La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
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La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
24 de Julio. Hermoso día de verano. Hermoso día en el que cumplo años. Pero que genial. A ver... ¿qué puedo haber hecho en mi cumpleaños? Fiesta loca... no. ¿Pasarlo tranquilo con amigos? No. ¿Con mi familia? Hug, ni loco. ¿Salir a cenar? Pues... no. Así es, no tuve mejor idea que el 23 a la noche ir a practicar al bosque. Qué enfermo mental que sos, Teocracio. Y así terminaste. No tuviste tanta suerte como la última vez. Y ahora estás como nunca lo hubieses esperado. Tirado, como un trapo viejo, en la cama de la enfermería. Y en tu cumpleaños. Merlín, los voy a matar a todos.
Bueno, no. No a todos. Pero sí al genio que creó el vidrio, y el agua, y la magia. Los tres fuckings culpables de que yo esté así. Todo cortado. Bueno, tampoco todo. Pero tenía tres cortes pequeños en la cara. Uno en la frente, y dos en la mejilla izquierda. Malditos vidrios. Después, mil cortes en el resto del cuerpo. No puedo ser taaaaan inútil. ¿Cómo me voy a herir así? doy lástima. Por suerte nunca me desagradaron las enfermerías y hospitales. Pero a nadie le gusta estar postrado en una cama el día de su cumpleaños. En verano. Con ese calor. Los odio. A todos.
Acostado, y tapado con una fina sábana culpa del calor. Tomando cada tres horas una poción asquerosa. Claro, heridas mágicas, igual pociones feas porque no sirven los hechizos comunes. Los odio.
Bueno, en realidad, me dolía demasiado como para estar amargado. Sólo esperaba que alguien viniese pronto. Aunque sean las 7am, no me importaba. Necesitaba hablar con alguien. Había pasado toda la noche ahí. Estaba muriendo de abstinencia de decir cosas sin sentido.
Bueno, no. No a todos. Pero sí al genio que creó el vidrio, y el agua, y la magia. Los tres fuckings culpables de que yo esté así. Todo cortado. Bueno, tampoco todo. Pero tenía tres cortes pequeños en la cara. Uno en la frente, y dos en la mejilla izquierda. Malditos vidrios. Después, mil cortes en el resto del cuerpo. No puedo ser taaaaan inútil. ¿Cómo me voy a herir así? doy lástima. Por suerte nunca me desagradaron las enfermerías y hospitales. Pero a nadie le gusta estar postrado en una cama el día de su cumpleaños. En verano. Con ese calor. Los odio. A todos.
Acostado, y tapado con una fina sábana culpa del calor. Tomando cada tres horas una poción asquerosa. Claro, heridas mágicas, igual pociones feas porque no sirven los hechizos comunes. Los odio.
Bueno, en realidad, me dolía demasiado como para estar amargado. Sólo esperaba que alguien viniese pronto. Aunque sean las 7am, no me importaba. Necesitaba hablar con alguien. Había pasado toda la noche ahí. Estaba muriendo de abstinencia de decir cosas sin sentido.
Teo Grobersky- Prefecto Ravenclaw
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Localización : Hogwarts. Tu dormitorio. El de tu hermana.
Boggart : Dos.
Re: La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
Mi instinto lobuno se despertó. ¿Qué hora era?... Me estaba muriendo de hambre... ¡¿Las 3 de la madrugada?! Que oportuno Loser... No podías despertarte en otro momento. No tenía más remedio, debería ir al bosque a correr un rato, total... No había nadie despierto, no molestaría a nadie, eso seguro. Bajé las escaleras junto a Rayth, no me apetecía transformarlo en gato, sino me molestaría mucho esperándolo cada dos por tres. Era una pena que no se me diesen tan bien los encantamientos como las transformaciónes, sino haría que Rayth fuer más rápido... Pero... Sí, ese encatamiento me valía. saqué la varita y apunté a mi pequeño tigre mientras caminaba tras de mi.
- Engorgio.- Dije moviendo la varita.
Al momento, mi pequeña cría de tigre alcanzó un tamaño bastante grade, aun que él estaba más sorprendido que yo, al verme desde esa altura.
- Siento tener que trasnformarte tan a menudo... Espero que eso no influya en tu crecimiento natural... Tanta magia no puede ser buena para un...- Dejé de hablar... ¿Qué había sentido?... Me había hablado Rayth... Imposible... Solo es un tigre... No puede hablar... Tendría que investigarlo. Pero me parecía imposible, quizás estaba usando demasiada magia en él... Fuera como fuese, lo miraría luego, ahora tenía que calmar a mi lobo interior.
