Lección 2. (Dave)

Necesitaba despejarme un poco y ya habían pasado unos cuantos días desde que pasó lo de... bueno.. lo de mis padres. Estar en un colegio privado como el de Hogwarts era bastante emocionante por el hecho de conocer mucha gente posiblemente interesante, añadiendo que estaba junto al bosque prohibido... lleno de criaturas... sólo hacía falta recordar ligeramente lo que había en ese lugar para que la adrenalina corriera por mis venas. Pero..plof, en todas las veces que había ido al bosque ni una sola criatura parecía estar cerca de los terrenos ni a media distancia.
Apreté un poco los puños mientras caminaba, impotente.
Qué pasaba con todas las criaturas? Dónde estaban? era ilógico que no se hallaran donde debían, sabía cuales eran las condiciones y los signos de habitabilidad cuando vivían en un área y las pistas y rastros no demostraban existencia reciente. Para colmo, sólo había conocido a dos personas en estos 3 días... tenía que poner un cartel de "Se busca gente para hablar"? o mejor un mensaje por Blackberry hubiera sido más efectivo?
Suspiré y detuve mis ojos en una tienda peculiar. Y tanto que peculiar, con verla, una sonrisa asomó por mis labios y mis pies aceleraron los pasos hasta entrar.
Ni bien abrí la puerta, un sin fin de objetos llamativos de todos colores y funciones estaban colocados en los estantes. La decoración era muy alegre y muchos de los muñecos o cosas hacían ruidos graciosos.
- Es genial... - dije observando entre los estantes cada pequeña mercancía con sus respectivos carteles y precio. Llevé mi mano a un antifaz multicolor que tapaba los ojos. "Cegaton", citaba en la targeta. Qué curioso.
Vi que algunos clientes se iban por una puerta trasera, supuse que era para probar los objetos que querías comprar.

Me miré al espejo del probador... Era genial, lo imitaba a la perfección, los ojos eran lo único anormal, eran de color rojo, en lugar de verde amarillento. Pero el pelo era como el mío, exactamente igual, miles de filamentos blancos recorrían mi cuerpo y mi cara había sido transformada en hocico, con centenas de colmillos, mis orejas eran en punta, y mis músculos se asemejaban más a los de un lobo. Era una cola de hombre lobo, un objeto de Zonko. Oh... Era tan genial que todos se lo creería. Salí del probador y me encontré con una chica... Conocida, si no fuera por que llevaba puesto el disfraz, me habría ruborizado. Me acerqué a ella, estaba mirando algo como un antifaz, puse una de mis garras en su hombro y le di la vuelta. estiré de la cola y volví a la normalidad, lo único que quedaba del disfraz, era una peluda cola artificial que estaba inerte en mi mano.

- Hola.- La saludé.- No sabía que eras aficionada a estas cosas... Pero si quieres, puedo enseñarte lo mejor de esta tienda.- Añadí con una sonrisa traviesa, dejando en un estante la cola de hombre lobo.

Me dirigí hacia la sección de pirotecnia, había miles de clases de petardos, bengalas y fuegos artificiales, pero mi favorito era el Enano de Tierra, un explosivo capaz de hacer un cráter tan grande como una persona, era la cosa más explosiva que había visto.

- Dime la verdad... ¿No te encanta hacer explotar las cosas? ¿O quemarlas? ¿O simplemente hacer que se lleven golpes...?- Pregunté sonriendo, parecería infantil, pero siempre me gusto hacer esas cosas.

Oí una voz conocida sin ver mucho más que negro. Llevaba el antifaz puesto y la verdad es que funcionaba bastante bien. Mi cuerpo echó chispas de adrenalina al notar sobre mi piel unas grandes garras. Emití un ruido de sorpresa y me giré, quitándome el antifaz a tiempo de ver cómo los rasgos de un lobo iban deshaciéndose hasta distinguir a..Dave. Oh dios, esto no es justo, lo hacía a propósito?
- Hola chico-lobo - dije sonriendo mientras metía el antifaz en la cesta.- la verdad es que no es extraño verme por lugares que puedan ser divertidos, así que creo que voy a aceptar tu invitación - afirmé mientras comenzaba a seguirle. Paseé la vista por los estantes de objetos ígneos sin mucho más interés que mirar las espaldas del chico. Era inevitable mirar cómo caminaba aunque me esforzara en atender lo que me enseñaba.
- Me gusta hacer arder a los demás - respondí riendo un poco mientras tocaba ligeramente los dedos de su mano cada vez que al balancerla cuando caminaba, jugaba a rozar sus dedos. - Dime, era un truco lo que te ha hecho licántropo antes? No tenías el mismo color de ojos que cuando me los enseñaste la otra vez.- recordé distraída.

