No te separes de mi, hace frío{Chiara}

Una corta brisa agitó mis cabellos, había hecho bien al traer conmigo aquella chaqueta de cuero. La verdad, hacía algo de frío, a pesar de ser una noche de verano. Y bien... Ahí estaba yo, en King's Cross, más solo que una piedra en un desierto, y más perdido que un pulpo en un garaje... No llegaba, esto empezaba a incomodarme, me rasqué con mi bota negra el gemelo izquierdo, bajo mis vaqueros azules.
No solía vestirme como muggle, me gustaba llevar el uniforme de Ravenclaw, la verdad, pero aquella ocasión era especial, había quedado con chiara para dar una vuelta por el Londres muggle, ella lo conocería mejor que yo, sin duda.
No temía perderme en las calles pero preferiría no ser atracado por los landronzuelos muggle, por mucho que supiera defenderme, no iba armado como ellos solían ir, y además llevaba los bolsillos cargados de dinero... Yo creí que ciento cincuenta galeones no eran tantas libras. Supuse que lo mejor sería gastarlo todo, no quería tener que volver a Gringotts y esperar al cambio de dinero.
Miré el reloj de bolsillo. Las ocho y media... Creí haberle dicho que a las ocho estaría presente... Igual tuvo algún problema por el camino, o no encontraba las zapatillas, a mi me pasaba muy a menudo, seguro que era eso, que no encontraba las zapatillas y tardaba... ¿O era el único al que le pasaba?
La bocina de un tren me devolvió al mundo real... Ojalá llegase pronto

Nunca había estado en Londres... bueno, sólo de pasada. Pero no lo mencioné cuando había quedado con Dave, esperaba que me perdonara por la tardanza.
Miré el reloj; retraso de media hora...genial.. Di un golpe contra la barandilla de metal y medio autobús se giró en mi dirección.
Mantuve la mirada ante los presentes. Los ingleses eran tan poco atrevidos que apartaron la vista al instante. Me arrepentí de haber escogido aquella falda tan corta, pero cuando habia salido hacía bastante calor, quien iba a imaginarse que cambiaria tanto el clima en una hora?
Me habia dado tanta prisa en prepararme, en hacer un conjuro que mantuviera mis cabellos rojos para no llamar la atención con los cambios de colores.. Aunque si, me arrepentia de no haberme puesto algo más cómodo y abrigado. Tenía los brazos helados y para colmo los edificios inmensos y antiguos no dejaban de reaparecer, ninguno con la calle de King's Cross en sus muros.
Sonreí, viendo a Dave en la calle en cuanto el autobús dio un giro, y me precipité hacia la clásica salida del autobús de dos pisos. Me pareció una imagen tierna verle ahí incómodo como siempre y estaba realmente... normal? Acostumbrada a verle con el uniforme, se me hacía aun más atrayente así. Y no era la única que lo pensaba, parte de las chicas del autobús parecían mirarle.
- Hola Dave!.. -dije agitada tras tocar el suelo a su lado- siento la demora, me perdí.. soy de Irlanda, no pidas milagros - dije con una mueca sonriente.

Una radiante sonrisa se dibujó en mi rostro al ver a Chiara bajar del autobús, pero... Parecía como si no hubiera abierto la ventana siquiera para comprobar el frío que hacía fuera, debería estar helada. Moví la cabeza sonriendo, de lado a lado, mientras me quitaba la chaqueta, bajo esta tan solo llevaba una camisa blanca, sí, me encantaba llevar camisas. Se la puse por encima y aproveché para abrazarla un poco, se podría decir que me sentía bien haciéndolo, sobre todo después de la última vez que nos vimos... Cuanto hacía desde entonces? cinco, seis días? Volví a mirarla sonriendo tras aspirar su aroma una última vez.
- Hola Chiara... Estás preciosa... Pero debes estar pasando un frío horrible, vamos cuanto antes a cualquier sitio... ¿Qué te apetece hacer?- Pregunté una vez el semáforo marcó verde y empecé a caminar.
La verdad, había dicho algo un tanto estúpido, ella siempre estaba preciosa, tenía cierta belleza poco usual, sería extraño que se quedase en vacaciones de invierno en mi casa si no las pasábamos en Hogwarts, pero estaba dispuesto a con tal de complacerla. Vale, igual no era normal en amigos ese tipo de tratos, pero sentía por ella algo diferente a la amistad... De este día no pasaría, tenía que contarle lo que me pasaba. Las calles de Londres estaban algo transitadas, pero no tanto como para tener que estar esquivando gente, me gustaba poder ver más personas a mi alrededor, me sentía protegido.

