No te separes de mi, hace frío{Chiara}

Recuerdo del primer mensaje :

Una corta brisa agitó mis cabellos, había hecho bien al traer conmigo aquella chaqueta de cuero. La verdad, hacía algo de frío, a pesar de ser una noche de verano. Y bien... Ahí estaba yo, en King's Cross, más solo que una piedra en un desierto, y más perdido que un pulpo en un garaje... No llegaba, esto empezaba a incomodarme, me rasqué con mi bota negra el gemelo izquierdo, bajo mis vaqueros azules.
No solía vestirme como muggle, me gustaba llevar el uniforme de Ravenclaw, la verdad, pero aquella ocasión era especial, había quedado con chiara para dar una vuelta por el Londres muggle, ella lo conocería mejor que yo, sin duda.
No temía perderme en las calles pero preferiría no ser atracado por los landronzuelos muggle, por mucho que supiera defenderme, no iba armado como ellos solían ir, y además llevaba los bolsillos cargados de dinero... Yo creí que ciento cincuenta galeones no eran tantas libras. Supuse que lo mejor sería gastarlo todo, no quería tener que volver a Gringotts y esperar al cambio de dinero.
Miré el reloj de bolsillo. Las ocho y media... Creí haberle dicho que a las ocho estaría presente... Igual tuvo algún problema por el camino, o no encontraba las zapatillas, a mi me pasaba muy a menudo, seguro que era eso, que no encontraba las zapatillas y tardaba... ¿O era el único al que le pasaba?
La bocina de un tren me devolvió al mundo real... Ojalá llegase pronto

Reí divertido, sus palabras siempre me sacaban una sonrisa por lo menos, no pude apartar la mirada de Chiara. ¿Sus ojos habían cambiado de color o era yo? Tiré de una de sus manos hacia mi hasta abrazarla. No sabía por qué habrían cambiado sus ojos, pero tampoco me importaba demasiado.
- No te separes de mi... Hace frío...- Susurré contra ella.
Me separé de ella sonriendo, me alegraba saber que se quedaría por lo menos más de una noche en casa, sería genial poder enseñarle todo el castillo, la sola idea de hacerlo, me llenaba de felicidad, esa extraña sensación de saber que todo saldría bien.
Pasó un tiempo hasta que el taxista paró, al parecer habíamos llegado. Saqué todo el dinero que llevaba en el bolsillo y se lo dí, aun que pareció algo sorprendido, no me importaba cuanto dinero había entregado no estaba acostumbrado a él.
- Mmmm... A ver...- Murmuré una se fue el taxista.- Se supone que el castillo está en esa dirección... Así que, hay que ir por...
Fijé la vista en el lugar donde se suponía que estaba el castillo y tras unos pasos empecé a sentir la vibración, sí, era por allí apenas estaba a cien metros, comencé a caminar, la lluvia llegaría pronto aquí, y si no nos dábamos prisa, acabaríamos empapados.

Dejé que me atrajera hacia él y cerré los ojos, abrazándolo.
- Si.. hace frío.. - murmuré en su cuello. Al menos Dave mantenia una temperatura mas cálida y estable. El viaje duró varios minutos más, incontables, pero no me molestó pasarlos en brazos de él.
Maldije cuando el taxista se detuvo, pero bajé y lo seguí por el camino que parecía no ir a ninguna parte. Supuse que algun encantamiento la ocultaba.
Calma, falta poco para llegar...
Oi la voz de Dave como si estuviera bajo el agua y tuve que agarrarme a él para no caerme.
- Dave.. creo que necesito ayuda.. - dije cuando parpadeé. El mareo no remitió y sentía náuseas.. mi pelo no hacía más que cambiar de color, ya sin hechizo que lo mantuviera.

Fruncí el ceño y la miré serio... ¿Qué...? A mi no me pasó algo parecido cuando me mordieron, y menos tras tanto tiempo... No podía ser... La abracé a mirando la nubes negras en la lejanía ¿Por qué le pasaba eso? Su pelo no dejaba de teñirse de colores, esto no era normal. La cogí en brazos por sus rodillas y espalda y seguí el camino, la noche era muy fría como para quedarse aquí.
Al poco tiempo pasé algo como una barrera invisible y el terreno cambió completamente, apenas a cincuenta metros se alzaba un castillo gris. Una bandera negra con un lobo azul bordado ondeaba en lo alto, parecía vieja, pero se encontraba en buen estado. Entré con naturalidad, las puertas se abría por si solas si les dabas un pequeño empujón. Subí las escaleras del vestíbulo haciendo caso omiso del elfo doméstico.
Llevé a Chiara a mi habitación, y la tendí en la cama, mirándola fijamente, aun no conseguía entender lo que le pasaba.

