¿Quién ha encontrado a quién? {Alyss}

Era una noche profunda, bastante... Perfecta para disfrutar del bosque en mi forma humana, y la verdad, lo estaba haciendo, hacía casi años que no me metía aquí para investigar en lugar de esconderme de la vista de los jóvenes. Tenía ganas de hacer algo diferente, algo... Como observar a los centauros tranquilamente, no quería moverme pro el bosque como un loco. Loco... ¿Quién fue el loco que puso música en el bosque? Me enfadó bastante, yo hacía lo posible por advertir a la mitad de alumnos de que el bosque era realmente peligroso... ¡Y así era como..! ¿Un hada? ¿Quién era es chica y por qué estaba disfrazada de aquella forma? No reconocía su olor, pero se me hacía familiar, seguramente estaba en Ravenclaw. Me acerqué a ella sigilosamente, suerte que mi don me lo permitiera, hasta colocarme a su derecha, no quería alertar a ninguna criatura, estábamos en una zona muy conflictiva entre centauros y humanos.
- ¿Perdida?- Dije tendiéndole una sonrisa con total tranquilidad.- ¿Cómo has acabado aquí?

El ruido que me había dejado de piedra fue seguido de una voz joven y masculina. Los nervios y miedos se apaciguaron un poco mientras solté el aire que había retenido, cerrando los ojos con la sensación del estumecimiento en mi estómago por el terror.
Me giré, encontrándome con un chico. No parecía haber venido de la fiesta, pero al menos ya no estaba sola por mucho que fuera un desconocido. Los desconocidos eran bienvenidos cuando estabas en un bosque, no, Alyss?
Tragué saliva y asomé una sonrisa nerviosa.
- H-hola... - me abracé a mi misma, comenzaba a refrescar y era evidente el cambio de temperatura cuando ya no estaba rodeada de la muchedumbre y bailando. La pierna me dolía más.- No soy buena en los bosques..- seguramente mi rostro denotaba el evidente miedo cuando sonó una rama en uno de los árboles y giré la cabeza compulsivamente. Luego me reí un poco al ver que sólo era una ardilla.
- Nunca me acostumbraré - admití recogiendo un mechón tras mi oido con el pulso asaltado por el susto.

Según dejaba a ver su cara, pasaba miedo en este bosque, y por sus movimientos, parecía agotaba o dañada. Fruncí el ceño ¿A quién se lo ocurría ir disfrazada de hada por el bosque a estar horas? Atraería las miradas de las bestias. Con un movimiento rápido me deshice de mi túnica y se la tendí.

- Parece que estás pasando frío.- Mi sonrisa aun no abandonaba mi cara.- Sígueme, te sacaré de aquí.

Aun seguía sin comprender por qué vestía así, pero no era quién para estar preguntando sin parar, ni siquiera sabía mi nombre y... ¡No me había presentado!
Antes de incinerar mis modales me paré en seco y le tendí mi mano para empezar a presentarme, pero pude notar algo en su forma de andar, algo diferente, no sonaba igual cada pisada, fruncí el ceño.

- ¿Te pasa algo en la pierna?... - Dije mirándola serio, la sonrisa que cruzaba mi cara había desaparecido. ¿Por qué te preocupas tanto por ella, Dave? Solo es una extraña... Cállate.- Lo siento, no es de mi importancia... Me llamo Dave.- Dije un poco inseguro de dar mi nombre, ojalá que no hubiera escuchado los rumores.- Voy a entrar a sexto curso en cuanto empiece septiembre

- Gracias.. la verdad es que incluso había pensado que mi disfrez en la fiesta estaba fuera de lugar con tanta tela.. - dije algo nerviosa, recordando lo poco vestidas que iban las chicas de allí. El ofrecimiento de guiarme y acompañarme hizo que el miedo descendiera un poco más, no esperaba que un extraño se ofreciera tan amablemente.
Dudé un poco, pero acepté su túnica. Ravenclaw. Sonreí y me la pasé por los hombros, quedándome evidentemente enorme, pero al menos aun conservaba el calor del chico y era confortable tras el helado viento nocturno que movía las hojas.
Miré hacia el muchacho cuando se dio cuenta de mi pierna. Cómo lo había hecho? Nadie lo había notado.
- Eh... tranquilo, no me molesta - aclaré cuando se disculpó- sólo es que me caí antes.. me duele, pero no creo que sea nada grave. - podría aguantar el dolor hasta llegar, o al menos eso esperaba. Casi no podía apoyar el pie, pero había estado en circunstancias peores. - Mi nombre es Alyss Keygen, soy de tu misma casa y comenzaré sexto también, encantada- contesté sonriendo al conocer por fin a alguien con quien seguramente compartiría más tiempo de vida escolar. Quizá con el tiempo podría adaptarme más a relacionarme.

¿De mi edad? Eso significaba que nos veríamos a menudo por clases, por fin conocía a alguien, de mi casa que no sabía de mi enfermedad, quizás no era tan grave como pensaba, igual solo lo había oído hablar a un par de personas, pero muchas veces, fuera como fuese, me alegré al notar que no había miedo al mirarme.

- Fiesta... Así que es de ahí de donde viene ese escándalo... - Imbécil, si tú lo oyes tan tenue ella no lo estará escuchando. Sería mejor mentir y tantear el terreno- Seguramente pasé cerca, suelo venir al bosque y... Bueno, se me hace raro que no sea silencioso y tranquilo.