- Es una cola de hombre-lobo, te convierte en uno, están muy bien echas, pero hay algunos detalles que deberían mejorar, creo que algún día deberías perseguirme transformada.- Dije divertido.

No me gustaba nada que me rozase de esa manera los dedos, no sabía que era lo que pretendía... ¿Quería cogerme la mano o solo jugaba? Noté como la sangre hervía en mi cara, desvié la mirada de sus ojos... ¿Por qué tenían que ser así? No era justo, seguro que ella no se ruborizaba cuando me miraba a los ojos o al rozarme.

- Eh... Pues... Para fastidiar a los demás lo mejor es eso de allí!- Dije alejándome rápidamente de sus roces, estirándome del cuello de la camisa, me apretaba mucho, o sería que no conseguía eliminar el rubor de mis mejillas?- Con esto puedes hacer que las suelas de los zapatos se vuelvan pegajosas.- Expliqué sin mirarla, al menos el color intenso había desaparecido de mi cara.

- Perseguirte transformada? - repetí riendo al imaginármelo- claro, si tu lo estás también podemos llegar a un acuerdo. Aunque creo que podría llegar a probarla incluso sin hacer un trato - dije emocionada, aunque sabia que no serían las mismas sensaciones que convertirme en un licántropo de verdad.
Me fijé en su actitud y miré hacia otro lado, deteniendo mi mano y mis pasos. Quizá era demasiado molesta..
Tragué saliva y espere unos segundos a seguirlo.
No, yo nunca me debía ajustar a nadie, yo era así, el contacto me gusta mucho..pero quizá tendría que mantener una distancia con él, parecía que se arrepentía de nuestro encuentro anterior.
Vamos, tampoco podía ser de otro modo si querías que fuera tu amigo, no?
- oh.. vaya, si que es una buena broma para utilizar en clase de vuelo, no? - dije sonriendo y mirando el calzado, aparentemente normal.

La miré serio, no era un tema normal para hablarlo aquí, pero me importaba bien poco lo que pensase la gente.
- Chiara... No te gustaría encontrarte conmigo así... Podría ser capaz de matarte, o algo peor... Podrías acabar como yo, no quiero que te pase eso.- Dije mirándola firmemente a los. Pero mi mirada seria se fue al garete en cuando me fijé en sus labios, el rubor recorrió de nuevo mi cara, quizás más que la vez anterior... No podía dejar de pensar en lo que pasó en mi habitación la última vez... Yo no me comportaba así normalmente, y muchísimo menos con alguien con quién pretendía tener una seria amistad.- Escucha, Chiara... Yo... Lo siento, no sé por qué actué así la última vez, normalmente no lo hago... Lo siento mucho, no debí hacerlo...
Noté como el color rojizo comenzaba a desaparecer... Eso era bueno, no? Dirigí la mirada de nuevo a los estantes, no sabía como actuar ante ella, era muy rara, no era normal... Y lo peor de todo era que me encantaba que fuera así.

