Shh {Alexander}

Aquel día estaba resultando el mas aburrido que habia tenido desde mi llegada a hogwarts, nada que hacer, nadie con quien divertirme, no se por que, pero derrepente a mi mente llegaron recuerdos de unos días atras, en el pasillo del 5to piso, mi encuentro con la leona de grinffindor aun bailaba entre mis ideas. Algo extraño me habia ocurrido ese día, la primera vez que intente robar un beso, fue para molestarla, queria verla enojada, pero la vez suguiente, en los pasillos fue muy distinta, lo que queria era besarla, queria sentir sus labios, y casi me asfixie con la sensacion de su aliento en los mios, la idea de estar jugando con fuego era perturvadora y exitante a la vez.
Tan ensimismado me encontraba yo en mis pensamientos, que no me di cuenta que me encontraba en la puerta de la biblioteca al detenerme, observe por un segundo el interior, parecia decierto, pero algo dentro de mi, un impulso irracional, me decia que entrara, y en estos años había aprendido a siempre confiar en mi instinto, sin pensarlo más me lance en el interior. Comence a recorrer el lugar en silencio, creo que de todos los sitios en el castillo, este era el que menos había visitado. Cuando comenzaba a pensarr que realente estabamos solo yo y la bibliotecaria, la vi, escondida en la mesa mas oculta de la sala, justo la persona que me parecia mas divertido encontrar en estos momentos. En silencio me acerque y me sente a su lado, sin decir nada, esperando que ella notara mi precensia.

La vi debiar la mirada de mi al notarme, volvio a sus papeles, pero su pluma quedo balanceandose sobre el pergamino sin escribir, aunque trataba de ocultarlo, ya tenia su atencion.
- Sabias que aun no se tu nombre leonsita? - Susurre mis palabras, no queria que la bibliotecaria interrumpirá para llamarnos la atencion.

Me incline ligeramente sobre la mesa, apoyando los codos en ella, y gire la parte superior de mi cuerpo en su direccion.
- ¿como hiciste para lidiar con las ganas de besarme el otro día? - Pregunté con aire divertido, mi boca estaba torcida en una sonrisa, ella seguia sin mirarme pero su pergamino tenia las mismas palabras que cuando la interrmpi, ella había perdido ya su concentración.

Lo observé a los ojos, esta vez ya no me molestaría en volver mi atención a mi hoja de trabajo, ya me había desconcentrado. Claro que no le daría el placer de hacérselo saber. ¿Por qué siempre preguntaba todo tan directamente? Es decir, me agradaba que la gente fuera clara y directa, pero nunca había conocido a alguien como él. Pensándolo bien, todavía ni yo entendía como me había resistido a besarlo el otro día - aunque claramente jamás le admitiría que moría por hacerlo. Bajé mi vista hacia su sonrisa y luego la volví a sus ojos. Supongo que fue que la parte de mi cerebro que gritaba venganza pudo más contra la parte que decía bésalo.

- Simple, no tenía ganas de besarte. Que tu quisieras besarme a mí no significaba que yo a ti sí - respondí, con una media sonrisa aflorando sobre mis labios. Últimamente me estaba volviendo buena en esto de mentir.

Otra vez me dedico aquella media sonrisa suya, me encantaba, como si me estuviera desafiando a continuar, una invitación a intentar hacerle algo.
- No necesito leer tu mente para saber que mientes - dije aun sonriendo - La parte de ti que le gusta ser una chica buena no te dejo? - Estire mi mano y aleje su tarea, ella parecia haberse resignado a continuar, pero no queria qur usara sus pergaminos para desviar su atencion de mi persona.

Mi rostro permaneció inmutable ante su afirmación, no se lo negué pero tampoco le concedí la razón. Observé como apartaba los apuntes de mí, me pregunté el por qué, aunque no me interesaba demasiado. Después de todo, si quería continuar con ellos simplemente tenía que tomarlos y seguir. Me enfoqué en su pregunta ¿mi parte de chica buena? Negué suavemente.

- No lo creo, esa parte de mí es casi inexistente cuando estoy contigo - le hice saber, no muy segura de por qué. Era cierto, es decir, no me comportaba con nadie en el modo que lo hacía con él. El slytherin sacaba no sé si todo lo peor de mí, pero al menos sí una gran parte. Era otra persona cuando me encontraba con la serpiente, no había rastros de la dulce y linda Sophie.

Estaba seguro que aquella afirmacion habia escapado de sus labios antes de que tuviese tiempo de pensarla. Mi sonrisa se ensancho.
- ¿lo peor? - Repeti en tono algo burlesco - yo no lo creo - levante mi mano, teniendo cuidado de hacerlo lento, no queria que ella lo sintiese como un ataque, puse mi mano en el costado de su cabeza, sozbre su cabello- yo creo que no - deslice mis dedos por su cabello con savidad - yo creo que solo son emociones que estas acostumbrada a reprimir - mis dedos encontraron su rostro, tocando suavemente su piel, era suave al tacto - rabia... - Mis dedos recorrieron los de su mandibula - coraje... - Mi voz se hizo mas profunda, mis dedos jugaron en su menton - deseo... - la yema de mis dedos roso su labios, mis ojos fijos en los suyos en todo momento, atentos a cualquier reaccion suya.