Fruncí el ceño... ¿Por qué lo ocultaba? Sus pasos eran irregulares, se oía a metros, cualquier depredador podría notar que estaba herida. No me gustó la idea de no ayudarla... Pero no quería ser un entrometido. Suspiré sin querer ocultar una sonrisa.

- Bueno, no quería preguntar sobre esto, pero... ¿A quién se le ocurrió la genial idea de hacer una fiesta en el bosque?... Quiero decir- Cállate, Dave, estás hablando demasiado.- Bueno, solo, que es peligroso, y raro.- Dije para no tener que decir nada más de lo que debía. Volvió a mi cara la sonrisa de hace un momento, solía llevarla conmigo, se podría decir que era mi mejor acompañante.- ¿Cómo es que vuelves sola? ¿No debería acompañarte algún... Amigo?

Lo cierto es que si que había estado alta la música que sonada de la fiesta, me sorprendía que ninguna criatura no hubiera acudido molesta por los adolescentes metidos en donde no tenían derechos. Por no decir de los nocturnos, más pendientes de ese tipo de cosas para tener presas fáciles, pero al menos éramos magos y ninguno era de primero o segundo, más inexpertos.
- Bueno... en cierto modo, admiro que puedas pasear por aquí tú solo - dije al ver que nadie le acompañaba.- Pensar en paseos tranquilos y silenciosos se me hace agradable, pero no en un bosque.- admití con una mueca, comenzando a caminar forzosamente. Para mí esas dos características en estos lugares no existían, cada ruido hacía que mi cuerpo palpitara de terror y muchas veces recordaba las alucinaciones que había visto de sombras que se escondían tras haberme observado.
Miré hacia Dave, volviendo en mí cuando preguntó sobre los anfitriones.
- En realidad no los conozco muy bien, pero creo que son buenas personas.. aun así, yo tampoco estuve muy de acuerdo con que se celebrara aquí... es el lugar menos indicado y creo que estás de acuerdo conmigo.- hice una pausa, mirando las raices que estábamos atravesando. Cada vez eran más grandes y mayor el esfuerzo para pasarlas por encima.
- Me hubiera gustado, pero apenas conozco a alguien de por ahí y.. bueno, se me hace difícil hacer o considerar personas como amigos, nunca tuve. - Pensé en lo que dije y sacudí la cabeza- me explico; nunca pude relacionarme con más gente a parte de mi padre hasta llegar a Hogwarts... tengo la esperanza de conseguir acostumbrarme - sonreí a su vez. - Te agradezco mucho que me acompañes, Dave.

Había acertado de lleno de lo de su pierna, estaba herida.
- No tienes que admirar algo tan simple, realmente, necesitaba hacerlo, sé que no soy prefecto ni profesor ni nada por el estilo, pero siempre entro por aquí para asegurarme de que no hay nadie, este lugar es mucho más peligroso de lo que crees, y un que no lo creas, hay gente de Hogsmeade...Peligrosa- Dije acentuando la última palabra.- Hay algunos, por lo menos uno seguro en todo el pueblo, que se vuelve loco y quiere matar gente así por las buenas algún que otro día... O noche.
Estaba tentando demasiado, si seguía así, acabaría por confesarle pasivamente mi secreto, sería mejor no hacerlo en ese momento, y mucho menos en ese lugar.
- Me sorprende... Así que ahora la gente se divierte invitando a todos a fiestas, aun que no los conozca apenas, si hubiera sido tú, no habría ido, a saber lo que tramaban los anfitriones.

Sí, era bastante desconfiado, pero la práctica hacía al maestro, y yo era todo un maestro, desconfiaba hasta de mi sombra... La muy me abandonaba en las noches oscuras.

- Alyss, permíteme.- dije sin poder aguantar más que andase de esa manera. Dejé de caminar y me agaché levemente delante de ella para subirla a mi espalda a buscaletas.- Siento tener que hacer esto, seguramente te incomodará que un casi desconocido te lleve así, pero va contra mis principios... Cuidado con la rama.- Dije apartando una rama de un árbol.- Va contra mis principios dejar que un herido se sirva por sí solo cuando puede recibir ayuda ajena. Y no tienes por qué agradecerme que te acompañe, si te vuelves a perder por aquí, tan solo tienes que gritar, tengo un oído fino, y probablemente esté por aquí, llegaré antes que cualquier criatura.

Lo miré con precaución ante lo que me estaba contando, era bueno saber ese tipo de cosas ( aparte de lo arriesgado del bosque, que ya todos se suponía que sabíamos, aunque se pasara del tema).
- Gracias por la advertencia, si alguna vez tienes problemas, sólo avísame, ser prefecta tiene sus ventajas a la hora de ayudar a los demás y es una de las cosas que más me gusta hacer- sonreí un poco- aunque ahora sea de lo contrario, te agradezco, te debo una...
Seguí caminando junto al chico, apartando algunas ramas que se cruzaban en el camino.
- En realidad el peligro es un elemento constante, no solo está en el bosque o personas...está en cualquier sala, ocasión y momento. No es algo que no me preocupe, pero tampoco quiero obsesionarme más de lo que estoy- miré hacia Dave unos seegundos, parecía estar meditando algo- deja de pensar tanto en eso, si llega el momento de defendernos de algo, lo haremos, mientras tanto no te comas la cabeza con..- no me dió tiempo a seguir la frase, al minuto siguiente me estaba cargando en su espalda.
Lo que me sorprendió es que no protesté, no me molestó que me tocara, era como si fuera un hábito natural, no reaccioné para alejarlo cuando habló, justificando. Aunque era lógico por qué lo habia hecho, pero si no hubiera hablado, seguramente le pediría que me dejara en el suelo. Vale, no era que me gustara mucho que me cargaran como una niña ni que intentaran protegerme, pero Dave comenzaba a agradarme por su amabilidad.
Pasaron unos segundos en silencio, escuchándose las pisadas de Dave sobre las hojas secas.
- Si alguna vez te llamo a gritos, ten por seguro que será otro motivo, no quiero acumularte más problemas de los que se tienen al entrar aquí- dije con una mueca de culpa- Deberías ser prefecto, no imagino a nadie mejor para ayudar a los demás - sonreí, haciendo evidente que la situación no me incomodaba. Y era aun más extraño para mí, que sabía que mi conducta era delicada de tratar a primeras.