Me sorprendí cuando me envolvió en su abrigo y sus brazos. Estaba realmente calentito en comparación a mi temperatura helada.
- Gracias, pareceré un polo dentro de unos minutos - dije tiritando mientras mis dientes castañeteaban, sin evitar reir. Lo abracé unos instantes, los justos (por lo que supuse) antes de separarme y oir su pregunta.
- Bueno.. no tengo mucha idea de esto.. pero seguro que encontramos algo bueno por aquí, es viernes por la noche despues de todo, no?...- dije buscando con los ojos por la calle- ah, mira.. ahi parece estar bien! - dije mientras tiraba de su brazo para cruzar la calle y llegar a un local adornado a lo Halloween, dentro, la música rock parecía triunfar entre las sombras que se movían bajo las luces.- Entramos?

Miré en la dirección donde advertía, el lugar, desde fuera, no parecía nada malo para la hora que era, y había gente dentro, con suerte tendríamos cierta diversión ahí dentro, lo único malo era que no se me daban del todo bien los tratos con muggles, acabaría pidiendo cosas raras para beber... Lo mejor sería probar un poco de todo, seguro que todo era como la cerveza de mantequilla, suave.
- Claro, vamos, pero tendrás que cuidar de mi... O cualquiera podría llevarse a este pobre lobito consigo...- Dije sonriendo divertido. La verdad, el ambiente del local parecía de mi gusto, la música era de rock, no de esa electrónica tan rayante... Malditos muggles estúpidos... ¿Quién tuvo la genial idea de crearla? La decoración no iba mucho conmigo... O por lo menos no al ver una cabeza(con gran diferencia a una real) de hombre lobo pintada en una de las paredes del interior. Una pequeña risotada silenciosa nació en mi interior... ¿De verdad se imaginaban así a los licántropos?

Abracé su brazo mientras entrábamos y nos hacíamos paso entre la gente.
- No te preocupes, no dejaré que se te lleven.. aunque estas seguro que no quieres que ninguna chica se te acerque? Qué tal esa gótica de ahi, la de la araña en el cuello, te mira mucho - dije riendo al tiempo que nos íbamos acercando a la barra. Desde que había entrado me había llamado la atención unos tubos de ensayo que bebía la gente, parecían brillar en la oscuridad.

Mi cara se enrojeció al advertir que tenía razón, una chica que vestía completamente de negro, me estaba mirando, hice una mueca, no era precisamente mi estilo. Y menos aún estando junto a Chiara... Sería un estupidez separarme de ella, posiblemente era la mejor chica de este local(y de este país, y de este continente, y etc...) Al llegar a la barra, me sorprendió bastante la forma en la que servían la bebida, seguramente tenía algo artificial para brillar de esa manera. No sabía lo que había pedido, solo que era azul claro, brillante, y era dulce, y costoso para mi bolsillo, no sabía que las bebidas muggles fueran tan caras.
- Yo no sé mucho de estos lugares, así que me tendrás que llevar tú...- Advertí a Chiara. La verdad, nunca había entrado a un sitio como este, era un tanto caótico encontrarse con tanta gente desconocida.

