Llamando a la puerta del peligro... {Alex}

Otra aburrida tarde, y como no, mi tío aun no me había avisado la fecha exacta de nuestra marcha, estaba empezando a hartarme de que se comportara así. Me puse las botas y decidí salir a dar un paseo, una vez fuera de la vista de cualquier mirón del castillo saqué un kunai de mi bota derecha, atado con una larga cinta blanca, empecé a hacerlo girar provocando un sonido intenso, no me importaba atraer las miradas de los seres del bosque, sabía defenderme bien de ellos.
El paseo habría sido completamente tranquilo, de no ser por que vi sangre en el suelo, y el rastro seguía hasta perderse de vista, por un momento dudé, pero me quedé allí, no iba a volver al castillo por ver unas gotas de sangre, podrían ser de cualquier centauro que se hubiera peleado. Aun que... ¿Y si no lo era?... Una sonrisa peligrosa se dibujo en mi cara, esa sangre había tocado mi punto divertido, dejé de hacer girar el kunai y lo cogí entre mis dedos rápidamente, para caminar hasta donde me llevase el rastro rojizo, y si era peligroso... Mejor.

Aquella noche habia sido triunfal para mi, al fin, despues de varias expediciones nocturas por el castillo, habia encontrado la cocina. Tal como habia leido, el lugar estaba lleno de elfos domesticos, listos y dispuestos para cumplir algun favor, aquello habia sido demaciado facil, simplemente le pedi a uno que me siguiera hasta el exterior, parecia nervioso con la idea de dejar de hacer lo que estaba haciendo, pero mi instruccion severa basto para que se resignara.
Una vez en las afueras del castillo, camino al bosque prohibido, le ordene que no usara magia hasta que yo se lo permitirera, despues de eso, todo habia sido divercion. En este momento nos encontramos en un claro del bosque, el Elfo, cuyo nombre es Alfy, segun sus palabras, se encontraba atado a un arbol de manos y pies, uno de sus ojos colgaba desde su cuenca, afirmano unicamente en el nervio optico, le faltaban apenas dos dedos, los cuales estaban entroducidos en su propio recto. Lloriqueaba de dolor mientras yo continuaba con mi labor, en este momento tenia su boca sujeta con una de mis manos, mientras intentaba arrancarle un par de dientes, estos serian lindos recuerdos de esta magica noche.
Me encontraba en plena faena, cuando escuche ruidos a mis espaldas, alguien se acercaba, y no temia hacer ruido al hacerlo, saque mi varita como un rayo, esperando divisar al intruso

Mi búsqueda del herido me llevó a un pequeño claro, el sol ya estaba prácticamente oculto, y solo veía dos sombras, una de pie apuntándome con una varita en mano, y la otra atada a un árbol, esta última mutilada bestialmente.

- ¿He interrumpido algo?- Pregunté volviendo a dar vueltas al kunai, y ladeando la cabeza.

La escena era realmente asquerosa, el elfo estaba sufriendo, y uno de sus ojos colgaba del nervio óptico, no paraba de quejarse con leves gruñidos, estaba sufriendo. Recordé las palabras de mi tío: La muerte no es sufrimiento, es un paso para la vida. Pero eso superaba a la muerte, lo estaba torturando, y probablemente sin razón. Solté la cinta y el kunai fue directo al elfo, se introdujo en su pecho, y la cabeza del elfo quedó agachada y quieta. Tiré de la blanca cinta para volver a traer el kunai hacia mi, y limpié la sangre sacudiéndolo.

- Espero no haber acabado con tu diversión... Pero no me gustan las torturas...- Dije tranquilamente.

Mis ojos miraron impotente como un arma afilada, similar a una daga, volaba desde sus manos hasta encontrar el pecho de mi jugete. El chico regreso aquella arma a su mano mientras mi Elfo saba unas ultimas sacudidas de vida amarrado al arbol.
Pude haberle preguntado porque, pude haberle exigido una explicacion, pero ninguna de esas acciones me parecio logica, mi emocion estaba en la cima, a punto del climax, mi arte estaba a punto de encontrar su final, y, sin más, habia sido arracado de mis manos de forma abrupta, aquello simplemente me enloquecio, un cuerpo ocuparia el lugar de aquel elfo...
Mi varita, ya apuntada, lanzo una luz en dirección del sujeto, el que voló conjuntamente con el Kunai que volvi a su mano.
- ¡Cruciatus!