¿Prefecta? Una prefecta que iba a una fiesta en el bosque y luego se perdía en el mismo, me hizo sonreír, por el bien de los jóvenes Ravenclaw, que el prefecto supiera guiarse en el bosque.
- Es que el momento ha llegado.- Dije parándome en seco, agudicé el oído, se podían escuchar golpes secos en la madera de los árboles.- Acromántulas...- Dije más bien en un susurro.- No hables a nadie de esto...

Comencé a correr a toda prisa, bastante más rápido que un humano normal, nosotros dos no éramos rivales para una partida de caza de esas gigantescas arañas, seguramente ya eran adultas.
¿Necesitas mi ayuda?...... No puedes ayudarme en este momento...
Seguí pisando la tierra blanda sujetando a Alyss a mi espalda, menuda ocasión para encontrarnos con arañas, ajustaría cuentas con ellas en la próxima luna llena.

- Como ves... Un prefecto no debería correr por aquí... No estoy hecho para serlo... Además... Si lo fuera tendría que imponer castigos... Y soy demasiado bondadoso a la hora de castigar...- Dije entre jadeos sin cesar la marcha.

Hice un giro brusco y me dirigí hacia el lago, seguramente allí no nos seguiría, y si lo hacía, no tendríamos más remedio que plantarles cara.

- El momento ha llegado?..- repetí confusa, intentando no mirar el entorno cuando el chico se detuvo a lo que parecía, observar. - Las acromántulas no suelen estar tan cerca de la escuela... leí que vivían en lo profundo del bosque..Dave, donde se supone que nos dirigimos?- susurré entre el silencio que había. Y pronto, la velocidad que llevábamos comenzó a incrementarse vertiginosamente a cada paso que Dave retomó.
Oí sus palabras, pero pronto tuve que mirar hacia atrás con un mal presentimiento...las patas de una acromántula estaban a punto de alcanzarnos en un salto.
Agrandé los ojos y alcé la mano automáticamente hacia la criatura con la palma abierta.
- DEPULSO! - al instante, la araña salió disparada hacia atrás con un chillido de queja. Me agarré mejor a mi compañero, respirando acelerada por la adrenalina. Decididamente...cómo lo había hecho? No había tenido tiempo de buscar mi varita..miré el colgante ardiendo que llevaba al cuello, pero aparté mis pensamientos, tenia que concentrarme en lo que estaba pasando.
- Quién dice que un prefecto no puede ir por aqui?- dije sonriendo y mirando hacia atrás.- Vigilaré tus espaldas.

Llegamos en un par de zancadas al Lago, al menos allí había más visibilidad, no como en el oscuro bosque. Miré hacía atrás, aun oía correr a las Acromántulas, Alyss tenía razón, solían estar mucho más adentro... Seguro que la música de la fiesta las atrajo y ahora no querrían volver hasta tener una presa... Esto no era justo, si tuviese aquí mi espada... Tendría que hacer uso de la varita. Cogí mi varita y apunté hacia los lindes del bosque.
-¡Defodio! ¡Aquaeructo!- Una enorme brecha se abrió y se llenó de agua hasta casi la mitad entre el bosque y nosotros, tendría por lo menos cinco metros de longitud y unos diez de profundidad, eso las retendría un poco.- Espero que sepas maldiciones contra estos seres, por que yo me baso en encantamientos y transformaciones.
Seguí apuntando al bosque para cuando salieran en cualquier momento, esa improvisada fosa retendría a varias, o se ahogaban o tendrían que dar un rodeo lo suficiente largo como para matarlas en el acto.
Vamos... Piensa Dave... ¿Qué hechizo te puede servir contra estos seres? A parte de Incendio debe haber alguno que las debilite... Están hambrientas, se esconden en lugares oscuros... Quizás si se acercaban mucho me valdría ese simple hechizo.

