Jugando con bludgers {Alyss, Alex}

Una mañana perfecta para jugar un rato, sin duda, pero... ¿Qué ven mis ojos? ¡Nadie en el campo de quidditch! Perfecto, así podría divertirme a mi manera sin que hubiesen miradas sobre mi. Bajé raudo hacia el campo, con la llave del armario de escobas, no había profesor de vuelo aún, por lo que no tuve problemas para obtenerla.
Saqué de este un baúl con las cuatro bolas de juego y un bate de golpeador, y lo llevé bajo un brazo hacia el centro del campo. Una vez allí, lo abrí y solté una bludger, esta voló tan alto como podía, pues tenían un limitador para no perderse, solté también la otra, volaron durante un rato y luego empezaron a ir por mi, el único "jugador" del terreno, salté hacia atrás para esquivar una, y golpeé la otra, era mucho más divertido sin escoba, ya que limitaba los movimientos.

La que había esquivado volvió a por mi, pero la rechacé con un fuerte golpe, y corrí en dirección a la otra. Quizás era un juego peligroso para muchos, pero no para mi, sabía manejar el peligro, lo llevaba dentro desde los ocho años, ¿Quién mejor para hacer cosas como esta que un licántropo?
Noté un olor extraño en el aire, humanos... ¡Oh!...¿Se acabó mi diversión? Seguro que eran de segundo curso con sus escobas nuevas queriendo jugar... No me importaba, no iba a dejar de golpear las bludger por que alguien más viniera.

Aquella mañana desperte temprano, no era costumbre para mi dormir demaciadas horas al día, dirigi mis pasos a los jardines, buscando algo de distracion, pero no encontre nada, el lago y el bosque prohibido dieron los mismos resultados, y un pequeño brote de frustración empezaba a florecer en mi interior, odiaba no tener que hacer, o nadie a la mano con quien divertirme. Mis pasos me llevaron a lugares no explorados hasta ahora, partes de los terrenos que no me había molestado en investigar, asi fue como termine en el campo de Quiddich.
Desde la distancia pude ver a un alumno, no podia reconocer ni la casa ni el genero, pero pude verlo correr de un lado a otro, lanzando golpes y esquivando algo aun invisible para mis ojos, a pesar de lo curioso de la imagen, pude apreciar que sus movimientos eran agiles, coordinados, aquel sin duda seria un luchador habíl.
Tras acercarme varios metros, pude reconocer un poco más de la imagen, el chico esquivaba dos pelotas que volaban en todas direcciones del campo, intentando atacarlo, seguramente eran dos de las bolas de aquel juego tan comun entre los nuestros, jamas me habia interesado en el Quiddich, y creo que jamas lo haria. Antes de poder acercarme lo suficiente como para sorprenderle, el chico se giro hacia mi, parecia haber sentido mi presencia, ¿Habia sido acaso demaciado ruidoso?, no, no era posible, aun nos separaba demaciada distancia para poder oirme.
Me quede alli, en silencio, observando el juego del chico, prestando atencion a sus movimientos, la idea de un duelo con el parecia emocionante, quizas deberia ponerla a prueba el día de hoy.

Era mi deber conocer toda la escuela antes de acabaran las vacaciones y por supuesto, el campo de Quidditch no era una excepción, tendría que enseñar a los nuevos los terrenos y las instalaciones del colegio como si fueran parte de la palma de mi mano. Aunque debo confesar, que esta idea sólo se me ocurrió de camino, dejando que mis pies me guiaran ciegamente hacia cualquier lugar a base de brincos con tal de pisar solo las piedras que había de entre las plantas. La música fluía en mis cascos de estrellas blancas sobre el verde que adoraba, a juego con la ropa informal. Llevaba la placa en la camiseta (por las dudas de que no me autorizaran a entrar), pero parecía que el campo estaba bastante tranquilo, excepto por el constante vuelo de bludgers rebotadas por un estudiante que estaba en el campo... Genial, al menos habría algo que ver. Había otra persona pero tampoco pude verla, estaba de espaldas a mí.
Aceleré mis pasos por la hierba, empezando a sonreír cuando identifiqué a Dave.
- Hey! Buen golpe!- saludé a mi compañero- No hay una snitch de sobra por aquí? Me gustaría probar.. - dije acercándome al baúl sin perder de vista las otras pelotas sueltas, por si venían en mi dirección. Me arrodillé junto al arcón y mis ojos se iluminaron cuando encontré la pequeña bola dorada.
Un momento. El reflejo de la bola me recordó la segunda persona y al alzar el rostro, mis labios se tensaron en una línea.
Maldita sea, otra vez.
- Hola Alexander. - quité los ojos del chico y recogí mi objetivo. La snitch dorada abrio sus alas lentamente entre mis dedos. No era mucho de equipos... me iba a costar si me daba la oportunidad de presentarme a las pruebas, pero creía que me sería útil... que podría colarme en cualquier lugar con tal de conseguir esa bola.
Giré el rostro hacia el de mi casa, alejándome cuando una de las bludgers dio contra el suelo, cerca de mí.
- Dave, esto no es seguro - advertí, viendo cómo la pelota volvia a elevarse.

