Una salida obligada [Alyss]

Sali de mi sala comun en silencio, movientome entre las sombras del castillo, tenia bastante experiencia en aquello, y ya conocia bastante bien las rutas menos transitadas por los profesores que hacían ronda. Pero esta noche era diferente, esta noche no salia por diversión, esta noche salia por obligacion. Odiaba aceptar que estaba en sus manos, que debia seguir sus ordenes, pero la verdad es que no queria volver a aquel maldito lugar, sin diversion, sin distracciones, sin nada que hacer, tenia una mente demaciado inquieta para sobrevivir en aquel lugar, estaba en sus malditas manos, al menos hasta que descubriera como evitarlo.
Antes de darme cuenta, ya había salido del castillo, puse un hechizo desilucionador sobre mi, y me dirigi, raudo, por los jardines, en direccion al bosque prohibido, debia apurarme, pues el conjuro no duraria mucho. Apenas si había comenzado a divisar el linde del bosque, cuando vi una silueta, aguse mi vista, era una chica, y era una chica que no podria confundir con otra, a pesar de la distancia, reconoci sus movimientos al instante, era ojos de fuego.
Recorde que no le había visto desde nuestros días en la celda de los mortifagos, tras eso, apenas si tuve tiempo de asegurarme que había salido sana y salva, cuando fui enboscado or el auror y sus "3 justicieros", y termine en el ministerio, ¿Cuanto ya de eso?, nisiquiera era capas de saber con exactitud cuantos días pase en esa condenada celda.
Me diriji hacia ella, recordando que su mayor temor eran los bosques, ¿Que hacía entonces en la entrada del bosque prohibido a aquellas horas?.

De acuerdo, ser prefecta me obligaba a compartir turnos entre mis compañeros de tareas para hacer rondas nocturnas por todo el castillo, pero esa noche no era como las demás.
En esas últimas semanas había estado un poco desaparecida, intentaba no pensar en todo lo que había sucedido hasta ahora, tan irreal.. tan..
Seguí caminando, mis pasos no se detuvieron ante el amenazante bosque, ya había visto cosas peores, de qué tendría que temer? De las pesadillas en las que me cortaban a trozos? De que me desangraba poco a poco cada segundo que cerraba los ojos?
No, tenía que olvidar todo aquello, mi objetivo nunca había sido vivir metiéndome en problemas todo el tiempo, problemas de los que no se salía fácilmente.. y eso lo sabía bien, ellos sabían mi nombre.. podrían estar entre estos árboles que antes me daban tanto miedo, pero estaría esperándolos si se atrevían, aunque no consiguiera derrotarlos. Tan sólo era una alumna de sexto.
Miré hacia las ramas que crujían bajo mis pies mientras tarareaba distraída una canción inventada.
A veces me paraba a pensar en la contrariedad que suponía ser yo; saliendo todas las noches que pudiera al bosque con tal de vencer mi miedo absurdo mientras cantaba para mantener la calma y me "reía" de lo que pudiera pasar si algún mortífago estuviera encontrando la oportunidad para atraparme.
Oí un ruido y detuve mis pasos al instante, quedando en silencio antes de girarme hacia atrás y afilar los ojos para conseguir ver a alguien. Un chico.. no se me hizo dificil reconocerlo a pesar de no haberle visto hacía bastante.
- Alexander, qué haces aquí? - pregunté con algo de sorpresa, sin moverme.

Sonrei, a pesar de estar oscuro, el brillo de la luna era suficiente para ver algo de sus ojos, extrañe aquello ojos.
- Vaya, me haz reconocido muy rapido - dije en tono mordaz - ¿No crees que haz pasado demaciado tiempo conmigo? - termine de recorrer la distancia que me separaba de ella, poniendome a cubierto de las miradas indiscretas bajo los arboles del bosque, mi hechizo ya había perdido efectividad, o ojos de fuego no habría podido verme.
Iba a agregar otro comentario, cuando note algo raro en ella, su mirada no era la de siemrpe, parecia ojerosa, quizas había dormido mal, y sus ojos reflejaban un destello de miedo, quizas incluso algo de paranoia, algo no andaba bien con ella, mire a mi alrededor, ¿era solo el efecto del bosque?, no, no podia ser aquello, ya le había visto antes en un bosque, y aunque se que temia, era capas de enfrentar aquel miedo de mejor manera, era algo más.
- ¿Ocurre algo? - pregunte, sin poder disimular muy bien mi preocupacion.

