Celda 103 [Dave]

Recuerdo del primer mensaje :

La sesión de Littlewing aquella tarde había sido más corta. No podía decir que me alegraba, cada vez que tardaba menos era porque lo que haría dolería más.
Hacía poco que había llegado a la Base, pero era... era mi lugar ahora. Lo había sido desde mi nacimiento... ahora sabía lo que era y por qué.
Paseé por mi habitación sin ventanas hasta llegar a la cama. Todo estaba oscuro, como mis cabellos... había tan sólo una antorcha de colores verdosos en la pared. No me había quejado, no había echado de menos el colegio. Decían que yo formaba parte de ellos, que me habían estado esperando... pero aun no sabía para qué. De todos modos, no me costó relacionarme con mis vecinos. Casualmente, era la única que podía salir de su celda, y a menudo me quedaba en el pasillo, hablando con los demás experimentos. Supuse que estaban encerrados por ser peligrosos.
Pero hoy... había recaído. Me sentía sola... y no podía dejar de pensar en aquella noche de lluvia, donde la repetición del Obliviate salvó a mi amigo y me llevó a mí junto a mi verdadero origen.
Quería volver a verlo... deseaba encontrarlo... pero a menos que no fuera a Hogwarts... No. Dije que lo dejaría en paz, además, él dijo que me marchara..y yo sólo hago daño a los demás. Éste es mi lugar...no hay más.
Oí unos pasos, un ruido..
Giré el rostro hacia las rejas que mostraban el pasillo, esperando ver quien aparecía.

Sentí como la sangre bañaba mi rostro al notar sus labios en mi mejilla, no era común que la gente hiciera eso a un desconocido no? Aunque tampoco era normal que un desconocido entrase en tu habitación y te abrazase, bueno, yo no era normal. Respiré su aroma, el que se me hacía tan familiar, no quería soltarla, aunque viniera el Dr Octopus con una varita en cada mano para lanzarme la maldición asesina. Me separé despacio, muy a pesar de que no quería, y volví a apoyar la espalda contra la pared.
- ¿Qué estoy haciendo...? - Murmuré para mi mismo. Tendría que estar en Hogwarts, preparando algunos argumentos para que Jack me dejase tener un grupo de licántropos para estudiar, y no esto.- No sé que he de hacer...- Susurré escondiendo la cara en las rodillas, las cuales abrazaba como si un helado viento me azotase.
Tranquilo, tranquilo, yo confío en ti, y si crees que esta es la chica, lucharemos por ella, pero no decaigas, recuerdas? el lobo solo ataca cuando llega el momento, mientras tanto acecha, observa la presa. ¿Ya no recuerdas las lecciones de Konrak? "Ten a tu lado un amigo, y a tu enemigo a la par" Te ayudaré con esto, pero no dejes que sepan lo que tramas, yo puedo defender nuestra mente, pero no puedo controlar tus palabras
Respiré hondo, las palabras de Loser siempre me dejaban confuso, a veces era cruel y mezquino, y otras, sin embargo, era el mejor amigo que podía tener, ojalá que el 73 encontrase pronto a su ser lobuno, era una tortura vivir solo en la mente de un licántropo. Alcé la mirada hacia Chiara, no sabía que decir, por un lado, estaba seguro de que era ella. Pero por otro lado... Ella decía que no me conocía, a pesar de su comportamiento, además, si me conociera, les habría hablado de mi a los demás.
- Chiara... Yo... Yo no sé qué decir... Qué hacer... Estoy perdido, si no eres tú esa chica debería irme, para poder completar mi otro objetivo cuanto antes, y no estar perdiendo el tiempo aquí, pero... Pero no quiero...- Confesé frotando mis ojos con la manga de la camisa.- No quiero irme de aquí...

Me quedé inmóvil en mi lugar cuando me hubo soltado. Su aspecto confuso y cansado no había cambiado ni una pizca, pero tampoco era de extrañar, un simple beso no podría hacer milagros con la mente y menos devolverme las reacciones que antes provocaba yo en él. Parecía un niño frotándose los ojos por no poder hacer realidad lo que había soñado.
- Si no quieres irte...no te vayas.. al menos es algo que sabes seguro que no quieres hacer- contesté cuando me expresó sus dudas. - Aunque.. no tendrias que unirte a los nuestros.. es peligroso.
De repente, se escucharon unos pasos por el pasillo y 73 aulló levemente como aviso. Giré el rostro hacia los barrotes, escuchando cómo mi respiración de repente se alteró ante la alarma. Un sonido de un golpe seco dio contra la celda de 73 y los pasos no se detuvieron.
- Maldito chucho.. - dijo una voz de hombre.
- Conrad...-susurré con temor y tapé los labios de Dave para que no dijera nada. Tras unos segundos miré hacia él. - Escucha, no hagas ruido ni te muevas.. rápido, escóndete. - dije al tiempo que lo ocultaba bajo mi cama.
Al momento se escuchó cómo mi celda se abría con un quejido.
- Ocultas algo, querida? - dijo el hombre con una sonrisa torcida.
Me levanté del suelo y me senté en la cama, protegiendo mi secreto.
- No tengo nada que ocultarte.. - respondí sin sonreir. El mortífago no terminaba de creerme, pero no rehusó acercarse y sentarse a mi lado.
- Cómo que no? es un crimen esconder tanta belleza bajo esa ropa que te hacen poner.. dejas que te la quite? - el hombre agarró mi hombro, deslizando los tirantes de la camiseta. Quise apartarlo desesperada. - Vamos pequeña, siempre te estas resistiendo..sabes que eso me gusta más? - sujetó mis muñecas con agresión y con la otra mano me acercó.
Mis pies se subieron a la cama, intentando empujar su cuerpo.
- NO! DÉJAME! COBARDE!- grité, sabiendo que me prohibían atacar a un mortífago aunque fuera para defenderme. No quería que Dave escuchara eso, no quería que supiera nada de eso!