Golpeé la bludger a por la que iba, sin hacer caso al primer olor, no lo identifiqué, por lo que no tenía ni por que dejar de jugar. Me mantuve en mi sitio, golpeando bludgers, hasta que sentí un olor nuevo, completamente diferente al anterior, estaba seguro de quién era, como para no estarlo, había combatido con ella, eso era más que suficiente. Lo que me pareció extraño, a parte de que vistiera con ropa común, fue que se acercase para coger las snitch, justo en el momento en que una bludger se clavó en el suelo. ¿Seguro? Nadie habló de seguridad al tener dos bludgers sueltas... Si supiera que antes estas mismas bolas eran pura roca...
- Para mi lo es pero si es necesario...
Solté el bate cuando una bludger acometió contra nosotros y la cogí presionándola contra el vientre y mis brazos. Casi agachado por la fuerza de esta, la volví a atar en el baúl. Esperé a que llegase la otra para hacer lo mismo, no era un gran esfuerzo para mi, tenía gran resistencia a los golpes, seguramente era por eso por lo que mi puesto era, sin duda alguna, no valía para otros puestos, como buscador, a pesar de ser muy ágil, muy físico no me lo permitía, además... Que si me enfrentaba al típico buscador muy pequeño lo tiraría de la escoba de un soplido. Sin embargo... Fijé la vista en Alyss, tenía la snitch en mano.
- ¿Has pensado en apuntarte al equipo de quidditch?- Pregunté sin ni siquiera saber si le gustaba jugarlo.- Tienes la constitución perfecta para buscador.
Fue entonces cuando volví la vista atrás, el primero en llegar era un chico que tendría nuestra edad, más o menos, cabellos de luz solar, y sus ojos parecían ser claros, no lo conocía. Recorrí el mismo camino con mis ojos hasta volver a Alyss.
- Yo pretendo presentarme para guardián en cuanto se anuncie la mínima noticia en la sala común, aun que creo que primero se nombrarán los capitanes...

La chica de los ojos de fuego acababa de llegar, aquello no me lo esperaba, había pasado buena parte de mi tiempo, en las ultimas tres semanas, siguiendola con la mirada, y ahora que me habia dispuesto a salir a pasear por mi cuenta, me la cruzo en la primera oportunidad, aquello era extraño.
Ella tambien me noto, poniendo su tipica cara de disgusto al verme, amaba esa cara, sonrei burlomente como respuesta a su escueto saludo, pero no segui su camino hacia el centro del campo.
La vi jugar con una bola pequeña y alada, que recordaba a una libelula, el Quiddich nunca habia sido lo mio, y difícilmente conocia el nombre de las bolas. Me mantuve con cierta distancia, el chico parecia conocerla, y hablar con cierta familiaridad con ella, desde donde estaba escuchaba retasos de sus palabras, no lo suficiente para entender el tema del que hablaban, camine hacia las gradas, y me quede de pie, apoyando mi espalda en uno de los pilares, observando com actuaban, senti una bestia rugir en la distancia, muy en lo profundo de mi interior, pero decidi hacerle oidos sordos.

- Deja de ser tan temerario, que seas lo que eres no quiere decir que seas invencible - me quejé, pero sonreí al ver que devolvía las bludgers a su lugar. Me había impresionado ver cómo recogía las bolas, parecían resistirse contínuamente. - Vaya, seguro que yo habría volado junto a ellas si intentara hacer eso.. - dije con una mueca cuando terminó de colocarlas, volviendo a mirar hacia la snitch.
- Um... lo he estado pensando, la verdad - dije al tiempo que alzaba la pequeña bola dorada que quedaba suspendida- crees que sería buena? No sé volar aun.. - tragué un poco de saliva- no se si me acostumbraré a ello. Por el contrario, parece que tú ni siquiera necesitaras escoba para atraparla, seras un buen golpeador - sonreí, agarrando la snitch y pasándola entre mis manos. Siempre había tenido buenos reflejos. Saqué un paquetito metálico de uno de mis bolsillos, parecía de chicle, pero no era para nada eso.- Has probado el nuevo Gum-past? es genial, mira - me acerqué a mi compañero y le mostré cómo pegaba el chicle a la snitch y el resto a mi mano. Por mucho que la pelota lo intentara, no podía escapar.
- Es curioso, no? Hasta puede soportar el peso de un cuerpo entero si lo pegas a una superficie... es muy práctico - sonreí divertida y eché el brazo hacia atrás, lanzando la bola por el impulso hacia cualquier parte. El caso es que la bola voló hasta Alexander y pegó en su frente.
Agrandé los ojos y el elástico volvió hacia mí cuando tiré.
- Uy.. justo en la diana - curvé los labios de lado, haciendo obvio que no me importaba haberle dado, aunque por otra parte no había pretendido hacerlo.