Bajé los ojos, incómoda. Por qué me preguntaba eso? Acaso yo había dicho algo sospechoso? No había leído mi mente, lo habría sentido si fuera el caso.
- Por qué tendría que pasarme algo?- contrataqué, sin querer hablar del tema. - Sólo daba un paseo, nada más.. - dije sin perder de vista que se acercaba con preocupación en su rostro. No me moví, me crucé de brazos al abrazarme, el invierno llegaba irremediablemente y por las noches se sentía el bajón de temperatura en el bosque.
- No has respondido a mi pregunta- retomé, mirándolo impasible- qué haces aquí? Está prohibido que los alumnos se internen en el bosque y menos por la noche.- ponerme en plan prefecta facilitaba las cosas para que saliera de ahí y me dijera qué demonios hacía.

Ella intento desviar el tema, segui mirandola inquisitivamente, algo le ocurria, ella podia fingir a la perfeccion que no era asi, podia controlar su tono de voz, sus palabras, incluso su lenguaje corporal, pero sus ojos nunca, eran demaciado sinceros para eso.
Decidi dejar el tema por ahora, lo que aprend de ella durante nuestra "comoda" estancia en aquellas celdas, es que, cuando quiera hablarme de lo que le ocurre, lo hara sola, sin que a precione, claro, podria leer su mente, pero no me parecio una buena idea en este momento.
- Tengo que salir del colegio esta noche, volvere al amanecer - dije, como respuesta a su pregunta, y restando importancia a que aquello rompia más reglas de las que podia contar.

Entorné los ojos como si me cansara.
- Y te piensas que empezado ya las clases, me tomaré el trabajo a la ligera y dejaré que te vayas porque sí? - dije frunciendo levemente el ceño.- Vamos Alexander, no soy idiota, no me importan tus asuntos, pero no pienso dejar que te vayas. Retrocede ahora, te acompañaré a las mazmorras y es necesario - expresé con autoridad- y no me contradigas, sabes que no puedo hacer otra cosa. - me adelanté a decir antes de que contestara.
Esperaba que se resistiera, pero lo arrastraría por el suelo si no llegara a tener otro remedio, últimamente me estaba enfocando demasiado en las actividades que consideraba normales, más allá de lo que me había pasado. Para eso había venido, no? para vivir una vida normal.
- No te lo diré dos veces. - insistí con tranquilidad pero sin suavizar mi expresión.

Parecia que hacer uso de su aurotidad como prefecta le regresaba a confianza a ojos de fuego, me gusto verla de nuevo con aquella chispa de fiereza, no pude evitar sonreir.
- ¿Me obligaras a volver por donde vine? - pregunte, aun sonriendo por el comentario - ¿Aun si mi asunto es salir a cazar Mortifagos?
No hice ni dije nada más, me mantive alli, frente a ella, sonriendo, esperando que procesara mis palabras.
Una brisa fria soplo entre nosotros, llevando consido algunas hojas, el invierno ya estaba aqui, la vi temblar ligeramente, aquel frio no me afectaba en realidad, no se comparaba a las temperaturas que conoci en Rusia y en Bulgaria.

Esa razón me cogió por sorpresa. Parpadeé antes de recobrar las ideas que ordenaban mis acciones.
- Por mí como si vas a cazar demiguises, Alexander- dije con tono cansado- Para mí, antetodo eres un alumno; un alumno que sale de su habitación por la noche- comencé a enumerar mientras me acercaba para empujarle con el dedo índice que lo señalaba- un alumno que sale del colegio por la noche, un alumno que se adentra en el Bosque Prohibido cuando ya la palabra indica lo que no se debe hacer - terminé, habiéndolo hecho retroceder unos cuantos metros hacia atrás.
- No te preguntaré acerca de tus asuntos, pero no esperes que pase por alto una norma que debo hacer cumplir.
Parecía que él no se movía, como siguiera así, lo haría a la fuerza por cansarme de que no me hiciera caso siendo que estaba obligado a hacer lo que le decía.

Me mantuve sonriendo al verla, ya no quedaba nada de la chica asustada y temblorosa de hace algunos instantes, me gustaba el brillo desafiante de sus ojos. Cuando golpeo mi pecho con su dedo, sujete su mano con cierta bruquedad, y la tire hacia mi, sabia que ojos de fuego odiaba el contacto fisico, pero simplemente no podia resistir la idea de hacerla enojar aun más.
- Pero tu eres una prefecta, una que deberia estar patruyando los pasillos, y no el bosque - dije en tono profundo, manteniendola aun sujeta de la cintura - ¿O no?
Sabia que quizas estaba ocupando un poco más de fuerza de la debida en sujetar su muñeca, pero estaba seguro que en cuando la soltara, me daria una bofetada, o me lanzaria una maldicion.