Comencé a correr a gran velocidad pro el bosque, mi tigre del tamaño de un adulto era ahora tan grande que podía seguir mi marcha tranquilamente.
Tras un par de horas decidí volver, ya no sentía la presión de Loser en mi mente, estaba caminando tranquilamente hacia Hogwarts cuando lo recordé.
- ¡Oh! Rayth, lo siento, no me acordaba...- Saqué la varita y volví a apuntarlo- Reduccio.
Volvió a su estado normal, sentí como si me lo agradeciera... Pero debió ser fruto de mi imaginación.
Una vez me hube duchado y cepillado el pelaje de Rayth, decidí mirar el calendario... Así, por saber más o menos en que día andaba.¿Un cumpleaños?... ¿De quién...? ¡Oh! ¡Ya lo recuerdo, era el cumpleaños de Teo! Habíamos hablado un par de veces en la sala común, si no recordaba mal, había oído que ahora era prefecto, y seguía por aquí en verano... Compré un regalo para él... ¿Donde lo habría metido?... Piensa, Dave... ¿Dónde guardas tus cosas más preciadas?
Me agaché bajo la cama y saqué el baúl donde guardaba la espada Wishe, no la necesitaba en ese momento, pero ahí tenía su regalo, era algo muy extraño, lo había visto en un puesto de Escocia, de objetos mágicos. Era algo parecido a una muñequera... Me recordaba a las muggles, pero esta se diferenciaba bastante... Era como si estuviera hecha de agua sólida... No hielo. sino agua comprimida, aun que no era húmedo... El vendedor me dijo que con ella se podía respirar bajo el agua, y muchos más poderes sobre humanos y bla bla bla..., nunca la había probado, pero sí que compré otra parecida, para ver con afinidad, funcionaba a la perfección(Como para no hacerlo, casi dos mil galeones me costó cada una... Bueno, a mi no, a mis padres y su cámara de Gringots) pero me cansé de ella y se la dí a mi hermano para que la utilizase en su trabajo.
Busqué por todo el castillo a Teo, con una caja azul y blanca donde residía la dichosa muñequera acuática... ¿Dónde podía haberse metido? Ya tenía pensado que se habría ido de la escuela para pasar las vacaciones por ahí, cuando decidí mirar la hora... las 7:30am... Dave eres estúpido... ¿Cómo iba a estar...?
Oí un maullido, o algo parecido tras de mi... Que no sea la señora Norris... Dirigí la mirada a mi espalda con lentitud, y respiré tranquilo cuando vi que solo era Rayth, habría dejado la puerta abierta o algo parecido.
- Enano cabezón...-Dije de broma yendo hacia él.
Para mi sorpresa el felino comenzó a correr hacia las plantas más bajas...¿Me estaba guiando hacia Teo? ¿Por qué iba Teo a bajar tan temprano?... Seguro que no estaba por allí... Estaría durmiendo en su habitación, cosa que no me había planteado hasta el momento.
- Vuelve aquí asquerosa boladepelorayada.- Dije comenzando a correr, ese bicho me iba a sacar de quicio... Cuando por fin lo conseguí alcanzar estaba en la enfermería... Bueno, en la puerta de esta, Rayth arañaba la madera con sus finas garras.- Tú no estás herido... Palurdo... ¿Para qué quieres entrar?...
Abrí la puerta más que nada para que se estuviera quieto, pero lo queme sorprendió, fue encontrar allí a Teo... ¿Desde cuando Rayth era mejor buscador que yo?... Si ni siquiera conocía a Teo.
- Vaya... Menudo cumpleaños te espera aquí dentro... eh, Teo?... Y sobre todo en ese estado...-Dije mientras me acercaba a paso rápido hacia su cama.
Por supuesto, Rayth ya había saltado al pie del colchón y lo miraba sentado sin mover más que la cola.
Me apoyé en la barra de metal y le pasé la cajita azul y blanca, sonriendo.
- Feliz cumpleaños.
- Engorgio.- Dije moviendo la varita.
Al momento, mi pequeña cría de tigre alcanzó un tamaño bastante grade, aun que él estaba más sorprendido que yo, al verme desde esa altura.