Una vez las blugers estaban calmadas en el baúl, escuché atentamente sus palabras, na buscadora que no había volado jamás...Me recordaba demasiado a uno que apareció cuando yo estaba en segundo, un tal Harry Potter, entró al equipo en primer curso sin haber volado jamás, o eso se decía por ahí, había escuchado más de una vez que voldemort había sido derrotado por él, pero la verdad, eso era una historia diferente a la mía, lo que pretendieran cada uno no era cosa mía.
- Eso tiene fácil solución.- Apunté con la varita al armario de las escobas y dije claramente- ¡Accio! ¡Accio!.... ¡Accio!
Al momento tres escobas volaron hacia mis manos, le cedí una a Alyss, si no sabía volar, yo mismo le enseñaría, lo había hecho desde siempre, prácticamente. Monté en la mía, y le expliqué que para alzar el vuelo solo había que patear el suelo y la escoba se movería según los movimientos de sus manos.
Pateé el suelo para mostrarle como hacer y volé directo hacia el chico, que parecía haber recibido un golpe en la frente, se habría dado con las gradas, seguramente.
- ¿Te unes?- Dije pasándole la escoba que llevaba en mano. Miré hacia atrás un momento para ver como iba Alyss, y pronto miré de nuevo al chico- ¿Os conocéis?

Los observe, se veian bastante amistosos entre ellos, no movi ni un musculo, vi a la chica de los ojos de fuego sacar algo de su bolsillo, y antes de entender lo que pasaba, una pequeña esfera volaba en mi direccion, mi cuerpo registro esto como un ataque, y mis reflejos llevaron mi mano a la varita, pero antes de poder sacarla una alarma en mi interior grito, "ALTO, ES LA CHICA DE LOS OJOS LLAMEANTES". Aquel momento de duda fue todo lo que necesite para tener estampada en mi frente la pequeña esfera, pestañee con fuerza, algo confuso por lo recién ocurrido, pero antes de poder ubicarme de nuevo, tres escobas pasaron volando a mi lado, sin golpearme solo por centimetros, me tambalee de la sorpresa...
Vi como el chico sujetaba las escobas, y montaba una con fluidez, pero antes de que pudiese decirle algo por el incidente, volo hacia mi y me tengio una escoba. Observe hacia la chica de los ojos de fuego.
- Se podria decir que si - dije mientras curvaba mis labios, y sujetaba la escoba que el chico me ofrecia, pocas veces habia montado una antes en mi vida, y hacia años que no lo hacia, pero siempre tuve buenos reflejos, y aunque no era un experto, podia maniobrar sin caer. La monte, y di una suave patada al suelo, elevandome, con mis ojos aun fijos en Alyss, esperando ver que haria a continuacion.

Vi cómo de repente Dave ya me tendía una escoba en el momento siguiente y comenzaba a elevarse con una breve explicación de cómo volar. Se dirigía a Alexander... maldición, planeaba preguntarle que se uniera a nosotros.
- Q-qué?... o-oye! esperame!..no esperarás que vuele tan fácilmente! - vi cómo el chico se comenzaba a alejar y coloqué la escoba entre mis piernas rápidamente, aferrandome de la madera mientras respiraba profundamente. Bien, hay que relajarse, da igual, deja a Dave un momento y piensa en lo que vas a hacer.
Di una patada al suelo.
Al momento, la escoba comenzó a elevarse y agrandé los ojos cuando mis pies dejaron de tocar tierra. La sensación de vacío se generó en mi estómago mientras me inclinaba sobre la escoba, no era muy cómodo, pero tendría que acostumbrarme.
Probé a impulsarme para alcanzar a Dave y lo conseguí, pero a duras penas frené si no fuera por sostenerme del brazo de mi compañero.
Oí su última pregunta y miré al slytherin con molestia.
- No tanto- contradecí y luego miré a Dave- Dave, es sólo un alumno más de slytherin, Alexander. Bastante molesto, he de añadir. - solté a mi compañero cuando conseguí estabilizarme. Sólo.. es costumbre.

Sonreí complacido cuando aceptó la escoba, al parecer era de Slytherin, seguramente ese comentario de Alyss se debía a que era un puro Slytherin, el común alumno que era muy orgulloso, bueno, no tenía problemas, yo también lo era, seguramente nos llevaríamos bien. Me fijé en Alyss, se mantenía bien en la escoba pero había tardado más en llegar de lo que esperaba, sería mejor darle algunas clases particulares antes de volar con ella. Tomé si mano y tiré de ella con delicadeza emprendiendo el vuelo.
- ¡Vamos, no te sueltes!- Dije mirándola mientras ascendíamos, si la dejaba ahora, podría caerse, y no tenía muchas ganas de recoger trozos de Alyss esparcidos por el suelo...- ¿Puedes seguirnos, Alexander?
Tras echar una fugaz mirada a Alexander... Se llamaba así, no? Alyss lo había nombrado hacía menos de cinco minutos.
El viento empezó a chocar contra nosotros a medida que tomábamos velocidad, sostenía a Alyss con la mano izquierda, y me sujetaba a la escoba con la otra, si conseguía enseñarle a volar hoy, la ayudaría a entrar en el equipo de Quidditch.
- ¡Vamos, Alexander, no te retrases!- Dije aumentando la velocidad, sujeté la mano de Alyss con fuerza, no demasiado fuerte.- Sujétate bien, ahora va la bajada.
Una vez estuvimos a unos cinco metros sobre el aro central, empecé a descender aun sujetando la mano de mi compañera, íbamos ganando velocidad, cada vez más, y más, las escobas casi iban a llegar a su límite, teníamos el suelo a menos de cuatro metros. Hice fuerza con las piernas y tiré del palo con la mano derecha, para estabilizar el vuelo, aun sin soltar a Alyss. Tras esto supuse que ya se habría acostumbrado a los movimientos de la escoba, y el vuelo ahora era tranquilo, rectilíneo y bajo, por lo que empecé a soltarla mirándola sonriendo, volví a mirar hacia atrás para ver si Alex venía atrás.