- Gracias... - susurré cuando me cogió en brazos. No parecía muy dispuesto a hablar, aunque pude notar que estaba preocupado. Seguro que mis reacciones no eran normales... y él me había mordido..
Miré hacia su rostro unos segundos y luego cerré la vista por el mareo. Pude notar el empujón contra la pesada puerta de entrada y la subida de de escaleras. No tenía fuerzas para moverme, me dolía el cuerpo.. nunca habia intentado convertirme en otra cosa que no era de por sí..
Noté que me depositó sobre algo blando despues de atravesar otra puerta.
- Dave.. no te vayas.. - lo agarré de la manga de su camisa, impidiendo que se alejara. Abrí los ojos, del mismo color extraño. - Se me pasará... no puedo ser licántropo... - murmuré como si me molestara no poder serlo.

Sentí como el arrepentimiento me invadía... Estaba seguro de que era por mi culpa, estaba de esa manera por que la había mordido.Volví, realmente solo iba a ir a darme un baño, pero no me importaba quedarme antes con ella. Me recosté junto a Chiara mirándola, tomando una de sus manos... Tenía una piel suave. Y sus ojos seguían siendo de ese color.
- ¿Hay algo que debas contarme?...- Pregunté confuso.- Una persona, por muy metamorfomaga que sea, se transforma cuando la muerden, se convierte en licántropo, no debería ser diferente contigo...
Fruncí el ceño y aparté la vista para llevarla a la ventana, había empezado a llover, y las finas gotas chocaban contra el cristal produciendo un leve sonido, difícilmente audible para los humanos a esa distancia, llevé la mirada por mi habitación, hacía tiempo que no estaba allí, las paredes eran de color verde claro, las había pintado yo personalmente, no me gustaban en azul. El recorrido me llevó hasta una gran armario de madera, allí guardaba decenas de túnicas, camisas, pantalones, pares de zapatos, y... Objetos especiales, la mayoría de ellos regalos por mi cumpleaños de abuelos, padres y tíos. La cama era cómoda y blanda, y sobre ella descansaban tres grandes almohadas de plumas, me gustaban más de algodón, pero no me dejaban tenerlas por que según mis padres, las de plumas son mejores para mi... Como si me las comiera.
- Chiara... ¿Quieres algo en especial? Creo ninguno de los dos ha cenado... Quizás quieras comer algo, si te sientes mejor... O si lo prefieres puedes darte un baño mientras te busco algo de ropa...

Cerré los ojos, entrelazando su mano una vez que estuvo a mi lado. Desde luego, ese tipo de acciones quizá para otros significaria algo más, pero yo no sabía donde separaban los actos de una amistad a otra cosa y no me importaba tampoco.
Me gustaba tocarlo, la sensacion me pedía más aunque estuviera dolorida. Pegué la palma de mi mano a la de él sin mirarlo.
Contarle?... qué debia contarle?...
- No sé Dave... en realidad nunca supe quién era.. me adoptaron muggles, no sé quienes eran mis auténticos padres..pero siempre hubo algo.. algo que me inquietó..intenté pensar en ello pero poco consigo averiguar, bueno, sinceramente no es que me haya esforzara demasiado, nunca tuve necesidad de saber..pero tengo sueños, sueños de agujas, cuchillos.. tubos..agua, sobretodo agua por todo mi cuerpo, como si flotara en un recipiente lleno..- dejé de hablar, pensativa.
- Poco más puedo llegar a tocar con mi memoria, apenas tenia pocos años cuando terminé en el orfanato - torcí el gesto mirando hacia él- lo siento, no creo que sea una historia muy digna para un caballero escocés como vos, mi señor - me reí un poco.- pero creo que tiene que ver con esto que me pasa.
Escuché su sugerencia, descartado cenar; tenia el estómago cerrado.
- Esperaré un poco más a ducharme, aun no tengo fuerzas.. pero si necesitas ir tú podría dejarte ir- no, no te vayas, no quiero que te vayas...rogaba mi mente mientras hacia una mueca de sonrisa.