Me bajé de su espalda en cuanto vi que se detenía junto al lago, volviéndome hacia la orda de acromántulas aproximándose a nosotros con rapidez. Caían en la trampa de mi acompañante, pero las traseras habían encontrado una forma más segura de salvar la distancia sin perder más tiempo del necesario cuando una se atrevió a saltar hasta llegar a nuestro lado con algo de dificultad.
- Parecen hambrientas.. - murmuré cuando llegó la primera y las demás comenzaban a seguir su ejemplo. Me obligué a no pensar en probar otra vez mi colgante y recogí la varita que guardaba en mi pierna, apuntando a las que se acercaban.
- FIENFYRE!- de mi varita, un cúmulo de fuego se formó hasta que un dragón de fuego chilló en dirección a las bestias. Sabía que ese fuego era incontrolable, sabía que usar ese hechizo era una imprudencia en un bosque. Miré hacia Dave, bajando la varita al tiempo en que alzaba mi mano hacia el dragón.
Fruncí el ceño, obligando al fuego a dirigirse sólo hacia las arañas gigantes mientras mi mano comenzaba a temblar por el esfuerzo. Supe que mi control estaba llegando a su fin cuando el dragón comenzaba a crecer de tamaño y sus alas eran peligrosamente largas. Uní la otra mano a la principal alzada y abrí las palmas, encajando al fuego entre las dos, cerrando las manos como si apretara la energía para extinguirla...Pero era demasiado tarde, era demasiado fuego que controlar.
- Dave, encárgate de las que vienen por el costado! - grité mientras corría hacia el dragón, cojeando por la herida por entre los cadáveres calcinados de las acromántulas.
El dragón se volvió hacia mí y comenzó a volar en mi dirección hasta chocar contra mi cuerpo. El segundo en el que sentí el abrasador fuego, fue seguido por un mareo de calor.. el aire pareció entrar por mi boca como si me hubiera ahogado en el instante anterior.
- Fiendlocked - murmuré, y el fuego fue automáticamente absorvido por cada poro de mi piel. Caí de rodillas, agitada... aquello me agotaba, pero..al menos solo quedaban las de los lados. Miré hacia atrás, esperando que Dave estuviera bien.

No quise dejarla sola cuando vi que el dragón era demasiado grande, pero un regimiento de acromántulas se dirigía hacia nuestra posición rápidamente, no lo dudé un segundo, necesitaba mi espada.
- ¡Accio espada!- Grité alzando la varita al cielo mientras corría hacia las arañas. Pronto sostuve en mi mano izquierda la vaina azul de la reliquia Wishe, guardé la varita en mi ante brazo izquierdo y con un rápido movimiento me dirigí hacia la primera acromántula.
El brillo azul del acero hechizado voló fugazmente a la luz de las estrellas, antes de teñirse con la sangre de la araña. Volví a lanzar una estocada, esta vez acabé con la vida del arácnido. Salté a por el próximo y acabé con el de un golpe. En menos de cinco mintos ,ya habían siete cadáveres, solo quedaba una bastante. Cogí con fuerza la espada, tenía que matarla rápidamente, lancé un fuerte golpe contra ella, pero asió el filo con su dentadura mantuve la espada firme hasta soltarla con la mano derecha y sacar de nuevo la varita, apuntando a escasos centímetros de lo que serían sus ojos.
- ¡Lumus solem!- Grité entrecerrando los ojos.
Una cegadora luz resplandeció de mi varita haciendo que la acromántula producijese un chillido de dolor, y soltando el acero, dejándolo libre para movimiento.
Blandí la espada azul con un suave movimiento, en la que la incrusté en un costado del ser, la saqué con rapidez, y la corté en dos por el abdomen, todo arreglado, al parecer Alyss también había terminado con su parte, solo quedaban las de un lado, pero las ahuyenté con el hechizo Incendio, apenas eran tres acromántulas. Me dirigí raudo a Alyss y derrapé con las rodillas al lanzarme frente a ella y cogerla por los hombros.
- ¿Estás bien? ¿Te han herido?- Pregunté nervioso, parecía cansada, ojalá que no le hubiera pasado nada, sería todo culpa mía.

- Estoy bien, estoy bien - dije cuando mi compañero llegó a alcanzarme tras los últimos sonidos de ataque que surgían como rayos de fuego sobre las acromántulas supervivientes. Hice acopio de fuerzas para levantarme, pero estaba agotada al usar tanta energía en controlar el fuego que liberé.
Hice una mueca cuando mis piernas no quisieron responder a mi orden de sostenerme en pie y cuando intenté incorporarme, el movimiento fue en mi contra hasta volver al suelo con evidente molestia. Reprimí un quejido por la pierna lastimada, culpa de una rama dentada que pasaba por entre las hojas secas.
- Maldición... - me quejé, apoyando mis manos en el suelo para querer levantarme de nuevo. - Lo siento, no voy a dejar que cargues conmigo otra vez, por muy inhumano que seas.. - miré hacia Dave, evidentemente agitado tras la pelea. No sabía si estaba en sus límites como yo, pero no iba a necesitar averiguarlo, tenía que acostumbrarme a utilizar mis poderes, a que no me afectara tanto.
Un resplandor hizo que afilara los ojos para poder ver de donde provenía la luz reflejada de la luna, encontrándome con un arma que empuñaba el chico en la otra mano.
- De donde la has sacado?..- respondí sorprendida, cayendo en cuenta de todas las dudas que tenía acumuladas por la falta de tiempo de pensar en ellas - cómo es que corres tan rápido? - fijé mis ojos en los de él, esperando apacible a su respuesta. Todo el entorno destrozado había adquirido un aire tranquilo y silencioso, no me sentía muy diferente a lo que nos rodeaba, pero mi cuerpo no podía evitar estar en alerta a lo que me fuera a decir.

Quise ayudarla a levantarse, pero no me dejó ¿De donde venía tanto orgullo? Pues si ella permanecía en tierra yo también. Crucé las piernas y limpié la sangre verde de la espada, para envainarla. Suspiré, tendría que contárselo, al fin y al cabo, nos habíamos salvado la vida mutuamente, no debería confiarle mis secretos, aun que ello conllevase que supiera el por qué de mis desapariciones nocturnas, y mis poderes sobrehumanos.

