El eco de los gritos. [Hermione]

Mis pasos siguieron la senda de los pasillos declinantes y, con cada zancada, mis botas hacían crujir la madera vieja que aun constituía ese suelo que se caía a pedazos. Aun no podía explicarme cómo aquello seguía en pie.
Deseché los pocos comentarios sobre el lugar en cuanto crucé la puerta que daba a una de las habitaciones y me topé con el baúl, el que se encontraba bajo la cama y ya había abierto y cerrado tantas veces que ni recordaba que existiera nada más que aquel objeto en la habitación.
Abrí la tapa en cuanto lo posé sobre el colchón y saqué los papeles del interior, revisando rápidamente.
" basura...basura..basura... " susurré pasando los documentos informativos y cartas de mortífagos de Londres. No sabía por qué pero se me antojaban idiotas, no más que una sarta de floreros para adornar y rellenar el ambiente. Me había bastado leer un par de sus informes unas veces anteriores como para decidir no perder el tiempo en escritos inútiles.
Mis ojos se detuvieron ante uno de los últimos papeles, una carta. Y en ella, la letra de mi padre.
No era como si esperara que fueran a pasar años antes de volver a saber de él, pero tras la situación "delicada" en la que habíamos acabado todos los nosotros, me era difícil imaginar que contactáramos de forma común.
Guardé el resto de papeles, no era conveniente leerlos en ningún otro lado que en mi habitación. Cerré el baúl y volví a esconderlo bajo la cama al tiempo en que oía el crujir de la familiar madera.
Sin alzarme, giré el rostro hacia la puerta entornada que se abría y cerraba al compás de los movimientos tambaleantes de las paredes. Me mantuve quieto en silencio hasta que una mano evitó que la puerta se cerrara nuevamente.

Era un día libre en Hogwarts, podía ir de paseo a Hogsmeade y sí, había decidido ir. ¿Para que quedarme en el castillo? ¿Por qué no pasear? Necesitaba divertirme o al menos tomar aire.

Iba en compañía de mis mejores amigos, Harry y Ron, pero como solía suceder cuando salíamos Harry o iba tras Cho Chang, o se perdía de nuestra vista. Le propuse a Ron el ir a la casa de los gritos, pero el miedo podía con él, y no, no quería no ir.

Camine con tranquilidad, mis manos en los bolsillos, aunque dentro de estos mi varita iba mas que apretada, empuñada. A cada paso que daba, la vieja madera crujía, crujía de una manera impresionante. Estos crujidos delataban la antigüedad que podría tener la gran casa, era casi imposible el pensar que siguiese tan levantada como siempre.

A medida que avanzaba no pude evitar el ver y oír como una puerta hacia cierto ruido al cerrarse y abrir, realmente era estresante, me acerque y puse mi mano con la intención de cerrar la puerta, pero algo llamaba mi curiosidad, tal vez sería el leve ruido que hace poco había escuchado, como si hubiesen echo roce al arrastrar algo. Luego de poner mi mano entre la puerta, pude escuchar el sonido del silencio, todo estaba en total paz.
Con mi mano empuje un poco más la puerta y termine por abrirla totalmente y muy grande fue mi sorpresa al ver un chico allí, en el suelo y totalmente quieto, observándome. La mano que aún seguía en mi bolsillo, en el cual tenía mi varita, la apreté, la apreté tanto como podía.

Lo mire a él y rápidamente mire todo el lugar, como buscando algo, tal vez una pista o lo que fuese, era totalmente extraño, pero ¿Que hacia en ese lugar? Nada bueno podría venir de algo como eso, no era normal que las personas estuviesen solas y además en la casa de los gritos, era totalmente sospechoso. Acaso, ¿Él sería malo? Sería un peligro? o ¿Solo eran ideas locas provenientes de mi gran imaginación? Lo dudaba, mis sentidos no solían fallarme y las sensaciones que sentía hacia él tampoco podrían estar tan equivocadas, por extrañas razones, me hacía sentir cierto rechazo, como si fuese un peligro, nuevamente algo extraño.

¿Me estaría viendo como una chica débil? De ser así, estaría en un grave problema, estaba sola y seguramente transmitía debilidad. Revertiría la situación a como diese lugar ¿Qué haces aquí? .- pregunte mirando directo a los ojos del chico. ¿Qué escondes? .- volví a preguntar. Por mas que las ideas fueran y vinieran, yo no era tonta y la gente que me mentía debía de hacerlo a total perfección si quería lograr que yo comprase, por que de otra manera, ni modo.