Sólo alcancé a agrandar los ojos por la sorpresa cuando me agarró la mano y tiró de mí. Quise zafarme al instante, revolviéndome cuando noté que me sujetaba de la cintura.
Fruncí el ceño, pisando fuertemente su pie para que me soltara.
- Qué haces?! - usé mi mano libre, para intentar empujarlo. Que me tocara no hacía más que enojarme - Suéltame. AHORA. - ordené con algo de desesperación por no tener la suficiente fuerza, mirando a sus ojos con furia. Qué pretendía? Molestarme? Pues lo estaba consiguiendo. Para colmo, desde que llevaba el anulador no podía quemarlo, pero podía hacer otras cosas, sólo tenía que pensar.
- No tengo por qué darte explicaciones de lo que hago. - contesté con tono frío- Y ahora suéltame o te arrepentirás. - me costaba hablar, nunca había estado tan cerca de alguien era incómodo, seguía dando tirones, pisándolo e intentando alejarlo. No podía llegar a mi varita, estaba guardada en mi pierna como siempre, tendría que encontrar el modo de llegar a ella si no me hacía caso.

La mantuve sujeta solo unos segundos más, para permitirme disfrutar de su cercania, y de la molestia que le causaba, luego la solte y, simultaneamente, di un salto hacía atras, para ponerme a cubierto de sus posibles golpes.
- ¿Porque no mejor vienes conmigo? - me aventure a decir, mientras miraba sus ojos - Ellos te dañaron, ¿no?, te torturaron, y te utilizaron - dije, aun recordando los días en la celda - ¿Dejaras que se vayan sin más? - La idea de llevarla me gustaba y no me gustaba, por un lado, siempre me gustaba estar cerca de ojos de fuego, y tener oportunidad de observarla, por otro, signifiaba ponerla en riesgo, pero recordaba bien que ella me dijo que no le gustaba que la protegieran, que podia protegerse sola, y yo había optado por creerle.

En cuanto me soltó, mi mano buscó la varita, apuntándolo.
- No intentes manipularme- amenacé frunciendo el ceño. Tenía ganas de golpearlo, de hacerle pedir perdón por haberse atrevido a tocarme. - Al único lugar que vamos a ir es a las mazmorras, donde tú te vas a quedar. - dije al salvar el espacio que él había retrocedido y apuntar con mi varita en su cuello, apretándolo levemente. No tenía que pensarlo mucho para llegar a actuar así con él, no era el más inocente que había conocido, ni mucho menos. No sentía como si tuviera que ir con cuidado al tratarlo, más bien lo contrario.
- Cómo piensas ir a por mortífagos si ni siquiera eres capaz de atacarme a mí? Ser un auror también es tener sangre fría, si no te dejo ir, tendrás que atacarme y no pienses que no me voy a defender. Así que, haz las cosas bien, ponte en tu lugar y vuelve a tu dormitorio, sólo eres un alumno. - repetí, arrastrando las últimas palabras para que se le metiera en la cabeza.

Senti la precion que su varita hacia sobre la piel de mi cuello, mis sentidos se dispararon, sintiendo el peligro, pero suprimi el impulso de sacar mi varita, no.por miedo a lastimarla, ella había dejado claro que no era una chicq fragil, sino más bien porque, si lo intentaba, ella probablemente podria alcanzarme con su hechizo primero.
Sonrei, y clave mi.mirada en sus ojos, ella casi parecia sacar fuego desd ellos.
Durante una fraccion de segundo, mis ojos parecieron más los de una serpiente que lo de un humano, irisados ojos color carmesi.
- suela tu varita - susurre, mientran intentaba que mi voluntad se impusiera a la suya, haciendo uso de mi más reciente hechizo.

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'Ataque (Duelo)' : 6

Di un paso atrás, viendo que su mirada se enfrentaba a la mía. Mantuve la varita en su cuello hasta que pronunció una orden. Mi cuerpo comenzaba a ser presionado y notaba que mi mano hacía fuerza hacia abajo por más que me resistiera.
Apreté la mandíbula, sin desviar los ojos de los de él, no me doblegaría, no lo haría conscientemente. Nunca obedecería una orden cuando era él el que tenía que someterse.
- Alex.- gruñí sin abrir casi los labios, acentuando el ceño.

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'Defensa (Duelo)' : 1

Pude ver como su cuerpo intentaba rendirse a los efectos hipnoticos de mis palabras, mientras que su voluntad luchaba por no ceder. No espere a ver si soltaba o no la varita, el momento de dude fue suficiente para dar un salto en diagonal al lado, fuera del alcance inmediato de su varita, mientras yo sacaba la mia en un movimiento rapido, profucto de la experiencia de muchos duelos.
- expeliarmus - dije, mientras lanzaba un rayo rojo desde mi varita a ojos de fuego.