- Bueno, si tanto afán tienes por saberlo...- Dije acariciando la vaina del arma- Esta espada es la Reliquia Wishe, ha pasado por generaciones siempre al más joven, no es un simple trozo de acero azul reluciente. Está hechizada con miles de hechizos protectores, para que solo los Wishe podamos empuñarla... Aun recuerdo el último que lo intentó, de la misma empuñadura, nació un gigantesco lobo que devoró por completo su brazo, nada más ordenarlo mi abuelo, es como si fuera una mezcla de mascota y arma, que solo obedece a su amo. La magia que la rodea tiene más de mil años, seguramente se forjó antes de que se fundase Hogwarts, nadie podría acabar con sus hechizos protectores con un conjuro actual. Y por supuesto, tiene varios hechizos para el afilado, por lo que nunca perderá el filo.

Respiré profundamente... Contarle a alguien mi secreto en persona... Nunca lo había hecho, los que lo sabían eran por rumores... Lo haría, al fin y al cabo, debía confiar en alguien con quién había compartido una batalla, además, era prefecta, y tarde o temprano me descubriría huyendo al bosque en luna llena. Me desabroché dos botones de la camisa y saqué el brazo izquierdo de la manga, desde el hombro hasta el pectoral podía verse una herida antigua, como una línea discontinua, dientes, de licántropo. Dirigí una seria mirada a la chica.

- Me mordió hace ocho años un licántropo, eso ha modificado mis capacidades humanas, y...- Miré hacia la luna.- Si fuera hoy Luna Llena, estarías en grave peligro, dado que hoy precisamente no he tomado la poción.

- Vaya... es preciosa - observé el arma centenaria - debo admitir que las que me gustan suelen ser más extrañas de diseño, pero se siente la potente magia que contiene, no me extraña que su poder sea limitado sólo a algunas personas..- noté, posando mi mano a prudente distancia. El campo de energía llegaba a oprimirme y era extraño de sentir.
- Sabes usarla? Es decir, seguro que si, pero tengo entendido que este tipo de armas son mucho más de lo que aparentan..y teniendo en cuenta lo que me has dicho sobre su antigüedad, no me extrañaría que desconozcas más de la mitad sobre ella a menos que tus generaciones hayan mantenido la costumbre de transmitir esa enseñanza.
Alcé los ojos hacia el rostro del chico; había adoptado una actitud insegura.
- Oye.. si no me lo quieres decir.. lo entiendo, Dave, no hace falta que..-pero mi compañero ya se había desprendido su camisa. Mi primera reacción fue mirar hacia otro lado, pero volví los ojos cuando oí su voz.
Un licántropo?...reconocía que no me había esperado eso, pero ahora encajaba las pocas facetas que había visto del chico.
No hice caso a las advertencias que me dio al final, simplemente miré la cicatriz.
- Después de haberme ayudado hasta ahora pretendes que piense en tí como una amenaza real? - alcé una ceja y esperé unos minutos, ordenando mis pensamientos. Si mi caso hubiera sido de licantropía, no sabría qué habría hecho en mis circunstancias.
- Tu familia... cómo se lo tomó? Bueno..si se puede saber, no quiero presionarte- torcí el gesto, molesta por mí misma.
Alyss, siempre preguntando por lo que no tendrías. Seguramente no fue facil para él ni para los que le rodeaban.. me lo estaba demostrando con su inseguridad.
- Dave, agradezco que me lo hayas dicho, se que no es facil ocultar un secreto tan incontrolable.. - apoyé mi mano en su hombro un momento- No tengo miedo de tí ni lo tendré, puedes confiar en mi, seré una tumba respecto a esto.
Sonreí un poco para suavizar la mirada de seriedad que le había dirigido.

Escuché atentamente sus palabras... Si sabía usarla... Bueno... Eso creía, o por lo menos una parte de ella sí. Desenvainé la espada, el filo era doble y en el centro de ambos estaba el fino canal, hecho para que la sangre no se quedase pegada a la espada al apuñalar, la miré a la luz de la luna, parecía como si me devolviese la mirada. Hice rodar mis ojos hasta que llegaron a los de Alyss.
- No del todo, sé hacer que vuelva a mi, y que ataque por si misma como ya te he explicado, tan solo tengo que ordenárselo... Es... Como si dentro de ella hubiese un alma de lobo que solo acepta órdenes de mi familia, la he usado más de una vez, si alguna vez encuentras a un Centauro al que le falta del codo para abajo en el Bosque Prohibido, ya sabes quién fue el autor, el muy salvaje me ataco por la espalda y se atrevió a empuñarla... Simplemente dije... Devora su brazo... Y como ya te he contado antes, pasó lo mismo, salió de la misma espada un ser lobuno que arranco su brazo, y se calcinó al momento, luego solo tuve que ordenar a la espada que volviese a mi mano, es un poder agotador, pero es muy eficaz contra enemigos como ese... Pero... Debo decir que no soy el único con un poder extraño... ¿Cómo has calcinado a tantas arañas con un hechizo?...¿Y cómo has lanzado el hechizo anterior cuando te llevaba? Te he visto sacar la varita de la pierna, y antes te habría sido imposible hacerlo si que te viera... ¿Puedes controlar la magia sin varita?
Alcé una sonrisa de tranquilidad para hacerle saber que esas preguntas no me incomodaban en absoluto, o por lo menos, viniendo de ella. Se merecía saber todo sobre mi, además sentía como si pudiera confiar en ella plenamente, quizás por el simple hecho de que ya le había contado mi secreto, y al parecer no lo iba a divulgar.
- Se lo tomaron bastante bien, o por lo menos eso creo, no me impusieron ninguna sanción, dado que no fue elección mía ser mordido, pero si que me trajeron a Londres muggle junto a ellos, seguramente temían que fuera a buscar a quién me mordió para vengarme... ¡Como si me acordase de quién era! -Dije con una felicidad poco apropiada para el tema.- Me alegra saber que no me temerás... Pero no me gustaría que te topases conmigo en luna llena, no querría provocarte algún problema por andar con un hombre lobo.

