Reprime tus gruñidos, sucio perro{Libre[Luna Llena]}

Habiendo sabido la cantidad de gente que se escapaba al bosque cualquier noche, había decidido tomar un nuevo lugar aquel día, dado que se me habían agotado las reservas de poción matalobos, y esa noche sería peligroso. Loser parecía contento, todo esto de la locura y el descontrol le fascinaba, sobre todo si se trataba de nuestro cuerpo en forma de lobo, él lo dominaba mucho mejor que yo. La tarde comenzaba a caer cuando llegué al sauce boxeador, me atacó con sus ramas, pero las esquivé ágilmente y apoyé el pie en el nudo hasta que se calmó, y pude colarme por el pasadizo. Sabía que faltarían escasos minutos para el auge de la luna, no quería saber con que me iba a encontrar allí, pero ojalá que con alumnos no, por algo estaba plantado ese árbol, para que no pasasen los demás.
Al llegar a la casa de los gritos, me acomodé en un sofá lleno de arañazos y rotos por todas partes, y esperé simplemente, a que la luz lunar entrase por el resquicio de las ventanas cegadas.
Tras varios minutos después miré el reloj, ya faltaba poco, sería mejor cerrar todas las puertas y esconder mis varitas, por supuesto. Cerré todas las puertas con pestillo, y escondí mis varitas bajo una madera suelta, que había bajo el sofá, las tendría a mano para cuando fuera humano.
Justo terminé de colocar el sofá en su sitio, cuando sentí que mi vista de afinaba y acostumbraba mucho más a la oscuridad.
Que empiece el juego...
Sacudí la cabeza mientras un hocico se formaba en mi rostro deformado. La columna se curvó hacia afuera, rasgando la ropa por completo. Las rodillas crujieron y formaron dos curvadas patas lobunas, que se ocultaron en una masa de cabellos blancos, al igual que todas las demás partes del cuerpo, mis manos, las cuales veía perfectamente, eran zarpas con garras afiladas. Pasé la lengua por mis colmillos asesinos, y me erguí profundizando un aullido, se oiría incluso en Hogsmeade.
No perdí tiempo, tenía ganas de matar, pero no había nadie... Gruñí y me lancé contra la puerta cerrada de la sala, arañándola y haciéndola crujir, hasta que conseguí hacer una brecha en la madera, la golpeé y arañé hasta que fuera lo suficiente grande como para colarme por ella.

Aquella había sido una buena tarde, varias copas en el cabeza de puerco, apenas empezaba a oscurecer y caminaba, tambaleándome de un lado de otro.
En mi mano llevaba un concho de wisky en una botella que saque a escondidas del local, seguro Aberforth me haria pagarlo en mi proxima visita, pero aquello no importaba ahora.
Fue un poderoso aullido lo que capturo mi atencion, sonaba sobrenatural, casi espectral, venia de la casa de los gritos. Dude unos instantes, se supone que la casa de los gritos estaba maldita, aquello lo sabia, pero, ya habia estado dentro antes, y no vi ningun espiritu aullador alli, ¿seria otra cosa?.
Quizas con mi mente en toda su capacidad, habia podido llegar a una mejor deduccion, pero mareado como me encontraba, lo más logico en ese momento fue dirigirme a la destruida mansion, en busca de respuestas.

Rugí contra el lobo que blanco que había ladrado, y quebré completamente la puerta, haciéndola añicos.
Sangre... Huesos... Carne humana... Se estaba acercando algo, algo con lo que divertirme, un humano, una presa, comida... Aullé con fuerza en medio del pasillo y fijé mi asesina vista en el lobo blanco, irreconocible ahora para mi mente mortífera. Lo aparté de un golpe y me dirigí a la puerta principal, rasgándola golpeándola, deseoso de que llegase el humano.
Gruñí de rabia, no podía salir por esa puerta, quería llegar al pueblo, donde habían tantos bocados esperándome. Subí las escaleras entre gruñidos y ladridos y llegué hasta una habitación con un ventanal cegado, me lancé contra él, pero era demasiado resistente como para romperse a golpes.
volví sobre mis pasos rasgando suelo y pares, me lancé contra un armario, rabioso por estar encerrado, quería salir, quería matarlos a todos.
Arrancaría las entrañas de todos los que se pusieran frente a mi, niños, mujeres y ancianos, a todos. Malditos humanos asquerosos... Construyeron esa casa para encerrarme... Seguro... Los mataría a todos, a todos los humanos.

Finalmente estaba frente a la casa de los gritos, lo primero que percibi una vez alli, fue un poderoso golpe sobre las maderas que cegaban el ventanal del segudo piso, algo estaba dentro, encerrado, y tratando desesperadamente de salir, ¿Que?, ¿Porque?, solo había una forma de averiguarlo, sonrei.
Trate de abrir la puerta, que encontre vacia en mi ultima visita, pero esta vez estaba totalmente cerrada, me aleje unos pasos, y apunte mi varita hacia las maderas.
- Bombarda Maxima - las maderas estallaron frente a mi, saltando en miles de astillas por los aires, y cayendo en todas direcciones, fuese que lo fuese que estaba encerrado, ya no lo estaría más.