Me oculté entre las sombras de la cama, lo oí todo, los susurros del mortífago, la oposición de Chiara... Algo en mi se despertó, como si una cáscara de huevo acabase de quebrarse para dejar salir un basilisco. Sentí como mis garras nacieron, me dolían, al igual que los colmillos, y los ojos me escocían.
Vamos a jugar a un juego - Musitó Loser con voz infantil- Donde el malo es cazado, y el lobo es saciado... DEVÓRALO, MÁTALO, QUE NO QUEDE NADA DE ÉL
Los pies de Chiara desaparecieron, pero aun estaban los de aquel hombre. Clavé mis garras en sus tobillos y tiré, haciendo que cayera de bruces, me arrastré gruñendo por sus piernas, hasta llegar a su espalda, partí su muñeca con la cual sujetaba la varita y volví a la espalda, la cual asedié con mis garras entre rugidos ladridos. La sangre brotaba de su piel a borbotones, y el hombre habría gritado de no ser por que su cuello estaba partido, su cara miraba hacia el techo, a pesar de que su pecho estaba pegado al suelo. Reí enloquecidamente mientras estiraba de su columna vertebral, para sacarla del saco de carne. Me acerqué a su oreja, a pesar de estar inerte, para susurrar unas últimas palabras.
- No debiste dejar tus defensas tan a la ligera, te pudo el placer carnal, sucio humano...- Dicho esto, clavé mis garras en su cuello y comencé a tirar de él hasta que oí un crujido, que significaba que su cráneo se había desprendido de la columna, ahora solo estaba ligado al cuerpo por unos músculos. Dí la vuelta al cadáver y comencé a acribillar sus costillas a arañazos , hasta que di con sus pulmones, habría sido más divertido oírlo gritar y pedirme que parase, pero no podía dejar que me pillaran, me erguí cubierto de sangre, sin cambiar mi aspecto, y dirigí mi mirada a Chiara.- No me importa que otros hayan intentado o conseguido lo que este pretendía contigo... No dejaré que vuelva a pasar...
Tomé el cuerpo sangriento del mortífago, y su varita... Ya tenía cuatro.
-Fregotego...- Murmuré hacia la sangre, la cual se limpió, hice lo propio con su cuerpo y el mío, disminuí su tamaño, y lo escondí en mi bolsillo. Mi cuerpo volvió a la normalidad. Me acerqué a Chiara y besé su frente para luego salir de su celda... No sería muy apropiado irme sin despedirme. Me giré antes de perderla de vista, no quería irme, pero estando allí, era un peligro para ella.- Espero que nos veamos pronto... -Susurré.

No pude ver nada más que oir los sonidos de huesos y carne resquebrajándose con violencia cuando el cuerpo del mortífago desapareció bajo la cama. La sangre salpicó casi toda la habitación.. y durante bastante tiempo. Ni un solo grito salió.
Mi cuerpo se quedó inmóvil, viendo por primera vez esa faceta asesina de él. No me esperaba esa reacción...Quizá si, pero no de esa forma tan violenta.
Cuando se puso en pie, dejó ver su aspecto salvaje, cubierto de sangre... hasta que pronto volvió a ser el chico de siempre, como si hubiera sido una mera ilusión.
Tardé un poco en reaccionar, tanto que le dio tiempo a salir de mi celda.
- E-espera.. Dave.. no te vayas.. - murmuré en cuanto me puse en pie y fui a detenerlo. Quien sabe cuando volvería a verlo... si me dejarían volver a Hogwarts o a él volver a nuestro sector..
Le detuve del brazo, sintiéndome extraña al tocarlo y girarlo un poco hacia mí por estar a sus espaldas. Seguía siendo como si comenzara de nuevo... pero mi mano se deslizó con lentitud por su brazo hasta su mano. Me quedé en silencio, mirando a sus ojos cuando toqué los dedos. Me costaba tocarlo... nunca me había sucedido eso.

- Hey! Chico!... ¿Lo has mordido? ¿Lo has mordido?- Preguntó la voz de 73.
Reí ligeramente, a pesar de haber sido golpeado seguía con sus ansias de saber lo que se sentía al morder a un humano. Noté el tacto de Chiara en mi brazo, acabando en mi mano, sentí la sangre bañar mi cara, y me solté despacio desviando la mirada, no quería que me vieran sonrojado, posiblemente había despertado a los demás del pasillo, era una suerte que las puertas fueran gruesas, habían amortiguado los gruñidos.
Me acerqué a la celda número 73 y vi el golpe en su cabeza, sangraba ligeramente por la zona donde estaría la ceja. Busqué la varita del mismo mortífago en mi bolsillo interno, donde llevaba las tres varitas ganadas. Pasé al brazo entre los barrotes de plata, sení un dolor abrasante en el hombro, escocía, dolía, era una tortura. Pasé la varita por la herdia varias veces murmurando un hechizo, hasta que se selló. Contraje el brazo con rapidez frotándome el hombro, me dolía muchísimo, pero se pasaría en un par de horas. Miré la varita, era negra como el azabache, la partí en dos y estos en otros tantos pedazos, la arrojé al suelo y con él el diminuto cadáver del mortífago. Tomé la varita de piel de bicornio y apunté a ello, una varita rota era tan solo un pedazo de madera.
- Incendio.- Tras un pequeño chisporroteo, ambos quedaron consumidos entre las llamas.- Fregotego
Ya no había rastro de la varita ni de del mortífago, como si no hubiera existido nunca, habría borrado la memoria de Chiara, no quería dejar pruebas de mi asesinato, pero no quería incluirla en esto, realmente, nunca me atrevería a apuntarla con una varita. Apunté a mi ser y saqué de ella un hilo plateado, el recuerdo de lo ocurrido bajo la cama, lo modifiqué hasta conseguir que no fuera más que echar un vistazo al mortífago pasando por el pasillo, y murmurando algo. Como si nunca hubiera entrado en esa celda. Me volví hacia Chiar.
- ¿De verdad quieres que me quede...? Ya has visto lo que soy... Y eso que aún tenía conciencia... Imagínate si fuera luna llena, no soy alguien bueno para ti... -Murmuré agachando la mirada, sabía que los demás seguían despiertos, aun que no nos mirasen, era imposible que alguien no se despertase con tremenda pesadilla a su lado.