Sentí sus dedos entrelazándose con los míos, sonreí buscando su mirada, era una escena un tanto rara para dos... Amigos. Mi rostro se ensombreció cuando escuché sus palabras, la última vez solo había hablado ligeramente del tema, no había dicho tanto... Y tampoco había hablado sobre esos sueños, debían significar algo... ¿Habían experimentado con ella? ¿Acaso había sido un rumor cierto de esa nueva ingeniería genética mágica?... El temor comenzó a invadir mi cuerpo, quizás los que supuestamente experimentaron con ella iban tras su búsqueda. Quizás... Quizás querían recuperarla por que no habían terminado con ella, la imagen de Chiara siendo se parada de mi se creó en mi mente, no podía soportarlo, debía protegerla de todo sospechoso. Al fin y al cabo, ella era mi presa.
- No me iré...- Susurré acercándome a ella.- Prefiero esperar a que lo hagas tú primero, así tendrás un rato para curiosear el castillo sin mi permiso.
Volví a sonreír intentando animarla, el uso tan poco coloquial que había usado me recordó que le gustaba que le hablase así.
- Decime, mi lady... ¿Qué es lo que más deseáis en este momento?- Susurré acercándome.- Tal vez... Querríais dormir plácidamente sin mi molesta presencia... ¿Queréis que me marche?
Sonreí divertido, sabía que no querría quedarse sola en mi habitación, aun que sería el momento perfecto para cotillearme todo.

Reí un poco, ya comenzaba a sentirme mejor y Dave siempre parecía tener comentarios que me hicieran reir. De hecho, siempre reíamos todo el tiempo.
- Me sugieres que curiosee sin tu permiso? - repetí, girando el rostro hacia él, apretando levemente su mano. Me tranquilizó que dijera que iba a quedarse, no quería quedarme sola y menos en un lugar que no conocía y que seguro que era muy grande como para volver a encontrarlo después de cientos de habitaciones.
- Lo que deseo en este momento es que no sugieras irte otra vez..- susurré con una mueca ya cuando terminé notando su hombro contra el mío al acercarse más. Me humedecí los labios antes de acercarme yo misma hacia él con lentitud hasta presionar sus labios unos segundos y apartarme, mirando hacia otro lado.

De nuevo esa sensación de felicidad se apoderó de mi ser... Me gustaba sentir sus labios, estaba seguro de que ninguna chica podría hacerme sentir como ella, era capaz de soportar todo, tanto mi forma humana como lobuna. Me quedé quieto, mirándola, sin tener mucho que decir, pero queriendo decir todo.
- No me iré... Me quedaré tanto como precises...- Dije e un susurro, sonriente. No podía dejar de sonreír estando con ella, me sacaba la felicidad interior. A pesar de ser alguien poco sociable, últimamente estaba haciendo bastantes amistades, y me daba cuenta de que esta iría a bastante más que amistad, al parecer, ella sentía lo mismo que yo, o eso me había confesado en los baños de aquel local, no recordaba el nombre. Volví a recordar a la chica gótica, era curioso que a pesar de ser una muggle, se hubiera acercado a mi como si no supiera lo que era... ¿Realmente los muggle no sabían en el fondo, que no éramos iguales?
- Es curioso... Cuando nos conocimos también estábamos en mi habitación, aun que... Era diferente.- Comenté sonriendo.

- Genial, podría tenerte toda la noche aquí - sonreí de lado sin volver a mirar hacia su dirección. - No parece haber nadie mas en tu casa, esto se vuelve un poco solitario no? Digo en vacaciones, aunque supongo que tu familia volverá en esas fechas - comenté- aun asi, entiendo por qué te quedas en Hogwarts en verano.. me volvería loca aqui adentro con tanto espacio - hice una mueca y luego miré hacia él. No podía evitar sentir esa atracción, era bastante atractivo. - He oído que quieres ser el capitán del equipo de Quidditch del año que viene, sin duda tendrás admiradoras por doquier - reí divertida al imaginarlo y luego escuché su comentario. Era verdad, quizá nuestro destino estuviera anclado a su dormitorio..Vale, no, eso no suena demasiado decente, suerte que nadie escucha mi cabeza.
- Puede que no tan diferente.. - dije apoyándome en mi antebrazo para inclinarme en su dirección. - Puedes estar seguro que tus admiradoras no resistirán un mordisco - susurré en su oído.

