Derritiendo los hielos eternos (Leticia)

Traerla hasta este lugar no fue dificil, fingi seguir abrazandola hasta salir de la vista de lo curiosos, y luego un hechizo mobilicorpus hizo el resto del trabajo.
Ahora estabamos solos en el bosque, mis excurciones nocturnas constantes me habian brindado un conocimiento mas bien acabado del lugar, no me costo llegar a este pequeño y solitario claro.
La deposite en el piso, saque su varita de entre sus ropas y la guarde en mi pantalón, luego apunte mi varita en su direccion.
- enervate.

Sentí el suelo duro, la frialdad del lugar y el olor antes de abrir los ojos. Ah, como no conocer ese olor a tierra, a árboles antiguos, a secretos. Más de una vez había estado en el bosque, me encantaba, claro que había que tener cuidado de que los profesores no te vieran y eso, pero si Hogwarts era mi casa el Bosque era mi hogar.

Restregué mis ojos con una sonrisa divertida en mis labios. Miré hacia los árboles, vi los cuervos curiosos entre las ramas, conocía el lugar. Era un claro lo suficientemente profundo como para que nadie molestara pero no tanto como para encontrarse con los distintos seres que vivían ahí. Alomejor si centauros, pero no pensaba que fueramos a ser molestados en aquel lugar, lo sabía y estaba segura de que Alexander lo sabía también. Luego observé a Alexander con mis ojos helados pero con un birllo juguetón.

-Entonces, supongo que ya tomaste mi varita-dije con voz calamada mientras registraba mi ropa y comprovaba que no tenía mi varita.-Ajam, ya lo hiciste.

Me levante tranquila y limpié mi túnica, para luego volver a clavar mi mirada en el.

-Entonces, ahora que estamos solos... -comencé a desenredar mi cabello con los dedos-¿Quieres "romperme"? Tu sabes que intimidandome no lo lograrás.

Camine formando un semi circulo a su alrededor, como un cazador frente a su presa, me pregunte si aquello.podia considerarse canivalismo, casi pareciamos los unicos miembros de una especie en extincion.
Podia verse ek placer del momento en mi mirada.
- Te dejare elegir - susurre - lo haremos de la manera fácil o la dificil?.

Observé divertida como caminaba y su mirada ansiosa, veía como el disfrutaba el momento, mientras parecía asecharme. Pensé por un momento ya que éramos espécimenes únicos deberiamos no pelear por la comida, pero eso sería como dejarnos sin aire, algo que simplemente nos mataría. Ambos sabíamos que aquello era demasiado divertido.

-¿Para que me haces esa pregunta? Por supuesto que preferiría la manera difícil, pero viendo que estoy en desventaja tendrái que elegir la fácil....-rei friamente-Vamos Alex, yo se que tu ya tienes claro lo que quieres hacer... ¿porque no comiensas de una vez por todas?

La verdad, no estaba tan seguro de saber lo que queria, me encantaria torturarla, pero tenia serias dudas de que sus gritos serian reales, quizas solo recibiria mis ataques con una sonrisa de suficiencia, aquello no seria divertido, mi fin era su mascara, necesitaba sumergirla en el miedo, pero, ¿ella temia a algo?.
Tras pensarlo algunos instantes, sonrei, solo hay una cosa a la que podria temerle ella, alguien que no quiere a nadie, que vive aislado, mirando atravez de un vidrio invisible al mundo, interactuando con el sin llegar a ser parte real de el, yo sabia bien aquello.
- Veremos el miedo en tus ojos preciosa - Alce mi varita en su direccion, disfrutando la sotuacion, ella no tenia varita, no habia forma de que se salvara de esta.
- ¡Septumsempra! - Espere ver el resultado de mi conjuro, si le daba, ella seria mia.

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El miembro 'Alexander Zalachenko' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Ataque (Duelo)' : 3

Veía como Alexander pensaba, tratando de decidir que hacer. Le dediqué una sonrisa de superioridad, no pensaba dejar que me derrotara, no cuando ya lo había hecho una vez. Me agradaba Alexander, a pesar de todo, su impulsividad era algo refrescante para mi frialdad. Seguí clandole mi mirada como cuchillos atravseandolo una y otra vez. Sabía que no tendría ningun efecto de los normales, pero sabía que le llamaría la atención y lo más importante era mantener su atención en mi, mientras los cuervos seguían llegando, más y más.

Escuché sus palabras tranquilamente. Tenía claro en lo que pensaba, una persona como yo solo valoraría su vida, lo cual era verdad, pero dudaba seriamente que estar al borde de la muerte o sufriendo de gran dolor hiciera que mi hielo se derritiera.

Mientras hablaba llamé a los cuervos, les dije que me protegieran, que no era necesario que se abalanzaran, solo uno para protegerme de su hechizo bastaba. Y así fue, la sangre del cuervo saltó por el lugar en cuanto la maldición chocó con el. Miré a Alexander y mi sonrisa se ensanchó aún más, no pude evitar soltar una carcajada

-Interesante explicación, pero no creo que haya quedado mucho del cuervo como para que puedas utilizar el contra maleficio...-me acerqué al cuervo , me agaché y examiné la herida, luego me volvi a levantar- Fue un hechizo perfecto, lástima que el cuervo se cruzara por tu camino...

