Detente! Eres una bella chica (Hermione Granger)

Había llegado con todas mis cosas a Londres, venía a trabajar al Hospital San Mungo, luego de que me trasladaran por motivos de requerimiento del Ministerio. Estaba en el andén cuando la vi en frente de mí, era una chica hermosa, su cabello ondulado, al aire me dejó atónito, llevaba en sus brazos un gato - Merlin! Odio a los gatos -

Pasé por su lado, me giré para verla mejor, estaba mirando un cartel donde se podía ver la distribución de todos los andenes, caminé junto a ella y me propuse entablar una conversación.

- ¿Qué tal? - dije -

Esa mañana de día sábado había decidido salir, tal vez por el hecho de despejarme o disfrutar de la adolescencia como cualquier chico o chica de mi edad. No estaba segura de que quería exactamente o de que esperaba en esa visita a Londres, no sabía si divertirme o comprar algunas cosas. Iba simplemente a ver que tal, si encontraba algo que llamara realmente mi atención o algo que me llenara, pues era normal sentirme vacía el resto del tiempo. No estaba completamente segura de que se trataba, pero era algo que realmente no me afectaba ni en lo mínimo, solo quería romper la rutina y hacer alguna cosa por allí.

Al llegar a la estación King's Cross me detuve y observe detenidamente cada uno de los futuros destinos de los trenes, tal vez había un lugar interesante en el cual algún día, tal vez no lejano, me interesaba e iba de visitas, aunque era algo poco probable. Sobre mis brazos llevaba a mi minino, Crookshanks. Aquel gato, me parecía una hermosura, lo tenía ya desde hace tres años.
Di un pequeño respingo cuando sentí a alguien hablarme y es que las cosas no eran igual que en el mundo mágico, en donde básicamente todos se conocen, claro que no. El mundo muggle era una completa selva.
- Regular... - dije casi sin prestar interés. Yo no era de ese tipo de personas, pero solo se trataba de una pequeña broma. Alce una ceja y luego sonreí de manera amplia - Hermione Granger, un completo placer - dije estirando la mano para saludarle. Le observe con una sonrisa mientras esperaba su saludo, siempre de manera cordial.