Sonreí mirándola, al parecer los rumores volaban por Hogwarts, era cierto que quería serlo, y ya tenía pensados algunos fichajes para mi equipo, yo quería ser guardián, me gustaba ese puesto, además, quedaba bien para un capitán.
- Sí, pienso ser capitán de Ravenclaw... ¿Por qué? ¿Estás interesada?- Pregunté riendo, volviéndome hacia ella, realmente, cualquiera que la viera diría que no está hecha para un deporte como el Quidditch.- Bah... No me importa que unas cuantas niñatas de tercero vayan buscando la fama por mi... No soporto a ese tipo de personas.
La verdad, si llegaban a ser del tipo de admiradoras que me hacían regalos ñoños y que se desmayaban al verme jugar, prefería que fueran enemigos contra los que batirme. Fruncí levemente el ceño mirándola.
- ¿Y tú crees que podrías aguantar otro mordisco...?-Pregunté esgrimiendo una sonrisa con colmillos blancos. Me habían salido solos, yo no quise hacerlo.

- Interesada?.. bueno, de alguna forma si, he presentado una sugerencia de abrir un equipo de animadores para los equipos y por el momento tengo bastante apoyo para llevarlo a cabo - sonreí- no creo llegar a ser buena en deportes pero.. en qué puesto vas a jugar?
No me aparté cuando vi reaparecer sus colmillos, quiza en el primer segundo me asusté por sorpresa pero no tenía miedo de él.
- Podría llegar a acostumbrarme, creo que ya soy inmune a tus mordiscos - contesté mirando a sus ojos mientras apoyaba mi frente en la de él, dejando que rozara mi nariz con la suya. - ya me siento mejor, es buena señal, no? podrás huir sin sentirte culpable - sonreí un poco.

Alcé una ceja al oír la proposición que había dado, era bastante divertido, no podía imaginarme a un grupo de animadoras de Ravenclaw en la pista, era muy extraño... Había visto criaturas en los mundiales, pero nunca animadoras.
- Jugaré de guardián... Es la única posición que puedo jugar, teniendo en cuenta que para ser cazador... Bueno, acabaría lesionando a los otros jugadores. Y para golpeador, acabaría por romperles más de un hueso, y para buscador ya tengo a alguien pensado, así que creo que por eliminación, guardián es mi sitio.
Volví a tener los dientes normales de nuevo, la verdad, el saber eso me tranquilizaba, no quería que le pasase todo esto de nuevo. Sería como poder morder a una persona pura cada vez que quisiera... Es decir, alguien no convertido.
- Sería un placer volver a probarlo algún día...- Dije sonriendo.

- Espero que las pares todas, sino me quedaré sin a quien animar - rei, imaginándolo derribando a todo el equipo contrario sin querer. Pero poco duraron las imaginaciones, estar con ese chico me resultaba más interesante que perderme en mi mente demasiado tiempo. Claro que.. eso no significaba nada.
- El placer será también mío .. - susurré mirando sus labios cuyos colmillos desaparecidos aun me resultaban imposibles de ignorar.. aquello me estaba de verdad sobrepasando, qué me ocurria? El caso es que no huía,.. por qué no huía ya?
Paseé mi mano libre por su cuello, rozando su piel tan solo con las llemas para detenerme en la nuca para acercarlo al tiempo en el que ladeaba ligeramente el rostro hasta besarlo otra vez. Fui profundizando el beso con demasiada lentitud, desprendiendo su camisa maltrecha que le había arreglado.

Empecé a sonreír cuando me pidió que las parase todas... La verdad, tenía que entrenar duro si quería estar a la altura de los equipos de Hogwarts, nunca había entrado en el equipo, y llegar para ser directamente capitán y guardián sería un poco fuerte para mi.
Quise apartarme cuando sello mis labios con los suyos, pero era demasiado tarde... Sabía que era muy tarde, y que hasta el elfo doméstico se habría ido a dormir, pero ya me había cogido... No podía escapar, me sería imposible ahora, me prometí no volver a huir de ella de esa forma.
Me deshice completamente de la camiseta, dejándola por el suelo, y girando sobre mi mismo hasta ponerme sobre Chiara, sinceramente, me gustaba más estar arriba, poder tomar el control de la situación.
- ¿Intentas que el lobo vuelva a cazar...?- Pregunté divertido sobre sus labios, volviendo a besarlos lentamente.