Vi cómo una chica entraba en la habitación y me miraba con decisión, reclamando una explicación de lo que estaba haciendo.
- Debería preguntarte lo mismo, no crees? - dije mientras me levanté con cautela, sabiendo que sus manos estaban escondidas y que su tono de amenaza (extrañamente injustificado) no era porque sí. - Y aun así, no me importa demasiado lo que te trae por esta casa abandonada, a menos que vivas en ella - añadí sin reirme, como si fuera lo más normal del mundo.
- Si no es así, creo que mis temas no te conciernen, Granger - si, sabía bastante de esa chica. De hecho era imposible no saber de su existencia teniendo en cuenta lo famosos que se habían vuelto el trío Gryfindor desde que entraron en primero con Harry Potter y el fiel Ron Weasly. No eran más que adolescentes motivados por derrocar a mi padre como si fueran estrellas que habían nacido para eso.
Y ahora esa extraña chica me pedía una explicación.

Mi actitud había sido realmente mala, no tenía motivos para comportarme así, el chico después de todo no era malo, o al menos aquello creía yo. En cuanto comenzó a hablar pude fijarme que su tono de voz era realmente inofensivo.

Quede realmente sorprendida cuando me llamo por mi apellido, primero que nada sabía quien era y eso me dejaba sin palabras y como segundo no había sido para nada descortés pero su fría forma de hablarme me hacia ser aún mas formal con él, como si no quisiera mostrarme como la Hermione que era.

Busque las palabras correctas para hablar, pero no encontré nada solo salieron de mis labios las vagas palabras Lo siento si no me comporte como debía .- dije realmente arrepentida.

Al fin reaccione de mi ensoñación Como bien sabes soy Granger, Hermione Granger .- me presente. Parecía que él no quería seguir una charla, y en su forma de tratar me hizo sentir como si fuese alérgico a mi, él realmente era frío...

¿Qué debía hacer? ¿Seguir allí? a pesar de no ¿sentirme invitada...? Siento si te interrumpí, al menos no era mi intención, sigue en lo que estabas .- dije por impulso y me gire también por esto. Estaba decidida a salir de allí, no quería seguir sintiéndome así. ¿Acaso me sentía vulnerable? no, aquello realmente no era.

Su cambio de actitud me dejó extrañado.
Vamos.. admitía que no esperaba que una Gryffindor como ella, tan llena de prejuicios contra los de mi casa (porque era evidente), se fuera de esa manera tan pacífica sin insistir y amenazarme para saber lo que ocultaba.. Y habría hecho lo correcto mirado desde su punto de vista; yo no era para nada inocente.
De todos modos, ya había acabado de hacer lo que tenía previsto.
- Me sorprende que te vayas tan rápido - dije antes de que saliera de la habitación, que seguía con sus contínuos crujidos inestables.- No me dejas ni presentarme, Granger... aunque supongo..- comenté dando unos pasos en su dirección, sin prisa y jugando con una pequeña correa que ataba en mi mano- que para una Gryffindor no importa saber demasiado sobre una serpiente- dije, poniéndome en su papel, al igual que cuando me había juzgado. Aquello era divertido.
Me detuve delante de ella, sonriendo de lado cuando apoyé mi mano en el canto de la puerta para impedir que la abriera lo suficiente para salir.
Aquella chica me inspiraba algo de rencor por lo que le habían hecho a mi padre, pero no era eso lo que me llamaba la atención. Hacía que mi actitud se volviera más burlona con la necesidad de molestarla y volver a ver aquella cara enfadada y exigente con la que la había visto cuando entró.

Camino hacia mi sin dejarme paso, se había puesto sobre la puerta, genial, ahora estaba atrapada en una habitación con un chico que jamas en mi vida había visto, que era un poco extraño y además de la casa peligrosa.

Esta bien, preséntate. .- rodé un poco los ojos En realidad no, no me interesa o no tiene porque importarme quien eres, seas de la casa que seas, además si he pedido que te presentes es porque de la manera que lo dices me haces sentir obligada a prestarte interés. .- dije con total sinceridad, mirando sus ojos sin despegar mi vista de ellos.