Pude ver como la chica de los ojos de fuego tenia problemas con su escoba, y el chico descnocido, cuya insignia me decia que pertenecia a Ravenclaw, la ayudaba a estabilizarse, pronto, comenzo a llevarla por todo el cambio, pero mi mente estaba en otra cosa, el chico habia tomado la mano de ella, y la sujetaba mientras la llevaba, algo en mi interior rugio, eh atacado a muchas personas, dañado a muchas personas, pero nunca ah sido movido por ira o rabia, siempre por otras razones.
Vole tras ellos, viendo como la sujetaba, pense en tumbarlo, pero la chica de ojos llameantes podia caer, aquello era inaceptable. los segui de cerca, como una estela, por todo el trayecto, hasta que finalmente ella parecio estabilizarse, poco a poco el empezo a soltar su mano, y en cuanto el contacto se rompio, vole con impetu en su direccion, el chico parecia ancho de espaldas, mucho más de lo que era yo, empujarlo podria ser en vano, asi que le di con mi hombro a su escoba, desestabilizandola.
Pase a su lado y gane algo de altura
- Lo siento, no soy bueno volando aun - dije en un tono tan claramente fingido que nadie puiese creer que aquello había sido de verdad un error.

No tuve tiempo de gritar antes de que mi compañero me agarrara de la mano y me arrastrara por todo el campo de arriba a abajo. Hice un esfuerzo por no entrar en pánico por el vértigo de ascender y descender tan agresivamente. Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que sentí que nos íbamos a estrellar.
En cuanto paró y pude respirar profundamente, apreté su mano antes de que me soltara, agitada por el susto que aun hacía que mi cuerpo estuviera entumecido.
- D-dave.. te juro que te mataré como vuelvas a hacer esto sin avisarme antes... - aunque sabía que si me hubiera avisado, difícilmente hubiera accedido a que me enseñara de esa forma.. aunque al soltarme, parecía que mi vuelo seguía totalmente estable.
- Wow... - sonreí, mirando a Dave al tiempo en que giraba con facilidad la escoba, claro, después del miedo que había pasado, estar sobre ella y mirar a unos metros el suelo, ya no era tan amenazante y debía controlar ese aspecto si quería ser buscadora.
No pude ver cuando Alex se movió, estaba concentrada en tomar el control de la escoba. Hasta que me lancé, tras soltar el aire, en picado hacia los huecos que rodeaban el campo y lo separaban de las altas gradas.

Sentí que la escoba se movió, pero pude manejarla enseguida, un simple golpecito no iba a tirar a alguien que había aprendido a volar casi al mismo tiempo que a andar. Alcé una ceja por su falso comentario... Que poca cortesía por su parte. Siquiera le contesté lo que hice fue ganar más y más altura hasta llegar al aro central, me gustaba ese lugar, tenía una vista completa del resto del campo, seguro que me metía en guardián si llegaba a presentarme al equipo de Quidditch, tampoco era tan malo en ese puesto, aun que me gustaba más lo de ser golpeador... Hasta que caía en cuenta de que si lo era, tendría que lanzar bludgers a los que podrían llegar a ser amigos, mejor no serlo, era un puesto para alguien menos emotivo.
Busqué el cabello rojizo de Alyss en el campo, no fue difícil de encontrar, parecía manejarse mejor que antes. Sonreí satisfecho mirándola, al parecer la impresión de ver que no iba a estrellarse por ir a tal velocidad, le había impuesto seguridad en sí misma. La verdad, no estaba seguro de si aún tenía la snitch en la mano, pero podríamos practicar lanzando pelotas de golf y que las buscase si llegaba a ser elegida como Bucadora.

Los segui con la mirada, y comprendi que estaba en desventaja, ellos se llevaban bien, serian aliados en esto, la chica de los ojos de fuego me odiaria aun más si simplemente le atacaba, y no deseaba eso, y montados en escobas, no tenia posibilidad de ganarle en un ataque furtivo, sabia volar, pero no estaba ni cerca de ser mi especialidad. Maldije para mis adentros por mi situacion actual, ¿que hacia yo montado en una escoba?.
Dirigi mi vuelo en su direccion, y decidi que mi mejor opcion en aquel momento, era simplemente observar, e interactuar de forma "normal", un concepto tan ageno a mi, que me hacia preguntarme exactamente como debia llevarse a cabo.