Escuché atenta, o todo lo atenta que se podía estar a esas horas de madrugada, sobre la espléndida espada. Intenté imaginarme el gran lobo salir de la espada.
- Podrías hacer que el lobo saliera sin tener la excusa de que ataque a alguien? Sería genial verlo - sugerí sonriendo. Pronto, mi cuerpo se tensó y volví a notar el cansancio que me invadía por el esfuerzo.
Bueno.. debía decirselo..él había confiado en mí y yo, extrañamente, me sentía cómoda y en confianza con ese chico. Dave me había protegido y me había ayudado, me gustaba estar con él.
- Eh... está bien.. - tragué saliva, ordenando mis palabras- digamos que desde que tengo uso de razón, mi energía se manifiesta en calor... algo así como la pirokinesis, por eso tengo más facilidad con los hechizos de fuego y a pesar de haber usado muy pocos en mi vida, no me es necesario usar la varita..-miré al suelo y luego deslicé el transformador que colgaba de mi cadena; el collar de mi madre- esto es un canalizador, como la varita... era de mi madre, pero ella dejó de precisarlo hace mucho, me dijo que me ayudaría hasta que supiera más sobre mí..- fruncí el ceño- el caso es que sigo igual, mi padre no me cuenta nada sobre mis poderes y... mi madre.. - tensé la mandíbula- desapareció hace años en el bosque de al lado de nuestra antigua casa, no se si por abandonarnos o por otra cosa..pero mi padre me arrastró en su búsqueda hasta ahora -cerré los ojos, aquello me cansaba el doble cada vez que lo recordaba.
- Supongo que por eso temo a los bosques... esta fiesta no fue demasiado agradable para mí por ese motivo. El bosque..para mí es peligro por si mismo, como si..cualquiera que entrara fuera a desaparecer; siento que siempre me observan... - miré hacia Dave, riendo un poco- lo siento, debo de parecer una loca traumada y paranoica. En fin... me alegro de que hayas tenido apoyo familiar..puedes contar tambien con el mío, siempre que lo necesites, Dave.. después de todo, te debo una - sonreí.

Torcí el gesto, realmente, había sacado su lobo interior más de una vez... Pero sentía que solo acudiría a mi llamada si de verdad lo necesitase, tendría que trabajar en ello un tiempo, seguro que conseguiría domarlo completamente, además, cuando le ordenaba devorar al enemigo, solo llegaba a destrozar uno de sus brazos, nunca había visto matar, o por lo menos no a mis manos.
- No sé como hacerlo... Pero sé que se puede, es como... Si necesitase una llamada especial... Con una simple orden no conseguiré nada... Aun que... Mentiría si dijese que no he visto sus claros ojos en el brillo del filo..- Dave, ¿No crees que te estás pasando un poco? Vale que le debas como mínimo, salvarte de cinco o seis cortes profundos, pero... No creo que sea como para contarle todo lo que sabes sobre la espada. Hice caso omiso de mis pensamientos.- En cuanto logre como materializarlo, te avisaré.- Aseguré sonriente. Todas las dudas sobre confiar o no en ella se esfumaron, prácticamente, le debía la vida, si no fuera por ella, estaría sangrando y arrastrándome a Hogwarts. O peor, llevado por una acromántula a su guarida para ser devorado vivo.
Sus palabras me dejaron un tanto atónito... ¿Pirokinesis? Creía que era seudo-magia... Interesante, muy interesante, quería saber más sobre ello(Genial, mi vena Ravenclaw se había disparado).
- Alyss... Sé lo que sientes con los bosques... Quiero decir... A mi me mordió en los lindes de un mar de pinos... Estuve casi dos años sin querer ver ese árbol, cada vez que lo hacía, hundía mi sollozante cara en el vientre de mi madre o de mi padre, y no paraba de llorar hasta que me habían alejado de allí, la verdad... Más que miedo, sentía pánico. Pero se puede superar, y lo sé, por que ahora perderme en bosques de todo tipo es mi hobby favorito. Y juro por mi orgullo Wishe, que te ayudaré a superarlo, haremos paseos por el exterior del bosque, cada día más largos, hasta que te vayas acostumbrando y podamos sumergirnos más...- Sonreí divertido por mis planes... ¿De donde venía toda esa amabilidad? Tanto tiempo sin contacto humano era malo, muy malo, aun que la verdad, me era el poder ayudar a alguien a superar el miedo que yo mismo tuve.
Posé mis manos en sus hombros y la miré a los ojos sin que mi sonrisa abandonase su puesto.
- Te lo prometo, pronto no temblarás al ver un bosque, y no me debes nada... Nunca me deberás una por ayudarte.- Dije muy seguro de mi mismo.