Me di la vuelta y camine a una de las ventanas, aún acompañada por el crujido del piso al caminar, cada uno de mis pasos suponía un distinto tipo de crujido.

Me dejaras salir de aquí o tienes en mente secuestrarme? .- pregunte con sarcasmo. Deje perderme por la ventana, en realidad el chico era de cortas palabras, pero dijese lo que dijese, parecía ser que lo pensaba mucho.

Miré a sus ojos castaños sin borrar mi sonrisa; ya había adoptado la actitud que había pretendido en ella. Era divertido jugar con los leones, siempre terminaban cayendo en la trampa por su propio orgullo.
- Me gustan las personas directas, pareces muy segura de que estás por encima de los demas... seguro que no eres de mi casa? - pregunté dejando ver la evidencia de que en muchas cosas, las serpientes y los leones eran similares, con verdad en mis palabras tras oir que no le importaba mi nombre. Con lo cual, no se lo dije.
Secuestrarla... oh, si que sería buena idea para ver cómo sus amiguitos salen corriendo a por su adorada chica.
- No te conviene darme ideas, Granger - susurré en su oido al inclinarme para cerrar la puerta. Luego me aparté, divertido por su expresión.
- Lógicamente, juego con un papel que tú me has impuesto, el papel de malvado. Aunque todos sabemos que esos papeles son subjetivos.

Mientras miraba mis ojos, su sonrisa no pareció decaer, parecía aún mas, mas feliz con mi actitud. Cuando escuche decir que acaso estaba segura de no ser de su propia casa, no supe si sentirme ofendida o el se sentía como en casa conmigo, pero obviamente yo no tenía ni una pizca de serpiente por mis venas, claro que no.

¿Como podría estar en tu casa? Sería verdaderamente imposible, solo lo mejor esta en Gryffindor. .- dije con un tono de orgullo, que no lograba entender de donde salía. Estaba logrando sacar lo peor de mi, de mi personalidad, de Hermione.

Sí, me había sobresaltado escuchar su voz tan cercana a mi, realmente el chico sabía hacer de las suyas. Dime, si tú tienes el papel de malvado...¿Qué papel juego yo? .- pregunte entrando en el juego, que él había decidido comenzar.

Después de todo... ¿Qué tan malo podía ser, seguir la corriente del chico? Tal vez no era malo por lo que decía, solamente mis ojos había visto lo que querían ver y yo había sido de lo mas tonta al demostrárselo. Pasaba lo mismo con él, había querido verme orgullosa y tal vez enfadad y solo se estaba dejando engañar por lo que creía, por que al fin y al cabo si cambiábamos actitudes o papeles, volveríamos a conocer al otro de una manera totalmente distinta.

No pude evitar reirme. Y eso que no solía reirme y menos esperaba hacerlo con esa chica, pero de verdad me hacía gracia.
- "Sólo lo mejor está en Gryffindor"... wow.. vaya frase, insinuas que los demás no somos nadie ni nada - repetí, evaluando sus palabras. - queda zanjado el tema de "Nosotros somos mejores que los demás" y de que tu orgullo... te come por dentro cuando alguien como yo aparece ante tí - miré profundamente sus ojos, dando un paso para cerrar la distancia que hacía que ella aun se sintiera poderosa- una serpiente, el enemigo que tanto odias por lo que dice de tu familia.
Sabía que estaba alimentando su odio hacia mí, pero no estaba diciendo nada de malo sobre su familia, no era de los que estaban obsesionados por la sangre, de hecho, me daba igual, solo era sangre. Pero esto ella no lo sabría y seguiria juzgándome.
- Tu papel.. supongo que "los mejores" no pueden ser otra cosa que buenos, no?.. según tu punto de vista - susurré sin apartar mis ojos de los de ella.

Miro mis ojos de una manera en la cual no todos solían hacerlo, él realmente parecía atravesar mi alma y mi ser, sus ojos eran... eran ¿Qué te pasa Hermione? Me pregunte interiormente, aunque prontamente olvide aquel pensamiento.

¿Por qué me come por dentro cuando aparece una persona como tú? .- pregunte. La verdad era que esa no había sido la mejor pregunta de mi vida, pero realmente no encontraba lógica su afirmación.
Dio un paso más que significaba algo como cercanía, ya no había distancia como hace pocos segundos, cualquier error, cualquier paso dado en falso significaría mucho para él o para mi, ambos habíamos decidido jugar aquel juego.