Dejé que se soltara, no tenía realmente retenida su mano. Y escondí la mía en el bolsillo del pantalón corto, aun notando que me ardía la piel. A pesar de llevar ropa de verano, parecía que el calor me había venido de golpe.
Cálmate o tu maldito pelo va a rebelarte.
Observé cómo se deshacía de las pruebas de su delito sin moverme del sitio. Sabía que tenía que dejarlo ir...que no tenia que volver a verlo.
- Es... es cierto, pero desde cuando importa si eres bueno para mí? - lo miré con cautela, alzando una de mis cejas. - Además.. me has protegido, no veo demasiado malo eso. -Suspiré, pero qué demonios decía? - Lo siento, es tarde.. y aun te retengo aqui. Será mejor que te vayas, no me hagas caso.
Me moví indecisa con ánimo de irme, pero me acerqué un momento y pretendí besar su mejilla, aunque al moverse él por el sobresalto, terminé presionando su comisura.
Me aparté al instante en que lo sentí, retrocediendo unos pasos con el pulso ajetreado.
No supe disculparme, tan solo me giré y me encaminé a mi celda antes de que tuviera tiempo de ver mis cabellos.

El tiempo y espacio comenzaron a perder importancia para para mi en el momento en que sentí sus labios... Parpadeé durante milésimas de segundo, pero lo vi todo... Una sombra de cabellos azules, entrando por la puerta, solo veía borrones ¿Quién era...?
Cogí a Chiara de la muñeca, sin dejarla entrar en su celda, no podía dejar que se quedase aquí, tenía que llevarla conmigo, aquí no estaba a salvo.
- Ven conmigo, Chiara... En Hogwarts no te podrán hacer nada los mortífagos... Jack no se atreverá a hacer nada contra ti estás allí, vuelve... Sé que estuviste en la escuela... Sé... Sé que tienes que volver... No te puedes quedar aquí, no puedo permitirlo- Murmuré buscando su mirada.- Si no vienes tú me quedaré por siempre aquí... No me obligues a imaginarme tu estancia aquí hasta que consigas escapar, puede que no vaya a volver... Nunca... Y no pienso perderte de vista... Quiero tenerte a mi lado.
Bajé la mirada y me puse frente a la celda de Sarah, me recordaba tanto a Alyss... Me sería muy difícil no hablarle de ella mi amiga.
- Te prometo que la sacaré de aquí... Aunque me cueste la vida... - Musité en un susurro casi inaudible.
Levanté la mirada hacia Chiara, esperando su reacción, si venía conmigo, recibiría la misma protección que Alyss... Ojalá tuviera a alguien conmigo en esto, un buen mago, alguien que tuviera sangre fría, que supiera manejar una varita o por lo menos... Por un momento pensé en sacar a 73 de allí, seguro que sería mucho más feliz fuera, pero... Temía que lo cogieran, lo torturarían para sacarle información.
- Vienes o no?- Pregunté dirigiéndome hacia la puerta más cercana a su celda.

Sentí que me cogía de la muñeca antes de que pudiera entrar en mi celda. No me zafé, pero no lo miré cuando dirigió su palabra hacia mí.
- Dave... este es el lugar donde nací... fui creada para estar aqui.. - respondí.- apesar de que pasen...de vez en cuando estas cosas, ellos son mi "familia" y...
Sarah me interrumpió con su mirada.
- Ve con él, nosotros estaremos bien. Nadie de aqui soporta más lo que te hacen desde que llegaste, Chiara.. - dijo ella.- Sabes que el ese hombre miente.. no hagas que tu voluntad se quiebre por unas palabras, sabes quien eres ahora. - miró hacia Dave- Jack entendería que te llevaras a Chiara sin ponerte contradicciones si le explicas tus motivos de protegerla, despues de todo, aun es una estudiante... pero procura que no encuentren a mi hija ni que te culpen de ello.. y sobretodo, no le digas de mi o volverá sin pensarlo..
Miré la mano que me retenía, sin aun saber lo que contestar... Dejé que las palabras salieran de mis labios.
- Presentaré una carta a Jack, no quiero que te culpen.. - dije, soltandome con suavidad para entrar en la celda y escribir sobre un trozo de papel. Al acabar, fui hasta la celda de Gilda y se la entregué- puedes dejarla en el escritorio de él?..
Gilda, la mujer medio duende, me miró con algo de sospecha.
- Seguiré siendo mortífaga, no he cambiado de bando.. si no me iría sin más.
Finalmente asintió y desapareció un segundo con el papel, volviendo a los dos.
- Gracias.. - me alejé de ella y miré hacia Sarah un momento. - Te echaré de menos.. prometo que volveremos a vernos pronto.
La mujer sonrió de forma infantil y me tocó el hombro con sus frágiles manos blancas como el papel.
- Y yo a ti, cuidaos muy bien niños... Y Dave, recuerda que la única manera de salir es por donde entraste con Ludlow. Las escaleras.. y recuerda bien que no estás en contra de los mortífagos o el sistema de defensa saltará para dejarte sin los poderes que te puedan ayudar. Consigue las llaves de las puertas. - dijo advirtiéndolo con preocupación en sus ojos.- Alyss seguramente aun la retengan en la sala de interrogatorios si no saben mucho. Ten cuidado de su caracter, disimula protegerla... - sonrió y palpó el hombro del chico. - Iros.
73 pareció despedirse tambien con un aullido.