Escuché atenta a sus palabras, intentando recordar algun libro que pudiera recomendarle.
- Tengo varios tomos sobre armas mágicas, eran de mi padre, pero se los cogí prestado antes de venir - expresé con una sonrisa de niña haciendo travesuras.- Ya, ya... sé que no está bien, se los devolveré cuando vuelva a verlo, pero te servirán bastante para recoger algo de información que puedas relacionar, si quieres podemos revisarlos juntos, me gusta buscar respuestas... y tu espada es realmente interesante, soy demasiado curiosa como para dejar que tengas la información tú solo - sonreí, buscando argumentos que me atraerían para que me dejara ayudarlo. Era verdad que mi curiosidad no conocía límites, pero también sería bueno compartir ese tiempo con Dave. Lógicamente, sin tanta confianza no le diría la verdadera razón por la que me ofrecía.
Comprendí que no era la única que tenía desesperación en el bosque, desde luego, sus recuerdos tampoco eran agradables.
Agrandé los ojos cuando posó sus manos en mis hombros, pero su sonrisa y sus palabras.. hicieron que sonriera a su vez. No estaba acostumbrada a que me tocaran, pero con ese chico, parecía de lo más natural.
- Es curioso que nos hayamos encontrado en el lugar que en teoría nos da tan malos recuerdos.. en el menos inesperado. Parece ironía, no? - pregunté palpando una de sus manos que aun se hallaba en mi hombro.- Espero que tengas razón... créeme que.. -miré hacia el bosque, apretando los labios mientras fruncía levemente el ceño- quiero superar mis miedos. Una de mis metas al llegar a Hogwarts es hacer todo lo que no he podido antes. No le echo toda la culpa a mi padre, había ciertas cosas que no habría sabido si mi suerte hubiera sido otra...pero supongo que las direcciones que toman la vida son de una forma por algo. Quizá, no nos habríamos encontrado de otro modo - hice un suspiro, volviendo a intentar incorporarme hasta mantenerme en pie con esfuerzo, esperando a cersoriarme de que estaba estable.
- Bien, creo que.. - bufé, tomando fuerza. Al menos con Dave a mi lado, no sería tan terrible correr hacia el colegio- es hora de volver.

Al parecer tenía curiosidad sobre ello, también ella quería averiguar los secretos de la espada, no censuraría sus conocimientos... Dejaría que investigara conmigo, además me sería de ayuda, y no se volvería tan pesado como siempre, sería genial contar con su compañía.
- Te lo agradezco mucho, Alyss, será genial tener tu compañía.- Dije apartando mis manos de sus hombros.- Además, si estás conmigo mientras la estudio, podrás ver todos los avances, y tal vez, consigamos que el lobo se materialice. Será interesante echarle una ojeada a esos libros, podrían serme de gran ayuda.
Me levanté mirando al cielo, realmente solo se veían las estrellas, y una leve luz tenue en el horizonte, ya era demasiado tarde.
- Creo que habría que hacer algo con esto...- Apunté al foso y lo tapé de nuevo con tierra, y con el hechizo Depulso lancé los cadáveres y cenizas al bosque, que era a donde pertenecían. Respiré hondo, la magia gastaba mucha energía, y yo era de ese tipo de personas que usaba la magia en grandes cantidades y muchas veces, aun que podría vivir sin varita.
Miré a Alyss ¿Podría volver por su propio pie ya? Si no podía no aceptaría que la cargase de nuevo, ya me lo había dicho antes.
- Tendrás que mostrarme algún día todo tu poder de pirokinesis- Aseguré de camino a Hogwarts. Por un momento olvidé que llevaba la espada en la mano. Alcé el brazo parándome en seco y la sostuve en la palma de mi mano.- Viaja....
Como su una lechuza se la hubiera llevado al momento, se fue volando hacia la torre de Ravenclaw.
- Superarás tus miedos.- Prometí mientras subíamos las escaleras.- Los superarás, y yo estaré allí para ayudarte.

- No existen los quizás, lo conseguiremos, te lo aseguro... aunque.. - sonreí, volviendo a hacer los esfuerzos necesarios para dar un paso por delante de otro. Me dolía inevitablemente, pero estaba acostumbrada a soportar el dolor - es curioso que el alma de esta espada sea un lobo. El aspecto maléfico del mito del lobo se asocia a las tinieblas, a los infiernos, al pecado, al engaño, a la violencia; a la voracidad al masculino y la concupiscencia en el caso de ser loba. Este fue el significado promulgado por los cristianos, que lo asocian con el diablo, y el culto al mismo en la Europa medieval. -alcé un dedo antes de que pudiera hablar- No todo es malo, sabemos que los cristianos son bastante buenos en el pesimismo; en su aspecto benéfico, el lobo es un símbolo de luz, un símbolo celeste, asociado a divinidades solares como Apolo. Representará las cualidades de fuerza y valor, y aparecerá en numerosos mitos fundacionales de ciudades, dinastías y clanes. - recité mientras leía mentalmente la imagen de la página que tenía grabada en la mente. Desde luego, los temas de simbología me interesaban- También son asociados a la muerte y a los infiernos, así como al descenso hacia la oscuridad iniciática. G. Durand - miré un momento hacia Dave, dandome cuenta de que quizá no sabía quién era- ..Ah, perdón, es un antropólogo, mitólogo, iconólogo y crítico de arte francés, creador de la mitocrítica o mitodología; señala que existe una convergencia entre la mordedura del cánido y el temor al tiempo devorador, Cronos, devorando el tiempo humano, y los astros que éste emplea para medirlo.. Sin embargo, es también el aspecto luminoso del lobo el que conduce no sólo a los muertos, sino a las almas de los vivientes, por el camino adecuado, para evitar su extravío, o bien haciéndoles superar diversas pruebas, actuando a un tiempo como guía y guardián de los misterios que entraña la oscuridad en la que él ve.- concluí y esquivé una de las raíces de árbol que pareció haber nacido en el lugar equivocado- Desde luego, sabiendo todo esto, quedan muchas incógnitas a la hora de saber cómo usar tu espada, cierto? - alcé una ceja, haciendo evidente que este poder no era cualquier cosa, el mal o el bien, mas allá de ser algo subjetivo a la hora de usar un arma, eran elementos unidos en cuanto a ese animal. Vi cómo la espada volvía por su propio medio y desaparecía entre las hojas de los árboles.
- Umm...si - contesté distraída.- cuando me asegure de no calcinar a nadie- añadí resignada.- Aun tengo mucho que aprender, y el fuego es tan inestable como yo... si al menos tuviera más calma sería fácil.. creo que también tiene que ver con mis miedos - miré en su dirección y sonreí. - Gracias, Dave - de verdad, saber que alguien que me apoyaba en que lo podía lograr... nunca había necesitado eso, o eso creí, nunca habia tenido una amistad despues de todo, cómo sabes si necesitas algo que no conoces?