Miré hacia sus ojos, arqueando las cejas ante la posibilidad.
- Es decisión mía correr el riesgo, se muy bien a lo que me enfrentaría... y deseo conocerte de las dos formas. No pretenderás que siendo que las criaturas son lo mío... me retraiga de verte así - respondí sin tapujos. Escondí mi pasión por los licántropos, no quería incomodarlo más de lo que estaba en ese momento, podía ver en sus ojos la inquietud.
Cuando volvió a hablar, sentí sus palabras como una jarra fría sobre mi piel. Quería decir que lo olvidara? Por qué se disculpaba, se estaba arrepintiendo? Porque había salido de su habitación sin explicaciones?
- Ah.. tranquilo - curvé un poco los labios durante unos pocos segundos, dirigiendo mi vista hacia un curioso pintalabios de chocolate. Vaya, creo que otra cosa para la cesta.
De repente, estar con ese chico se había tornado un poco incómodo..como siempre. Por qué? Si no le gustaba que se aguantara, no haberme seguido el juego.. - Supongo que las hormonas hacen malas pasadas - comenté sonriendo irónica. Eh! Chiara, contrólate, será tu amigo, mejor si no lo atraes!
Miré de reojo hacia Dave y mis labios se entornaron inconscientemente. Oh..merlín, no podía haber elegido a otro para una amistad? Entonces qué? luego de conseguir besarlo otra vez irás a por otro y este chico se enfadará contigo, como todos, no? Todos quieren ser dueños de tu cuerpo y de tu vida.
Aparté la vista al instante, apretando mis labios con tensión.
- Iré a probar un par de objetos - murmuré antes de darme la vuelta y llevar mi mano al estómago. Aun dolía.. si, el maldito tío que había conocido un mes antes de que mis padres me olvidaran. Poco digno de recordar el desgraciado que me había dado una paliza, aunque supongo que recibió su merecido al final. Supongo que estaría volando por los cielos como un globo durante muuchos dias.

Suspiré, era su decisión, y no podía hacer nada al respecto... En fin... Al menos ya me había disculpado por tratarla así de mal... Me sentía un tanto mejor, seguro que me había entendido, ella parecía haber besado a otros chicos antes que a mi, por lo que ya se habrían disculpado muchos chicos y estaría acostumbrada a no dar explicaciones.
- Claro, yo miraré lo que hay por aquí, quizás me interese algo... -Dije sonriente cuando se marchaba. Vigilé sus pasos hasta que la perdí de vista para poder pensar con tranquilidad.

¿Qué crees que estás haciendo, Dave?... Ella no es para ti, te disculpas... Pfff... Como si con eso fueras a arreglarlo...
Loser... No estoy de humor...
¡No me llames así, yo nos he salvado muchas veces, ¡No hay derecho a que me llames así!
Vale vale... Te llamaré Tobby...

Loser produjo un gruñido un tanto agresivo en mi interior, de pronto comencé a hiperventilar, necesitaba aire... Salí de la tienda dejando una rana bicéfala de goma, y me apoyé contra la pared de enfrente. Se me cortó la respiración... ¿Por qué se estaba vengando de esa manera? Solo nos hacía daño a los dos. Tosí, y noté algo tibio en mi boca... Escupí la sangre. Cerré los ojos con fuerza, buscando a Loser en mi mente... No lo encontraba, esto no podía ser bueno...

No tardé demasiado en probar esas dos cosas que tenía... pero ya no quería salir. No habían ganas.
Me senté en la banqueta y apoyé mi cabeza y el costado de mi cuerpo contra la pared helada, mirando el espejo que reflejaba a una chica que parecía simpática. Vestía una falda vaquera color beige cuyas puntillas blancas sobresalían bajo las telas, y una camiseta azul clara muy sencilla y ajustada. En los pies unas sandalias claras quedaban colgando por sobre el bolso blanco que había dejado en el suelo.
Miré hacia mis ojos al tiempo que recordaba que tenía que salir. Seguramente llevaba ahí más de diez minutos. Suspiré y me bajé del banco, corriendo la cortina para volver a pasear por la tienda. Pero al poco rato, me di cuenta de que Dave no estaba.. se habría ido?
Miré por el cristal del escaparate hacia la calle, encontrándolo. No dudé mucho en dejar el dinero en el mostrador y salir a su encuentro mientras guardaba mi compra en el bolso.
- Dave!.. menudo... - me paré en seco a su lado, viendo la sangre sobre el suelo cayendo de sus labios.- ..susto.
Posé una mano sobre su hombro, preocupada. Pasé de preguntar por su estado, era evidente que no estaba en condiciones.
- No te sientes bien.. necesitas ir a la enfermería? Te acompaño si quieres.. - sugerí, pero sabía que no era nada superficial. - Puedes contarme qué te pasa?