Asentí a las palabras de Sarah y luego saqué mi varita, la mía propia, bueno, la que tenía por herencia. Me costó separarme de 73, quería ser libre y seguir sus instintos, pero sabía que si lograba salir sería perseguido por el ministerio por no ser tan humano como un licántropo normal. Me dirigí una última vez a Sarah, quería despedirme como era debido. Me puse en cuclillas frente a su celda y posé mis manos en sus hombros y la miré fijamente a los ojos. no tenía que decir mucho, realmente no hacían falta palabras, sus ojos lo decían todo, "Salva a Alyss, y no dejes que vuelva"
- Alyss tiene los mismos ojos que usted, también expresan lo que siente... - Susurré sonriendo, me separé despacio de ella, realmente habría preferido mostrarle más imágenes, fue entonces cuando me vino a la cabeza, el 5 de Agosto, sonreí, y apunté a mi sien el recuerdo, de cuando la vi llegar, con el vestido blanco, supuse que era el mejor recuerdo que tenía de ella, y no había otra persona que se lo mereciera más, saqué el hilo plateado y lo dejé revolotear hasta que llegase a ella.
Me volví a poner en pie, decidido, sabía lo que tenía que hacer, y no me importaba tener que usar la fuerza, pero por el momento debía mantener la calma, hacer lo que Sarah me dijo. Eres un mortífago, estás de parte de Voldemort, necesitas de sus enseñanzas.
Nos cruzamos con varias personas durante el recorrido, solo uno de ellos me paró, tomo mi brazo y buscó la marca en él.
- Aún no me la han puesto, por ahora mi cargo es llevar a la 103 y a otro experimento a Hogwarts... Comienzan a haber rumores de que están desaparecidos...- Murmuré soltándome.
El hombre frunció el ceño, no parecía creerme, pero el miedo de tener que soportar la ira de Voldemort por si acababa con uno de sus espías pareció poderle. Sonreí pícaro mostrando las llaves a Chiara una vez nos alejamos del mortífago, se las había robado, ojalá que esas sirvieran, aunque en este conjunto iban muchas más que las que tenía Jack.
¡Está allí! ¡Tras esa puerta! Donde la última vez
Al pasar la puerta tras el mortífago al que algún día pondría mote... Seguramente Portero, o algo despreciable como al Dr Octopus.
- Alyss Keygen... Mantenga el silencio mientras la devolvemos a la escuela de magia y hechicería Hogwarts.- Anuncié acercándome impasible, no había nadie más en la habitación, pero no podía fiarme de nadie.
Tranquilo, no he abandonado las defensas ni un segundo, nadie ha conseguido entrar en nuestra mente
Solté las cadenas de Alyss y la levanté, junté sus muñecas y las apunté con mi varita.
- Incarceus- Pronuncié sin mirarla a los ojos aún.- Por favor, absténgase de un intento de huida, o me veré obligado a llevarla a la fuerza.

No hacía mucho que me habían dejado descansar del segundo interrogatorio. Jack no dejaba de que descansara, creía que conseguiría derrumbar mis barreras al cabo de horas... Pronto se escuchó el sonido de la puerta abrirse y al alzar la cabeza, pude ver a una chica de cabellos grises junto a mi mejor amigo, entrando...
- Dave.. qué.. qué haces?- susurré por si alguien más se encontraba en la sala. No iba a preguntarle aun qué demonios le había traido a una base mortífaga. La chica era muy bonita y tambien parecía uno de los miembros de la base.
Me sacudí, intentando desprenderme de su abrazo y de las cuerdas que me ataron.
- Ni hablar, no pienso irme de aqui aun! Dave, déjame en el suelo, ahora! No puedo irme! Te lo digo en serio!- tensé la mandíbula, sabiendo que no podía incendiarme para defenderme por culpa de ese maldito collar anulador. - Dave! Déjame en paz ahora! Déjame o te juro que lo pagarás caro! - seguí gritando en silencio por las dudas.

Esta era la hija de Sarah?..
Parecía una niña, incluso en los brazos de Dave seguía siendo una canija que se quejaba de que la salvaran. Definitivamente, la mirada dulce de mi amiga esta chica no parecía haberla heredado.
- Cálmate.. - dije con algo de confianza, mirando hacia la puerta algunas veces. Podría ser que alguien acudiera por los ruidos sospechosos- no deben descubrirnos, sólo tenemos unos pocos minutos para salir de aqui. No conseguirás más que morir si te quedas, no podrás salir de aqui nunca sin nuestra ayuda.. aunque consigas saber lo que buscas, no servirá de nada. Te lo aseguro- posé la mano en su hombro para sedarla al menos un poco y tranquilizarla.
- Vamos, Dave - dije al tiempo en que lo hacía seguirme con la chica a cuestas hacia la puerta de la derecha.