- Siento tener que trasnformarte tan a menudo... Espero que eso no influya en tu crecimiento natural... Tanta magia no puede ser buena para un...- Dejé de hablar... ¿Qué había sentido?... Me había hablado Rayth... Imposible... Solo es un tigre... No puede hablar... Tendría que investigarlo. Pero me parecía imposible, quizás estaba usando demasiada magia en él... Fuera como fuese, lo miraría luego, ahora tenía que calmar a mi lobo interior.
Comencé a correr a gran velocidad pro el bosque, mi tigre del tamaño de un adulto era ahora tan grande que podía seguir mi marcha tranquilamente.
Tras un par de horas decidí volver, ya no sentía la presión de Loser en mi mente, estaba caminando tranquilamente hacia Hogwarts cuando lo recordé.
- ¡Oh! Rayth, lo siento, no me acordaba...- Saqué la varita y volví a apuntarlo- Reduccio.
Volvió a su estado normal, sentí como si me lo agradeciera... Pero debió ser fruto de mi imaginación.
Una vez me hube duchado y cepillado el pelaje de Rayth, decidí mirar el calendario... Así, por saber más o menos en que día andaba.¿Un cumpleaños?... ¿De quién...? ¡Oh! ¡Ya lo recuerdo, era el cumpleaños de Teo! Habíamos hablado un par de veces en la sala común, si no recordaba mal, había oído que ahora era prefecto, y seguía por aquí en verano... Compré un regalo para él... ¿Donde lo habría metido?... Piensa, Dave... ¿Dónde guardas tus cosas más preciadas?
Me agaché bajo la cama y saqué el baúl donde guardaba la espada Wishe, no la necesitaba en ese momento, pero ahí tenía su regalo, era algo muy extraño, lo había visto en un puesto de Escocia, de objetos mágicos. Era algo parecido a una muñequera... Me recordaba a las muggles, pero esta se diferenciaba bastante... Era como si estuviera hecha de agua sólida... No hielo. sino agua comprimida, aun que no era húmedo... El vendedor me dijo que con ella se podía respirar bajo el agua, y muchos más poderes sobre humanos y bla bla bla..., nunca la había probado, pero sí que compré otra parecida, para ver con afinidad, funcionaba a la perfección(Como para no hacerlo, casi dos mil galeones me costó cada una... Bueno, a mi no, a mis padres y su cámara de Gringots) pero me cansé de ella y se la dí a mi hermano para que la utilizase en su trabajo.
Busqué por todo el castillo a Teo, con una caja azul y blanca donde residía la dichosa muñequera acuática... ¿Dónde podía haberse metido? Ya tenía pensado que se habría ido de la escuela para pasar las vacaciones por ahí, cuando decidí mirar la hora... las 7:30am... Dave eres estúpido... ¿Cómo iba a estar...?
Oí un maullido, o algo parecido tras de mi... Que no sea la señora Norris... Dirigí la mirada a mi espalda con lentitud, y respiré tranquilo cuando vi que solo era Rayth, habría dejado la puerta abierta o algo parecido.
- Enano cabezón...-Dije de broma yendo hacia él.
Para mi sorpresa el felino comenzó a correr hacia las plantas más bajas...¿Me estaba guiando hacia Teo? ¿Por qué iba Teo a bajar tan temprano?... Seguro que no estaba por allí... Estaría durmiendo en su habitación, cosa que no me había planteado hasta el momento.
- Vuelve aquí asquerosa boladepelorayada.- Dije comenzando a correr, ese bicho me iba a sacar de quicio... Cuando por fin lo conseguí alcanzar estaba en la enfermería... Bueno, en la puerta de esta, Rayth arañaba la madera con sus finas garras.- Tú no estás herido... Palurdo... ¿Para qué quieres entrar?...
Abrí la puerta más que nada para que se estuviera quieto, pero lo queme sorprendió, fue encontrar allí a Teo... ¿Desde cuando Rayth era mejor buscador que yo?... Si ni siquiera conocía a Teo.
- Vaya... Menudo cumpleaños te espera aquí dentro... eh, Teo?... Y sobre todo en ese estado...-Dije mientras me acercaba a paso rápido hacia su cama.
Por supuesto, Rayth ya había saltado al pie del colchón y lo miraba sentado sin mover más que la cola.
Me apoyé en la barra de metal y le pasé la cajita azul y blanca, sonriendo.
- Feliz cumpleaños.