Me quede estático algunos instantes, de todas las reacciones que imagine de ella, ninguna era aquella. Tras asimilar la situacion, reaccione de la unica forma que pude, rei, una carcajada escapó de mi, y me costo bastante trabajo ahogarla.
- eres realmente unica - le dije con alegria, podia sentir como estaba perdiendo el tercer asalto, pero bien lo valia, lo estaba pasando en grande.
- Dime un lugar que te gustaría conocer - le dije con tranquilidad, dejando mi reciente fracaso a un lado.

Escuché como una carcajada escapaba de sus labios. Oh, no era un secreto el hecho de que todo esto le parecía divertido y a mí en parte también, aunque no creo que en el mismo sentido que a él. Aun así no me imaginé que reiría, esperé a que hablara de nuevo, cosa que no tardó en hacer.

- Todos lo somos a nuestra manera - le respondí. Tampoco conocía a alguien como él. Era obvio, si todos fueramos iguales la vida tendría menos sentido de lo que tenía ahora. Continué mirándolo con curiosidad esta vez - ¿Y a qué viene esa pregunta? - inquirí. El slytherin no me parecía del tipo que le interesara conocer mis gustos.

Una vez logre controlar del todo la risa del momento, la observé de nuevo, la chica estaba ligeramente menos a la defensiva que en nuestros anteriores encuentros, ¿eso era bueno?, ya habria tiempo para averiguarlo.
- Iremos a dar un pequeño paseo, para conocerte mejor - dije en tono divertido - dime un lugar, cualquiera... - Espere, ansioso, su respuesta

Dudé ligeramente de si aceptar su proposición o no ¿Cómo pensaba salir de Hogwarts si no podía desaparecerse alli? Luego de meditarlo unos instantes, decidí seguirle el juego. Después de todo, estaría alerta. No permitiría que me pasara nada. Lo miré con una chispa de diversión en mis ojos.

- De acuerdo, quiero ir a la selva. Tú elige cual - le dije, todavía susurrando, con una sonrisa aflorando de mis labios. Me intrigaba saber a donde me llevaría, esto era completamente nuevo para mí. Me pareció curioso que la bibliotecaria todavía no hubiera venido a retarnos; es decir no estabamos hablando en voz alta, pero al estar el lugar abandonado seguro que se escuchaba todo.

No reprimi mi sonrisa ante su afirmativa, me acodome en mi asiento y la mire sonriente, de un momento a otro todo a nuestro alrededor comenzo a difuminarse, como su ubiese estado construido que arena que ahora cedia al viento, en solo unos instantes solo quedo oscuridad a nuestro alrededor.
- comencemos - le dije con media sonrisa en mis labios, trazos de luz comenzaron a rodearnos, lineas que apatecian dibujadas pot una mano invisible en la oscuridad que nos rodeaba. Las lineas comenzaron a dividirse y entrelazarse, formanfo patrones cada vez mas complejos, de a poco aparecio el color, verde y cafe al comienzo, miles de tonalidades les siguieron luego, llego el olor, tierra mojada, humedad e infinidad de pequeños aromas a plantas y hiervas, finalmente, el sonido, pajaros lejanos y hojas moviendose al viento, un concierto de incectos como música de fondo. La obra estaba completa, ella ya no estaba en la biblioteca, ni en el castillo.
- Bienvenida a la selva Sophie - mi voz sono desde todas dierecciones, yo ya no estaba a su lado, no me moleste en explicarle que todo el tiempo supe su nombre, entre en su mente junto al lago hace ya semanas.

Observé su sonrisa y luego noté como todo comenzaba a cambiar, la biblioteca desapareció y solamente quedó oscuridad. Oh, claro, debería de haberme dado cuenta que haría uno de sus jueguitos mentales. Me quedé observando todo a mi alrededor durante de unos instantes hasta que vi como retazos de luces de colores comenzaban a aparecer, exterminando la oscuridad en su camino. Poco a poco iba notando como cada linea se mezclaba con la otra y empezaban a formar figuras, muy simples al comienzo pero que luego empezaron a ser más nítidas. Seguido a eso comenzé a sentir aves cantando y el ruido de los insectos, la humedad era sofocante. Y de pronto, me encontraba en el medio de la selva.

Oí su voz retumbar desde todas partes, él ya no se encontraba más a mi lado. Claro que había sido una ilusa al creer que de verdad no sabía mi nombre, el presentimiento de que lo había averiguado sacándolo de mi mente era real. O al menos era lo único que se me ocurría. Di un par de vueltas, observando fascinada todo a mi alrededor.