Mi sonrisa se iba ensanchando a medida que esquivaba las vigas de madera. El pulso se estaba disparando con el viento que golpeaba en mi contra. Comencé a adentrarme aun más abajo, donde las maderas apenas ofrecían espacio para pasar, sabía que sólo yo podría escabullirme por mi pequeño tamaño y el desafío iba aumentando con el entramado más complicado y la velocidad más arriesgada.
- Woohooo!!- grité emocionada al desafiarme a mi misma. Apenas recordaba el primer instante en que había cogido la escoba de esa forma tan insegura, ahora parecía formar parte de mi. Bueno, esta bien, admito que tengo algo de vértigo, pero tras lo que había hecho mi amigo, no había miedo que me quedara..y por dios, siempre me gustaba el peligro, el brote de libertad que habia sido reprimido por mi padre, estaba creciendo vertiginosamente con mi actitud temeraria.
Desvié el palo de la escoba hacia la derecha, colándome por el hueco que quedaba hasta que de repente, la escoba comenzó a arder.
Agrandé los ojos, y miré hacia mi al rededor..ya no era tan divertido, iba a demasiada velocidad como para que un simple despiste me arrojara..como pasó. La escoba ardiendo dio contra una de las vigas y se rompió.
- DAVE! - grité sin casi tener tiempo, sintiendo la caída entre miles de listones de madera que se encontraban en el camino. Conté las fracturas que iba notando hasta que di contra el suelo.
- M-maldición... - sangre brotó de mis labios cuando tosí.- al menos.. han parado la caída- murmuré mirando las vigas con molestia. Notaba el cuerpo pesado, y.. bueno, ni pensar en moverme; lo siento pero no estaba dispuesta a comprobar qué tan mal habían acabado mis huesos.

Seguí con la mirada a Alyss, volaba bastante bien, seguramente por su escaso tamaño, la perdí de vista, se había internado bajo las gradas... ¿Cómo podía caber ahí dentro? Ningún jugador había llegado a entrar ahí, aun que la verdad, nunca hizo falta. Agudicé el oído, pero solo escuché las vibraciones de mi escoba... Tendría que conseguir una, una buena para el puesto que deseaba. Al momento, oí crujir madera y mi nombre al viento.

¡Alyss!

Pegué mi cuerpo al palo de la escoba y descendí a toda velocidad, no podía perder un segundo. Maldita escoba lenta, seguro que Dumbledore podría permitirse por lo menos las de la serie Nimbus, y no las que no llegaban ni a Comet.

- Vamos... Más rápido...- A pesar de que mi cuerpo era pesado, la escoba realentizaba mucho la caída.- ¡Estúpida escoba!
No estaba muy alto... Puse mis pies en la madera y me lancé como un misil hacia el suelo, era mucho más rápido que la escoba, sí, estaba seguro de ello, pero también muchísimo más peligroso. Rodé al caer al suelo para reducir el daño, al menos no me rompí los tobillos, corrí en dirección donde me guiaba su olor, y de un salto, bajé a donde las vigas comenzaban a astillarse. Había una sombra en la zona más oscura, sus cabellos eran largos, pero no podía averiguar de que color eran... Era una persona, estaba segurísimo, estaba colgada de una viga casi in moverse, solo por un ligero balanceamiento.

- ¿Alyss?- Pregunté acercándome.- Lumos.

Me separé todo lo que pude espantado de lo que veía... No podía ser no era posible... ¡No! ¡Mi madre no estaba allí, y no estaba colgada de una horca! Caí de espaldas y choqué contra una enorme viga de madera. Agudicé la vista en la oscuridad, vi no mucho más lejos a otra chica, de cabellos rojizos y parecía tener un brazo en cierta postura extraña, como si alguien lo hubiera moldeado a su gusto... Debía estar roto... ¡Aaah!
La sombra que antes era mi madre ahorcada se arrastraba hacia mi como cadáver con vida propia, al que no le funcionaban las piernas... ¡Solo es un boggarts! ¡Solo es un boggart!
- ¡Riddikulus!- Grité apuntando hacia ella.
Al momento estalló en un centenar de mariposas azules, sonreí satisfecho por que funcionase y por lo divertidos que me parecían esos seres. Corrí enseguida hacia mi amiga, no me había percatado de si Alex me seguí o no, pero si lo hacía, debería tener cuidado con el boggart, yo no había hecho más que apartarlo de mi camino, la Defensa Contra Artes Oscuras nunca se me dio bien.

- ¡Alyss!- Grité cayendo de rodillas junto a ella, sabía que me había clavado varias astillas en las piernas, pero no tenía tiempo de sentir dolor.- ¿Q-Que ha pasado...? ¿Cómo...?

Sentí que mis ojos se humedecían levemente, no podía soportar que mis amigos sufrieran, y esto le había pasado por mi culpa, me odiaba en ese momento.