Había calado muy hondo, realmente hondo, ¿Acaso yo era tan cruel con él? Al menos para mi solo habían sido estúpidas palabras que había dicho por responder y él no había tenido otra brillante idea que responder con un punto débil.

Continuo hablando con su mirada en la mía, aquello no iba para nada bueno Si quieres que sea buena y como tú eres el malo, debes hacer algo malo para provocar la furia del bueno .- dije ignorando su anterior comentario.

- Eso deberías preguntártelo a tí misma, no? Quizá pensar que eres mejor que los demás, sabiendo que todos conocen tu nombre y dando por hecho que no hace falta saber el de los demás... sólo porque no son los mejores..no hablas mucho mejor de tu casa, hasta nosotros sabemos admitir nuestros defectos a pesar de sentirnos orgullosos..vosotros no- dije torciendo la sonrisa. Notaba que estaba incómoda con la situación, pero parecía que no se resistía a seguir con lo mismo, quedándose en su lugar a pesar de que yo me acercara.
Arqueé las cejas, mirándola enigmático.
- Intentas incitarme? No te lo recomiendo, Granger. Soy especialmente bueno en eso... no te imaginas cuanto. - di otro paso más, con lentitud. No sabía muy bien por qué estaba haciendo eso, sólo que simplemente no podía dejarla ir tan fácilmente. Aquella chica me causaba rechazo, pero no podia evitar querer retenerla ahí. Quizá para usarla más adelante?.. en ese momento sólo me guiaba por mi diversión a su costa.

Aquello iba de mal en peor, verdaderamente estaba comportándome de lo peor, me desconocía, no solía ser así, pero con él era tan difícil bajar los humos... ¿Por qué motivo no podía ser agradable? ¿Por qué tenía que comportarme así? ¿Acaso debía mostrar que era mejor que él, por sentir miedo...? Me extrañaba, si que me extrañaba en donde me había visto metida.

Un laberinto, sí, estaba en un laberinto, confusa y sin poder encontrar salida. Sus palabras eran como dagas, realmente me llegaban en el fondo. Retrocedí un par de pasos, comenzaba a acercarse - Entonces no hagas nada, no te incitare a nada .- dije esto y guarde silencio. Camine por la habitación, ya no podía seguir allí y no decía ni una palabra mas, había decidido no hablar a excepción de que tuviésemos un tema del cual hacerlo.

- Ciertamente hay contradicción en ti - observé, deteniendo mis pasos cuando vi que se alejaba. Sonreí con triunfo notando la confusión que había en su interior.
- Nunca has hablado de verdad con un Slytherin, no? He podido observar cómo actuais tú y tus amigos - comenté cruzando los brazos sin desviar mi mirada- dais por sentado actitudes que quizá no existen y nos juzgáis como si tuviérais derecho a hacerlo. Nosotros tenemos nuestra forma de actuar, vosotros la vuestra. Diferenciar está bien, pero haceros los poseedores de la justicia es otra cosa, no crees?
Sonreí, sentándome en el marco de la ventana. Ella podría irse, pero significaría que aceptaba mi opinión y que no tenía nada que añadir.
- Creo que eres una persona inteligente y hasta puede que tengas más sentido común que tus cerrados amigos- algo llamó mi atención y examiné el cristal levantado de la ventana, estaba roto y posiblemente sería reciente, ya que el canto afilado estaba limpio. No presté demasiada importancia para no distraerla de la conversación.

Contradicción en mi? .- pregunte con una ceja alzada Tal vez hable alguna vez con algún Slytherin, pero nunca una charla como esta .- dije nuevamente mirando el lugar. Estamos teniendo una charla entre nosotros, no incluyas en esto a mis amigos, yo solo he hablado de ti y contigo pero no he hablado de nadie mas. No te parece? .- pregunte y afirme al mismo tiempo, mientras miraba sus ojos.

No nos hacemos los poseedores de la justicia, si tú lo ves así es porque das por sentado actitudes en nosotros. dije respondiendo con lo mismo que el había hablado.

Prontamente se sentó en el marco de la ventana, la cual el vidrio estaba roto Cuidado, no te vallas a dañar .- añadí, en mi tono de voz se escuchaba preocupación, no sabía porque, pero así era. No me digas que no me preocupe, mientras mas fuerte eres, más tierno te vuelves .- dije mirando sus ojos y hablando con total sinceridad.