Acaricié su espalda cuando se deshizo de lo que cubría su piel y dejé que tuviera control sobre mí, correspondiendo a su beso con demora, cerrando los ojos para sentir aun más sus labios.
- Puede que si no me cazas ahora, tu presa pueda ser de otro mas adelante - susurré entre besos, acercándolo mientras notaba que la respiración se hacía más lenta y pesada. Deslicé una de mis manos desde su espalda hasta llegar por el brazo a su mano, llevándola hasta posarla sobre mi cadera. Apreté apenas sus dedos cuando seguí guiándolo bajo la tela, notando cómo pasaba por mi estómago.
Dejé de besarlo, teniendo que coger aire y deteniendo su mano donde había quedado.
A quien quería engañar? la que lo intentaba cazar todo el tiempo parecía ser yo... y no podía evitar querer enseñarle cómo tocarme, digo, tocar a una chica.

Un sentimiento muy unido a la tristeza me invadió por completo cuando oí sus palabras...No di señal alguna de de ello. Sabía que al hacer todo esto con ella, no estaba teniendo nada serio, pero que me dijese que podría irse con cualquier otro me dejaba un tanto tocado. Cuando se separó de mis labios, aproveché para apartarme un poco, aun que volví a besarla, tras susurrarle algo.
- Voy a darme una ducha y vuelvo... No tardaré demasiado.- Susurré sonriendo. Me levanté hasta ponerme en pie, y me dirigí al armario para coger una camisa, ropa interior, y unos pantalones negros, me recordaban a los de Hogwarts, tenía ropa parecida.
Me metí en el baño de mi dormitorio sin volver la vista atrás al cerrar la puerta. Me desvestí completamente y abrí el grifo de agua caliente, alternativamente con el de agua fría. Las lágrimas comenzaban a mezclarse con el agua en mi cara, no debía tomarme esto en serio... Lo de Chiara no era ninguna relación, no debía entristecerme por ello.
Lo siento, Dave... No he podido protegerte de esto...

Parpadeé inmóvil cuando se alejó. Supe que algo no iba bien, su sonrisa no me engañaba. Me incorporé a medias, observando cómo recogía ropa para cambiarse hasta que desapareció tras la puerta sin media palabra.
...
Miré hacia mis manos, como si hubiera sangre en ellas. Qué estaba haciendo?.. Qué habia dicho?.. Por qué de repente mi comportamiento me parecía tan sucio?
Mi pelo se tornó negro mientras dejaba la vista perdida. No sabía qué hacer.. no soportaba no estar cerca de él cuando estábamos juntos, pero.. terminaría haciendole daño, como había hecho ahora. Y no mejoraría. Yo era era horrible.. después de todo, era mejor que se olvidara de mí, como mis padres.. no merecía conocerlo. Me había traido hasta su casa para cuidarme y yo no había hecho otra cosa que..
Apreté los párpados, sintiendo lágrimas por mis mejillas. No merecía estar ahi, mi sola presencia manchaba esa casa tan noble.
Me deslicé hasta salir de su cama y limpié mis lágrimas con el dorso de la mano mientras me dirigía hacia la puerta de la habitación, saliendo de ella para salir de la casa.

Cerré los ojos mientras el agua caía sobre mi cabeza... Quizás había sido muy cortante al separarme de ella. Agudicé el oído, a pesar del golpe del agua contra la piedra, oí los suaves pasos de Chiara por mi habitación, quizás... Quizás solo quería explorar la casa, aun que no lo veía lógico, no parecía tener muchas ganas ni de ducharse, no era lógico que saliera así como si nada... Abrí los ojos de golpe y me vestí empapado, sin calzarme siquiera, no podría haberse ido, estaba débil aun, no podía irse. Noté como mi vista comenzaba a afinarse, sentía mis garras crecer, pero no era normal, no me había pasado nunca esto, me ardía la piel, sentía como si la sangre fuera magma corriendo por mis venas, los colmillos me habían hecho sangrar por varias heridas en la boca. Caí al suelo, clavando las rodillas. Hundí mis garras en la piedra con un dolor fuera de lo normal.
- Ch...Chiara...- Levanté la cabeza temblando, apenas podía moverme.
¡Quieto! ¡Ella no te quiere, Dave! No estáis hechos el uno para el otro...
En el suelo bajo mi rostro, comenzó a formarse un pequeño charco trasparente, las lágrimas no podían dejar de salir de mis ojos. No lo entendía... ¿Por qué había pasado esto? Todo parecía ir bien entre nosotros...
Dave, ella no es como tú... Ella... Ella no te va a entender nunca...
- Mientes... Eso es mentira... ¡Vete!... ¡¡Déjame solo!!- Golpeé el suelo con el puño varis veces hasta oír un crujido.. Me había roto algún hueso.