Sentí una mano en mi hombro, mi primera reacción debía ser de rechazo, pero al oír su voz, mis oídos se destaponaron... Como cuando el agua sale de los oídos tras dar un baño... Saqué de mi bolsillo un pañuelo de tela azul oscuro, con mis iniciales grabadas, ya estaba manchado de sangre seca... Me limpié los labios con él y miré a Chiara, no quería tener que contárselo, pero si discutíamos llevaba las de perder... Volví a sentir a Loser en mi mente, casi tuve ganas de abrazarlo. Perderle sería perder parte de mi.
- ¿Podemos sentarnos en algún sitio?- Pregunté apoyando en la pared, con debilidad, pero sin dejar mi sonrisa atrás.- Me gustaría hablar esto con tranquilidad.
¿Por qué seguía enfadado? No fue culpa mía... Yo no elegí que eso pasase, además, si no sabía nadar no era mi culpa... Además Alex tampoco pudo hacer nada, no dejaba que se acercase... No era justo, no era nada justo que la tomase conmigo... No tenía sentido. Y por si fuera poco, ahora me amenazaba con matar a mis amigos... ¿Por qué era así? Más de una vez lo amenacé con suicidarme para que se contuviera, no soportaba que se comportase así.

Miré su actitud debilitada y algo en mi interior se sintió responsable de que se hallara así... eso era preocupación, no?
- Claro, ahi hay un banco - dije señalando con la vista un pequeño banco de madera en el camino. Sin esperar a su contestación, lo ayudé a moverse hasta llegar y sentarnos.
Dudé en soltarlo...pero conseguí posar mis manos en mi regazo, dejando que pensara en decir lo que deseara. No iba a presionarlo más, o al menos iba a poner todo mi empeño en no hacerlo y aun estaba un tanto nerviosa por verlo de esa forma. Nunca había visto a alguien enfermo o soltando sangre..Las películas me gustaban, pero la realidad nunca era igual.
- Estas mejor? - pregunté, esperando a que me dijera lo que le había ocurrido.

Me tembló el labio inferior, una vez estuve en el banco, sentía ganas de ahogarme en mis lágrimas... No podía creerlo, no quería recordarlo... Yo no era de esa clase de personas, ¿Por qué me comporté así? Me abracé a Chiara sin poder evitarlo, noté que una lágrima cruzaba mi cara.
- Chiara... Soy un monstruo...- Susurré entre sollozos.
No podía olvidarlo, tenía que borrar ese recuerdo de mi mente... No podía... De verdad... Me era imposible, no podía dejar de recordar los ojos ciegos de aquel hombre, que lo último que sintió fue que lo tocase un monstruo como yo... Era un... Un demonio... Un ser asqueroso, no merecía que los demás me tratasen como igual.
- ¿Por qué tengo que ser... Esto?... ¿Por qué no puedo ser normal?- Pregunté sin esperanza.
No quería separarme de su abrazo, no quería alejarme de ella. Era como si el mundo se fuera a venir abajo su abría los ojos y no me encontraba pegado a ella, su olor me tranquilizaba.

Tragué saliva al ver que sus ojos se humedecían.
- Dave... tranquilo.. - sentí cómo me abrazaba. Y en un momento me sorprendí, habiendo creído que no le gustaba que lo tocara. Correspondí su abrazo sin pensarlo mucho, sintiendo sus sollozos contra mi cuerpo. Acaricié su espalda con lentitud, todo él me obligaba a ir con cuidado.
- No eres un monstruo... para nada.. sabes la de criaturas que matamos los magos? Son acaso ellos menos que nosotros? Sus vidas son tomadas menos en cuenta? - pregunté en voz baja.- Nunca te arrepientas de lo que eres, sólo de lo que hagas.. y si haces algo mal, de eso se aprende, como todos. No te culpes, es tu naturaleza... deberías estar orgulloso de quien eres - me separé apenas un poco para mirar sus ojos, sonriendo ligeramente.
- Yo veo a un chico bastante bueno, no veo nada malo en tí. Tienes que mantener seguridad en ti mismo, es la manera de que tu otra parte confíe en tí. Cuando vea una debilidad... sabrá que él puede hacerlo mejor. Tienes que hacerte amigo de tu lobo. Sólo tú puedes encontrar un equilibrio.- susurré, posando mi mano en donde recordaba la cicatriz.

