Otro desayuno más (Hermione - Teo)

Sentado en la mesa de Gryffindor. Hacía cinco años que me sentaba en esa misma mesa, y aún desconocía los motivos que me llevaron a ella. Es decir... no soy valiente, para nada. Y ya no tengo ganas de aparentar valentía como en mis primeros años. Eso fue realmente tonto. aparenté valentía para que no me miraran mal por ser un cobarde en la casa de la valentía. Pero no, era inútil. Porque no me miraban mal. Directamente no me miraban. Y ahora lo agradecía. Ya me había cansado de intentar, y ahora me preguntaba porqué lo intenté siquiera. Ya está, estoy destinado a que me pase todo, ¿o no?

No iba a ponerme a pensar en eso. Sábado. Los detestaba... tan aburridos. Sin clases, sin tareas... y yo sin amigos.

Hice una mueca y seguí jugando con los cubiertos y la comida. No tenía apetito. Era el tercer día que no comía bien.

Suspiré y esperé a que el tiempo pasara, como llevaba haciendo durante años... ¿qué más podría hacer?

Me levante temprano, muy temprano, quería aprovechar todo el día. Era sábado y a pesar de todos los anteriores fines de semana haberlos tenido con asuntos pendientes, este a diferencia de los otros lo tenía completamente libre.

Ya no quería dejar que la vida siguiese pasando ante mis ojos sin hacer absolutamente nada de ello, era un sábado, pero lo convertiría en un gran, gran sábado, sería un nuevo gran comienzo, ya no mas mirar al pasado, solo al presente y futuro con una actitud completamente a las de antes.

Camine con tranquilidad y con una sonrisa por los pasillos del gran castillo, camino al Gran Comedor, un lugar de unión en donde la gente suele compartir y divertirse, además de la mayor parte del tiempo estar compitiendo con las demás casas, intentado demostrar cual era mejor que la otra.

Entre y mire con detenimiento buscando un lugar, pero o todos parecía divertidos con su grupo de amigos o no quería interrumpir o otros mil motivos. Me acerque a un costado de la mesa en donde había un chico Gryffindor que solo había visto un par de veces en la sala común, también estando solo. ¿Qué pasaría con él? ¿Por qué cada vez que le veía estaba solo? ¿Interrumpiría si me sentaba con él? Que preguntas, si no lo intentaba, jamas lo sabría.

Puedo sentarme a tu lado? .- pregunte cuando estuve junto al chico. Me fije en sus facciones y su rostro, me miro por cortos segundos, yo sonreí mostrando una amigable sonrisa.

Estaba por dar le primero bocado, más por aburrimiento que por otro motivo, cuando escuché la voz de una chica pidiendo permiso para sentarse a mi lado. Llevé mi vista a ella, y dejé el cubierto sobre el plato, donde descansaba mi comida. Miré los ojos de la prefecta de mi casa por unos segundos, pero de inmediato desvié la mirada y asentí un par de segundos antes de autorizar de forma verbal.

-Sí, por supuesto -le dije, con mi desganado tono habitual. Eso sí que era una novedad, había visto a esa chica reír con sus amigos varias ocasiones. No me explicaba que hacía sentándose junto a mí. Sólo debía querer desayunar tranquila...

Sentí la necesidad de decir algo más, pero no supe qué... ya nos habían presentado alguna vez, así que sería inútil.... de pronto tomé una de las fuentes de lo que más cerca tenía y se lo ofrecí.

-¿Gustas? -le pregunté, y reparé en que es lo que descansaba en mi plato -. Están deliciosos.

Oh, malditos.... jajaja. Aunque era inevitable reírme. Y eso venía haciendo, obviamente, reía divertido mientras avanzaba con paso seguro y mirada alta por el vestíbulo. Recién volvía al castillo desde la noche anterior, de seguro mi aspecto me delataba... o tal vez no. La verdad, no se marcaba mucho mi rostro por la falta de sueño, y eso que es algo que me golpea seguido. Saludé a algunos chicos sin detener mi marcha y entré al Gran Comedor. Comería algo y me iría a dormir un poco.

Ya no reía, pero mi sonrisa era amplia, podía sentir el brillo de adrenalina prevalecer en mi mirada aunque haya estado tranquilo por un tiempo. También podía sentir algunas miradas sobre mí, sobre todo de un sector en particular, al que no dediqué ni una mirada. Me detuve un segundo frente a mi sitio en la mesa de mi Casa. Pero sin sentarme.

