Golosinas Ácidas (Perse)

Hacía días que quería comer alguna golosina. Claro, podía ir a la cocina del colegio y pedir algo, pero no era lo mismo. Además me interesaba bastante como era la creación y distribución de las golosinas, de alguna manera tendrían que hacer que fueran tan especiales como eran. Y a pesar de todo yo no prefería tanto las golosinas dulces, sino más bien las ácidas o con un deje amargo en la boca, lo encontraba mucho más especial que el dulzor que a tanta gente le gustaban.
Entre por la puerta, el olor a dulce invadía el lugar, era agradable la verdad. Me acerqué al mostrador y dije con sonrisa amable.
-Disculpe, estoy buscando alguna golosina ácida, ¿tiene?-

Miré a la dependienta por un momento más detenidamente. La conocía, había salido el año anterior, comencé a hacer memoria para recordar su nombre. Tomé una de las muestras que me ofrecía y le sonreí.

-Gracias-dije con voz alegre.-Tu eres Avery, ¿no? Saliste el año pasado si no me equivoco, eras Slytherine, igual que yo.

Probé la golosina. Cerré mis ojos al probarla y sonreí contenta: Ácida. Definitivamente era exquisita. Además si ella trabajaba ahí alomejor podría explicarme lo de las golosinas, esa era una muy buena oportunidad.

-Soy Leticia, Leticia Herondale, estoy en sexto. Pues las cosas en el colegio están igual que siempre, las rivalidades de las casas y las hormonas flotando por todos lados.-reí y note que parecía incómoda al sentarse, pero no dije nada, aunque mi curiosidad picaba.-Este dulce está de verdad muy bueno, siempre me he preguntado si hacer golosinas se parece a hacer pociones... sería genial hacer un dulce, que no se, te sirviera para tener dulces sueños

Mis ojos brillaron de emoción, podía sentir como mi sangre bullía . Le sonreí ampliamente y le dije con voz emocionada.

-¿En serio me tomarías como tu aprendiz? ¡Sería maravilloso! ¡Prometo poner mucha atención y ayudarte en todo!-vi como se sujetaba el estómago, la mire con preocupación.-¿Estás bien? Al parecer no te sientes muy bien, ¿o me equivoco? Entiendo que abrir la tienda es importante, pero si estás mal a lo mejor deberias verte con algun sanador....

Negué con la cabeza. Si fueran solo cajas no habría de ser para tanto, pero tendría que confiar en su palabra.

-Esta bien, si tu dices que estas bien, pero si es una herida muy fea deberias vertela....-sonreí tranquilizadoramente-Vendré siempre que pueda, lo cual es normalmente los fines de semana, ya sabes que en el colegio no dejan salir los dias de semana...

Miré alrededor con curiosidad reconociendo el lugar.

-Si quieres puedo ayudarte ahora, ya que te sientes mal, ¿te parece bien? Al fin y al cabo no tengo nada mejor que hacer-dije riendo un poco

La mire y le dije solicita:

-Pues claro, dejame ver- quería ser sanadora, eso era verdad, aunque me gustaban especialmente los venenos, pero eso no quitaba que fuera buena en lo que fuera sanación.

Me acerqué y con su permiso levante con cuidado su ropa. Noté dos cosas. La primera fue que vi claramente la A y la Z grabadas en su abdomen y supe inmediatamente que me había encontrado con uno de los juguetes de Alexander. Lo segundo que noté fue la marca en su abdomen, a un costado. No me habría importado mucho usualmente pero aquella era una marca ubicada en el mismo lugar que mi marca de nacimiento y era igual, exactamente las mismas curvas, el mismo simbolo.

Olvidé completamente las iniciales de Alex en ese momento y mi mente comenzó a trabajar a toda velocidad. Las marcas de nacimiento no eran especialmente extrañas, pero las con formas solían demostrar algo especial en los magos y brujas, que encontrara a alguien con la misma marca que yo solo podía significar una cosa y era que debiamos ser parientes. Nunca había sabido nada de mi familia, ni había conocido a mi madre y tempoco me había interesado hacerlo y mi padre estaba en Azkaban. Era mayor que yo, pero no por mucho. ¿Una prima? ¿O una hermana? Levanté mi mirada hacia Persephone con ojos inquisitovos.

