Derritiendo los hielos eternos (Leticia)

Recuerdo del primer mensaje :

Traerla hasta este lugar no fue dificil, fingi seguir abrazandola hasta salir de la vista de lo curiosos, y luego un hechizo mobilicorpus hizo el resto del trabajo.
Ahora estabamos solos en el bosque, mis excurciones nocturnas constantes me habian brindado un conocimiento mas bien acabado del lugar, no me costo llegar a este pequeño y solitario claro.
La deposite en el piso, saque su varita de entre sus ropas y la guarde en mi pantalón, luego apunte mi varita en su direccion.
- enervate.

El miembro 'Leticia Herondale' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Defensa (Duelo)' : 6

Sonreí con suficiencia a Alexander, su hechizo había desaparecido y había resistido su Imperio, por supuesto, me había especialisado en proteger mi mente de todo. Vi como las arañas se abalanzaban hacia el y le ordene a algunas "traiganme su varita, atraiganla hacia ustedes con sus telas de araña" Mientras el resto lo mordian y atraaban con la tela.

-Buen intento Alexander, pero si no pudiste leer mi mente, ¿de verdad crees que podrás controlarme?-mantuve mi mirada clavada en el.

Pude sentir como resistia a mi control, su mente era fuerte, antes de que tuviese oportunidad de hacer otro maleficio, los colmillos de las primeras acromantulas que habia logrado pasar mi barrera encontraron mi carne, senti como mi cuerpo se entumecia, y mis piernas flaqueaban, finalmente me desplome, mientras mi varita era arrancada de mi mano, estaba indefenso, la chica del alma de hielo me tenia a su disposicion, ¿Que significaba aquello?.
Todo lo que pude pensar en ese momento, era lo divertido que resultaba esta chica, y lo feliz que estaba de haber conocido alguien asi, un verdadero rival, un nemesis, un contrapunto en mi existencia.

Recibí la varita de la acromántula con obvia satisfacción y sonreí ampliamente a Alexander, vi como su cuerpo se paralizaba. También vi la alegría en sus ojos. Espere a que las acromántulas lo temrinaran de atrapar en su tela de araña. Según la cantidad de veneno que le habían inyectado debería demorarse por lo menos unas 12 horas en recuperar su total mobilidad. Más que suficiente. Llevé el cuerpo con un sencillo hechizo de levitación y me detuve en un claro sercano a la salida del bosque, lo oculté entre las raices de un árbol y le dije con tono infatil y sonrisa divertida, como si todo eso fuera un simple juego.

-Bueno Alexander, en unas horas podrás moverte, claro que no te será fácil deshacerte de la tela de araña, pero confío en que escaparás. No le dirás a nadie lo que pasó aquí, ¿no?-mi sonrisa se ensanchó-Será nuestro pequeño secreto.

Aquello lo dije en un susurro y rompí la varita. Claro que sabía que era su varita, ya que había ejecutado el hechizo. Ahora estábamos a mano, el había roto mi varita, el había roto la mia. Le dediqué una ultima sonrisa y me sirigi al castillo disfrutando el aire del bosque. Aquel habpia sido un día muy, pero muy, divertido.