Estaba ya bajando las escaleras cuando oí un golpe desde la habitación, seguido de un " Vete" "Déjame solo"
Se me formó un nudo en la garganta, mirando un par de segundos hacia la habitación. Retiré la vista y me precipité escaleras abajo, aun notando la poca fuerza que tenía para mantenerme en pie.
Quién más te querría?... esperabas seguir asi? No tienes nada que ofrecer, nada bajo esa belleza que posees, sólo haces esto con tal de no sentirte sola porque sabes que nadie estaría contigo si supieran la verdad... Eres una egoísta, de lo peor... y aun te atreves a preocuparte por el chico?
Me quedé helada, escuchando esa voz en mi cabeza, esa voz que siempre aparecía en el peor momento.. esa voz raspada y grave...
Apreté la barra de la que me sujetaba, mirando hacia todas partes.. No podía seguir más tiempo ahí, no tenía donde ir ni como volver a Hogwarts... pero eso no impidió que abriera la puerta principal para encontrarme con la tormenta de frente.

Gruñí ferozmente contra el suelo y me dirigí hacia la puerta del baño, no me molesté ni en abrirla, la eché abajo y corrí a toda velocidad hacia el vestíbulo, resbalé antes de llegar a las escaleras, y caí al suelo, deslizándome unos metros por la piedra, apenas podía sentir el olor de Chiara.
Bajé a toda prisa las escaleras del vestíbulo, si tan solo fuera seco, ya habría llegado, volví a resbalar mientras bajaba, y me dí de lleno contra la explanada que había antes de llegar a las otras escaleras. Vi a la chica diferente, sus cabellos eran negros, estaba frente a la puerta ¿Pretendía irse de verdad?
- ¡Chiara...!- Llamé arrastrándome hasta las escaleras, verla en aquel lugar y en esa situación me había hecho perder completamente las fuerzas... ¿De verdad se iba?... No quería que se marchase por mi culpa.- Chiara, por favor...
Sentí de nuevo el líquido transparente abandonar mis ojos. Joder, Dave, tú no lloras, nunca lo haces... ¿Por qué ahora?

Oí la voz de Dave a mis espaldas y tuve que girarme hacia él, dejando mi espalda contra el marco de lluvia al que daban las puertas.
Verlo asi por mi culpa.. era horrible. Estaba golpeado y parecía destrozado.
- Lo siento Dave, no quiero que sufras... ojalá..- agrandé mis ojos sintiendo una mano que cubrió mi boca con guante de cuero. Llevé mis manos rápidamente con tal de deshacerme de lo que me había enmudecido. Alzando los ojos para conseguir ver una máscara plateada bajo túnica negra..
Esa imagen..ya la había visto.
Otra segunda mano me aferró de los brazos para inmovilizarlos tras mi espalda.
- "Ojalá te olvidaras de mí" ibas a decir?- dijo el hombre sin soltarme.
Me removí al oir esas palabras, e intenté morder su mano, pero el cuero era demasiado grueso para que lo sintiera. El hombre liberó mi boca y tomó su varita, apuntando a Dave.
- Eso es fácil, un simple hechizo, verdad? después no te conocerá, nunca volverá a hablarte ni a recordarte... como todos, no? Es tu destino..- pareció que el hombre se reía.
- NOO! - grité, sintiendo cómo las lágrimas volvían a manar de mis ojos, inundando la imagen de mi amigo. Me dolía el pecho, las fuerzas para deshacerme del abrazo del hombre cada vez me eran menos efectivas y el estado en el que me encontraba no me dejaba resistirme.
El hombre soltó otra carcajada.
- Tan egoísta como siempre, Chiara... no querías esto? Que el chico dejara de sufrir por tu culpa? No estás creada para ser feliz, sólo traes dolor disfrazado de placer - susurró en mi oído, aspirando mi piel con lascivia. Cómo era que sabía mi nombre?- de eso sacaremos partido más tarde- añadió.
No me importó... ya no.. me merecía que me trataran de ese modo tan sucio.
Bajé la cabeza. Quizá tenía razón... era imposible que Dave me quisiera ni como una amiga, al final, siempre acababa sola y eso no cambiaría.
No me atreví a mirar a Dave otra vez, me daba vergüenza ser expuesta de esta forma... no tenía nada suficientemente bueno que ofrecer ni merecía la oportunidad de intentar que cambiara de opinión... era mejor asi.
Sentía aun más presión en el pecho, sabía que no quería que me olvidara..pero esta vez no lo intentaria evitar, quería que él fuera feliz, y sabia que si seguía a mi lado, terminaría muy mal... No pude parar las lágrimas de mis ojos, siempre estaría sola, nunca sería capaz de hacer a alguien feliz..ni de serlo yo misma.

