Justo el lugar indicado (Dylan)

Llevaba semanas en busca de un lugar apropiado para mis fines, necesitaba un lugar donde mi tesoro no pudiese ser encontrado por nadie por casualidad, el bosque prohibido había sido descartado, era común ver alumnos adentrándose únicamente para demostrar su valor a sus compañeros, o morrearse con alguna chica, mi siguiente opción fue Hosmeage, pero el único lugar con el que di me fue recomendado por un tal Cain, y si el lo conocía, otros podrían, solo me quedaba el interior del mismo castillo, y decidí confiarme de su gran tamaño para ver si encontraba el lugar apropiado.
Ya habían pasado un par de semanas desde que decidí empezar mi búsqueda, y hasta ahora no había dado con lo que quería, aunque claro, aun me faltan muchos lugares por recorrer, era fácil perderse en aquellos pasillos, sobre todo con mi ya habitual inquieta atención, estaba seguro de haber recorrido ese pasillo antes, es más, me pareció que había pasado más de una vez, me maldije a mi mismo antes de notar que había una puerta en medio del muro, estaba seguro que no estaba antes, ¿o acaso era otro pasillo distinto?, sujete el picaporte y abrí la puerta, frente a mi se desplego una sala inmensa, donde grandes repisas formaban un verdadero laberinto, el techo era alto y abovedado, cada estanteria estaba repleta de la más amplia variedad de objetos imaginables, libros, joyas, armas, ropas, y muchas otras cosas, aquel lugar era realmente inmenso, y cabia la posibilidad de que en el pudiese lograr mi objetivo.

Me gire en busca de la fuente de la voz, y mi ojos solo encontraron a un chico, no tendria más de 15 o 16 años, un aire de despreocupación lo rodeaba, como si nada fuese capaz de molestarlo.
- Hola - dije, con algo de duda en mi voz aun, no sabia como tomar la llegada del extraño justo en el momento que habia encontrado aquel lugar, habia entrado por la puerta que yo no me preocupe de cerrar, pero claro, si en toda la tarde no habia visto a ningun alumno alli, ¿como podri haber pensado que pasaria uno justo cuando abri la puerta?.
- Mi nombre es Alexander - dije, mientras volvia a mi habitual sonrisa burlesca, propia de mi persona - ¿y tu eres?

Algo en el semblante de aquel chico lo hacia atractivo, un aura de paz y relajo, quizas un poco de reconocimiento de alguien que tampoco era bueno para las mentiras y las fachadas, como yo, o quizas, solo era mi imaginacion.
Di un paso hacia el, mientras mi sonrisa crecia, estirando ligeramente la piel de mi rostro, sujete su mano y la sacudi con firmesa, mientras mi lengua escapaba con vida propia de mi boca, humedeciendo mis labios, en un gesto que ya se habia convertido en un tic cuando estaba frente a alguien que me prometia algo de diversion.
- Alexander Zalachenko, recien transferido

Pues había sido mas agradable de lo que esperaba, me pareció extraño que sacara su lengua de esa forma. Lo ignore. Solté su mano. Y escuche su nombre completo "Alexander Zalachenko" era obvio por su nombre, que no era de Londres, pero claro, nadie lo era.
-Que coincidencia, a mi también me transfirieron de Beauxbatons -le sonreí. Comencé a rondar por la Sala, dando pasos largos por ella apresiandola detenidamente cada detalle de la sala, era imponente, muy misteriosa. Volví a mirar al chico.
-¿Y que haces aquí -pregunte muy curioso.

Lo segui con la miarada, el chico avanzo algunos pasos por la sala, mirando la sala con la curiosidad de alguien que ama las cosas nuevas.
- Simplemente investigo la escuela, escuche que esta escuela tiene realmente mucho lugares misteriosos - camino hacia la puerta, y la cierro lentamente, sin apuro, estamos solo los dos dentro - Tenia la esperanza de encontrar una que sirviera para cierto proyecto que tengo.
Camine a su lado, y comence a recorrer la sala conla mirada, el lugar era realmente inmenso. - ¿Que hay de ti?, ¿Que te trae aqui?