La miré con los ojos humedecidos, apartando las manos lentamente. No sabía por qué era así conmigo, cualquier otro me habría llevado al ministerio por asesino, bueno, por cómplice. Sus ojos me hacían tranquilizarme, recordar que era también humano, y que podía controlarme tan bien como un humano normal.
- ¿Por qué eres así conmigo?- Pregunté frotándome los ojos- ¿Por qué no me temiste cuando te dije... Lo que era? ¿Por qué te comportas de ese modo conmigo? No eres una chica normal... No me refiero a tu don... Quiero decir, que no tienes una actitud como las demás personas... Lo haces todo como si no te importase de donde vienes... Quiero decir, siento... Como si no quisieras separarte de este sitio, de Hogwarts... Y de todos donde nos veamos... Es como si... Como si no quisieras volver... A casa.- Dije con la respiración entre cortada. Loser aun no me dirigía la palabra, estaba enfadado, muy enfadado.
Pensé en lo que me dijo, no era fácil entablar una amistad con alguien que quería matar a todos a su paso. Era como si no quisiera acercarse a mi, como si odiase mi existencia.
- No podré hacerlo... Es un ser... Completamente diferente a mi...- Dije con la autoestima baja, en ese momento me consideraba el más débil de los dos, cuando normalmente era lo contrario.

Dejé que hablara y esperé a que me dijera todo lo que necesitara. Desde luego, este chico hacía que mi comportamiento variara a actitudes que nunca habría tenido de no ser que esta vez mis objetivos eran otros. Nunca se abandonaría a un amigo que estuviera en problemas..
- Los licántropos... son mis criaturas favoritas. Son mi pasión.. claro que puedo llegar a tener miedo alguna vez, pero nunca va a ser tan grande como lo que siento.. cuando los veo- murmuré la última frase, mirando a sus ojos. Pestañeé, esforzándome en controlarme y tomar consciencia.
- Ya no me queda otro lugar al que volver..supongo que el labor de un funcionario sobre borrar los recuerdos de la existencia de los demás es algo habitual.. cosas que pasan - comenté quitando importancia. No era el momento de poner la situación más tensa.
- Si puedes hacerlo Dave, estoy segura de ello - sonreí- sabes que el lobo que vive en tí se generó a partir de ti mismo, sólo tú puedes comprenderlo... encontrarás el modo.
Lo solté, dejando de abrazarlo con suavidad y mirando hacia mis pies para recuperar lo poco que había caido al recordar el por qué de mi estancia ahí.

Fruncí ligeramente el ceño, no entendía la mitad de cosas que decía, pero no me gustaba mucho la idea de que le gustasen los licántropos hasta tal punto. Temía que saliese en luna llena al bosque sola, pero ya lo dijo la vez anterior, quería verme transformado... ¿Por qué todos eran tan temerarios? ¿No se daban cuenta de la situación?
- Chiara...- Dije una vez me tranquilicé.- Gracias... No entiendo por qué recibo tanto apoyo por tu parte después de... Bueno, después de lo que ocurrió la última vez...
Desvié la mirada, no entendía aun como pude actuar así, era algo imperdonable para un Wishe... Que asco de... ¿Qué? Wo wo wo... Un momento, repite eso, ¿Cómo que borrar la memoria?
- ¿Quién borró la memoria a quién?- Pregunté confuso.
Me separé de ella lo suficiente como para poder subir las piernas al banco, me abracé a mis rodillas y apoyé la cabeza en estás mirándola, pero realmente estaba mirando a mi interior.

Loser... ¿Estás ahí?... Loser... Lo siento... No fue mi culpa lo que ocurrió, ambos sabemos quién era... Los dos sabes que ha regresado para buscar un nuevo amo... ¿Por qué te enfadas conmigo?

Era mi presa...

Sus palabras fueron arrastradas, y con malicia típica de Loser, pero aun seguía sabiendo que no era justo, yo no pude hacer nada para evitarlo, simplemente... Pasó.

- Chiara... ¿Crees que hice bien al...? Quiero decir... ¿Crees que está bien lo que pasó?- Pregunté mirándola fijamente, maldita inexperiencia, jugándome malas pasadas desde... ¿Siempre?