Agrandé los ojos al ver al hombre por detrás de Chiara, sentí la sangre hervir en mi cuerpo, me estaba apuntando con una varita, llevé mi mano hacia el bolsillo lentamente... No... Olvidé coger las mías... Oh! ¿Cómo se me olvidó? La magia del castillo repelía el hechizo de minoría de edad, podría hacer un triple ataque si tuviera las varitas... Pero no... No las tenía... Solo me quedaba una alternativa, mi cara se ensombreció por completo a la par que me levantaba, como si tirasen de los hilos de una marioneta.
- Me prometí que defendería a mis amigos... - Murmuré en tono casi inaudible.- Me prometí... Que no dejaría que nadie los dañara...
Un rugido grave resonó por el castillo, seguido de unas fuertes pisadas, al momento, un hombre con una varita que más bien parecía un bastón, apareció de entre las sombras, al atravesar una puerta. Medía tanto como Hagrid, o más, su cabeza era completamente calva, no tenía barba tampoco. Su piel oscura parecía marcada por varias cicatrices. En lugar de bajar por las escaleras, saltó la barandilla y apuntó con el bastón al hombre enmascarado.
- Suelta a nuestra invitada...- Gruñó Konrak, nunca lo había visto así... Bueno... Realmente hacía casi ocho años que estaba diferente, pero hoy... Sus ojos no eran negros, se habían teñido de rojo, y sus manos... Abrí los ojos tanto como pude.
- Konrak... ¿Desde cuando?...- Pregunté sorprendido.
El semi gigante no se giró, seguía apuntando al mago de túnica negra.
- Me mordiste en tu segunda transformación, Dave... No esperaba que lo recordases... Fue el día que falló la poción... Cuando por error tu hermano hizo la poción... Ya sabes cual- Murmuró apretando los dientes- ¿¡No me has oído!? Creo haberte ordenado que sueltes a nuestra invitada.
No dudó un segundo más, lanzó un hechizo, parecía un de desarme, pero el otro mago se consiguió defender.
- Konrak... Esta es mi pelea... Déjame a mi.- Sabía que sin varita no iba a poder pelear, pero pretendía utilizar a Fenrir.
El semi gigante no hizo caso de mis palabras, siguió plantado, mirando a su rival, buscando puntos débiles, sin soltar de sus garras el bastón.
- Konrak, déjame pelear sé que...
- ¡No estás preparado!- Gruñó el sin girarse.
Apreté los labios, sabía que SÍ estaba preparado para luchar contra un mago. No me importó lo que dijera, sabía de sobra que estaba preparado para matar a ese hijo de...
Tranquilo, Dave... Si te soy sincero... Yo también quiero recuperar a la chica, al fin y al cabo, si no la recuperamos significa que te han matado, y no me apetece desaparecer...
- Aparece... Fenrir- Susurré cerrando los ojos. Al momento, la empuñadura de la espada azul estaba descansando en mi mano. Apunté con esta al mago- ¡Oye! Dado que te has atrevido a entrar en mi propiedad... Me gustaría saber a quién mataré... Quítate la máscara, y di tu nombre.
Estoy contigo, no temas, lo despedazaremos

Oía voces a lo lejos... no levanté la vista, no tenía ganas. Pronto acabaría todo y Dave me olvidaría. No sabía dónde pretendía llevarme ese hombre, pero siendo que me conocía, seguramente tendría algo planeado.
- No diré mi nombre... pero quizá esto te suena - dijo el mago, enseñando su brazo para descubrir la marca del señor oscuro. - Sólo vengo a por la chica, no tengo interés en ustedes dos... sólo borrar nuestro agradable encuentro. - sonrió y con un ligero toque de varita, apuntó a Dave. - Obliviate.