- Dos Morticias por favor- dije tras echar un vistazo a la pizarra sangrienta que colgaba de la pared, explicando lo que llevaba cada tubo de ensayo.
- Oído- respondió el camarero y pronto comenzó a mezclar varias botellas de colores.
Miré hacia Dave, sonriendo. Era obvio que mi amigo no tenía ni idea del mundo muggle, tan cercano a mí como el mágico a él.
- Yo invito, pequeño - besé su mejilla, mirando a la chica gótica que ya se acercaba a nosotros.

Así que esa bebida se llamaba morticia... Menudo nombre, cuando lo dijo Chiara creí que pidió morcillas. Al menos sabía bastante bien, y todo parecía ir según lo que yo creía. Era un lugar agradable, bueno, para mi lo era... O por lo menos hasta que la chica de negro se acercó, me puse tenso, no solía hablar con los muggles, seguro que se daba cuenta de procedencia mágica enseguida.

Tranquilo Dave, solo es una muggle... Loser acompañó la advertencia con una risa burlona... Le gustaba reírse de mi debilidad.

Decidí apartar la mirada de ella, aun que sabía que eso no evitaría que se acercase. Pero por lo menos no me pondría más y más nervioso... Odiaba la sensación de ser observado, di un trago a la bebida, no sabía ya si llevaba alcohol o no, solo quería que la gótica pidiese algo en la barra y se largase por donde había venido.

Tomé un trago del cóctel, notando el alcohol al instante recorriendo mi garganta. Vislumbré la incomodidad de Dave cuando la chica que le habia señalado se había acercado hasta nosotros.
- Venga Dave, no son extraterrestres... es sólo magia lo que les falta - susurré, sabiendo que me oiría. Di otro trago dejándolo libre mientras me apoyaba en el taburete de metal.
- Hola, me llamo Meyra.. y tu? - dijo la chica gótica, mirando a Dave con una sonrisa. Iba con un vestido ajustado, negro y de encaje. Desde luego, ese tipo de vestidos tenían que ser llevados con experiencia y esa chica parecía saber de eso. Sus cabellos negros y largos caían en cascada sobre sus hombros, iluminando aun mas la piel blanca y sus ojos azules.
Menuda pesca, Dave, pensé, sonriendo mientras tomaba otro sorbo de licor.

¡No me abandones!, pensé mirando a Chiara justo antes de que se acercase la chica gótica, sabía de sobra que los muggles eran tan humanos como nosotros... Bueno, como yo no, pero me entendía a mi mismo, y eso en mi mente valía.

Hey! Es que si no te entiendo yo no pasa nada?

Palidecí cuando la chica se presentó, no era fea, ni mucho menos, su tez blanca era bonita, al igual que sus azulados ojos. Debía responder, no era muy cordial pasar por alto una presentación.
- Dave Wishe- Respondí con algo parecido a una sonrisa.
La chica miró sobre mi hombro, en dirección a Chiara, al parecer había notado queu la miraba mucho y que había entrado con ella.
- ¿Es tu novia?- Preguntó con simplicidad. Lo negué con la cabeza sonriendo, explicándole que solo éramos amigos.- Entonces no le importará que vengas conmigo un rato.
No pude ni decir una palabra antes de que me tomase de la muñe y tirase de mi hacia donde ella se encontraba antes, lo último que pude hacer fue echar a Chiara una mirada de ayuda.

La chica cogió de la muñeca a mi amigo y reprimí una risita cuando me miró suplicante de que le salvara.
- No soy su novia, pero soy su amiga - dije, reteniendo a Dave del brazo libre para que la chica no se lo llevara. - No creo que sea justo que me dejes sola ahora, Dave - susurré en su oído, abrazando su cuello un instante. Miré de reojo a la chica, que hizo una mueca sin soltar a mi amigo.
Podría haber dejado que se lo llevara, que se hubiera abierto algo más.. incluso encontrar algun chico con el que pasar un buen rato, pero no había quedado con Dave para luego no verle en todo lo que restaba de noche, y esa chica quería llevárselo con segundas intenciones, no era difícil verlo.
- No pasará nada, no te lo robaré mucho tiempo - dijo Meyra con una sonrisa.
Fruncí el ceño por su insistencia y le aparté esa mano muerta llena de uñas postizas pintadas de negro de la muñeca de mi amigo.