- Ferula...-Susurré apuntando a su brazo, ese hechizo también aliviaba el dolor... Era todo un tesoro. Me giré para avisar al Slytherin.- ¡Alex! ¡Avisa en la enfermería, esto tiene muy mala pinta...- Volví a mirar hacia mi amiga- Tranquila, te pondrás bien... Nada que la Señora Pomfrey no pueda arreglar en menos de un día... Hay que sacarte de aquí...

Me erguí tomando a Alyss en brazos con el mayor cuidado posible, salté de viga en viga hasta volver a pisar la hierba del campo. Tendí a la pelirroja en el campo y la miré con los ojos aun enrojecidos, no podía creer que esto hubiera pasado por mi culpa.

Mis ojos habia estado fijos en la chica de los ojos de fuego, y fui capas de ver todo el accidente, pero no era habil con la escoba, y no tenia idea com lidiar con el miedo, pues jamas lo habia experimentado, la vi caer, y reaccione en cuanto salio de mi vista, decendi como un relampago en su busca, Dave fue m{as rapido, su experiencia en las escobas era una ventaja, lo vi acercarse, diciendome que fuera a la enfermeria y levantaba su cuerpo ayundadola a caminar.
Mi mente aun no reaccionaba correctamente, sentia que no podia pensar con claridad, no estaba acostumbrado a temer, jamas me preocupo morir, o salir dañado, y jamas habia tenido alguien cuya integridad me preocupase.
No me di cuenta cuando llegue al lado de ambos, sin mirar a Dave, lo corri de un empujon, el no lo esperaba y su cuerpo, mas amplio que el mio, retrocedio algunos pasos. Sujete el cuerpo de la chica de los ojos llameantes y la puse en el suelo con suavidad, ignorando cualquier queja o comentario, mi mente empezaba a trabajar de nuevo, podia lastimarse mas si caminaba, sin mencionar hacerla sentir mas dolor, yo no era mejor que Dave con la escoba, ni probablemente tampoco era tan fuerte como el, pero si sabia algo, era exelente con la magia, siempre l habia sido.
Apunte mi varita hacia el cuerpo de la chica.
- Mobilicorpus - dije en mi mente, el hechizo no verbal hizo su efecto, y el cuerpo de la chica se levanto unos centimetos, jalado por cuerdas invisibles.
- Asi sera mejor - No me detuve a pensar como esta era la primera vez que pensaba en la forma de no causar dolor a alguien, generalmente era a la inversa.

No era muy consciente de lo que estaba pasando a mi al rededor, el dolor me estaba nublando los sentidos y apenas había oido a Dave llegar y tomarme en brazos. Mis ojos se iban a cualquier lado, sin comprender por el mareo que estaba empezando a afectarme. Me había dado en la cabeza contra el suelo y a primeras no habia tenido problema... pero ya tenía experiencia con golpes.
Me quejé con un grito ahogado cuando sentí que me arrebataban de los brazos de mi amigo con violencia, me dolían los huesos con cada pequeño movimiento o pisada.
- Alex..! - gruñí apretando la mandíbula por el dolor, mirándolo con odio y luego dirigiendo una segunda mirada a Dave. No quería que ese chico me tocara!
Mi cuerpo se tensó hasta ponerme de pie, obra del hechizo de Alexander. No quería que me ayudara, prefería haberme arrastrado hasta la enfermería con tal de que no me hubiera ayudado ese chico. Pero no podía moverme. Cerré los ojos con molestia, impotente por no poder resistirme y a la vez avergonzada de mi propia mente, siendo que hubiera sido una estupidez rebelarme en mi estado.

¿Pero qué demonios...?
- ¡¿Por qué no has ido a la enfermería?!- Le grité a Alex secándome los ojos con la manga.- ¡¿Acaso no te importa su estado?!
Rugía de rabia por dentro, ese tío era muy estúpido, mi lobo interior estaba deseando desgarrarlo, arrancarle sus entrañas y vomitarlas por su asquerosa aura. Apreté los puños, podía notar crecer mis colmillos... Me había enfurecido muchísimo... ¿Pretendía hacerse el héroe llevando ahora a la chica? Creía haber sido yo el que la sacó de entre los escombros. Noté un líquido tibio recorrer mi mano, estaba sangrando, mis uñas habían crecido y habían penetrado en mis manos. Miré muy seriamente a Alyss, y corrí. Corrí a toda velocidad hacia el castillo, no era humano que alguien fuera a ese ritmo, pero me importaba bien poco lo que pensara la gente al verme así. Cerré mis ojos con fuerza, una lágrima surcó el viento tras de mi. €~#@¬ €~#@¬ €~#@¬... Todo esto era por mi culpa... Si no hubiese puesto tanto empeño en enseñar a volar a Alyss esto no estaría pasando. Estaba hartándome, tardaría mucho en llegar a la enfermería si iba por las escaleras. Salté con todo lo que tenía hacia la fachada del castillo, clavando mis garras en la piedra... Mas que garras, eran uñas muy duras, como si estuvieran a mitad de transformación. Subí precipitadamente hasta la ventana, y entré. La enfermería estaba vacía.
- ¿Hay alguien?- Grité.
Al momento apareció una mujer con una bata blanca, como la de la señora Pomfrey, sería una enfermera. Le conté la situación y primero quiso observar mis heridas(Mi aspecto salvaje de colmillos y garras había desaparecido), pero me negué rotundamente, quería que la curase a ella antes. La guié a toda prisa casi arrastrándola por el castillo hasta el campo de Quidditch. Ese estúpido de Alex, si hubiera ido a la enfermería cuando se lo dije, ya habría curado a Alyss. Pronto llegamos, eché a Alex una mirada de puro odio, más que mi mirada, parecía que me controlase Loser, aun quería matarlo y vaciar su cadáver, pero la desvié enseguida hacia Alyss, con lo que volví a tener los ojos húmedos, no podía dejar de recordar lo ocurrido... El crujir de la madera, y mi nombre... Era como una pesadilla.
La enfermera hizo aparecer una camilla, y curó las heridas superficiales con un simple hechizo, posteriormente, se la llevó a la enfermería, obligándome a acompañarla para que curase mis heridas.