Por un momento dudé si sería buena idea utilizar Desmaius sobre Alyss, pero Chiara se me anticipó utilizando ese extraño don que poseía. No era la primera vez que tenía que cargar con Alyss, y seguramente no sería la última.
- Chiara espero recuerdes el camino para salir, por que yo apenas me acuerdo por donde era...- Murmuré siguiéndola.
En mi mente se formó el pasillo, con Gabriel... Se suponía que era Alyss la que daría sangre para curar sus alas, me intrigaba saber como había acabado así. Y 73... ¿Llegaría a dominar a su ser lobuno algún día? Y sobre todo Sarah, me preocupaba que se quedase allí, tendría que hablarlo algún día con el padre de Alyss, al que por cierto aún no conocía... Tenía que hablar muy seriamente eso con él, ojalá que no se emocionase y entrase a saco a por ella...
- Algún día, Alyss... Algún día la conocerás... - Murmuré a la dormida Alyss que cargaba al hombro. Saqué el manojo de llaves de mi bolsillo y se lo pasé a Chiara.- Confío en que sepas cual es cada una, no me gustaría tener que encontrarme con una de esas bestias que me dijo Jack, si no estás segura no lo intentes, pero creo que tú recordarás mejor el camino.

Al sentir la mano de esa chica, mi cuerpo se destensó. Parecían haberme abandonado las fuerzas y la voluntad. Tenía sueño.. y el movimiento de mi amigo parecía mecerme cuando no dejábamos de pasar puertas.
- Dave... Alexander.. no sé donde está.. creo que ha salido antes.. - murmuré en voz baja, sabiendo que me oiría.
Cerré los ojos, aun enfadada con el que me estaba alejando de tantas respuestas que había esperado durante tanto tiempo... y tan solo llegué a oir unas leves palabras; " Algún día.."
Después de eso, todo se volvió negro.

Ver a Dave y a esa niña me pareció demasiado tierno, parecían murmurarse cosas... Bueno, no es que a mi me importara.
- Sin problemas, me se ... algo del camino - dije algo nerviosa, tomando las llaves. Al menos podría guiarlos hasta las escaleras y suponía que la puerta para salir estaba arriba del todo.
Tras pasar unas cuantas salas, dimos con una que identifiqué como la sala de portales.
- Esta es la Sala de los espejos; cinco espejos que dan a lugares específicos. Una sala bastante importante, sólo Sarah me habló sobre de ella, decía que la utilizaban para encontrarse con el Señor Oscuro en su mansión. - murmuré a Dave, sabiendo que la chica ya dormía. Los espejos antiguos estaban situados en círculo, pero apenas me fijé en ellos, lo importante era encontrar las puertas correctas que dieran a la escalera y en ese momento eran 4 puertas restantes a parte de la que habíamos usado para entrar. Me decidí por la puerta oxidada, seguramente llevaría más tiempo en uso y las demás habitaciones se habrían construido posteriormente y de ahí su mayor "conservación".
Abrí la puerta al girar la llave, dudando en terminar de entrar... y sonreí. Genial! las había encontrado!
- Supongo que ahora será cuestión de subir - indiqué, mirando hacia arriba. - Estás bien con el peso? - pregunté mientras nos encaminábamos a los escalones.

Alcé una ceja... ¿Alex? Alex se habría marchado ya por su cuenta dejando tras de sí un camino de sangre... Era un asesino, no había que preocuparse por él. Seguí los pasos de Chiara, realmente no me interesaban mucho las salas, solo la de salida, quería volver de una vez por todas a Hogwarts. No quería tener que volver oír hablar de mortífagos en un buen tiempo, solo quería preocuparme de mis notas, y del Quidditch... Casi lo había olvidado, tenía que hablar con el director para ver si llegaria a ser oficialmente el capitán y el jefe de casa. Me hacía ilusión poder guiar a los nuevos, decirles donde tenían que ir, y i era preciso, imponer castigos. Quería volver al hogareño lugar, ese castillo que nos protegía de todo hasta que fuéramos grandes magos.
Seguí a Chiara sin dudar de su intuición y memoria, era nuestra única posibilidad para llegar a la salida. Sonreí, recordaba esa sala a la perfección, era donde llegamos Tomé una de las botellas de crista y agarré con fuerza la cintura de Alyss, sobre mi hombro y se la tendí a Chiara.
- Vuelta a casa...- Murmuré sonriente.

Identifiqué el traslador cuando Dave lo acercó. La chica siguió durmiendo y no dudé en tocar la botella antes de oir un segundo ruido cerca de las escaleras. Al poco, ya nada de nosotros quedaba en esa sala. En su lugar, un local abandonado nos dio la bienvenida con sus polvorientas telarañas colgantes.
- Crees que se habrán dado cuenta ya? - pregunté algo nerviosa mientras observaba el ambiente. Parte de mí esperaba que no tardaran en aparecer mortífagos con la ayuda del mismo objeto usado por nosotros. - Será mejor que volvamos al colegio cuanto antes, es de noche y seguro que fuera no habrá mucha más seguridad que esperando a que aparezcan aquí. - dije avanzando hacia la puerta para abrirla y encontrarme con Hogsmeade. El frío viento nocturno comenzaba a declarar el otoño que nos esperaba.
Me abracé, esperando a que Dave saliera del local y comencé a caminar rumbo a Hogwarts.