Tras escuchar la respuesta del chico, volví a comenzar a caminar por la sala dando pasos grandes, escuche como la puerta se cerraba, tal vez necesitaba mas privacidad el chico. Pensé los numerosos pasadizos y salones misteriosos que este castillo albergaba. Seguía mirando todo, por lo que había escuchado, la sala de lo aparecía al que la necesitase y siempre cambiaba según la persona que lo encontrase. Esta era algo extraña.
Escuche la pregunta del chico y gire a verlo de nuevo.
-Pues quería leer, o hacer cualquier cosa. Pero al parecer tu necesitas hacer algo importante y tu llegaste primero -dije sonriente a la vez que me dirigía a la puerta -Así que, nos veremos en otra ocasión.

Me mantengo en su camino a la puerta.
- No es necesario que te vayas amigo - dije en tono tranquilo - ¿Conocias ya esta sala? -Aquella pregunta no era aleatoria, yo jamas habia estado aqui, y sentia que habia algo raro en este lugar, si la encontre simplemente en este pasillo, era raro que tanta gente le ubiese considerado un buen lugar para esconder sus poseciones, habia algo detras de esta sala, y necesitaba saber si era de comun conocimiento o no.

Me pareció raro al ver que el chico se interpusiera en mi camino. Por que estaría ese chico, bueno a estas horas en la sala de menesteres cuando nadie estaba. Me senté en el suelo y mire al chico con una ligera curiosidad. Me dispuse a no preguntarle a acerca de ello y me limite a mirar al chico.
-No, pero había escuchado de ella -dije para luego posar mi mirada en en el techo, era aproximadamente las 6 de la tarde, a estas horas se estarían preparando para ir a cenar, no se por que ese pensamiento se me vino a la mente, tal vez sería por que tenía hambre.

No la conocia, era primera vez que la veia, pero habia escuchado de ella, aquello no era del todo conveniente, decidi precionar un poco mas.
- ¿Oiste de ella? - repeti - ¿Que fue lo que oiste de ella? - Algo extraño e escondia en aquella sala, no era logico que tantas gente escondiera algo aqui cuando era tan facil acceder a ella.

-Pues... que, esta sala solo se le aparece a personas que la necesitan y es diferente para cada necesidad de la necesita, nunca es igual, en raras ocasiones lo es, también le llaman La Sala que viene y que va, o La Sala Multipropositos. Algunos la llaman la Sala de los Objetos Ocultos ya que se les materializa en forma de una especie de "mini-ciudad" conformada por miles de objetos que los alumnos de Hogwarts de todas las generaciones fueron ocultando. -dije con un perspicacia, como si fuera un Ravenclaw el que hablase, pero, para ser nuevo en Hogwarts, era uno de los pocos en el colegio que la conocían, pero tal vez estaba aflorando mi lado Ravenclaw que llevaba dentro, pues el Sombrero dijo que tenía cualidades para todas las casas.

Escuche su explicacion con creciente emocion, este lugar era perfecto para mis propositos, justo lo que estaba buscando, para cuando termino de hablar, una sonrisa triunfal coronaba mi rostro.
- ¿Quien te hablo de ella?, ¿Cuantos saben de ella? - ambas preguntas se escucharon algo aceleradas, la emocion del momento estaba haciendo mellas en mi tono de voz.

-Pues son rumores solamente, a pocos se les había aparecido, pero los que la conocen y han llegado a verla son máximo han sido siete, entre ellos yo, pero hubo una época que mucha gente la conocían pero, todos los estudiantes se han graduado. -dije enarcando una ceja, era extraño la expresión del chico, muy emocionado, o algo por el estilo, aún que me era casi indiferente para que la usaría, pues no lo conocía y no conocía sus propositos. -¿Para que quieres saber de ella?

- ¿Para que quiero saber? - repeti, lo mire unos instante, sonriendo.
- Tengo algunos asuntos que hacer lejos de la vista de los curiosos... - dije, mientras saque mi varita de su lugar, y comence a juguetiar con ella entre mis dedos - entonces... ¿sabes quienes son los otros que conocen este lugar?