Cuando dave regreso yo ya habia ahorrado la mitad del tiempo llevando el cuerpo de alyss la mitad del camino hacia la enfermería, pude sentir su enojo a mi reaccion, pero no me di el tiempo de disfrutarlo, solo por esta vez habían cosas más importantes en mi cabeza. El chico creia estar haciendolo bien, pero cambiar poner el cuerpo en la posicion que queda al cargarla como el lo hizo puede sacar de su lugar algun hueso, un hueso roto es facil de arreglar para un sanador, pero un hueso desencajado dara más problemas, yo bien o sabia, pues habia aprendido muchas formas de convertir las heridas que cuasaba en las más complicadas posibles. Seguramente el chico penso que solo el brazo estaba roto, donde puso las ferulas, y es posible que eso fuese verdad, pero no teniamos certeza de aquello, y en estos casos, es más seguro suponer lo peor.
En cuanto la enfermera llego, deje que la atendieran, dando un paso al lado, mi mirada en Dave.
- La proxima vez que quieras ayudar, asegurate de saber lo que estas haciendo - escupi aquellas palabras cargadas de ira, no era comun en mi enojarme, ni menos controlar esa ira, pero no lleve mis manos a la varita, no frente a la chica de los ojos de fuego.

No sentí mucho más, el dolor estaba colapsándome mientras Dave corría a por ayuda y Alexander me llevaba con el hechizo. Sentí que me apoyaban en alguna superficie y abrí los ojos para encontrarme junto con la enfermera que supuse que mi amigo había traído.
Pude girar el rostro, encontrándome con las lágrimas de Dave y con la rabia de Alex, pero no pude decir mucho, sentía que el cuerpo se me estaba durmiendo, culpa de de algo que la enfermera me había aplicado con un hechizo que ni distinguí.
Entorné los ojos mientras estaba siendo transportada hacia el castillo. Estaba dolorida en cada centímetro de mi cuerpo, pero sabía que podría ser peor. Estiré uno de los brazos hacia mi amigo, queriendo que supiera que no tenía la culpa. Era yo quien se había buscado el peligro.

Oí perfectamente las palabras de Alex cuando me acusó, pero me importó bien poco, ni siquiera llegué a pensar en ello, tenía la mente llena de sentimientos parecidos al miedo, por mi culpa, solo fue mi culpa, tendría que haberla seguido en lugar de observar de lejos, si hubiera ido tras ella, seguramente la podría haber cogido al vuelo y... Vi la pequeña mano de Alyss estirada hacia mi, la iba a tomar con una de las mías, pero al acercarla me limité a rozarla con los dedos, no quería mancharla de mi propia sangre. Le sonreí, realmente me costó hacer, sin dejar de caminar hacia el castillo.

Fue entonces cuando empecé a notar el dolor en las piernas, por las astillas que me había clavado al recoger a Alyss. Apenas podía mover las piernas sin sentir como la madera hurgaba en mi piel. Apreté los puños, necesitaba más poder... Ya estuvimos en peligro en el bosque, y hoy podría haber muerto... Necesitaba poder para proteger a mis amigos...
Aflojé enseguida la presión de mis puños al notar la sangre chorrear de nuevo. Y noté una mano en mi hombro, era la enfermera.

- No sé como te has hecho eso en las manos... Estando así...- Dije casi susurrando. Estaba por advertirla que Alyss lo sabía, pero mejor lo mantuve en secreto.- Si crees que no será doloroso curarte eso para que no quede cicatriz, estás equivocado, jovencito, muy equivocado.

Reprimí una sonrisa al mirar hacia Alyss, seguramente habría dicho a la enfermera que ella sabía lo de mi licantropía de no ser por que Alex estaba con nosotros y que el estado de Alyss no era el mejor como para someterse a un interrogatorio.

