Nuestra primera salida (Hermione)

En cuanto la ultima clase había terminado me había encaminado a los invernaderos. Sabía que debía extraer unas cuentas plantas, era algo que había mandado el profesor de Pociones, pero parecía que nadie más parecía interesado, aunque claramente todos irían el día antes, nadie prevenía, además, si tenía tiempo lo hacia. Mi pelo estaba tomado en un moño desarmado, pero prefería eso a que alguna planta me cogiera de la melena o cualquier otra tontería.

El silencio se hacia presente y yo parecía cómoda con eso, estaba casi completamente hundida en mis pensamientos y es que parecía que por el momento mi cabeza solo estaba dando vueltas alrededor de cierto rubio Slytherin. No había dejado de pensar en él desde nuestro encuentro en la Sala de los Menesteres, todo parecía irreal, pero no era así. Sonreí abiertamente mientras intentaba concentrarme sin mucho éxito. Por el momento no habíamos tenido clases juntos y deseaba verlo, pero al menos eso me ayudaba, y es que estaba pensando seriamente que si le veía con más personas no sabía como actuar y mucho menos como disimular. Suspire mientras volvía mis pensamientos hacia él.

Algo había llamado mi atención, se trataba de una voz conocida, familiar y como una melodía a mis oídos. Mi corazón dio un vuelco y comenzó a latir rápidamente. Lo estaba deseando con ansias, verle. - Ven aquí - dije a un volumen suficiente para que escuchara, aunque nunca muy fuerte para que alguien más viniera. Sonreí dulcemente mientras me quitaba los guantes y le esperaba allí, en la misma posición.

Sonreí en cuanto le vi caminar hacia mi y correspondí a su abrazo en cuanto le tuve frente a mi. Su aroma era realmente exquisito, tenerle allí. junto a mi, cada uno entre los brazos del otro. - Deberes de Pociones..... - le comente cuando pregunto.
Cuando se sentó en el piso me le quede mirando, pensaba que Draco Malfoy por nada del mundo se sentaba en el piso y mucho menos aceptaba ensuciarse. - Luego te puedo ayudar a sacudir la capa - le dije con una sonrisa amplia. También sería extraño que estuviera paseando por allí con el trasero sucio. Sin dudarlo me acomode a su lado y me acurruque entre sus brazos. Observe a nuestro alrededor y pude ver que las ventanas del costado derecho eran lo peor, solo por allí nos podían observar, por el otro lado era poco probable, pues nadie solía ir por ese lado de los corredores. Busque sus labios con una sonrisa - Por qué no me besas? - le pregunta entre risas divertida. Lo extrañaba y realmente necesitaba sus labios. - Te extrañe mucho, creo que estuviste mucho más de lo debido en mi cabeza - comente acariciando una de sus manos tierna.

Me veía extrañada, como si no fuera capaz de estar ahí, como si siguiera soñando, si no fuera real lo que estabamos viviendo. -Cariño, recuerda que soy un mago, así que no creo que sea problema limpiarme.- Cuando se aproximó y me preguntó ¿por qué no la besaba?, me enterneció y comencé a buscar sus labios, para depositar en ellos tiernos y suaves besos.

Me gustaba saber que ella pensaba en mi, también yo pensaba en ella. Desde hace tiempo que lo hacía, de eso no podía tener ninguna duda. Era un anhelo y ahora que se había vuelto realidad, me sentía sumamente afortunado, tanto que no me importaba lo que pudiera suceder, solo me interesaba estar con ella.

Saqué el pequeño paquete que tenía entre mi túnica. -Te he traído un regalo.- le dije sin poder esperar más. La invité a abrirlo, esperando que disfrutara del regalo que le hacía.

Off:// El regalo es la gargantilla de rubies.

Se sentía volando, realmente era de las cosas más agradables que me habían sucedido, estar con él. - Pero eres Draco Malfoy y no te sientas en el piso - proteste ante su respuesta. Realmente era poco creíble ver esa escena, seguramente si alguien me lo hubiera contado, no lo hubiera creído hasta verlo yo misma.
Cuando sentí sus labios sobre los míos casi sin dudarlo los atrape entre los míos, era esa intención de mantener un beso y no dejarle ir ya nunca más. De cierta forma era extraño en mi, pero eso provocaba él en mi, reacciones que ni yo misma me esperaba.

Cuando nos separamos observe curiosa sus movimientos, había buscado algo en su túnica hasta dar con una caja forrada en terciopelo azul. Cuando esa caja estuvo entre mis manos no la quise abrir, no quería dar con algo que no pudiera recibir y en cuando comprobé su contenido me di cuenta que yo no podría llevar algo así. - Es realmente hermoso, pero no puedo aceptarlo.. - dije en un susurro mientras continuaba observando esa gargantilla lujosa. - Digo, debió costar una fortuna y no me gustaría estropearlo.. - le dije algo temblorosa. No tenía idea como habría conseguido eso en tan pocos días, pero fuera como fuera no podía aceptarlo... No me quería considerar una aprovechada tampoco.