Konrak se interpuso haciendo rebotar el hechizo hacia una de las paredes, sin provocar daño alguno. Parecía bastante enfadado, por no podía dejar de mirar a Chiara... ¿Qué significaba eso? ¿No había sido creada para felicidad? ¿De verdad creía que podría arrancármela de las manos así como así? Mi mirada expulsaba rabia, solo quería desgarrar a ese maldito mago que se había atrevido a robarme a mi invitada... Mi presa
Me lancé hacia él haciendo caso omiso de las palabras de Konrak.
- Aú...- No pude hablar... De mi garganta emergió un rugido, jamás había emitido uno como ese, Fenrir aulló a la par que desataba una cadena de rayos hacia el mago enmascarado... Era un mortífago ¿Acaso me estaban traicionando?... Yo me había ofrecido a estar a su lado... ¿Y así me trataban?...Volví a rugir y la lluvia de rayos de intensificó.
El mago los desvió todos con la varita, empujando a Chiara hacia un lado, se necesitó de ambas manos para defenderse, pero uno lo golpeó en la pierna... Le había dado.
- Obliviate.- Volvió a murmurar, pero... Hace un momento estaba a metros, ahora estaba justo frente a mi. La cegadora luz me golpeó, lanzándome por los aires. Por suerte, Konrak llegó a tiempo para recogerme, por muy licántropo que fuera, un hechizo como ese hacía mella...
Sentí un pitido en los oídos cuando abrí los ojos, y vi a lo lejos, en la tormenta, a un hombre encapuchado, cojeando junto a una chica de cabellos negros...
- Te he fallado...- Murmuré para mi mismo antes de caer inconsciente.

Cuando volví a despertar estaba mi habitación, tenía la mano vendada y la cabeza, también estaba recubierta... No recordaba nada. Tan solo, que había ido a Londres, por mero aburrimiento, que había entrado a un local, solo, donde una chica muggle había intentado conocerme a fondo, y que había salido inmediatamente para volver solo a casa, dado que era muy tarde para ir a Hogwarts... En mi habitación había un olor extraño... Algo como una chispa nació en mi mente... Y todo se volvió oscuro, solo vi un cabello rojizo, caer brillante en la negrura. Todo volvió en sí enseguida... ¿Qué había sido eso?...
Konrak entró al poco rato, con el elfo doméstico, el cual llevaba un traje que me recordaba al de Loser... ¡Loser!... ¿Por qué no lo sentía? ¿Me estaba evitando?...
Konrak me dio tres varitas, las reconocí enseguida, una de ellas era la "mía", era la que mejor podía utilizar de mis ante pasados, dado que Ollivander aún no había conseguido encontrar la varita perfecta para alguien como yo, según él, debía de ser muy... Especial. Las otras dos, una negra y recubierta de piel de bicornio, era de uno de los ladrones a los que desarmé, la otra, de tono madera claro, estaba impregnada de lágrimas de dragón, era bastante poderosa, pero muy inestable en algunos hechizos. Miré confuso a Konrak. ¿Qué pretendía al darme mis varitas? ¿Quería que me fuera? Estaba en vacaciones, no tenía por qué volver ya a Hogwarts, me quedaría allí hasta que me aburriese.
Miré a Konrak de nuevo antes de que saliera... ¿Por qué me había confesado en el vestíbulo que lo había mordido en mi segunda transformación, sin más? ¿Y cómo había ocultado su olor a licántropo? Aún que lo cierto, era que él olía de todo menos a hombre lobo, se pasaba el día entre animales y madera... Era normal que consiguiera ajustarse, además, no era extraño que mi familia no se hubiera dado cuenta de que lo era, pasaba las noches en vela, solo dormía la siesta tras comer hasta la tarde, casi la noche.

Respiré profundamente recostándome en mi cama, ese olor tan extraño seguía en el ambiente... Era como si me hubiera encontrado con ese olor día a día en el colegio, por un momento pensé en Alyss... Ella olía diferente, y ese cabello rojo... No conocía a otra humana pelirroja¿Verdad?...

Me levanté cuando ya serían las doce de la mañana, tenía hambre, y seguramente la comida estaba sirviéndose. Al llegar al comedor encontré al elfo doméstico, a mi hermano, cuyos cabellos negros estaban desordenados en su cabeza, y una barba de tres días adornaba su rostro; charlando con Konrak mientras esperaban con los platos vacíos. Al llegar, todos dirigieron la mirada hacia mi, fruncí el ceño, tampoco eran tan especial como para eso... A no ser que hablasen de mi.
- ¿Ocurre algo?- Pregunté sentándome junto a mi hermano.- ¿Qué tal te ha ido últimamente en Gringotts, Anthony?
Mi hermano no se dignó ni a mirarme siquiera... Simplemente se sirvió algo de vino y bebió antes de responderme.
- Bien.- Contestó simplemente. ¿Solo eso? ¿No tenía más que contar?... Hoy me había despertado en un mundo completamente distinto.