Me giré hacia Chiara sorprendido, la verdad, ya me estaba buscando escusas sobre como evitar situaciones un tanto extrañas con la chica gótica, por lo que igual conocerla tampoco habría sido taaaan malo. Al parecer a Chiara le gustaba mucho la idea de separarse de mi, la verdad yo tampoco quería separarme de ella en ningún momento, pero apreciaba el valor de Meyra al acercarse a presentarse, no podía decirle un simple adiós y que no nos veamos nunca más. Pero tras esa última insistencia por parte de la chica gótica mis pensamientos hacia ella habían cambiado, seguramente no quería hablar... Precisamente. Me acerqué a su oído para susurrarle algo, pasando las brazos por su cintura, mi chaqueta igual le venía un poco grande, pero para estar fuera más que suficiente.
- Chiara... Esa ha sido una reacción poco propia de una amiga... ¿No crees?- Sonreí divertido, esta noche se lo diría, no quería seguir con la misma estupidez en mi cabeza.

Meyra pareció captar el mensaje puesto que al poco tiempo fue en busca de otro Crepúsculo de la noche (?)
Sentí los brazos de Dave rodeándome y miré hacia sus ojos azules. Parecía que los filtros de luz coloreada intensificaban sus ojos.
Tragué saliva antes de reirme y dar otro sorbo a mi bebida.
- Sólo planeaba salvar a la Dama en apuros... es gracioso ver cómo pareces tan indefenso en un lugar donde seguro que no has estado nunca - comenté sin deshacerme de sus brazos. La música sonaba muy fuerte y apenas se podía ver entre las intermitentes luces negras, azules y verdes, tiñiendo el local de un permamente aspecto "terrorífico".
Me giré algo más hacia Dave, mirando sus labios algunas veces.. Dios, Chiara, mira hacia otro lado!
- Quizá tendría que haber dejado que Meyra te llevara a su ataúd - sonrei de lado retrocediendo un poco con tal de separarme algo más de él.

Sonreí divertido al ver como me hablaba, no podía apartar la mirada de sus labios, y ella prometió no besarme... Pero... No dijo nada respecto a que lo hiciera yo, quizás... Quizás lo hizo a propósito, lo más seguro era que estaba buscando mi decisión y... No, no podía ser eso, pero... Yo no podía resistirlo, sus labios me llamaban.
- No... Esto nunca debería haber ocurrido.- Dije esgrimiendo una pícara sonrisa sin apartar la mirada de sus azulados ojos, aun que entre las luces ya no se distinguía si era azul, verde o incluso púrpura, a veces. Cerré el abrazo que tenía sobre su cintura pegándola a mi, no quería que se separara.
Acerqué mi rostro al suyo, esa sensación... Hacía tiempo que no tenía... El estar a tan poquísimos centímetros del paraíso soñado por todo hombre.
- Chiara... Yo... Sé que me prometiste no volver a besarme, pero... -Me costaba hablar, la música estaba muy fuerte y tenía que subir el volumen, lo suficiente para que ella lo oyera.- Pero... No sé si es buena idea... - Se acabó, tenía que decírselo.- No puedo dejar de pensar en otra cosa desde ese momento... Te has convertido en el centro de mi vida desde que entraste en mi dormitorio de aquella manera...