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'Ataque (Duelo)' : 6

Saqué mi varita para defenderme pero estaba como ardiendo en llamas, empezó a doler cada parte de mi cuerpo, sujetaba con fuerza el kunai, caí de rodillas al suelo apretando los puños contra la tierra con fuerza, notaba como cada célula de mi sufría, mis ojos empezaron a volverse negros, por completo, salvo un fina línea roja muy brillante en el centro, mis cabellos se habían tornado blancos, estaba empezando a perder el control, mi don estaba actuando por mi, haciendo que mi piel se volviese completamente blanca. Mi pelo volvió a cambiar, ahora era rojo sangre, todo salvo mis ojos y mi pelo era completamente blanco en mi cuerpo, sentía ira, ganas de matarlo... Se había atrevido a atacarme, era una suerte que no llevase conmigo el huevo, podría sufrir algún percance.

- ¡Baka...!- Dije tambaleando al levantarme, mirándolo como mis rojas pupilas.- Un hechizo como ese solo me hace cosquillas... ¿Crees que con eso volverá a la vida juguete?

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'Defensa (Duelo)' : 5

Mi hechizo le dio, le vi caer de rodillas víctima del dolor, su cuerpo comenzó a mostrar extraños cambios, de todas las ocaciones que he visto el sufrimiento ajeno, jamas había visto una reacción asi. En cualquier otro momento abria decidido jugar con aquello, pero la sulfirante rabia de mi interior me clamaba a gritos venganza.
Hasta aquel momento había mantenido el conjuro de tortura, me sorprendió mucho que fuese capaz de hablar, pero no lo suficiente para detenerme, sin detener la tortura me acerqué lo suficiente para patear de su mano su varita.

Sonreí complacido cuando pateo la mano de mi varita, diente por diente ojo por ojo... Pie por mano. Mi kunai fue directo a desgarrar su zapato y su piel, lo hundí todo lo posible y lo saqué para poder usarlo si hacía falta. Gracias a ello, pude ponerme en pie, no sin antes sacar el otro de mi bota izquierda.

Apunté a su cuello con una de las dagas clavando mis ojos en los suyos... ¿Un crucio? Si sería incluso menor que yo... Podía ver en él ira, sentimientos de odio, deseos de matar... Pero sabía que no lo haría. Hice que mi físico volviera a ser el de antes y me aparte bajando las armas.

- ¿Por qué temes?- Pregunté clavando mi mirada en él.

La maldicion que conectaba mi varita con su cuerpo se rompió al sentir como su arma se clavaba en mi pie, rei histericamente, la mescla de dolor y furia habia acabado por retirar cualquier rastro de cordura que quedara en mi cabeza, estaba fuera de mi. Saque de mis tunicas mi daga de plata, no habia probado sangre humana desde la casa de los gritos hace unas semanas, con un movimiento rapido, lo lance en direccion a su corazón, con matar, mientras con mi varita conjuraba una segunda maldicion.

- ¡sectumsempra!

Dado 1: daga
Dado 2: hechizo

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#1 'Ataque (Duelo)' : 5

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#2 'Ataque (Duelo)' : 1

Pude resistir el hechizo con un simple hechizo no verbal, pero la daga se internó en mi cuerpo, no sería una herida mortal, pero dolía mucho,me saqué la daga y la lancé al suelo, agachándome y tirándole tierra a los ojos para huir, me escondí entre los árboles guardando mis dagas y volviendo mi cuerpo por completo negro, por suerte, llevaba la túnica, y me había tapado la herida, por lo que no dejé ningún rastro.

- Hijo de... Me había alejado con intención de finalizar la pelea...- Pensé respirando con total silencio.

Había sido bastante sigiloso al llegar a aquel lugar, por lo que si lo veía pasar lo inmovilizaría o dejaría ir, estaba loco y era una deshonra atacar a quién se retira... ¿De qué iba este tío?