Dave Wishe- Equipo de Quidditch
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Re: La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
Estaba maldiciendo, cosa que ya se me estaba haciendo una costumbre en toda la madrugada. Esta vez culpa de la picazón en una de las tantas vendas que tenía en todo el cuerpo. Asquerosas vendas. Asquerosos vidrios. Asquerosa agua. Asquerosa magia. bueno, bueno... puede ser que haya sido culpa mía... pero aún así, espero que me dejen quejarme tranquilo.
Estaba en eso, en quejarme y maldecir, cuando me saltó algo a la cama. Me sobresalté y observé rápido. ¿Qué rayos hacía ese animal allí? Era increíble como esa tierna imagen, de ese tigre mirándome con esos grandes ojos, lograba que mi malhumor desaparezca. Le alcancé a sonreír medio sorprendido, sabiendo quien sería el que entraría por la puerta. Y como lo preveía, un apresurado Dave ingresó por la puerta.
-¡Dave! Ven, no me abandones -grité, con dramatismo. Sonriendo sinceramente y con agradecimiento silencioso. La verdad es que un amigo es lo que más necesitaba en ese momento. Lo miré sonriendo cuando se acercó y miré maravillado el paquete que me entregaba -. ¡Gracias! No debiste molestarte -exclamé, sonriendo y tomando el paquete. Lo desaté con astucia y extraje el artefacto de su interior. Cuando lo toqué, la muñequera comenzó a brillar intensamente, obligándome a entrecerrar los ojos por su potencia.
-Wo... ¿qué es? -pregunté, examinando maravillado el regalo.
Estaba en eso, en quejarme y maldecir, cuando me saltó algo a la cama. Me sobresalté y observé rápido. ¿Qué rayos hacía ese animal allí? Era increíble como esa tierna imagen, de ese tigre mirándome con esos grandes ojos, lograba que mi malhumor desaparezca. Le alcancé a sonreír medio sorprendido, sabiendo quien sería el que entraría por la puerta. Y como lo preveía, un apresurado Dave ingresó por la puerta.
-¡Dave! Ven, no me abandones -grité, con dramatismo. Sonriendo sinceramente y con agradecimiento silencioso. La verdad es que un amigo es lo que más necesitaba en ese momento. Lo miré sonriendo cuando se acercó y miré maravillado el paquete que me entregaba -. ¡Gracias! No debiste molestarte -exclamé, sonriendo y tomando el paquete. Lo desaté con astucia y extraje el artefacto de su interior. Cuando lo toqué, la muñequera comenzó a brillar intensamente, obligándome a entrecerrar los ojos por su potencia.
-Wo... ¿qué es? -pregunté, examinando maravillado el regalo.
Teo Grobersky- Prefecto Ravenclaw
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Re: La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
Noté como Rayth echaba miradas alternas a la muñequera y a mi, como si él tampoco entendiese nada. Sonreí dejando ver la curiosidad en los ojos de Teo, la verdad, no habría estado seguro de qué comprarle sino llega a ser por que guardo eso desde invierno esperando este día.
- Es una muñequera acuática, la compré en Escocia, el vendedor me dijo que con ella podrías respirar bajo el agua tranquilamente y tus capacidades sobre esta se verían favorecidas, tanto dentro como fuera... Supuse que te sería útil algún día.- Aclaré mirándolo.
Agaché la cabeza a Rayth para provocarlo un poco, pero en lugar de ello, se acurrucó en la sábana, como si fuera un gato... Últimamente se comportaba algo raro. Miré de nuevo a Teo, aun no sabía por qué iba vendado, pero se me hacía divertida la imagen de que pasase las primeras horas de su cumpleaños aquí dentro.
- Teo... ¿Cómo has acabado así? ¿te has intentado pelear contra una mantícora?... ¿Un duelo contra un Gryffindor valentón? ¿O te has comprado un puerco espín?.
Reí en silencio, de verdad que se me hacía rarísimo verlo así, no lo conocía a fondo, pero normalmente, cuando lo veía en la sala común o por los pasillos no iba tan herido.
No se me ocurría la forma para haber llegado a estar así, las heridas de su cara eran limpias, no parecían de garras ni colmillos. Seguramente no llegaría a ninguna conclusión si no me daba pistas.
Volví a picar a Rayth, tocando con un dedo su cabecita atigrada, sabía que no debía deambular por ahí con una cría de tigre, pero ya lo hablaría con el director, seguro que me dejaba tenerlo, además, se rumoreaba que él tenía un fénix en su despacho... ¿Por qué no iba a tener yo na cría de tigre? Tampoco era nada peligroso, como un basilisco o... Un dementor... aun que sería muy interesante tener un dementor de mascota.