- Por un lado me incitas a que te ataque con las actitudes que me acoplas...y luego me dices que no lo harás- imité su rostro, divertido.- No hace falta que hables de nadie en concreto, hablas de todos en general - concluí sin problemas, ignorando su petición sobre sus amigos.
Miré a la chica, pensando en sus palabras.
- No es lo que pienso, es lo que demostráis.
Pero sus palabras volvieron a impactarme. No sabia si reirme o quedarme sorprendido como estaba.
- Sé lo que hago, Granger - respondí echando unos últimos vistazos al cristal y retirándome de ahí al poco. Sabía que tratarla de apellido mantenía esa fría formalidad de alejamiento.

Serías capaz de atacarme? .- pregunte con un sentimiento desconocido en mi interior. Había ignorado el comentario sobre mis amigos y ello me dolía de cierta forma, eran mis amigos, mis amigos.

Parece ser que no sabes lo que haces, mira como te pones en peligro .- dije soltando fuera todo lo que pensaba. En ese minuto tal vez le hubiese dicho que no me llamase mas Granger, pero no podía hacer eso, todos me llamaban como querían No te parece que Granger, se escucha un poco frío? .- pregunte. Lo había preguntado, pero no había pedido que no lo hiciese.

Aquel chico parecía imposible, pero algo me llamaba a querer conocerlo más y más.

- Obviamente depende del contexto, pero no tengo ninguna razón para atacarte ahora- en realidad sí la tenía, habia atacado a mi padre, por gente como ella él estaba retirado y debía encargarme de todo lo que él quería en su ausencia. No me importaba, me divertía.
Miré atento a la chica cuando me puse en pie cuan largo era. Era evidente que esa chica no tenía ni idea de lo bien que sabía lo que era el peligro.
- Sobreviviré, sé lo que hago... tengo buenos reflejos - sonreí y reconstruí mi mente con facilidad. - me sorprende que visto el trato inicial ahora te preocupes por mi bienestar, y no es nada personal, suelo llamar a todo el mundo por su apellido, exepto a los que veo interesantes - contesté sin problemas. El tipo de interés que usaba con los que me eran cercanos era el interés útil a lo que quería hacer.

Claro, dependía del contexto, estaba en lo cierto, todo dependía de otras cosas Tienes razón .- afirme pensando en lo que hablábamos.
Se puso en pie nuevamente, no me importaba como eran comentarios, al menos ahora ya no había peligro, ya no estaba junto al vidrio.

Siento si me preocupo por ti... .- dije con una sinceridad que hacia denotar lo triste que la situación me ponía. La honestidad con la que hablaba a veces realmente dejaba sin palabras que decir y era lo que me pasaba a mi, con él, no sabía que decir.

La volví a mirar extrañado, arrugando un poco el ceño cuando ladeé la cabeza hacia un lado sin alejar mis ojos de la chica.
- Te estás ablandando, Granger? - sonreí sin variar el resto del gesto inicial, pero pronto algo llamó mi atención, dejando los ojos en nada en especial cuando escuché una puerta abrirse y cerrarse sin contemplaciones. Era la entrada principal. Fijé mi vista en el suelo al tiempo en que oía las pisadas sobre la madera y me acercaba a la Gryffindor que seguramente actuaría igual que cuando me encontró a mí.
Tapé sus labios, indicándole con mi rostro que no hiciera ruido, y la moví hacia el lado contrario a la apertura de la puerta.
- No digas nada, entendido? Ni una palabra - añadí en susurro sin poder evitar volver los ojos hacia la puerta con precaución.
Me aparté de la chica y me senté en la cama con tranquilidad, aunque si no había esperado encontrarme con alguien a esas horas, a estas mucho menos...el problema era que yo no solía quedarme tanto tiempo en ese lugar.
La puerta se abrió y la figura conocida de Ruppert, cubierto de la habitual gabardina andrajosa y verde, llena de esas chapas de cerveza que sonaban con cada paso que daba. Oh.. maldita sea, cómo no había recordado que Ruppert también solía venir esos días a enviar informes que conseguía desde su trabajo en los establos del colegio?
- Hola, chico. Cuánto tiempo - dijo con esa voz áspera seguida de una sonrisa de dientes amarillentos al igual que los dos implantes de oro de los caninos.- Ya casi ni vienes a visitarme fuera de las reuniones.
Ignoré la presencia de Granger como si no existiera. Al menos esperaba que Rupert no hablara demasiado y no tuviera que borrarle la mente a la prefecta.
- No tengo tiempo, sabes que tengo mucho trabajo en la escuela.. - miré los papeles que mi compañero llevaba en sus huesudas manos. Si me los quedaba, ella volvería a preguntarme por ellos, tendría que buscar una solución rápida. - Esta vez quedamos en que la entrega con él sería en el lugar de la otra vez, siento avisarte ahora
El hombre soltó un bufido, molesto y dando una patada a la puerta, que dió contra donde se suponía que se escondía la chica. Esperé a que no diera signos de presencia por su bien.