Una vez llegamos a la enfermería, y tras un largo discurso de como pasó todo, me obligó a tumbarme en una cama contigua a la de Alyss, por mucho que me quejé de que podía estar sentado o de pie para que curase unas heridas en mis manos, entendí en seguida el por qué, tras limpiar las heridas, el hilo que utilizó para cerrarlas me estaba debilitando, según dijo era para que la cicatriz que quedase tan marcada, seguramente sería algún tipo de hilo mágico más poderoso de lo normal, por eso sentía tal debilidad. Tras eso, con un par de hechizos me quitó todas las astillas y curó las heridas, lo que me dejó al más débil, y por si fuera poco, me puso una venda en la cabeza, según ella tenía una herida en la zona posterior, ¿Me la habría hecho cuando caí ante el boggart? Fuera como fuese... Odiaba a muerte que me curasen de ese modo, estando como un inútil en cama. Lo único que quería era que Alyss se pusiera bien, había salido mucho peor que yo.

Los segui a cierta distancia hasta la enfermeria, sabia que Alyss no me querria cerca, pero aquello no evitaria que me mantuviera lo suficientemente cerca para saber como se encontraba. Una vez en la enfermeria, ma mantuve fuera, sin hacer ningun esfuerzo por entrar, simplemente esperando escuchar algo.
No tenia idea cuanto tiempo habia pasado, pero la puerta de la enfermeria se abrio, la mujer de bata que habia ido antes por ella estaba ahora en el marco.
- Ellos estan bien, para mañana por la mañana estaran listos - dijo mientras me dedicaba una mirada complice. Ella debio interpretar mi vigilia como preocupacion por ambos, algo en el tono que me dirigio me turbo ligeramente, un tono lejanamente cariñoso, un tono que no estaba nada acostumbrado a escuchar dirigido a mi.
Algo me extraño de la situacion, el chico, Dave, no habia salido tan gravemente lastimado, algunas magulladuras, pero nada mas, sin embargo vi abundante sangre sobre el, no tuve tiempo de fijarme de donde provenia, pero ninguna herida especialmente grande estaba a la vista. Ademas, para sus magulladuras, un par de minutos en la enfermeria debieron haber sido suficientes, ¿Que herida requeria trato magico de todo un dia?, algo raro ocurria con el....

Había sentido los dedos de Dave antes de entrar en la enfermería, aquello me había calmado sin duda y me fui abandonando en la camilla a medida que la imagen se iba distorsionando junto con las palabras de la enfermera, la sonrisa de mi amigo...
Y luego negro.
Abrí los ojos después de lo que pareció una eternidad. La noche se atajaba por la ventana y tan sólo el ruido de los árboles agitados eran mecidos entre los ecos de las aves nocturnas.
Rodé los ojos por toda la estancia, evitando centrarme en el regusto amargo que tenía en la boca. Parecía que la sala estaba vacía, o al menos eso deduje en la poca luz que reflejaban las camillas vacías. Hasta que mis ojos llegaron a la camilla de mi costado.
Afilé la vista, distinguiendo un bulto bajo las sábanas.
- Dave? - pregunté sin mucho volumen, por si dormía. Miré hacia el resto de la habitación, cayendo en cuenta de que también habíamos venido con Alexander.
Bueno, seguramente ya se habría marchado, a esas horas, nadie se quedaría en la enfermería y esperaba que Alex no fuera una excepción, lo que menos necesitaba era que siguiera rondando por ahí.
Hice ánimos de incorporarme, pero apenas hice el intento, sentí cómo el dolor me atravesaba por completo. De acuerdo, nada de moverse.

Dejé caer mi cabeza sobre la almohada, estaba algo mareado, demasiadas curas mágicas, incluso para mi. Oí la voz de Alyss, pero sonaba distante, me costaba mucho moverme, malditos hilos mágicos... Me inventaría una buena escusa. Hice acopio de fuerzas y me erguí hasta poder sentarme, la cabeza me daba vueltas, y sentía arcadas en todo momento. Me dirigí hacia Alyss, tambaleándome, apenas había un metro de separación entre cama y cama, pero se me hizo una distancia tremenda. Me dejé caer en el suelo, de rodillas, sintiendo como si los huesos partiesen en mil astillas. Tomé la mano de Alyss, las vendas que cubrían mis manos no me daban demasiada movilidad, pero tenía los dedos al descubierto. Dudé un momento, no quería que hablase, yo me rompí una vez un omóplato... Bueno, me lo rompieron, la curación fue fatídica, aun que estuvo también ligada a la licantropía, lo que quizás era eso lo difícil de arreglar
- ¿Cómo estás?- Pregunté casi sin fuerza.
Noté que las lágrimas florecían de nuevo en mi cara... Normalmente habría sonreído feliz, pero en aquella ocasión no podía, no soportaba ver a alguien en cama por mi culpa.
Sentí las rodillas ardiendo de dolor, pero no tenía fuerzas ni ganas para levantarme, quería quedarme allí, en el suelo, sujetando la mano de Alyss hasta que se curase completamente.
No sabía que había pasado con Alex, pero quería verlo, estaba algo confuso, no recordaba muy bien lo que había pasado.