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#1 'Defensa (Duelo)' : 1

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#2 'Defensa (Duelo)' : 1

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#3 'Ataque (Duelo)' : 3

El chico logro detener mi conjuro, y evitar que la daga le diese en un punto vital, era bueno, debia admitirlo, sin duda habria sido divertido jugar con el, pero mi cabeza no era capas de razones en estos momento, aun loco de ira, iba a abalanzarme sobre el cuando lanzo tierra en mis ojos, me cubri, pero parte de ella logro darme, para cuando recuere la vision, e chico ya no estaba.
Recorri el lugar con la mirada, en busca del chico, dos opciones, o habia corrido, o se habia escondido... ninguna de las dos me agradaba.
Camine hasta recoger mi daga, recogi tambien su varita desde el piso, la sostuve en mi mano y sonrei ligeramente, para luego, sin dudar un segundo, partirla en dos en mi mano, la varita solto un par de chispas al romperse, luego la deje caer de mi mano, volvi a levantar la mirada, en busca del pequeño bastardo, su habilidad para cambiar su forma no lo haria facil de encontrar, levante mi varita mientras murmure.
- Hominus revelio - Un simple hechizo fue suficiente, estaba escondido detras de un arbol, lo supe al instante pues una luz revelo su ubicacion. Aun cuando mis ojos no podian encontrarlo en la oscuridad, apunte mi varita al arbol.
- ¡Bombarda Maxima!

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'Ataque (Duelo)' : 4

Lanzó un nuevo hechizo contra mi, esta vez dió de lleno y me lanzó para atrás.
- Hijo de... -Me levanté con facilidad, y fui directo a él, aun llevaba un kunai en la mano, lo lancé hacia su cara, pero no prefendía clavárselo... Solo una distracción. Pues mientras este volaba yo me lancé presionando las palmas de mis manos para golpear con fuerza en su rodilla derecha, una vez oí el crujido aproeché para cortar la cinta del kunai con el otro y escapé corriendo. ¿De qué iba esta baka? Si lo veía por el colegio le pegaría una paliza... Tenía su varita y atacaba a alguien sin ella por las buenas... Lo mataría, y si no lo hacía yo solo, lo haría alguien más conmigo. Mi cuerpo se oscureció completamente, estaba en un lugar con árboles muy densos y juntos, subí a uno con algo de molestia por la herida, estaba a una altura en las que las ramas me protegían de la visión, me quedé sentado en una rama esperando el amanecer... O que pasara y que fuesen sus últimos pasos, pues aún guardaba uno de los kunais con el que había cortado la cinta del otro.

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'Defensa (Duelo)' : 1

Tras usar su Kunai para distraerme, salto en mi contra, golpeando con fuerza mi rodilla, senti una punzada de dolor al recibir el golpe y cai de espaldas, le vi alejarse corriendo en direccion a los arboles del bosque.
El chico tenia un profundo corte en el pecho de mi daga, ademas, la explocion de mi conjuro, como minimo, le habria causado algunos golpes, sin duda no iria muy lejos en su estado.
Me incline, y me permiti saborear algunos instantes el dolor de mi rodilla, era implemente delicioso, alce mi varita y la apunte a mi pierna.
- Ferula - De mi varita protaron unas gruesas tablas que rapidamente entablillaron mi rodilla, permitiéndome andar. Me levante con cierta dificultad, y cojee por el bosque, el chico había corrido con todo lo que su cuerpo permitía, pero era imposible para el ocultar los rastros de sangre sin su varita en mano, simplemente no podria escapar para siempre, el ahora era mi presa, y no le dejare escapar.
Puse la varita sobre mi propia cabeza y conjure.
- Caeca Temporalis - Pronuncia las palabras en un susurro, pues era un conjuro que no se me dada de forma silenciosa aun. Senti como si ubiesen rebentado un huevo en mi cabeza, comenzando desde el punto en que toco mi varita, y la sensacion comenzo a desender por mi cuerpo lentamente, al cabo de unos instantes ya era completamente invisible.
Comenze mi caminar, aun cojeando por la rodilla, por el bosque, buscando los rastros de sangre del sujeto, al fin de con ella, y los comenze a seguir, caminando silenciosamente, cosa que me tomaba mucho tiempo por mi pierna herida.
Tras varios minutos, el rastro termino en un arbol, mire hacia arriba, pero no pude localizarlo, claro, su habilidad de cambiar de forma le permitiria esconderse realmente bien en un lugar oscuro como ese. Sin poder verlo, no podria lanzarle ningun conjuro directamente a el, tendria que obligarlo a salir, retrocedi un poco y apunte mi varita hacia el arbol.
- Fiendfyre - dije, apuntando mi varita hacia el arbol, rapidamente unas llamas con form de quimeras comenzaron a devorar el arbol, lanzando lenguaz en todas direcciones, y quemando todo a su paso, me aleje un poco más, y espere su salida.