Le mire fijamente No te puedo entender... .- No termine de hablar cuando algo llamo por completo mi atención, una puerta se abrió y cerro al instante. Cubrió mis labios y me indico que guardara silencio ¿Qué pasaba? ¿Qué misterios guardaba ese chico? Movió mi cuerpo como si nada, el chico tenía fuerza.

Me ignoro completamente, si hubiese querido hacerme daño en ese minuto, allí estaban las circunstancias, pero mas bien parecía protegerme. ¿Por qué lo hacia? ¿Por qué le interesaba ello? Tal vez, después de todo, no era tan malo como pensaba.

Observe desde mi escondite, entro un hombre que hablo con el Slytherin y por las pocas y cortas palabras que escuche, parecían esconder algo. Como un rápido recuerdo llego a mi cabeza el nombre de él, lo conocía, se llamaba Jack y hace poco había escuchado hablar sobre él. No escuche a la gran perfección pero el hombre algo molesto por su actuar, volvió en sus pasos y pego una patada en la puerta, el sonido era ensordecedor. Mire mis pies, había sentido como algo clavaba en mi piel, y si, había un estúpido clavo en la puerta, quise gritar; aquello incluiría ser descubierta y con ello seguramente peligro. La puerta se cerro y los crujidos nuevamente se apoderaron del lugar. Apoye mi cuerpo contra la pared y me deje caer en el piso, pase mi mano incontables veces por mi pie, pero el dolor parecía no querer irse.

Gracias... dije esto levantando mi vista al chico, prontamente la volví a la puerta, mire el clavo y nuevamente mis pies. Creo que me lastime... .- fue lo siguiente que dije.

No dije nada ante el gracias que escuché, sinceramente no había pretendido ayudarla. No me convenía montar un espectáculo con Ruppert y menos hacer desaparecer a la querida amiga de Harry Potter...porque a diferencia de mí, el mortífago de los establos no pensaría un momento antes de alzar la varita ante un intruso.
Me levanté de la cama sin apartar los ojos de la puerta unos segundos para luego volverlos a ella, más concretamente a su pie.
- Prueba a caminar - sugerí. Vi que el tornillo estaba oxidado y que la herida en el costado de su pie era un poco profunda. Desde luego, no planeaba ayudarla a caminar, pero tendría que saber si podría darle un motivo para que volviera al colegio por sí misma hacia la enfermería. Quedarme para limpiar las cabos que quedaran sueltos para que cuando Granger volviera no encontrara nada que pudiera hacerla sospechar más de lo que pudiera estar ahora.
Agradecía que Ruppert fuera hombre de pocas palabras.

Se levanto de la cama en la cual estaba sentado. Siempre parecía estar tranquilo, pese a todo y aquello no sabía si me agradaba o aturdía. Me intente levantar, aunque los primeras veces, fueron intentos totalmente en vano. Cuando al fin estuve de pie, apoye mi cuerpo en la pared y cerré los ojos. *Ron realmente tenía razón, no debí venir aquí* pensé en mi interior. Él no era de las mejores compañías, ni siquiera era cortes, me llamaba Granger, parecía ser que no nos agradáramos, estaba en algo muy, muy extraño y claramente no podía ser para nada bueno, había sido un completo error.
Abrí mis ojos y le mire, tal vez esta vez, mi mirada no decía nada, porque en realidad las emociones me estaban abatiendo, venía una tras otra y claramente no lograba comprender que me sucedía. ¿Por qué de pronto me sentía tan afectada? Seguramente yo podía aguantar cuanto el quisiese o por un tiempo, pero tal vez, ya no podía mas.