PUM!
Moví las orejas instintivamente hacia el sonido, y luego la vista... Seguro que fue ese animal salvaje... Maldito lobo, ya estaba molestando de nuevo, acabaría con él. Golpeé un armario y me dirigí de nuevo hacia abajo rugiendo y rompiendo la barandilla de la escalera para buscar al lobo blanco.
Salté hacia el pasillo y me acerqué despacio alzando una de mis zarpas.
Comida...
Me volví para ver de donde venía el olor a carne humana. Un joven de no más de de 18 años estaba frente a la puerta con su varita en mano... Perfecto, carne de mago, me daría un buen atracón con él, aun que estaba algo seco.
Aullé con fuerza y me alejé del lobo blanco hundiendo las garras en la madera mientras me dirigía hacia el humano con lentitud, era genial cuando se asustaban y había que perseguirlos.

Escuche el sonido de madera rasgándose, y me gire, manteniendo mi varita en alto de forma instintiva, lo que vi frente a mi me hizo sentir un escalofrió de emoción.
Una criatura, ni lobo ni hombre, caminaba hacia así, a paso lento, observando con hambre en sus ojos, reduciéndome a solo su presa, no pide evitar sonreír ampliamente.
Jamas había visto un hombre lobo de frente, aun cuando en Rusia eran bastante comunes, y la realidad superaba por mucho las planas y muertas interpretaciones de ellos que había en los libros de clase, eran mucho más feroces, más temibles, más imponentes, y sin duda, más divertidos.
- Bombarda maxima - brame, mientras apuntaba al piso bajo sus piel, sabia que eran resistentes a magia, pero estaba seguro que eso no incluía que el suelo explotara bajo ellos. Con mi mano izquierda, sujete mi daga, sacándola de mis ropas, el filo de plata resplancedio mientras retrocedia unos pasos, esperando el movimiento de la criatura.

El miembro 'Alexander Zalachenko' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Ataque (Duelo)' : 1

Una explosión se formó ante mi, la puerta estaba abierta, tenía la oportunidad de vengarme de ese estúpido pueblo que me había encerrado ¿Quién demonios era ese estúpido que me había molestado? ¿Y por qué estaba en mi camino?
Alcé una de mis zarpas hacia él para golpearlo, y si podía, herirlo, realmente, no me interesaba, además, olía a plata, quería carne de niño, era mucho más tierna, o quizás matar a las mujeres del pueblo, sí... Eso sonaba tentador... No no no no... No podía matar a todos, aún me quedaban muchas lunas llenas para divertirme... Hoy... Hoy molestaría a los habitantes del pueblo, y si me encontraba de nuevo con el chico estúpido, le arrancaría la cabeza, así no podría molestar.
Salté hacia uno de los tejados y arañé las tejas para no caer, busqué la luna en el cielo... Esa luz que me daba tanto poder, tan fuerza, tanta resistencia, me hacía más poderoso que cualquier mago normal, con sus estúpidas varitas... Los mataré a todos... Matar... Matar a todos los humanos... No quedaría ni uno, el mundo sería de los licántropos. Aullé a la luna irguiéndome, como si así llegase a tocarla con el hocico blanco. Olfateé el ambiente... No había nadie por las calles, tendría que meterme en alguna casa. Vislumbré una casa con chimenea a lo lejos, y me lancé contra ella saltando por los tejados, quizás no cabía, pero tendría que buscar la manera de entrar, si había chimenea, había gente con dinero, por lo que no eran unos muertos de hambre... Tendrían comida.

El miembro 'Dave Wishe' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Ataque (Duelo)' : 2

Falle mi hechizo, que exploto a bastante distancia de mi objetivo, antes de darme cuenta, el lobo estaba a mi lado, y me golpeo con una de sus zarpas, cai al piso, sin ningun equilibrio debido al alcohol, y para cuando logre levantarme, le vi alejarse hacia el pueblo. corriendo, mi primer impulso fue atacarlo, terminar la pelea que había iniciado, pero luego comprendí las implicaciones de que el llegara al pueblo.
Sonreí al imaginar el caos que alli se armaría, seria divertido de ver, pero eso no me quitaría a mi presa, le dejaría atacar un poco, y luego terminaría con su vida, si, eso debía hacer, no dejaría esta pelea inconclusa.
Vi como corría con celeridad al pueblo, senti una punzada de dolor donde sus garras me habian alcanzado, y acto seguido, desapareci.
CRACK
Estaba en un tejado del poblad, esperando la llegada de la bestia, saboreando ya los destrozos que haria.
- Apresurate en llegar bestia inmunda... -dije para mi mismo.

Ya estaba cerca de la casa cuando de nuevo... Ese asqueroso humano andaba molestando...¿No tenía otra acosa que hacer? Si seguía en mi camino le arrancaría los pulmones.
Rompí las tejas de una casa a golpes y se las lancé al chico, tras un rugido para advertirle que me dejase en paz o lo mataría. ¿Qué clase de estúpido era ese? Si fuera un chaval de 13 años de Gryffindor lo entendería, pero este... Era adulto, debería estar en un manicomio... Bah, se acabó, hasta su olor era putrefacto, iría a por él. Con algo de suerte acabaría con su vida.
Bajé a las calles de un salto, y comencé a correr hacia el chico... Por fin.... Algo de sangre en juego.