Se sentía extraño, pues nunca había tenido muchas cosas de valor y ahora tener algo de diamantes me dejaba aturdida. No quería sonar sin educación, pero ya había dicho lo que había dicho.
Cuando dijo sus siguientes comentarios no pude evitar sentirme realmente irritada - Pues, si soy Hermione Granger y no debiera estar aquí, perfectamente puedo irme - hable dejando en claro lo mucho que me había molestada su comentario. Tenía ganas de irme de allí..
- Entonces soy una mala educada? - pregunte ante lo siguiente. De forma evidente no quería llegar a ese punto, pero ambos eramos testarudos y de orgullos grandes, suponía que no se podía esperar menos de nosotros. Deje que hiciera lo que estaba haciendo en ese momento, casi ni lo notaba, pues seguía pensando en lo molesta que estaba. - No es que no me guste... - le dije bajando el tono de voz visiblemente. Comenzaba a pensar que estábamos hablando bastante fuerte y no era bueno que nadie escuchara esa discusión.
Respire profundo tragando todo lo que estaba sintiendo, incluso ese sentimiento de rechazo hacia su obsequio. Me deje llevar por él y me apoye en su pecho mientras cogía una de sus manos entre las mías. Se sentía bien con él y era realmente horrible pensar que todo eso se podía acabar por tonterías de ambos. - Olvidemos esto, por favor... - pedí en un susurro apenada. Tal vez pocas veces había sentido ese miedo, pero justo ahora lo estaba sintiendo...

No podía evitar sentirme irritada ante sus comentarios. ¿Hacer que? Cielos, si no hacia absolutamente nada. Di un suspiro casi resignada. - Gastar dinero en mi... - dije cuando pidió que dijera que no debía hacer. No lograba entrar en mi cabeza el hecho de gastar dinero en lujos, tal vez era falta de costumbre o porque simplemente eso no iba nada bien conmigo.
No pude evitar dibujar una sonrisa en mi rostro cuando me pidió que no fuera más en los invernaderos, pues era muy sucio. A mi me gustaba estar allí, podía encontrar una perfecta paz, pero a él, parecía que no le agradaba, aunque no lo culpaba. A mi cabeza llego nuevamente el pensamiento de que no me había equivocado y es que habíamos discutido por una tontería, además, había tenido razón...


Hice una señal de agradecimiento cuando limpio mi túnica, al igual que cuando lo hizo para si mismo, a lo que solo pude observar con una sonrisa como se limpiaban ambas.
- Que tienes en mente? - pregunte curiosa. La idea de salir de allí me había dejado algo confundida, pues probablemente alguien nos vería y se iría todo por la borda, aunque agradecí internamente el hecho de que quisiera andar conmigo por Hogwarts. - Digo... es algo peligroso, no lo se, pueden vernos... - le comente mientras me colgaba de su cuello para depositar unos cuantos besos en sus dulces labios. Era simplemente algo que adoraba, estar con él.

Cuando detuvo nuestros besos le mire con una mueca extrañada por la distancia que nos había hecho tomar. Yo estaba disfrutando de eso, pero estaba bien, cualquiera podría entrar y encontrarnos allí.
Lo escuche hablar con atención y al instante pude sentir calor en mis mejillas, señal de que sus palabras me habían hecho sentir avergonzada. Guarde silencio por el momento y solo asentí casi como si se tratara de una orden que él me había dado, pero no era eso, si no que no me esperaba aquello.

Asentí de forma continua cuando dijo que podríamos caminar por la orilla del bosque, no era para nada una mala idea y por el momento, era la única opción que teníamos para andar por allí, sin escondernos, y como cualquier otra pareja, aunque de cierta forma, era algo triste pensar que debíamos andar a escondidas de todos, siempre.
Cuando abrió la puerta me quede allí, de pie mientras le miraba con curiosidad, a decir por su rostro podía afirmar que no andaba nadie por allí y lo siguiente me lo confirmo, estábamos completamente solos. Sonreí y tome su mano cuando me la ofreció, luego de eso simplemente me adelante y camine junto a él por los terrenos, siempre con ese silencio que para mi grata sorpresa, no llegaba a tornarse incomodo, siempre era sensacional estar con él.

Cuando comenzamos a estar cerca del bosque no dude en apurar un poco más nuestros pasos y caminar unos cuantos metros bosque adentro. Cuando estuvimos lo suficientemente adentro, solté su mano y termine por apoyarme en uno de los árboles, para luego perder mi mirada en el azul del cielo. Cuando estuve consciente de que había estado así lo suficiente baje mi vista hasta encontrarme con sus hermosos ojos y dedicarle una sonrisa. Carraspee un poco intentando llamar su atención - Cariño mio, aún no soy tu novia, por lo que me siento en completa libertad de pagar lo que quiera.. - comente en una especie de intentar provocarlo, molestarlo y dejarle las cosas bastante en claro.