- Gracias, aunque dejame decirte que es trampa si no te puedo ver - le dije, atenta a los hechos que estarían por llevarse a cabo.

Desde atras de ella aparecieron mis brazos, atrapandola desde la cintura y trayendola a mi, la envolvi en un abrazo desde atras, capturandola para mi, acomode mi cabeza en su hombro y le susurre al oido.
- ¿mejor así? - mis labios estaban tan cerca de su oido que mi aliento debio hacerle cosquillas.
- Estamos en tu popria junga, diseñad exclusivamente para ti. - Mantuve mus brazos firmes en su cintura..

Todavía estaba admirando la jungla cuando sentí que dos brazos me atrapaban por la cintura y me atraían hacia ellos. Eso no me lo esperaba, aunque ahora que lo pensaba debería de haberlo hecho. Típico de él. Decidí dejarlo así por un rato, sentí que me susurraba al oído tan cerca que me hizo cosquillas.

- No estoy segura - le respondí pero tampoco hice nada para soltarme - Oh, ¿se supone que me debo sentir alagada? - comenté con algo de ironía en mi voz. De todos modos, el lugar me gustaba, no tenía nada que envidiarle a las otras junglas. Me pregunté cual sería el propósito del Slytherin en todo esto, por que no era algo que hicera todos los días supongo.

La mantuve con firmeza, pero sin fuerza, la observe admirar aquel lugar que había creado para ella, parecia algo sorprendida, pero me pregunte si le gustaba.
- Eso depende - le dije en un susurro, sin aviso puse mis labios en la piel de su cuello, era tersa y olia maravillosamente. No le di tiempo de reaccionar, mis labios abandoraron su piel tan rapido como la atraparon, un beso corto - Solo si te gusta - agrege sin alejarme demaciado de su cuello, el tono de la pregunta era ambiguo, sin dejar claro si me referia a la jungla en su honor, o a lo que había hecho en su cuello.

¿Depende de qué? me pregunté en mi interior. Había dejado de estar alerta, por lo que no me preparé para que me embistiera de esa manera. Me invadió un pequeño escalofrío y no tuve tiempo de apartarlo porque ya lo había hecho él por sí mismo. Alzé una ceja pero sonreí de costado, no supe como reaccionar a aquello y él sabía que si lo hubiera hecho más prolongado lo iba a apartar. Su pregunta no había sido muy clara, asique decidí responderle a ambas cosas.

- El lugar sí - comenté inhalando el puro aire a mi alrededor - Tú, por otra parte, no - exhalé y lo miré de reojo.

La mantuve sujeta, estaba casi seguro que de haber continuado, ella me abría apartado, pero pude sentir su cuerpo tensarse en un escalofrió, eso ella no podía negarlo aun cuando su orgullo jamas le permitiría admitirlo.
- A veces olvido lo orgullo que eres - le dije en tono divertido, sin dejar de susurrar - Pero no te creo - Ella me miraba de reojo, le sostuve la mirada, aun sujeto a su cintura - Creo que no quieres admitir que te pasan cosas conmigo - le dije con mi caracteristica media sonrisa.

Mi sonrisa se ensanchó un poco más ¿Que me pasaban cosas con él? Antes muerta, la serpiente no sabía diferenciar el juego de la realidad. Claro que era un poco orgullosa, pero eso no tenía nada que ver en este caso. Cualquiera pensaría lo mismo que yo, era cuestión de sentido común. Me di la vuelta para mirarlo de frente, mis ojos emitían un brillo desafiante.

- Creo que tú eres el que no quiere admitir que no me pasa nada contigo y te empeñas tanto en insistir porque en realidad te gustaría que pasara - le dije sin sacarle la vista de encima. Mis reacciones eran normales, es decir no podía evitar que me diera un escalofrío si él se me acercaba así, aunque eso preferí callarlo.

Tome su cintura y la gire, dejandola de frente a mi, pero sin permitir que se alejara, mi mirada aun la desafiaba, ella respondia con la misma intensidad.
- Pruebalo - le dije con media sonrisa en mis labios - Besame y prueba que no te pasa nada - le dije en todo desafiante. A nuestro alrededor, las hojas se movieron por una brilla inexistente, las hojas parecieron susurrar mientras se rozaban entre ellas.

No pude evitar hacer una mueca, podía divertirme mucho, pero en realidad la idea de besarlo no terminaba de convencerme del todo. Sentí las hojas agitarse levemente, como si ellas también me estuvieran desafiando a besarlo. Rodé mis ojos por lo irónico, o quizás no tanto, del asunto.

- No tengo por qué probarte nada - le dije con suficiencia en mi voz. Era cierto, no le debía nada a él y no tenía por qué besarlo quisiera o no. Pude sentir como mis mejillas se sonrojaban ligeramente mientras lo observaba. Oh, de nuevo no por favor, detestaba ruborizarme.