- ¿Esperas que venga alguien más? Por que a esta hora y en ese estado, no sé como puedes estar despierto.
- Es una muñequera acuática, la compré en Escocia, el vendedor me dijo que con ella podrías respirar bajo el agua tranquilamente y tus capacidades sobre esta se verían favorecidas, tanto dentro como fuera... Supuse que te sería útil algún día.- Aclaré mirándolo.
Agaché la cabeza a Rayth para provocarlo un poco, pero en lugar de ello, se acurrucó en la sábana, como si fuera un gato... Últimamente se comportaba algo raro. Miré de nuevo a Teo, aun no sabía por qué iba vendado, pero se me hacía divertida la imagen de que pasase las primeras horas de su cumpleaños aquí dentro.
- Teo... ¿Cómo has acabado así? ¿te has intentado pelear contra una mantícora?... ¿Un duelo contra un Gryffindor valentón? ¿O te has comprado un puerco espín?.
Reí en silencio, de verdad que se me hacía rarísimo verlo así, no lo conocía a fondo, pero normalmente, cuando lo veía en la sala común o por los pasillos no iba tan herido.
No se me ocurría la forma para haber llegado a estar así, las heridas de su cara eran limpias, no parecían de garras ni colmillos. Seguramente no llegaría a ninguna conclusión si no me daba pistas.
Volví a picar a Rayth, tocando con un dedo su cabecita atigrada, sabía que no debía deambular por ahí con una cría de tigre, pero ya lo hablaría con el director, seguro que me dejaba tenerlo, además, se rumoreaba que él tenía un fénix en su despacho... ¿Por qué no iba a tener yo na cría de tigre? Tampoco era nada peligroso, como un basilisco o... Un dementor... aun que sería muy interesante tener un dementor de mascota.
- ¿Esperas que venga alguien más? Por que a esta hora y en ese estado, no sé como puedes estar despierto.
Dave Wishe- Equipo de Quidditch
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Re: La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
Era temprano y ya me había acostumbrado a levantarme a las horas comunes en las que el motor del coche de mi padre hacía un vuelco y debíamos parar a repararlo en alguna calzada alejada a empujones.
No tenía mucho que hacer ese día, tan sólo cubrir algunas formalidades con el incidente de la alumna de Gryffindor, atacada por Alexander hacía unas semanas y que había llevado a la enfermería. No había podido visitarla hasta el momento, no sabía si me reconocería sin mi uniforme, pero las ideas de ser unos alumnos más que había compartido con mi compañero, estaban afectando a mi comportamiento. Pensaba lo mismo, pero me había reforzado mi opinión al respecto.
Abrí la puerta de la enfermería y posé mis pies con tranquilidad, sintiendo las piedras bajo las medias mientras paseaba la vista. No parecía haber nadie más que una de las camillas cubiertas por esas cortinas de tela. El poco sol reflejaba sombras que se movían. Habría dado media vuelta de no ser que había reconocido las voces que sonaban en la sala. Sabía que la chica se habría ido.
Aceleré un poco más el paso, sonriendo hasta llegar en frente de la cama.
Alyss, idiota, nadie se alegra de ver a otro en la enfermería.
- Hola chicos - saludé mirando a Dave y a mi compañero. Mi sonrisa se tornó una mueca cuando vi los cortes en Teo, pero también me llamó la atención el papel de regalo sobre su cama. Sería su cumpleaños?..claro, ya lo sabía, debía leer el expediente de mi compañero, era una obligación y obviamente estaba la fecha de su nacimiento. Aun asi, me pareció más importante preguntar primero por su estado. - Vaya modo de empezar la mañana... quebrantando más reglas de lo normal? - curvé los labios, dándome cuenta de que su rostro no estaba especialmente dolorido, aunque siendo Teo, no sabría decir si alguna vez se quejaba de su estado.
Miré hacia Dave, con algo de complicidad y luego a mi compañero.
- Creo que tendría que haber traido mi regalo encima, tendré que dártelo en otro momento - me apoyé en la barra de metal que terminaba en el extremo de la cama y me encontré con un pequeño tigre. Agrandé los ojos y sonreí- Veo que estás bien acompañado. - supuse que la forma de felicitar a alguien era con un abrazo..pero de verdad, era un poco extraño en mi hacer ese tipo de cosas, y desde luego, aun no tenía la confianza suficiente.
- Feliz cumpleaños, Teo - sonreí, aprentando un poco su pie que tenía al alcance, en broma.
