, pero estaba realmente hundida en mis pensamientos. Me había sobresaltado al escucharle de pronto, pero en mi rostro no hubo una pista de miedo, no podía demostrarle eso. Di un suspiro y me gire alzando una ceja mientras le hacia una mueca. - ¿Sabes? La verdad es que ahora mismo, eso no me importa, no puedo dejar de hacer magia - le dije como algo obvio. Además muy bien podía el sacar la varita y hacer todo lo que yo había hecho, a ver como le iba.
- No pretendo ser una carga para ti, ni para nadie - continué hablando desde mi posición. Aquello, era cierto. Nunca me había gustado estar en una caja de cristal ni nada por el estilo, me gustaba ser independiente.
Me gire y volví mi vista al jardín nuevamente. Me distraje por incontables minutos, luego volví a hablar - Hasta los vagabundos que habitan este lugar, merecen un lugar decente en donde estar, no te parece - pregunte en un tono de voz evidentemente más bajo.
Yo no tenía problema con ningún tipo de gente, bueno, en la que intentaban matarnos, en los que pudiesen dañar a mis amigos y ellos, con el resto, ni un solo problema. Di un suspiro y volví al silencio de hace poco, no necesitaba mucho de las palabras, no tenía nada que hablarle a él.

¿Es que no podía mantener las cosas paz? Rodé los ojos ante sus ultimas palabras. Cuando comenzaba a sentirme al fin cómoda con el completo desconocido que tenía a mi lado, él, salia con un comentario de ese tipo.
Me gire, me levante y mire al chico de forma fija. Con un movimiento de varita cerré la puerta y me senté al sofá que había frente a él. - Mínimo me miras, no? - pregunte irritada nuevamente. Tome aire y me levante intentando mantener la calma. Me dirigí a la cocina e hice aparecer dos vasos de un movimiento de varita, luego les puse cerveza de mantequilla y volví hasta quedarme sentando frente a él - Para ti - dije con una pequeña sonrisa. Di un sorbo a la bebida y le observe unos segundos en silencio hasta volver a hablar. - ¿Por qué soy particular y por qué crees que escondo algo? - le pregunta haciendo una mueca mientras esperaba paciente a su respuesta.
- No creo que ellos elijan eso, a veces se tiene problemas y uno simplemente no sabe que hacer y estoy consciente de que no es la solución, pero me parece que ellos no escogen eso. - termine por decir mientras ponía el vaso sobre la pequeña mesa y guardaba mis manos dentro de mis bolsillos.