Algo en la mesa de los leones había llamado mi atención. Sí, Hermione Granger sin los pesados de sus amigos rodeándola. Genial, podría darle la noticia. Sólo estaba junto a un chico que... ahora que lo pienso, nunca he tratado. Eso es extraño. Bueno, dos cosas para hacer en la mesa de Gryffindor entonces, Teo.

Con una sonrisa me disculpé de mis compañeros y me dirigí hacia mis dos objetivos. Debía decirle a Hermione que sería prefecto de Ravencalw este año. Avancé con el paso decidido que llevaba por excelencia y en poco tiempo estuve frente a ellos. Les sonreí a los dos y me senté como si lo hiciese todos los días desde hacía años.

-Hola chicos... ¿les molesta que me siente con ustedes?

El chico con el que había tomado asiento, parecía ser realmente tímido, verdaderamente llamaba mi atención querer ser su amiga.

Parecía no saber que hacer y aquello realmente me hacia sentir un poco incomoda, pero estaba segura que podríamos llevarnos muy, muy bien. Tomo una de las fuentes que mas cerca parecía estar y me pregunto si se me ofrecía, tenía que ser educada, estaba segura que si no lo era, el chico se sentiría aún mas tímido.

Claro, muchas gracias.- dije cogiendo la fuente de sus manos, me lleve un bocado a la boca Muchas gracias, realmente sabe delicioso .- dije sonriendo mientras acomodaba los cubiertos.

Al mirar a la entrada del Gran Comedor no pude evitar mirar un chico que había entrado hace poco, hace solo unos segundos, no le había visto antes o...¿Tal vez si? Su rostro se me hacia un poco conocido, pero que mas daba. Se acerco a la mesa de Ravenclaw, lo que decía que era de aquella casa y luego como si nada camino donde nosotros y se sentó, claro yo no tenía ningún problema, pero parecía parecía tener cierta confianza en si mismo, sí, el chico que solo hace poco se había sentado, tenía gran, gran, confianza en si mismo. Aquello sería terrible, ¿Como sacaría la personalidad del chico Gryffindor? Porque sí, claro que la sacaría, costase lo que costase.

No, ni un problemas, de todas maneras ya lo estas .- dije mientras reía en señal de broma. En cuanto nos hablo pude notar lo alegre y agradable que era, esperaba que fuera bien recibido por parte del otro chico.

Le dediqué una pequeña sonrisa a la chica y estaba por agregar algo sobre mi almuerzo cuando sigo su mirada hacia otra persona y distingo a un Ravenclaw que se nos acercaba. Me quedé en silencio y la tímida sonrisa se borró de mi rostro... ¿adiós a mis chances de relacionarme con mi compañera? Sólo tuve que observarlo durante un segundo para descubrir que sí, ese chico me opacaría por completo. Cuando se sentó frente a nosotros me dedicó una sonrisa que logró que me calme un poco, porque la incomodidad se apoderaba de mi cuerpo y lograba que me bloquee más de lo normal.

Murmuré algo casi inaudible sobre que por mí no había problema y volví mi vista a mi plato, sin mirar a nuestro nuevo compañero de desayuno. Aunque quería examinarlo. Parecía tener toda la confianza que yo siempre quise. Sólo esperaba que no sea uno de esos idiotas que disfrutaban con molestar al resto y que tienen un ego por las nubes. ¿Se conocerían? Deberían... sino es extraña la familiaridad del chico. No, debía ser rara sólo para mí...

Observé con atención al muchacho... interesante. Parecía... ¿incómodo con mi presencia? Eso no me gustaba mucho. Ya saben, esa manía por caerle bien a medio mundo. Pero bueno, ya me ocuparía de él. ¿O sería mejor empezar con él? Sí, sí, luego hablaría con Hermione, no quiero que el muchacho se sienta excluido. Bueno, no nos habían presentado, así que ya sabía por donde empezar. Sonreí a Hermione y extendí mi mano a su compañero.

-Hola, un placer -me presenté, examinando su rostro. Si no fuese por esa expresión de incomodidad llegaría a ser realmente atractivo. Aún así, sus movimientos tenían gracia, podía notar como sostenía los cubiertos y las posiciones de sus manos. Frágil y elegante. Interesante -. Teo Grobersky. Ravenclaw de quinto.

-¿Qué delicia me convidarán los leones? -pregunté, sonriendo a ambos y mirando más al muchacho que a Hermione.

Thomas me había sonreído, realmente su presencia era muy, muy liviana.