No tenía mucho que hacer ese día, tan sólo cubrir algunas formalidades con el incidente de la alumna de Gryffindor, atacada por Alexander hacía unas semanas y que había llevado a la enfermería. No había podido visitarla hasta el momento, no sabía si me reconocería sin mi uniforme, pero las ideas de ser unos alumnos más que había compartido con mi compañero, estaban afectando a mi comportamiento. Pensaba lo mismo, pero me había reforzado mi opinión al respecto.
Abrí la puerta de la enfermería y posé mis pies con tranquilidad, sintiendo las piedras bajo las medias mientras paseaba la vista. No parecía haber nadie más que una de las camillas cubiertas por esas cortinas de tela. El poco sol reflejaba sombras que se movían. Habría dado media vuelta de no ser que había reconocido las voces que sonaban en la sala. Sabía que la chica se habría ido.
Aceleré un poco más el paso, sonriendo hasta llegar en frente de la cama.
Alyss, idiota, nadie se alegra de ver a otro en la enfermería.
- Hola chicos - saludé mirando a Dave y a mi compañero. Mi sonrisa se tornó una mueca cuando vi los cortes en Teo, pero también me llamó la atención el papel de regalo sobre su cama. Sería su cumpleaños?..claro, ya lo sabía, debía leer el expediente de mi compañero, era una obligación y obviamente estaba la fecha de su nacimiento. Aun asi, me pareció más importante preguntar primero por su estado. - Vaya modo de empezar la mañana... quebrantando más reglas de lo normal? - curvé los labios, dándome cuenta de que su rostro no estaba especialmente dolorido, aunque siendo Teo, no sabría decir si alguna vez se quejaba de su estado.
Miré hacia Dave, con algo de complicidad y luego a mi compañero.
- Creo que tendría que haber traido mi regalo encima, tendré que dártelo en otro momento - me apoyé en la barra de metal que terminaba en el extremo de la cama y me encontré con un pequeño tigre. Agrandé los ojos y sonreí- Veo que estás bien acompañado. - supuse que la forma de felicitar a alguien era con un abrazo..pero de verdad, era un poco extraño en mi hacer ese tipo de cosas, y desde luego, aun no tenía la confianza suficiente.
- Feliz cumpleaños, Teo - sonreí, aprentando un poco su pie que tenía al alcance, en broma.
Última edición por Alyss Keygen el Dom Jul 24, 2011 8:37 pm, editado 1 vez
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Re: La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
-Geniaaaaal... -excalmé, fascinado, observando la muñequera en mi poder. Era genial. Y sospechoso. Dave sabía que me interesaba el manejo del agua, pero no creí que me daría un regalo tan genial como ese. Era simplemente perfecto. Sí que me sería útil -. Es perfecto, Dave, mil gracias -le volví a agradecer, con una gran sonrisa en mis labios.
Estaba por contarle lo que me pasó, cuando la puerta volvió a distraernos y nos encontramos con Alyss caminando hacia nosotros sonriendo. Sonreí al verla, era un alivio estar con ellos en este momento.
-Vaya, vaya... hola pequeña. Bueno, estaba a punto de contarle a Dave. Estaba en el bosque, y unos cuantos artefactos de vidrios me estallaron más de cerca, tuve suerte de llegar hasta la cabaña del guardabosques. Me trajo hasta acá Hagrid, por suerte. Y no, Dave, me molestan bastante las heridas... pero más no se puede hacer, sino esperar. Vaya suerte, eh -comenté, divertido. Mirando a ambos y a la mascota de Dave. Era tiernísimo.
-¿Cómo se llama? Es genial. Y no te preocupes Alyss, con que estén aquí me basta...
Estaba por contarle lo que me pasó, cuando la puerta volvió a distraernos y nos encontramos con Alyss caminando hacia nosotros sonriendo. Sonreí al verla, era un alivio estar con ellos en este momento.
-Vaya, vaya... hola pequeña. Bueno, estaba a punto de contarle a Dave. Estaba en el bosque, y unos cuantos artefactos de vidrios me estallaron más de cerca, tuve suerte de llegar hasta la cabaña del guardabosques. Me trajo hasta acá Hagrid, por suerte. Y no, Dave, me molestan bastante las heridas... pero más no se puede hacer, sino esperar. Vaya suerte, eh -comenté, divertido. Mirando a ambos y a la mascota de Dave. Era tiernísimo.