Comencé a respirar con dificultad cuando sentí que me estrechaba en sus brazos. Qué tenía que hacer para seguir cumpliendo mi promesa? Si apenas podía contener que no podía dejar de desearlo.
- Dave... no creo que esto sea bueno.. - susurré, obligándome a seguir apartándome. El problema era que él no me soltaba, y cuando di contra la pared, no estuve más alejada que antes. Expiré, sin poder contenerme al sentir sus labios tan cerca...
- Yo tampoco puedo dejar de pensar en ello... - murmuré, entornando los ojos. Apoyé una de mis manos donde recordaba su cicatriz, arrugando la tela que la cubría.

¿Bueno? En aquel momento no tenía pensamiento de que era bueno y qué era malo... Lo único que sabía era que no quería separarme de ella en toda la noche. Nunca me había enfrentado a algo como esto, no debía estar pasándome, no era la clase de personas que se enamoraban... No podía gustarme aquella chica.
Pero por mucho que lo negase, mi corazón palpitaba de una forma diferente cuando estaba con ella, mi respiración se tornaba irregular, y mis pensamientos se volvían difusos. Subí mis manos por su espalda, no quería separarme de ella.
- Chiara... No sé que debo hacer... - Confesé junto a su oído. Estaba confuso... Quería que fuéramos amigos, pero no podía evitar mirar sus labios y sentir esa atracción tan propia que causaban en mi.

- A.. a veces es mejor dejar de pensar - sugerí sin saber qué responderle. Yo tampoco me había metido nunca en una situación en la que ni yo misma tuviera el control de lo que pasaba. Tiré algo más de su camisa hacia mí, sintiendo cómo sus labios rozaron unos segundos con los míos.
- Bésame..no puedo romper mi promesa - susurré sin casi oir mi propia voz, mientras mi respiración se tornaba aun más pesada. Ya no podía controlar mi juicio, todo lo que cabía en mi mente eran los labios de Dave.

En aquel momento la deseaba más que nunca, olía tan... Tan atrayente entre los demás... Quería pegarme a ella, que nuestros labios se unieran y que no se separaran... No quería alejarme de Chiara. Fui hacia su oído después de que nuestros labios se rozaran levemente.
- Nunca oí ninguna promesa... - Mentí a su oído para dejar ver que me importaban bien poco esas palabras, que podía besarme cuando quisiera... Jamás podría soportar que me negase uno de mis besos, y ojalá que con este no lo hiciera.
Entrecerré los párpados volviendo a sus labios, la música seguía sonando, pero se escuchaba como si estuviésemos dentro de una burbuja, la conversaciones de la gente se habían convertido en un murmullo inaudible, en aquel momento solo podía pensar en Chiara... Y en sus anhelados labios. Por fin... ¡Por fin volví a besarla! Adoraba esa sensación, nunca sería capaz de tenerla con otra persona, era algo realmente indescriptible al cien por cien. Como si una húmeda nube se paseara por mis labios... Era como dar un pequeño bocado al paraíso, y sin embargo, me quedaba corto... Quería más... Me costaría mucho separarme de ella ahora que por fin la estaba besando.

En cuanto sus labios presionaron los míos, me di cuenta de lo ansiosa que había estado por probarlos de nuevo. Ya no importaba pensar en la amistad o no amistad, en momentos asi poco funciona la mente... más que para corresponder su beso. Le acerqué más, notando el sabor del licor en su boca. Podía notar el pulso de él contra la mano que mantuve en la cicatriz. Quería acelerarlo más, que apenas consiguiera respirar...
Profundicé su beso, pasando mis manos por él hasta abrazar su cuello y sentir su respiración contra mi cuerpo. No iba a dejarle huir ya... no podría.

