Viernes a la noche {Walden}

Viernes de nuevo. No pude evitar que una sonrisa iluminara mi rostro, ¡cuanto había extrañado el fin de semana! Era la razón por la que soportaba todos y cada uno de los demás días, no podía pensar en nada más que en que a la noche salía con mis amigas. Había quedado en juntarme con una de ellas a la salida de la disco, con las demás nos encontraríamos adentro ya que ellas iban más temprano. Me había puesto un vestido negro brillante y corto, que resaltaba mi cabello y mi rostro, y en mis pies unos tacos que me había comprado no hace mucho, con algunas tachas.

Ya era de noche y quedaba poco para que fuera la hora a la que habíamos quedado en juntarnos con mi amiga. Me dirigí hacia la discoteca y cuando llegué a la salida, no la encontraba. Habían varios chicos y chicas, pero ella no. Decidí esperar, siempre llegaba tarde por algo, por lo que no me extrañaba. Que impotencia el todavía no llegar a alcanzar la mayoría de edad, podría haberme aparecido o mandarle un patronus avisandole que estaba aqui, pero todavía no podía.
- Uf, espero que no se demore mucho - me dije para mí misma. ¿Quizás ya hubiera entrado? No lo sabía.

Ya habrían pasado unos 20 minutos desde que estaba esperando, no sabía que hacer. Quizás debería entrar para así encontrarme con las demás adentro. Si, eso es lo que haría, total si luego ella llegaba seguro que también se dirigiría al interior del lugar. Ya nos veríamos. Me estaba encaminando hacia allí y de repente vi que un chico venía contra mí, no tuve tiempo de reaccionar y choqué fuertemente contra él. Me tambaleé y comenzé a caer hacia el suelo, pero él rápidamente me sostuvo de la mano para evitarlo. Gracias a Merlín, si no me ensuciaría. No estaba segura de porqué había chocado conmigo ¿es decir ya estaba tan borracho que nisiquiera podía mantenerse sin irse para los costados? Aunque luego llegué a la conclusión de que no era así, ya que había actuado automáticamente bastante bien al llegar a tomar mi mano. Seguramente alguien lo habría empujado o algo.

- No te preocupes - le dije enderezándome y sonriendo de lado - Buenos reflejos, si no fuera por ellos habría caido.