-¿Cómo se llama? Es genial. Y no te preocupes Alyss, con que estén aquí me basta...
Teo Grobersky- Prefecto Ravenclaw
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Re: La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
Me alegró mucho saber que le gustaba, no esperaba una reacción como esa, supongo que siempre me había subestimado. Sonreí a su igual al ver que alguien se acercaba, solo había estado con ella un par de veces, pero esas dos veces habían sido muy... Extrañas. Era un alivio que se conocieran, no soportaba presentar a la gente. Volví a mirar hacia Teo cuando preguntó sobre el nombre del felino.
- Rayth.. Se llama Rayth.- Dije sonriéndole.
Teo cumplía quince años, o eso creía recordar, por lo que estaría un curso menos que yo, supuse que podría echarle una mano alguna vez con los deberes, en quinto eran un muermazo, todo responder preguntas de desarrollar. Además, por muy Ravenclaw que fuera, nadie diría que no a ser acompañado a la hora de estudiar algo como... Adivinación. ¡Oh! Ahora caía... Se conocían por que ambos eran prefectos... O eso supuse, si no recordaba mal la prefecta de Ravenclaw era Alyss, y Teo lo es desde hace unas semanas... ¿En qué estaba pensando para no llegar antes a esa conclusión? Parpadeé un par de veces y volví la vista a Rayth, parecía mirar a Alyss como si escondiera algo, tenía la mirada fija en ella y movía la cola despacio. Había estado muy raro desde que lo traje a Hogwarts... ¿Demasiada magia? Quizás... No estaba seguro, tendría que ponerme a leer algo sobre la magia y los animales en la biblioteca cuanto antes.
- Rayth.. Se llama Rayth.- Dije sonriéndole.
Teo cumplía quince años, o eso creía recordar, por lo que estaría un curso menos que yo, supuse que podría echarle una mano alguna vez con los deberes, en quinto eran un muermazo, todo responder preguntas de desarrollar. Además, por muy Ravenclaw que fuera, nadie diría que no a ser acompañado a la hora de estudiar algo como... Adivinación. ¡Oh! Ahora caía... Se conocían por que ambos eran prefectos... O eso supuse, si no recordaba mal la prefecta de Ravenclaw era Alyss, y Teo lo es desde hace unas semanas... ¿En qué estaba pensando para no llegar antes a esa conclusión? Parpadeé un par de veces y volví la vista a Rayth, parecía mirar a Alyss como si escondiera algo, tenía la mirada fija en ella y movía la cola despacio. Había estado muy raro desde que lo traje a Hogwarts... ¿Demasiada magia? Quizás... No estaba seguro, tendría que ponerme a leer algo sobre la magia y los animales en la biblioteca cuanto antes.
Dave Wishe- Equipo de Quidditch
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Re: La gente que no crea en sueños no creerá lo que hago [libre]
Entrecerré los ojos cuando oí "pequeña" y apreté su pie como reprimenda.
- Vuelve a repetirlo y acabarás peor que ahora - sonreí ampliamente pero luego dejé de amenazarlo, después de todo, estaba herido. Alcé una ceja, extrañada por las circunstancias que había relatado.
- Vidrios estallando en el bosque... no comprendo de donde podrían haber venido - murmuré y me fijé en sus heridas, bastante profundas, de lo contrario podrian haber sido curadas con hechizos. - Han rozado tus huesos - deduje al ver también en los hombros las incisiones, estaban descubiertas y cosidas con hilo invisible. Sin problemas cerraría, pero sabía que dolía un montón.- tengo experiencia con estas cosas, creo que puedo ayudarte a que al menos no sientas tanto - dije mientras rodeaba la camilla por el lado contrario, quedando frente a Dave.
- No me digas que es "bastante" - hice una mueca, maldiciendo por no darle el regalo. Saqué la caja de colores que casi siempre llevaba encima mientras me sentaba y observaba al pequeño tigre mirarme con curiosidad. Abrí la caja y comencé a sacar pequeñas agujas; si en algo había invertido el tiempo, era en leer sobre todo lo que debía utilizar con mi padre...y conmigo misma.
- Con la cantidad de viajes que hemos hecho con mi padre, no nos era posible ir médicos y menos a las clínicas muggles...-expliqué mientras desintoxicaba las agujas y me ponía en pie para dirigirme a la camilla. Miré a Dave un momento y luego hacia Teo.