Por su gran discurso, supuse que su padre también había tenido libros de mitologías, o que había pasado los primeros días en la biblioteca, aun que no me sonaba nada de literatura muggle en ésta... Sin embargo... No, no era posible, ningún alumno traería libros como ese a la escuela.
- Creo que omitiré la historia de Rómulo y Remo, y de como sobrevivieron, dado que por tus lecturas, estoy seguro de que sabes de sobra todo lo que pasó...-Dije pensando claramente en cuando acudía el lobo-... Bueno, como ya sabes, la loba amamantó a los niños,-Aun que habían teorías que decían que también pudo ser una prosituta, dado que se escribe igual que loba en latín- pues... mi teoría es que el lobo aparece cuando debe, para proteger al indefenso humano, supongo que el lobo o en el perro en su defecto, siempre serán el mejor amigo del hombre... O mujer... Mi tía fue la última Wishe que empuñó la espada hasta el momento, mientras no tenga sobrinos o hijos, seguiré siendo yo su portador, aun que... Sinceramente, me decepciona un poco, mi hermano consiguió doblegar todo su poder a los quince años casi recién cumplidos, y yo apenas sé utilizarla...- Dije frunciendo el ceño.
Miré de nuevo hacia ella, le acabaría doliendo más la pierna si la forzaba al subir las escaleras y... Oí un ruido metálico. Que me hizo contener la respuesta que le iba a dar a su última pregunta.
- Peeves...- Miré con una gran sonrisa a Alyss, no sabía si sería más divertido incordiar a Peeves o subir directamente a la sala común, y de allí directos a dormir cada uno en su cuarto... Que aburrido sonaba lo último.- ¿Te apetece divertirte un rato?
No esperé la respuesta, fui directo hacia donde estaría el poltergeis. Estaba poniendo gorros encantados a las armaduras, para incordiar a Flich, seguramente eran los gorros que cuando se los quitabas a alguien, se te quedaban pegados a la cabeza.
- ¿Te diviertes, Peeves?- Pregunté apoyándome en la pared, con la varita en la mano por si acaso.

- Ohhh... El lobito se ha despertado! El lobito se ha despertado!- Chilló con su voz estridente- ¿Qué hacías paseando tan tarde?... ¡Has mordido a alguien! ¡Sí! Seguro que has mordido a alguien, se lo diré a Dumbledore, le diré que eres un hombre lobo, ¡SE LO DIRÉ A TODOS!

Reí sin abandonar mi posición, y moví la cabeza de un lado a otro despacio.

- Dumbledore sabe todo de mi licantropía, no conseguirás nada contándoselo, salvo que te envíe a acompañar al Varón Sanguinario durante un mes- Si no fuera por que no era humano, su piel se habría vuelto pálida como el hielo, reí divertido, Peeves solo temía al Varón Sanguinario.

Estaba escuchando atenta mientras tomaba valor para comenzar a subir las escaleras con mi mejor voluntad. Por mi padre que iba a conseguirlo aunque me costara arrastrarme por cada escalón.
Me aferré de la barandilla y comencé a subir uno a uno, pero desconcertada, oí una segunda voz y a mi acompañante desviarse.
Peeves. Había oído hablar de él, o al menos había leído mejor dicho, sobre los rumores de ese poltergeist.
- Dave... - susurré cansada, queriendo que volviera. Escuché su conversación, pero no estaba en condiciones para estar mucho tiempo más de pie. - Dave, es tarde y me duele la pierna.. estoy cansada y mañana me tengo que levantar temprano para.. -bostecé, intentando dejar mi curiosidad dormida y no salir corriendo hacia la segunda voz que oía.- ..tengo que ver al director para que me diga algunas cosas. Dejemos a Peeves para otro momento, tampoco puedo dejar que te quedes merodeando por los pasillos.
Miré en su dirección, esperando a que volviera.

Quise quejarme, adoraba molestar a ese piltrafilla, pero en fin, tenía razón, no podía dejarme por aquí, aun que no estuviésemos en época de estudios, debía cumplir su cargo de prefecta, decidí hacerle caso, además Peeves seguiría rondando por el colegio, seguramente podría molestarlo en otro momento. El poltergeist parecía algo confunso por la escena, pero no le impidió seguir adornando las armaduras con vestimentas mágicas.
- ¿Quieres que te ayude?- Pregunté al ver que le costaba subir los escalones, sabía de sobra que no me aceptaría la ayuda, pero por preguntar no perdía nada.
Miré hacia atrás, era una pena dejar ileso a Peeves, algún día ajustaría cuentas.