- Lo que ocurrió la última vez... hablas como si me hubieras hecho algo malo, no veo nada mal en lo que hicimos en tu habitación ni me arrepiento de lo que pasó- esta bien, quizá no fuera la forma mas delicada de decirlo, pero no tenía de qué avergonzarme. Volvería a repetirlo de no ser que me estuviera controlando con él.
Hice una mueca; al final tendría que contárselo. Seguía pensando que no era el momento oportuno, pero había pocos momentos en los que no estuviera lo suficientemente lúcida.
- Mis verdaderos padres me abandonaron, tenía padres adoptivos... ellos eran muggles y no tenían ni idea sobre la existencia de la magia hasta que comencé a desarrollar mis poderes.. Por suerte me aceptaron tal y como era y el ministerio no supo de mi existencia hasta que... bueno.. hice un conjuro sin querer..me detectaron y fueron a mi casa..- susurré, recordado cada instante con vivacidad. - cuando volví del instituto, mis padres ya no me recordaban.. asi que decidí ir al último lugar que me quedaba.- abrí el bolso, sacando la carta de Hogwarts- Parece como si lo hubieran sabido..como si hubieran esperado a mandármela en el momento en que lo necesité- sonreí ligeramente, evitando decir todas las penurias. No era agradable contar eso. - Espero encontrar alguna forma de recuperar a mis padres y creo que las respuestas aparecerán.. todo es cuestión de buscarlas. Esto... encontrarte incluso a tí, debía de pasar..- sino me hubieran olvidado, no habría venido nunca a Hogwarts, ni sería reconocida como bruja..
- Lo que hiciste? - pregunté sin comprender a qué se refería - ..besarme?

Me esperaba una respuesta como esa. Pero yo no era de esa clase de personas, no era de los que se besaban con una chica y luego hicieran como si nada, y mucho menos si era la primera. Por mi orgullo Wishe, que se lo compensaría... Orgullo Wishe... ¡Oh! Por supuesto, podría compensárselo invitándola a casa un tiempo, aun quedaba un mes de vacaciones, y seguramente estar en Hogwarts sin poder hacer nada era un poco muy aburrido.
- Bueno... Creo que debería pagártelo de alguna manera... No me sabe bien- Dije torciendo el gesto.- Dentro de poco tengo que volver a Escocia, con mi familia, y por supuesto, quedas cordialmente invitada.
Sonreí, había recuperado el color, un poco más intenso de lo normal por decirle esto último, pero al menos ya no parecía un enfermo. Desapareció enseguida, a la par que mi sonrisa. ¿Era verdad?... Sí... No había mentira en sus ojos. Posé una mano en su hombro y la miré fijamente.
- Chiara... Sabes que puedes contar conmigo... Para lo que sea... Extrañamente, me siento unido a ti, y si necesitas un techo... Un amigo... Cualquier cosa... No dudes en avisarme.- Dije sin apartar la mirada de sus ojos.
Desvié el rumbo de mi visión al oír la última palabra, volviendo a tener el rojo característico de mi nerviosismo.
- Esto... Creo que lo mejor sería olvidarlo... Quiero decir... No... No lo malinterpretes.- Agh... Que mal se me daba eso de juntar palabras para formar frases.- No digo que no me gustase... Ni mucho menos, pero... No sé si estoy preparado de verdad para esos temas.

Me quedé algo sorprendida por su ofrecimiento y sonreí agradecida.
- Gracias Dave... me gustaría acompañarte, claro que acepto - dije aun sonriendo. Al menos, ya no tendría que pensar en dónde ir si tenía que salir del Colegio o quedarme sola en navidades si todos se iban..e ir con Dave no sonaba nada mal. No me importaba no conocerlo lo suficiente como para decir que si, no era de las desconfiadas y también podía notar que entre nosotros había alguna conexión.
Curvé un poco más mis labios ante sus palabras, de verdad necesitaba ese apoyo ahora... y no lo iba a conseguir en un rollo de una noche. Pero.. cada vez que decía algo, no podía evitar pensar más allá de sus palabras.
- Tú también puedes contar conmigo, para lo que necesites...me esforzaré en ayudarte en lo que pueda - respondí sin desviar mis ojos de los de él. Mi mano fue inconscientemente hasta la que él posaba en mi hombro.
Me incliné atraída hacia él, sonriendo ligeramente y giré su rostro hacia mí con la mano libre.
- A mi también me gustó..-corté sus palabras, cerca de su rostro- cómo sabes si estás preparado o no si no sigues probándolo? - susurré.