Alcé una ceja mirando a Chiara mientras salía del local abandonado, y una ligera risa emergió de mis pulmones mientras ponía el rumbo a Hogwarts.
- Creo que se dieron cuenta desde el primer momento, pero temían que fuera verdad, seguramente se dieron cuenta de que los habían avisado hace poco, falta de trabajo en equipo.- Volví a reír ligeramente.
El camino a Hogwarts se hizo ameno, echaba de menos la compañía de ambas, y la última vez que vi a Alyss no fue muy agradable, la echaba de menos, la verdad, a ella y su olor infantil, al igual que los momentos que habíamos pasado juntos.
Decidí que sería mejor despertar a Alyss cuando hubiéramos pasado el bosque, no sería muy buena idea que lo primero que se encontrase al despertar fueran árboles moviéndose.
El silencio se había adueñado del bosque, solo se oían pisadas en el colchón de hojas secas que siempre había en el bosque, incluso en primavera solían haberlas, me detuve en seco y una sonrisa divertida se apoderó de mis rostro.
- Chiara...- Susurré.- Sé que no es el mejor momento. Pero... ¿Te apetece ir al poblado de los centauros?
No esperé su respuesta, a pesar de que el viaje había sido cansado por la presión, no tenía inconveniente en visitar a los centauros, era un lugar acogedor ese donde residían, cambié de idea respecto a lo de Alyss, sería mejor despertarla ahora, ya que sería capaz de matarme si la había llevado durmiendo y se lo había perdido todo. La tendí en un lecho de hojas y saqué mi varita, no me había fijado hasta ahora en los cortes de sus brazos.
- Relasio- Al momento sus cuerdas se soltaron y desaparecieron, fruncí el ceño, no veía su varita por ninguna parte.- Chiara... ¿Dónde están vuestras varitas? ¿Tú llevas la tuya?- Volví a apuntar hacia Alyss.- Enervate.- Saqué entonces la varia de lágrimas de dragón.- Lumos.- Esta varita era mucho más potente con esa clase de hechizos que con las transformaciones y hechizos acuáticos. Me senté junto Alyss esperando que se despertase, no estaba seguro de que el hechizo Enervate surgiera, ya que no había sido hechizada con un desmaius.- Alyss... Despierta... Estamos en casa...- Susurré en su oído dando ligeros toques en su brazo.

Los cascos atronadores rompieron la tranquilidad del bosque, y en menos de lo que se tarda en ver un boggart con la forma de tu mayor miedo, estábamos rodeados por cinco centauros, que nos apuntaban con lanzas y arcos.
- ¿Quién anda ahí?- Preguntó una voz ronca y grave.
Me levanté despacio levantando las manos.
- Tranquilos, soy yo, Dave... Dave Wishe... Cuanto tiempo, eh?- Sonreí ligeramente, pero sus miradas se dirigieron a Chiara y Alyss.- Sí, es la chica de la otra vez, no os importará que lleve una invitada más con nosotros no? Es de confianza, por supuesto...- Tras un breve silencio, bajaron sus armas y emprendieron el viaje de vuelta pie. Sonreí divertido.- Vamos, no os quedéis atrás.
Ayudé a Alyss a moverse, bueno, casi la llevaba a cuestas de nuevo. Se me hacía extraño estar en el bosque después de tanto tiempo bajo tierra, ahora, ahora estábamos bajo la protección de Hogwarts, no podía venir ningún mortífago a molestarnos, teníamos todo un año para nosotros mismos, para ser alumnos normales(cosa rara en mi). Tras aproximadamente media hora de viaje, se pudo ver a lo lejos una tintineante luz cálida, como la de una fogata, tras esta, otra nació, y luego otra...
- Ya hemos llegado.- Les susurré sin poder aguantar la euforia; a pesar de haber venido miles de veces siempre era emocionante ver tantos centauros.
Los cinco que viajaban con nosotros, se adelantaron en un trote hasta llegar a diferentes tiendas, muy parecidas a las de los indios, parecían hechas de algún material como piel. Una sonrisa se formó en mi cara cuando tres pequeños de tonos marrones se echaron sobre mi, seguro que eran tres de los pequeños que habían nacido hacía poco. Tuve que soltar a Alyss para no caer yo mismo.
- En fin... -Dije sonriente.- Bienvenidas al poblado del bosque... Es difícil de encontrar, por que no es muy grande, pero es acogedor.
En el lugar habían centauros haciendo todo tipo de actividades en la noche, algunos observaban las estrellas y mapas lunares, otros trabajaban sus armas, las madres tranquilizaban a los pequeños, que jugaban con pinturas o a carreras al rededor de algunas tiendas. No pude evitar sonreír de nuevo, era un sitio genial.

Sentí algo de fuerzas volviendo a mi cuerpo, seguidos de un susurro en mi oído. Apreté los ojos un instante y los abrí, encontrándome con la mirada de mi amigo. Me limité a mirar el entorno en el que estábamos; el bosque. Fruncí el ceño levemente, pero aguardé hasta que para mi sorpresa, unos enormes centauros nos rodearon. Parecía que Dave los conocía, y la chica también. Sería amiga de Dave? Una mortífaga?... Aunque fuera amigo de ella, mi instinto desconfiado no se vencía con sólo una buena actitud.. si ella estaba en la base tambien sería o porque era mortífaga, porque era un experimento o porque había venido con Dave, y aun no tenía ni idea de lo que había llevado a mi amigo a ese lugar.
Estaba tan avasallada de preguntas, que no pude apreciar con la misma intensidad que ellos el panorama del poblado al que habíamos llegado. No íbamos a Hogwarts? Qué hacíamos ahi?..
Estaba enfadada con Dave, MUY enfadada. Lo miré con enojo y me solté de su apoyo.
Cómo se había atrevido a decidir sin mi autorización sacarme de ahi? No había respetado lo que quería y me había forzado, encima como si fueran órdenes de los mortífagos!
- Me voy. - hice una leve inclinación de cabeza hacia los centauros. Sabía que tendría que atravesar el resto del bosque, pero.. sinceramente, prefería hacerlo antes que soportar su traición en caliente. Debía tranquilizarme y encima no había opción de hablar con él ni de descargarme en medio de toda esa población.
Caminé con decisión, ignorando la sensación de debilidad que había dejado esa chica. En cuanto me separé de la aldea, quité el collar anulador y desapareci entre la espesura.