Maldito... Eso, quema el bosque.
Apreté con más fuerza las vendas de mi herida y salté al otro árbol, descendí varios metros antes de conseguir agarrarme, pero logré permanecer allí. Por desgracia el fuego había consumido el otro árbol por completo. Descendí hasta llegar a las raíces y busqué en mi túnica... ¡Oh! sí... Justo lo que necesitaba. Una botella de sake. Me acomodé en la base del árbol y di un ligero trago, era una bebida algo fuerte.

- ¡Oye! Estés donde estés sal de tu escondite.- Dije tras dar otro sorbo.

No podía verlo, pero oía sus pasos, sonreí, me había divertido, hacía mucho tiempo que no jugaba con alguien.

- ¡Pilla!

Lancé la botella hacia su dirección, o lo que creía que era su dirección, pues la tierra también parecía ceder, sinceramente, él mismo se estropeó el disfraz, el fuego que devoraba el árbol creaba la luz suficiente para ver sus huellas.

- ¿Sueles hacer esto a menudo?- Pregunté buscando el paquete de cigarros en mi túnica.

Vi una botella volar en mi direccion, reventando no muy lejos de mis pies, si bien no me habia dado de lleno, habia salpicado algo de su contenido sobre mi ropa, el chico hablo, y aquello fue una señal inequivoca de que recuperaba su confianza, ya no seria la presa, ahora queria ser cazador.
El olor del liquido me llego rapidamente, era algun trago desconocido para mi, pero bastante fuerte.
- Fregotego - conjure en silencio, para que mi voz no revelara mi ubicacion, si el chico habia lanzado hacia aqui, ya tenia una idea aproximada de donde me encontraba, mire el piso y descubri como, mis huellas eran visibles ante la luz Quimeras que deboraban el bosque.
Con mi ropa limpia otra vez, me di cuenta que no podia moverme sin más, mis huellas volverian a delatarme, pero tampoco podia quedarme alli, levante mi varita sobre mi cabeza mientras conjure.
- !Lumus maxima! - La luz debería cegarlo el tiempo suficiente para moverme de donde estaba, me aleje de la luz de las llamas, ocultandome en la espesura del bosque nevamente, sin preocuparme por como las quimeras seguian creciendo y deborando todo a su paso, aquel maleficio de magia negra era uno de mis favoritos.

Pude oír, y ver, como la botella que le había pasado caía al suelo, segundos antes de que una luz cegadora me hiciera dejar de buscar los cigarrillos y taparme con los brazos. ¿Ahora huía? Creía que habíamos terminado de jugar... En fin, si no tenía otro remedio... Saqué un cigarrillo y me dirigí hacia las quimeras que devoraban el árbol para encender este, y comencé a andar por el bosque en una dirección que no sabía ni hacia donde me dirigía, pero, caminaba cuesta arriba, por lo que seguramente me dirigía hacia el castillo, poco me importaba.

- ¡Ah, por cierto! No sé si sigues aquí, pero creo que ambos hemos olvidado nuestros modales...- Dije tras dar una calada, era un vicio al que me había enganchado hacía poco, y que hacía menos de un mes odiaba a muerte.- Soy Kiuske, de séptimo curso de Ravenclaw... ¿Me dirás por lo menos tu nombre?.- Pregunté hacia la oscuridad.