Teo se presento ante mi compañero de casa, espere que los nervios del chico no le ganasen y correspondiera al saludo del Ravenclaw, realmente debía hacerlo si quería comenzar por compartir.

El chico azul se había dedicado mucho a mirar mas a Thomas, él cual yo suponía que estaba mas que nervioso a esas alturas. Luego nos pregunto que le daríamos ¿Qué esperaba? ¿Qué se suponía que le gustaba?

Pues coger lo que te apetezca .- dije mientras le sonreía dulcemente a ambos. Tome mis cubiertos de una manera realmente natural, como solía hacerlo con personas que había compartido toda mi vida. ¿Por qué? ¿Por qué aquellos chicos me inspiraban tanta confianza? ¿Por qué me sentía tan cómoda con ellos? Fuese lo que fuese, estaba segura que nos llevaría por las sendas de una amistad.

Cogí con suma delicadeza mi zumo de calabaza, con la intención de no voltear nada que estuviese cerca o el propio mío, luego de esto mire a Thomas con cierta curiosidad, no había mencionado una sola palabra desde que Teo había decidido tomar asiento con nosotros. Dime Thomas... murmure volviendo mi vista al frente Como estas? Como van tus cosas? .- había echo una pregunta tras otra. Nuevamente hable agregando Te interrumpimos? .- le pregunte directamente, tal vez, tenía planeado algo.

El chico se dirigió hacia mí, presentándose. Tenía mi edad e iba a mi curso. Lo miré a los ojos dos segundos, pero no pude contra su mirada y miré su mano mientras la estrechaba, no fue un apretón fuerte. Por un momento temí que su intención hubiese sido hacerme algún daño... demasiado acostumbrado a otro tipo de personas. A otro tipo de trato. Él me hablaba con un genuino interés y se veía amistoso... al menos esa sensación lograba transmitirme.

-Thomas Lickar -dije, tragando saliva antes de hablar, y estreché su mano -. Quinto curso, también... -traté de que mi voz no sonara nerviosa ni nada. Me impresionó la confianza del chico, y su mirada tuvo reacciones contrarias en mí. Por un lado, obviamente, me incomodaba que me miraran mucho, pero por el otro su mirada sólo me trasmitía una especie de tranquilidad... o de simpatía... haciéndome sentir que no tenía ningún motivo para estar nervioso.

-Estos bizcochos están realmente buenos... -dije, señalando una bandeja con un movimiento de cabeza. Y después escuché a Hermione hablándome. Obvio que no me interrumpían, no tenía nada que hacer.

-Pues no, no interrumpen -le dije, pensando por un segundo que el que sobraba allí era yo, pero traté de no pensar en eso, y en concentrarme para no parecer tan inseguro -. Todo bien, supongo, un poco aburrido hoy -comenté, observando a mi compañera e ignorando que la mirada de Teo estaba posada en mí desde hace tiempo.

Vaya, sí que parecía tímido, pero eso es cuestión de tiempo. Estaba seguro de poder sacar la parte alegre y desvergonzada de ese chico. O moriría en el intento.

-Entonces es de las clases que me parecías conocido. Un gusto, Tommy -le dije, suponiendo que no le agradaría que lo llame así, cosa que sólo lo me incentivó a hacerlo de todos modos -. Y hablando de las clases... tengo tarea de pociones para el lunes... fuck. Ustedes están libres, ¿no? -pregunté a ambos al tiempo en que tomaba los bizcochos que había señalado Thomas, eran de chocolate con chips de colores extravagantes. Llevé una pequeña porción a mi boca. Deliciosos. Tragué rápido y volví a hablar.

-Aburrido he... yo pensaba dormir un poco, pero si no tienen planes podríamos pasar la tarde juntos. ¿Les parece? -les pregunté a ambos -. ¿Tú tienes algo que hacer, Hermione? -le pregunté, sabiendo que el chico no estaría cómodo estando sólo conmigo.

Su apretón de manos parecía realmente desganado mas que otra cosa, como si solo fuerza educación, Thomas no podía seguir así, debíamos hacer que entrase en confianza, estaba segura que Teo jamás le dañaría y yo tampoco, nunca.
Realmente escuchar a Thomas hablar me alegraba, no había mayor razón pero los gestos de las personas fueran mayores o menores me enorgullecían.