Sentía como tiraba de mi, como si me quisiera sentir contra su piel... En aquel momento... Poco podía imaginarme, la verdad. Pegué mi cuerpo al suyo, sabía que después de haberle negado a Meyra que éramos novios, esto debía ser un tanto extraño de ver, pero poco me importaba, tan solo quería sentir a Chiara.
Bajé mis manos por su espalda, podía sentir la sangre correr por las venas en mi cuello... Chiara conseguía movilizar más mi riego sanguíneo que cualquier otra persona o acción. Pero realmente no era algo que molestase, la verdad, casi nada de ella me molestaba.
Decidí que era el momento de divertirme un rato, de volver a jugar con ella, parecía haber pasado una eternidad desde la última vez. Abrí mi boca lentamente y rocé con mis dientes sus labios, para luego entretenerme con el inferior. Podría pasarme la eternidad así, estaba dispuesto a hacerlo, siempre y cuando no fuera luna llena.

Dejé que me mordiera... clavando mis dedos contra su espalda. Quería que me mordiera aun más...
- Te deseo... - murmuré, ya sin contenerme al volver a presionar sus labios, obligándolo a abrir su boca lentamente. Quería retenerlo, torturarlo... Acaricié su nuca bajo el cuello de su camisa, apartándome de sus labios hasta llegar a su mejilla. Sentí sus caricias en mi espalda, teniendo escalofríos.
Mordí su mejilla suavemente, clavando las uñas sobre su piel en ese instante que le incliné más hacia mi.

Si sus palabras no consiguieron que un impacto salvaje recorriera mi espalda, el sentir sus dientes contra mi mejilla lo consiguió, en aquel momento todo era inútil y sin importancia, todo menos Chiara... Notaba como mi cuerpo pedía acción, quería que hiciera algo alocado. Me costaría contenerme, pero teniendo en cuenta el lugar donde estábamos sería un poco violento para los muggles. La llevé a tientas hacia el baño sin separarme de sus labios, hasta que por fin encontré uno, no sabía si era el de hombres o mujeres, tan solo que allí había un mínimo de intimidad. Rompí el beso para tomar algo de aire.
- Parece que el lobo te ha llevado a la cueva, caperucita...- Dije en un susurro junto a su oído antes de bajar a su cuello para morderlo, era un sabor que jamás podría compararse con los demás, era tantísimo en una sola persona que me costaba creer que fuera humana.

Mi pulso comenzó a estallar mientras Dave adquiría una actitud salvaje en cada beso. No me resistí a dejar que me llevara hasta los baños. Retrocedí ante sus pasos sin apartar mis brazos de su cuello. Noté la segunda puerta de metal contra mi espalda, abriéndose para acabar dentro del poco espacio. Mordí varias veces sus labios, sin poder casi respirar..
Dave se apartó de mis labios, dirigiéndose a mi cuello. Dentro de aquel baño aun reinaba la poca luz del local. No me fijé mucho en las telarañas que brillaban en la oscuridad y adornaban el techo.
- Acepto la invitación...- dije agitada, sintiendo sus labios contra los latidos de mi cuello. Mordió mi piel y mi cuerpo se estremeció entre sus brazos al tiempo en que dejaba escapar un jadeo ahogado.

Sonreí complacido al ver que aceptaba mi invitación. La locura estaba empezando a apoderarse de mi, esto no había pasado nunca conmigo... Pero me gustaba, noté como mis colmillos crecieron, mis ojos se tornaron verdes con una tonalidad amarillo salvaje. Ahora sería más interesante morderla, aun que ello significase que parte de mi, se incubara en ella... No era Luna Llena, pero faltaba muy poco, si la mordía, actuaría de la misma forma que en forma completa... Pero no podía resistirlo... DESEABA hacerlo.
Pasé la lengua por su cuello, donde la pensaba morder, acerqué mis colmillos blanquecinos a su piel, hasta que hicieron contacto y se clavaron en ella, una sensación de poderío se adueño de mi mente, nunca había mordido a un humano para que siguiera vivo luego, y mucho menos en esta forma, aún así, sabía perfectamente lo que pasaría. Noté la tibia sangre brotar de la herida producida por mis dientes lobunos, en otro momento me habría odiado por pensar siquiera en herirla, pero en ese momento... Estaba bastante orgulloso de mi mismo, y al parecer Loser también.