.- Siento ser un completo "estorbo" , no debía irse, podrían haber hablado y yo me marchaba -. dije haciendo comillas con ambas manos en la última palabra. Mi voz, se escuchaba tranquila y mis ojos se posaron en los suyos. Intente caminar, pero parecía ser inútil, volví a sentarme y saque mi varita .- Accio...- murmure muy despacio, como un pensamiento. Me concentre, estaba invocando dos pociones, yo sabía donde estaban, cerré mis ojos y pensé en el baúl de mi dormitorio, sabía que aquello funcionaría. Luego de cortos segundos, aparecieron ante mi, dos frascos. Mire mi pie, el herido para ser exacta, este comenzaba a sangrar lentamente. Cogí el frasco en el cual se leía "Esencia de Díctamo" lo bebí haciendo muecas, prontamente comenzó a salir un humo verdoso, luego de esto mire la herida, perfecto, había dejado de sangrar. Luego cogí el otro frasco en el cual se leía "Esencia de Murtlap" este lo bebí, ya acostumbrada por el mal sabor. El liquido tenía un color amarillento. Al menos ya había pasado todo, guarde mi varita y me levante.

.- Ya no quiero interrumpir mas, Jack... - murmure diciendo su nombre. Quería irme de aquel lugar, sentía su "desprecio" hacia mi.

- Como era de esperar... - sonreí, viendo cómo se valía de ella misma para curarse sin ayuda. - no esperaba menos de tí Granger, pero por qué esa actitud tan dolida de repente? Ser un estorbo no siempre es malo, sabes? muchas veces no están de más- amplié mi sonrisa, pero no iba a detenerla en esta ocasión. Me convenía que no me preguntara sobre lo que había pasado y si se entretenia con esas comidas de cabeza de una típica chica normal, mejor, iba a seguirle el tema.
Me sorprendió que pronunciara mi nombre, esa voz que tanto solía decir "Harry" sonaba extraña con "Jack", algo que sin duda no habría pensado antes.
- Puedes llamarme Ludlow si te resulta menos complicado - sugerí al notar el evidente esfuerzo que hizo cuando murmuró. - Aun así, no creo que haya nada más por interrumpir, no crees? - arqueé las cejas. Desde luego, la habitación ya estaba vacía y nadie más vendría.- Es gracioso ver a una leona acobardada por su complejo, seguro que estás en tus cabales? Buscas que te diga que te quedes?
Sabía que ese tipo de comentarios harían que o se fuera o que se rebelara contra mí, en los dos casos sería un resultado bueno, supongo. Aunque aun no terminaba de entender mi finalidad de molestarla.

Comenzó a sonreír como solía hacerlo, no conocía sus actitudes ni sus maneras de ser, aquel chico era un completo misterio, aún, o eso esperaba, quería conocerlo...
Me dijo que ser estorbo no era nada malo, aquello si dolía, su forma de ser, dolía... Debía alejarme de él, al menos ser frío, o no comportarme como lo estaba haciendo. Nosotros eramos solo conocidos, y eso bastaba y sobraba, o al menos de aquello intentaba convencerme. No se que decirte... - murmure sin mirar sus ojos, sentía que si lo hacia, las cosas no saldrían nada bien.

No se me hace difícil llamarte Jack.. -. dije levantando mi vista, con una actitud inflexible. Si quieres que te llame Ludlow, no hay ningún problema. -. dije sin llevarle la contraria.
Su último comentario, realmente me había molestado De ti no espero nada -. dije fríamente, sin justificar mi forma de actuar. ¿Le ignoraba o es que le prestaba mucha atención?

.- Dime, Ludlow, ¿Por qué tan cuadrado? -. pregunte. Lo había llamado por su apellido, y aquello se sentía realmente extraño, pero así lo había echo. Camine por la habitación mientras le daba la espalda y miraba por una ventana, comenzaba a caer algo de nieve.

Reí, si, aquella chica era realmente graciosa. Nadie me hacía reir fácilmente, pero parecía tan irónica que causaba gracia saber que no lo era.
Comencé a seguirla con tal de entorpecer su paso.
- Los cuadrados tienen esquinas afiladas, mejores que los círculos que no hacen más que dar vueltas en sí mismos, explotados por un simple.. pinchazo - sonreí, era tan fácil hacer que se molestara y "explotara" de mala forma, que hasta era divertido.
Me detuve y dejé de seguirla, era molesto estar detras de esa chica, eso si que era una ironía.