No encontré mejor manera que mirar a Teo para que despegara su mirada, pero realmente parecía ignorarme un poco, o al menos no prestarme total atención. Seguí comiendo pero por debajo de la mesa di una suave patada a los pies de Teo, esperaba no haber ni rozado a Thomas, prontamente Teo me miro, lo único que hice fue sonreír y decir con la mirada que ya no hiciera eso... Ojalas lo comprendiera, así lo deseaba.

Le llamo Thomy, sonreí en mi interior, realmente Teo tomaba confianza rápidamente y eso me agradaba, luego hablo sobre que tenía deberes en pociones para el lunes y como si nada nos pregunto si nos gustaría pasar la tarde con él Y tus deberes? .- pregunte mirando sus ojos. No podía ser que no le importase.

Pueden llamarme Herm .- dije sonriendo a ambos. Sería un placer acompañarlos en un paseo .- dije feliz por la propuesta. Y luego podríamos ayudarte en tu tarea .- añadí pensando que eso era lo mejor.

Le sonreí a Teo cuando me llamó con ese diminutivo. No solían gustarme, pero fue un acto inconsciente. Mis labios se curvaron solos al escucharlo llamarme así. No duró ni dos segundo y llevé mi vista a Hermione de forma automática apenas habló, agradeciendo en mi mente que me haya dado el motivo ideal para dejar de mirar al chico. Tiene deberes de Pociones. Es medio obvio, no creo que ese chico se pase todo el Sábado en la biblioteca como hice yo. ¿Por qué tendré esa costumbre de compararme con los demás sólo para demostrarme lo raro que soy?

Y ahora nos invita a pasar la tarde con él... sí que sabe como sorprendernos. Si mi compañera de Casa acepta, no lo dudaría en contestarle afirmativamente, pero si Hermione no quiere... no creo que él quiera estar solo conmigo. O capaz que llama a otros de sus amigos... tomé aire.

-Estaría encantado -le dije, con una sonrisa un poco más amplia que la anterior y volví mi vista de inmediato a Hermione, para luego hablarle a Teo -. Pociones tenemos juntos, yo ya terminé la tarea, si quieres te la paso -le dije, encogiéndome de hombros.

-Mis deberes los hará una chica de Hufflepuff de sexto, ahora que lo pienso bien -sonreí, dándome un pequeño golpe en la cabeza a modo de broma -. Tendré que ir con ella a ese horrible Salón de Té, pero bueno, no será tan malo -podría haber dicho otra cosa, pero ya conocía la fama de Hermione, deseaba con todas mis fuerzas que me reprimiera. Sería genial. debo ser el único que le gusta que lo reten. Que raro que soy a veces. Además, tenía que decirlo de esa forma natural, como si fuese lo que pasa con todos mis deberes. Sí Teo, cada día peor.

-Ok Herms -sonreí nuevamente, mirando a la Gryffindor a los ojos, con esa costumbre de observar con firmeza los ojos de mis interlocutores -. Entonces me quedaré con ustedes. Podremos hacer explotar algunos calderos -agregué en broma -. Ya, enserio, ¿qué les gustaría hacer?

Le sonreí a Thomas cuando detecté su sonrisa. La forma en que sus labios se curvaban y la forma en que quedaba su rostro, era realmente adorable. Miles de cosas me parecían tiernas y adorables, este chico, obviamente, ya estaba en mi lista.

Mire a Thomas, había sonreído ante lo dicho por Teo, aquello, era mas que una buena señal, estaba al fin y al cabo tomando confianza poco a poco, luego su mirada se poso en mi. Parecía ser que a Teo le gustaba la vida fácil y cómoda, no hacia deberes, no parecía interesarse en hacerlos y lo peor de todo, "compraba" a las chicas para que estas pudiesen hacer los deberes por él, lamentable en verdad.
.- Cielos Teo -. murmure rodando los ojos. ¿Que podía hacer? ¿Acaso reprimirlo? ¿Aplaudir? ¿Felicitarlo?
Como si Teo hubiese leído mis pensamientos, su mirada se poso en mis ojos firmemente, y claro, a mi no me incomodaba. Lo mejor, siempre era mirar a los ojos, no me gustaba andar con cosas. Sonreí ante lo dicho por Teo, aquello no lo haríamos, todavía quedaba algo de cordura en mi. Estaba segura, que en otro momento, en otra circunstancia y con otros amigos, Teo lo hubiese echo, pero con nosotros dos no, no señor, claro que no, afirme en mi cabeza.
.- Pues... - murmure pensando en algo que calzara con los tres. - En realidad, no lo se -. me rendí fácilmente ante aquella situación.