- No te muevas, tranquilo, apenas notarás mosquitos - sonreí y localicé rápidamente sus puntos nerviosos. Conté que nueve puntos serían suficientes y clavé las agujas sin rozar ninguna herida - estas son agujas de acupuntura de fibra de unicornio, sirven para eliminar el dolor si sabes usarlas adecuadamente; he dormido los nervios que transmiten el dolor a tu cerebro asi que en teoria tendrías que notarte como siempre exeptuando que tus heridas siguen estando - me callé esperé cinco segundos y las retiré. Curarlo no sería lógico (además, que me llevaría toda una noche cambiando las agujas de puntos cada dos horas) y ya estaba medicado, intervenir con más podría hacer reacción en su organismo al acelerar la regeneración de las células.
- Bueno, no soy enfermera, pero espero que haya servido para que al menos te sientas mejor. - comenté guargando las agujas otra vez. Quien iba a decir que el regalo de cumpleaños que me había hecho mi padre seguiría estando en uso fuera de aquella vida. Aquella vida que parecía haber sido un sueño pasajero. No podía hacerme regalos más normales? No, obvio que no.
Volví a sentarme en el taburete de madera.
- Creo que se cómo te sientes - dije viendo el panorama de camilla- al menos si te emborrachas tendrás la excusa del dolor - sonreí - Tranqui, no diremos palabra sobre las agujas- miré hacia Dave con complicidad, pero me sentí inquieta. Bueno, más culpable que inquieta. Mi pie derecho estaba tamborileando contra el suelo esperando a ir a por el regalo.
- Vuelve a repetirlo y acabarás peor que ahora - sonreí ampliamente pero luego dejé de amenazarlo, después de todo, estaba herido. Alcé una ceja, extrañada por las circunstancias que había relatado.
- Vidrios estallando en el bosque... no comprendo de donde podrían haber venido - murmuré y me fijé en sus heridas, bastante profundas, de lo contrario podrian haber sido curadas con hechizos. - Han rozado tus huesos - deduje al ver también en los hombros las incisiones, estaban descubiertas y cosidas con hilo invisible. Sin problemas cerraría, pero sabía que dolía un montón.- tengo experiencia con estas cosas, creo que puedo ayudarte a que al menos no sientas tanto - dije mientras rodeaba la camilla por el lado contrario, quedando frente a Dave.
- No me digas que es "bastante" - hice una mueca, maldiciendo por no darle el regalo. Saqué la caja de colores que casi siempre llevaba encima mientras me sentaba y observaba al pequeño tigre mirarme con curiosidad. Abrí la caja y comencé a sacar pequeñas agujas; si en algo había invertido el tiempo, era en leer sobre todo lo que debía utilizar con mi padre...y conmigo misma.
- Con la cantidad de viajes que hemos hecho con mi padre, no nos era posible ir médicos y menos a las clínicas muggles...-expliqué mientras desintoxicaba las agujas y me ponía en pie para dirigirme a la camilla. Miré a Dave un momento y luego hacia Teo.
- No te muevas, tranquilo, apenas notarás mosquitos - sonreí y localicé rápidamente sus puntos nerviosos. Conté que nueve puntos serían suficientes y clavé las agujas sin rozar ninguna herida - estas son agujas de acupuntura de fibra de unicornio, sirven para eliminar el dolor si sabes usarlas adecuadamente; he dormido los nervios que transmiten el dolor a tu cerebro asi que en teoria tendrías que notarte como siempre exeptuando que tus heridas siguen estando - me callé esperé cinco segundos y las retiré. Curarlo no sería lógico (además, que me llevaría toda una noche cambiando las agujas de puntos cada dos horas) y ya estaba medicado, intervenir con más podría hacer reacción en su organismo al acelerar la regeneración de las células.
- Bueno, no soy enfermera, pero espero que haya servido para que al menos te sientas mejor. - comenté guargando las agujas otra vez. Quien iba a decir que el regalo de cumpleaños que me había hecho mi padre seguiría estando en uso fuera de aquella vida. Aquella vida que parecía haber sido un sueño pasajero. No podía hacerme regalos más normales? No, obvio que no.
Volví a sentarme en el taburete de madera.
- Creo que se cómo te sientes - dije viendo el panorama de camilla- al menos si te emborrachas tendrás la excusa del dolor - sonreí - Tranqui, no diremos palabra sobre las agujas- miré hacia Dave con complicidad, pero me sentí inquieta. Bueno, más culpable que inquieta. Mi pie derecho estaba tamborileando contra el suelo esperando a ir a por el regalo.
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