Respirar tanto aire natural me había subido el ánimo. Desde luego que no me importaba dar un rodeo por el bosque antes de ir al colegio. Tanto encierro durante semanas me había hecho olvidar que echaba de menos el exterior.
Dave estaba de acuerdo conmigo, solo que su pequeña amiga no pareció pensar lo mismo.
Los centauros no repararon en su actitud, pero si que parecía muy molesta con lo que habíamos hecho.
Los cabellos de la niña desaparecieron entre los árboles.
- Dave... creo que mejor que la dejemos en paz, será mejor explicárselo en otro momento. - dije mientras me agachaba a acariciar una pequeña niña centauro. La niña sonrió y mi vista fue instintivamente a la mujer que supuse que era la madre mirándome con recelo.
- Hola, soy Chiara, cómo te llamas? - pregunté sonriendo tambien, intentando ignorar la tensión que había generado la chica al marchar, despues de todo, parecía valérselas sola muy bien. Ya me hubiera gustado tener ese carácter.
- Hola Chiara, me llamo Leia y..tengo cinco años! - dijo la niña. Toqué sus cabellos rubios, era muy suave y ella se acomodó contra mi. La madre pareció relajarse mientras la niña saludaba. Luego, reparó en Dave, parecía conocerlo. - Chico lobo! - dijo Leia mirándolo y llendo hacia él.

Fruncí el ceño ante la reacción de Alyss, sabía que iba a actuar así, no soportaba que la protegieran. No iría tras ella, solo empeoraría las cosas, suspiré, sabía que a esta hora las acromántulas ya habían vuelto de la partida de caza, y todos los centauros estaban aquí, por lo que si no se encontraba con algún diminuto ser del bosque no tendría problema, o con un boggart, aún que me imaginaba que estaba en el peor lugar. Se había atrevido a ir sola por el bosque, a pesar del miedo que le provocaba, lo más seguro era que no me dirigiera la palabra en bastante tiempo.
- Hola, pequeña!- Saludé recuperando el ánimo al ver a Leia saltando hacia mi.- Has crecido mucho, apenas medías como Rayth la última vez que te vi... Por cierto... ¿Está aquí?
La niña asintió con una sonrisa infantil y me llevó a toda prisa de la mano, sonreí, me encantaban los niños, eran tan curiosos... Seguí sus pasos no sin antes llevarme conmigo a Chiara.
Casi no pude aguantar la risa al ver a los dos gemelos, los más jóvenes de todos, pintando con colores llamativos como azul, verde y amarillo sobre el pelaje de Rayth, y este sin atreverse a poner resistencia. Di un ligero silbido y Rayth corrió hacia mi, este bicho crecía por días, consiguió tirarme al suelo(mentira, me dejé). Conseguí zafarme de él e inmovilizarlo, reí divertido.
- Bueno, Chiara ¿Qué te parece?- Pregunté librándome de nuevo de las zarpas de Rayth, se me había escapado.

Acompañé a Dave junto a la niña hasta llegar al... gato?
Miré con algo de sorpresa a un Rayth enorme que se abalanzaba sobre mi compañero y luego conseguía escapar juguetón. Pareció reparar en mí y acercarse con curiosidad.
Acerqué mi mano hacia él y éste olfateó, y expulsó aire, reconociendo el olor y lamiendo mi mano. Sonreí y acaricié su cabeza para luego mirar hacia su dueño.
- Parece que le caigo bien. - evité decir "me recuerda".. pero ahora había caído en que Dave había dicho a los centauros " la chica de la otra vez", fue algo inconsciente o era que me recordaba de verdad? Por otro lado, Dave no me habría mostrado esta aldea de no ser que confiara en mí. Parecía un poco contradictorio, pero era yo la que decía que no lo conocía..
- Esto es precioso, me quedaría a vivir aqui - sonreí, sentándome en un tronco que se hallaba junto a uno de los pequeños fuegos que había cerca de una de las tiendas de cuero. No daban ganas de volver a encerrarnos, pero estaba segura de que no me importaría tener una cama de verdad despues de haber dormido tan mal durante esas últimas semanas.
La niña corrió hasta su madre, contándole sobre los niños que habían pintado al tigre, pero mis ojos volvieron a Dave, observándolo. Apoyé mi mejilla sobre la mano, sintiendo la tranquilidad y los sonidos del bosque.
No me atreví a llamarlo, la confianza que había tenido alguna vez hacia él, ya no existía.

- Dave, Dave, una carrera!
- Sí, venga, no seas cagueta... ¿O es que tienes miedo de perder...?- Añadió el gemelo con voz socarrona.
Me deshice de mi camisa y rompí mi pantalón por las rodillas, me coloqué entre tras completar la semitransformación.
- A la de tres..... TRES!

Los tres competidores golpeamos el suelo con cuatro miembros, les di cierta ventaja hasta que comenzaron a fanfarronear, entonces decidí esforzarme un mínimo, me agazapé y comencé a aumentar la velocidad hasta ir al doble que ellos, hice un giro brusco al rededor de un árbol y los vi darse la vuelta y correr de vuelta. Me lancé a por ellos erguido sobre dos patas y cargué con los gemelos hasta la línea de meta.

- Hemos ganado nosotros!
- Sí, nadie dijo donde había que girar, hemos ganado nosotros.
Reí volviendo a mi forma humana e hice chocar sus cabezas levemente.
- Sois unos tramposos, pequeños cuadrúpedos.

- A por el lobo!- Anunció el de la izquierda. Al momento los dos comenzaron a darme coces con sus pequeñas pezuñas, no me hacían daño alguno, pero yo me lancé al suelo y comencé a quejarme de que me habían roto el bolsillo.

- Aahhh! Brutalidad animal! Esto es maltrato- Argumenté sin poder aguantar la risa. Me senté en el suelo dispuesto a contarles la aventura del día, esta vez les contaría como logré vencer al trol de bosque, y conseguir el sello Wishe, adoraban mis historias aun que no siempre fueran reales. Sonreí al verlos reír y dirigí una mirada a Chiara, invitándola a acercarse.- Si quieres podemos irnos ya, pareces cansada.