La miré a los ojos, vale eso ya era para que me sonrojara más, no? O por lo menos lo había conseguido. Lo peor no era eso, sino que no podía apartar la mirada de sus ojos. Otra vez esa sensación... La misma que la otra vez... Cerré los ojos y los volví a abrir, enfocando la vista en sus labios. Contrólate, Dave, tú puedes controlarte si lo deseas, no hagas ninguna estupidez... Me acerqué a ella tanto como podía, hasta que nuestras frentes se juntaron, seguí mirando sus labios, ¿Me había pedido que la besara? Pero... No me atrevía a hacerlo.
- Chiara...- Susurré. Una sonrisa se escapó de mis labios al pensar en lo que iba a decir- Me gusta sentir tu respiración tan cerca...
No pude evitar llevar una mano hacia uno de sus pómulos, y acariciarlo suavemente... ¿Por qué tenía que pasarme eso a mi? Vale, era cierto que no era chica normal, pero... ¿Por qué me hacía ese efecto? No estaba enamorado de ella... Bueno eso creía, no sabía como era enamorarse, pero no me atrevía a preguntárselo.
- No debiste besarme aquella vez... Ahora mis labios ansían el contacto con los tuyos...- Susurré apartando la mano despacio.
Cerré los ojos, no me atrevía a hacerlo, no quería que me rechazara, temía que no le gustase esta vez... Además, aquí podía vernos cualquiera.

Curvé mis labios cuando oí esas palabras escapar de él y cerré los ojos cuando sentí su mano en mi mejilla.
- Siento lo mismo... - respondí, apretando un poco la mano que sostenía en mi hombro. Incliné mi cabeza hacia un lado lentamente, rozando sus labios apenas unos segundos, pero aparté el rostro hacia otro lado. Mi respiración se había alterado otra vez.
Dejé los gritos de mi consciencia ahogados en el fondo de mi mente mientras me levantaba del banco y me sentaba en su regazo. Apoyé el costado de mi cuerpo contra el suyo, aferrando la tela de su ropa para acercarlo a mí.
- Tienes miedo de besarme otra vez - susurré en sus labios, presionándolos con los míos suavemente varias veces, sin llegar a abrirlos. Dejé de hacerlo cuando noté que quería más, dejándolo con las ganas. Me aparté unos centímetros, respirando agitada en su cuello.

Sentí como cada partícula de mi cuerpo se activaba, sus besos eran definitivamente mi droga, mi bebida, eran lo único que me saciaba de verdad. Los adoraba. Realmente adoraba todo de ella, su forma de hablarme, de conseguir ruborizarme, de levantarme el ánimo, era prácticamente genial, mi chica perfecta, sin duda.
Por un momento dude en apartarme cuando se sentó en mi regazo, pero en lugar de ello pasé mis brazos por su cintura, atraiéndola a mi.
- Chiara...- Susurré tras los ligeros roces.- ¿Qué pretendes con esos besos? ¿Acaso quieres dejarme hechizado para siempre?- Una sonrisa acompañada de cierto rubor se asomó en mi cara, yo no solía decir esas cosas...- Acabarás mi chica favorita de todo Hogwarts si sigues así...
Reí sin que el color abandonase mis pómulos y frente y aparte un mechón de pelo de su cara, observándola.
- Eres hermosa.- Dije casi en un susurro.

La hechizada era yo... tan poca fuerza de voluntad tenía con ese chico? No podía evitar desearlo todo el tiempo. Nunca era suficiente la cercanía hacia él... y no estaba acostumbrada. Solía jugar con ellos.. pero parecía que no podía ni pensar en jugar con él.
Me reí levemente, sin apartarme de su cuello.
- Lo siento, quizá no te tendría que haber besado.. - sentí cómo me rodeaba. Aquello me tranquilizó, necesitaba estar así... No, yo no necesito a nadie. Pero entonces por qué me sentía tan bien?.. Desde que me había ido de mi casa necesitaba algo asi.. Chiara, no encontraras abrazos de este tipo en tus entretenimientos.
- Tu chica favorita? - susurré en su piel. Habría mas chicas interesadas en Dave, eso seguro.. bueno, no es que me importara. Por qué iba a importarme?
Sonreí.
- Creo que tú serás mi chico favorito también- hablé sobre su cuello, besando su piel mientras deslizaba una de sus manos con la mía por mi cadera.