-¿Y esa marca de nacimiento?-pregunté con falsa inocencia.

-Oh, ya veo-dije fingiendo indiferencia.

Entonces si era mi hermana. Quien lo diría, yo y una hermana mayor. No tenía ni idea que decir, así que puse toda mi concentración en sus heridas, las examine y luego rebusqué en mi túnica hasta encontrar el frasco que necesitaba. Eso de haber acondicionado la túnica para llevar frascos útiles de verdad había sido una buena idea. Saqué un pañuelo limpio y lo empapé en esencia de Murtlap para luego ponerselo en la herida.

-¿Mejor? Esto te ayudará con el dolor y a que cure más rápido-la mire y sonreí un poco-No tienes que preocuparte si no quieres decirme, no soy de forzar a la gente hablar de gente de lo que no quiere, pero....-volví a posar mi mirada en su marca de nacimiento-¿Sabes? Yo tengo una marca de nacimiento igualita a esa.

La miré un poco sorprendida pero le respondí encogiendome de hombros.

-16, estoy en sexto-luego me volví a fijar en la botellita-Te debería alcanzar para hoy en la noche y mañana en la mañana, te enviaré más con una lechuza del castilo, ¿te parece?

Obviamente estaba tratando de cambiar de tema, ella ya se había dado cuenta y de repente para ambas las heridas habían dejado de tener tanta importancia. Eso era realmente incomodo de cierta forma, alomejor ahora no tendría tanta libertad como antes, demonios, por primera vez realmente no sabía que hacer.

-Entonces... ¿quieres que te ayude ahora con algo?-dije completamente tranquila, aparentando indiferencia.

-Mmmm.... -examiné las heridas-¿Fueron hechas con magia negra? Porque si es así y es un maleficio entonces debe ser un poco más complicado... si es así te la debería ver con alguien que sepa... ¿Porque no le pides ayude al profesor de Def Contra las Artes Oscuras del colegio?

La miré y vi como no me sacaba la viste de encima, debía estar haciendo memoria.

-Pero por lo menos el Murtlap te debería servir con la mordedura... ¿las heridas de la espalda también te la hicieron con el maleficio?

Ambas teniamos los ojos azules. No eran esactamente iguales pero si parecidos. Me preguntaba que debería hacer. ¿Seguir con el tema sobre las heridas? ¿O alomejor hablar de nuestra relación consaguinea? Decidí que las heridas eran lo primero, así que unté en las heridas que no habían sido hechas con magia el Murtlap.

-¿Ahí si te sientes mejor? Si son heridas normales para la noche ya estaran mucho mejor si sigues untandote la esencia de Murtlap.-lo pensé un momento y luego le dije con voz tranquila-¿Te lo hizo Alexander?

Si lo había hecho Alexander sería divertido, si era capaz de curar esas heridas estaa segura de que a el no le gustaría para nada.

Comprobé la simple reacción de su nombre. No pude evitar que me pareciera divertido.

-Si, lamentablemente lo conozco-puse voz de algo de pesadumbre-Me quitó y rompió mi varita, no se que haré ahora, tengo que comprar una nueva pero no tengo dinero

Continué untandole el Murtlap.

-¿Y que clase de maleficio utilizó para hacerte estas heridas?

La miré un momento sorprendida, pensando en que debía de querer ayudarme ya que eramos hermanas, pero no queria ni sacar el tema ni dañar mi orgullo. Sonreí algo nerviosa.

-Pero solo podré venir los fines de semana, además dijiste que me tomarias como aprendiz... ¿estas segura?-aunque no podía evitar la idea de tener una varita que de verdad fuera para mi me emocionaba. Nunca había sido demasido buena con la varita, pero debía de ser porque había sido de mi padre.

La mire y le sonrei de vuelta, no podía estar algo alegre.

-Necesitaré autorización para salir, pero... me gustaría ir a Londres a comprar una varita, antes usaba la de mi padre, asi que me pregunto como sera una varita mia, y si te sirvo de ayuda, bueno, seria agradable, poder trabajar aunque sea un poco-lo medite unos momento y luego dije resuelta-Claro, me encantaría quedarme a comer... aunque al parecer tendré que cocinar yo, debido a tu mal estado-rei un poco inocentemente.