Observé la carrera y rei por el resultado que había tenido. Parecía que Dave tenía mucha confianza con esa gente, seguramente por eso me dijo que no solía estar por el castillo..que le buscara en el bosque.
Me di cuenta que me llamaba cuando dijo mi nombre y volví en mi, prestándonle atención.
- Ah.. no, tranquilo, aun puedo esperar si te quieres quedar un rato más - dije poniéndome en pie. Pero lo cierto es que podía notar que mis pies pocas fuerzas ya les quedaban para volver.
Los niños comenzaron a mirarme cuando me senté al lado del chico, incluso pude reir cuando me olfatearon el pelo.
- Eres novia de Dave? - dijo uno, examinándome con sus ojos al cruzarse de brazos. Parecía querer imitar a sus mayores.
- Si, eso, eres la chica del licántropo?
Parpadeé un poco, riendo por sus preguntas.
- No, no lo soy...
- Y por que? - preguntó el segundo, frunciendo el ceño- No hay nada que te guste de él?
Agrandé los ojos, sin esperarme ese tipo de preguntas.
- Eh... no sé, tampoco lo conozco tanto como para decir..- el primero me interrumpió.
- Dave no trae a cualquier chica aquí, no es tan dificil, no hay nada? - dijo la niña, acercándose con repentino interés romántico en su rostro.
Esta bien, comencé a sentirme algo incómoda. Mis cabellos comenzaron a teñirse de tonos verdosos.
- Vale chicos, esto empieza a ser algo extraño.. - miré hacia Dave y hacia las miradas de los niños, incansables. Suspiré- Lo capto, lo capto... - dije, y volví mis ojos al chico- eh... bueno.. están sus ojos.. me gustan.. su sonrisa es..genial, me anima con solo oir su risa - sonreí levemente. - Me gusta su espalda, sus manos..que sea quien es. Creo que está bien como está, me gusta como actúa. - desvié un poco la vista y miré hacia los niños, viendo una mezcla entre aprobación y aire soñador de Leia. Ésta última miró hacia Dave, sentándose a su lado.
- Y tú que piensas de Chiara? - preguntó sonriendo.

- ¿Su sonrisa?- Preguntó Tuck, pues así se llamaba uno de los gemelos. Plantó sus manos en mi cara deformándola hasta lograr conseguir algo parecido a una sonrisa.- Yo tampoco la veo tan bonita... Es un tipo raro... ¿Estás segura de lo que dices?
Volví mi mirada hacia Leia, después de que Tuck le contase como debía ser una sonrisa a su hermano Colv, según él, debía ser algo que inspirase temor a los demás, no felicidad, y que debía ser sucia y estar llena de colmillos, entre los dos acabaron creando a un monstruo imaginario escupe-fuego, que se llamase Dave. Me acerqué a la niña para susurrarle algo, realmente no me importaba que lo escuchase Chiara, pero era más divertido así.
- ¿Recuerdas lo que te conté?- Murmuré inclinándome hacia ella.- Sobre los lugares donde creía haber estado... ¿Lo recuerdas? Ya sabes, como mi cuarto, este mismo bosque, la tienda de bromas Zonko... Todos esos lugares, algo en mi interior, seguramente Loser, me hacía saber que aquella persona que perdí me había acompañado en esos sitios... Y sea o no Chiara la que perdí, ocupa a la perfección el lugar. Pero no, no creo que lleguemos a ser nada más que amigos... Quiero decir, ella es una buena amiga, o por lo menos eso creo, pero... No sé, no creo que pueda tener nada con ella, quiero decir... Soy un licántropo al fin y al cabo, no estoy hecho para humanas... Bueno- Terminé levantándome.- Hora de irnos, Chiara, ignora las quejas de los pequeños.
Me vino a la mente Alyss, sabía que no debía haberla despertado en el bosque, pero se habría escapado de Hogwarts sola, tendría que hablarlo con ella, pero sería mejor preparar algunos argumentos. Me saqué de la cabeza a Alyss y tomé la mano de chiara para guiarla por el bosque de camino a Hogwarts.
- No me has contestado a mi pregunta... ¿Tienes aún tu varita?- Volví a preguntar.- ¿Sabes si Alyss tiene la suya?

Me desilusioné al no oir ningún cumplido hacia mí por su parte. Estaba comenzando a acostumbrarme a esa sensación y a odiarme por sentirla.
Me solté de su mano con suavidad, pero lo seguí sin rechistar.
- Si, la tengo.. y creo que Alyss también, no creo que esa chica dejara que se la quitaran fácilmente. - respondí, mirando dónde pisaba con cuidado.
Si que parecía que estábamos muy lejos.. pero al menos ahora si podríamos ser amigos de verdad y podría verle cada día, suponía. Pronto empezarían las clases... y luego las vacaciones de invierno.. Y ya no tenía tantas ganas de estar con él. Apreté los puños, molesta por mis repentinos cambios de humor. Es que tendría que volverme loca?
Dejé pasar unos segundos más en silencio.
- Podrías haber dicho algo mejor - me quejé, sabiendo que hablaba sobre sus comentarios hacia mí cuando le preguntaron los niños. - Hablaste de aquella chica que no recuerdas, y de lo imposible sobre nuestra relación, no de mí.- no pude evitar volver a hacer lucir un poco de enfado. No tenía derecho a enfadarme con él, lo sabía, pero no podía evitarlo. - Déjalo, soy idiota por contestar preguntas de niños.
Me adelanté un poco, sabiendo el camino por donde llegaríamos a Hogwarts.