Algo en mi interior me hizo sentirme muchísimo mejor al oírla hablar, pero entonces... En ese momento de "tranquilidad" me vino a la cabeza, si no había vivido en el mundo mágico, no sabría nada de la ropa adecuada para las ocasiones, seguramente no trajo túnicas en su maleta, dado que vino a Hogwarts el mismo día que ocurrió eso...
- ¡Chiara! - Dije con emoción.- Tenemos que ir de compras, ahora mismo. Seguramente no tienes túnica de gala, y quiero que todos la llevéis cuando vengáis a Escocia.- Dije sonriente.- Ven, vamos.
Sin esperar su respuesta la llevé de la mano hacia la mejor tienda que conocía de Hogsmeade, allí compraba mis túnicas normalmente. Seguro que tenían una perfecta para Chiara.
- Aquí, es...- Dije al ver el escaparate con un túnica negra y blanca de hombre y una de color claro de mujer. El letrero mágico anunciaba el nombre cosido un una aguja que lo bordaba en la madera una y otra vez.- Seguro que tienen algo perfecto para ti.
La arrastré a la tienda, y saludé a la dueña, una mujer algo baja, de cabellos rubios y ojos claros. La conocía de sobra, desde los trece años había visitado esta tienda para adquirir ropa.
- ¿Otra vez por aquí, Dave?- Me saludó con voz maternal.- Veo que vienes acompañado, y seguramente buscaréis algo de indumentaria para ocasiones, claro... ¿Para que sino habríais venido? ¿Quién irá primero?

- Ella.- Dije mirando a Chiara.- Yo aun conservo la que compré en marzo, me sigue gustando mucho esa, y aun no sé como la hiciste, no es precisamente un trabajo fácil.

Mientras que la mujer se llevaba a Chiara hacia los probadores yo fui a ver al duende de la tienda, que se encargaba de los pagos. Le indiqué que tomara el dinero necesario de mi cámara, habría suficiente como para comprar la tienda entera, por lo que problema.

Puse los ojos en blanco mientras ya estaba siendo arrastrada hacia una tienda. Por qué ibamos a una tienda de ropa tan de repente?
En fin.. supongo que tendría que resignarme, parecía emocionado por las compras. Me rei en silencio, no esperaba que fuera ese su hobby.
Seguí sus pasos, sintiendo su mano en la mia. Por favor.. eso era cruel.. estaba tan bien antes... y ahora tenia que ir de compras de repente.
Observé que la vendedora era conocida para él, la saludé en cuanto me encomendó a ella y la seguí hasta uno de los probadores.
- Tu pelo es rojizo, te vendría bien un tono color perla en la tela - dijo la vendedora, posando un par de trozos de recortes junto a mi. - El tono de tu piel también es muy blanco asi que realzaremos más los ojos turquesa.
La mujer sonrió ante mi expresión de incomprensión y salió del mostrador en busca de lo que supuse que serían más telas.
Suspiré y me senté en el banco, frente al espejo. No me gustaba ir a comprar ropa, pero si iba a necesitarla para ir a Escocia, me aguantaría..
Pronto volvió la señora y colocó unas cuantas perchas con sus respectivas prendas.
- Pruébatelas- me giñó y desapareció tras las las cortinas.
Me levanté y comencé por la primera, desvistiéndome primero. Me parecían todas iguales, pero la que más me llamaba la atención era una que se ajustaba a mi cintura y luego caía suavemente. El broche delantero para prenderla era de delicadas filigranas y se ajustaba con cintas en la espalda. Tenía grabados dorados muy suaves, era realmente bonito ese vestido.
- Dave, puedes ayudarme? No puedo atarme las cuerdas de la espalda - murmuré corriendo un poco la cortina y haciendole señas para que entrara.