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'Ataque (Duelo)' : 3

Se alejó de mí, como antes, justo a tiempo de que recobrara posesión de mi cuerpo y alzara mi varita hacia su nueva posición.
No sé si tuve mayor rapidez o no, pero pronuncié el mismo hechizo que él.
- EXPELIARMUS- grité con algo de irritación ante su actitud inflexible. Hacía que estuviera en tensión y terminaría por pasar de mi varita para arrastrarlo hacia su Sala Común, que era donde debía estar!
Su varita salió volando junto con él al suelo y me apresuré a recoger la suya antes de que él pudiera incorporarse.
- Y ahora qué? - pregunté, agarrándolo de la túnica cuando me detuve a su lado, con algo de agresión por la impaciencia- No tengo tiempo para gastar con alguien como tú, así que ahora te vas a levantar y voy a acompañarte a tu habitación, está claro? Y de ahí no te mueves - reprendí con autoridad, estaba saliéndome de mis casillas y lo sabía. Pero con él me era imposible no terminar hablando de esa manera en la que nunca hablaría ni trataría a los demás.

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'Defensa (Duelo)' : 4

Ella había quitado mi varita de mi man, y volvía a insistir en que le acompañara, simplemente respondí a sus preguntas con una sonrisa burlesca.
- ¿O si no que? - pregunte, en tono desafiante, mientras le miraba divertido por la situacion. En ese instante, todo a su alrededor se volvio negro, no estaba yo, ni el castillo, ni los arboles a nuestras espaldas, solo había oscuridad, tampoco había ninguna sonido que la alcanzara donde se encontraba, ninguno, excepto mi voz distante, que parecio retumbar desde todos lados y ningun lugar al mismo tiempo.
- Aun me quedan algunos trucos bajo la manga - dije, riendo entre dientes, sabiendo que ella no tardaria en entender que es lo que estaba haciendo.

Parpadeé, y aunque sabía que tenía los ojos abiertos, no había nada que pudiera ver.
- Estás jugando conmigo? Deja de usar tus artimañas, no estoy de humor para aguantártelas- dije una vez recordé que podía crear ilusiones como aquella vez que me sumergió en un bosque mientras estaba en el Gran Comedor. - aunque, sinceramente, nunca lo estoy contigo- añadí con ambas varitas en mano, escrutando la oscuridad que me rodeaba.
- Tus "trucos" no van a conseguir nada - no había soltado su túnica y aunque en mi mano no viera ni rastro de él, no iba a aflojar la presión de mi puño.- tan sólo meras ilusiones son las que planeas usar para zafarte? Podrías haberte ido ya si lo hubieras querido de verdad - señalé con evidencia, aunque era obvio que no dejaría que se fuera fácilmente si hubiera sido el caso de que Alex pretendiera huir.

Ojos de fuego me mantuvo firmemente sujeto, a pesar de haber anulado sus sentidos, aquello se ponia divertido, y no pude evitar preguntarme que tan en serio estaria dispuesta a jugar.
Con un movimiento rapido, me gire y me quite la tunica, dejando en su mano, y, sin una sola palabra, heche a correr por el bosque prohibido, sin preocuparme de dejar atras mi varita, despues de todo, ahora estaba marcada, y tenia pensado buscar una nueva para esta ocacion, lograr un poco más de libertad.
Mi hechizo dejo de hacer efecto en cuanto estuve suficientemente lejos de ella como para mantenerlo, pero, para entonces, ya me encontraba a cubierto de los arboles, alcanzarme con un conjuro seria realmente dificil. Pero yo sabía que ella era veloz, la había visto correr en otra ocaciones, pero yo tambien lo era, quizas no lo suficiente para dejarla definitivamente atras, pero si para manter su ritmo mientras, solo le quedaba intentar seguirme.
Recorde su miedo a los bosques, y me pregunte si preferiria desistir o continuaria la persecucion.

Mi vista volvió a aclararse y el entorno comenzó a aparecer desde la oscuridad, poco a poco. Tan sólo llegué a escuchar cómo Alex decidió correr y sólo su túnica quedó en mi mano. Tensé la mandíbula.
- Eres un cobarde - me quejé cuando me levanté del suelo y miré hacia donde creía haber oído las pisadas rápidas. No tenía ganas de estar tras él, corriendo por la noche en el bosque siendo que podría estar en mi cama dentro de unos minutos, cuando acabara mi guardia.
Giré sobre mí misma y comencé a caminar en dirección contraria para salir del bosque.
Que fuera donde quisiera, no era mi problema ya, tendría que haberme obedecido. No era como si me importara tanto como para seguirle.