Ensanché aún más mi sonrisa cuando vi su sonrisa, ¿me mostraría furia? ¿decepción? ¿desesperación? Cualquiera que fuera la respuesta, había roto su ilusión de verme sufrir. Ya me estaba comenzando a sentir mejor conmigo misma.

Solte una carcajada, sonora y estridente, aquello habia sido, muy, pero muy divertido. Mi objetivo no habia sido logrado, pero, a pesar de eso, habia logrado más de lo que ella noto, su carcajada fue autentica, el primer gesto realmente autentico que vea en ella, se había divertido, habia sentido cierto placer al sentir que me derrotaba, y no habia querido, o podido enmascararlo, simplemente l a carcajada surgio antes de que pudiese reprimirla, para mi, aquello era como una primera trisadura en su armadura de hielo.
- Eso ah sido imprecionante, no conocia esa habilidad tuya - dije con una sonrisa de satisfaccion - Pero no eres la unica con habilidades poco comunes.
Levante mi mirada hacia nuestros alrededor, me había concentrado demaciado en ella y había dejado de lado nuestro entorno, mi error.
Levante mi varita, y hice una amplia floritura hacia el cielo.
- Expecto Igneus - dije en voz alta, y al instante, de la punta de mi varita, surgio un gran ave de fuego, un condor. La criatura d fuego media en total 3 metros desde la punta de un ala a la otra, su cuerpo era fornido, y su cuello largo, comienzo a volar a mi voluntad, cazando a los cuervos de nuestro alrededor, cosumiendolos con sus llamas, varios arboles se prendieron en el proceso de la caza, aquello no me importaba.
- ¿Que haras ahora que no cuentas con su ejercito de aves para defenderte? - dije, mientras saboreaba el momento.

Sonreí al ver el fuego. No pude evitar aplaudirlo con una sonrisa de satisfacción.

-No conozco ese hechizo... ¿lo creaste tu? Es bastante interesante, me encantaría aprenderlo... bueno, entonces-dije simulando seriedad-¿Vas a hacerme sufrir hasta mi muerte o que?

Siempre podía correr, pero nunca fui deportiva. Alrededor no habían más que animales pequeños que no me servirian de nada. No estabamos tan lejos de las acromantulas pero eso siempre podía ser un arma de doble filo, especialmente yo sin mi varita, lo cual era un gran problema. Tampoco llevaba nada realmente útil en la túnica, andar con pociones experimentales siempre era peligroso y no pensé que las fuera a necesitar. Así que lo único que me quedaba era mi inteligencia, pero por lo que me había dado cuenta el no era de mucho juego mental, se le temrinaba la paciencia rápido, como un niño. ¿Qué se hacía con niños asi? Ni idea, cuando uno me molestaba era tan sencillo como hacer que un panal de abejas lo atacaran o algo asi. Lástima que no hubieran abejas por ahí.

-Tu sabes que no me voy a romper porque me dañes, ¿no? Quiero decir, lo haras de todos modos, pero no le tengo miedo a la muerte, ¿sabes?-

El gran condor sobrevoló nuestras cabezas, atento a cualquier intruso, su instrucción era simple, atacar a alguien animal que intentara acercarse a nosotros.
Escuche sus palabras, y gire mi cabeza, mirandola como un cachorro curioso, una sonrisa se dibujo en mis labios.
- No te creo - dije de manera firme - Se que no le temes al dolor, pero estoy seguro que la perspectiva de morir aqui, sin más, sin terminar aquello que empesaste - alce mi varita contra ella - estoy seguro de que si te asusta...

Miré el condor, realmente era impresionante, que lo controlara. ¿Me iba a quemar? eso no sería bonito. La verdad no me importaba morir, alomejor lamentaría no haber hecho un par de cosas, pero no tenía ninguna razón real para vivir. Disfrutaba el sufrimiento de la gente, era verdad, me gustaría verla revolcandose con pesadillas aterrorizandolos, pero no era algo que me motivara a vivir, era solo una diverción que hacía que la vida no fuera aburrida.

-Adelante Alexander, prueba tu teoría y decepcionate-le sonrí con aire de suficiencia, no tenía miedo a morir, no tenía miedo al dolor, y eso era con lo que me amenazaba, asi que lo peor que pudiera suceder era que muriera o algo así.

Levante mi varita y le apunte, mi expectro aun volaba sobre nuestras cabezas. Hice contacto visual con ella, sus ojos de hielo, escuche sus palabras. No necesitaba transpasar su Oclumancia para leerla en este momento, no habia nada, ni una pisca de miedo, eso no era un bluff, ella hablaba enserio, era como yo, la muerte no le causaba ningun miedo. Baje mi varita lentamente.
- No me esperaba eso - dije con sinceridad, jamas habia conocido otra persona ademas de mi, que no temiese ni un poco a la muerte.
- Eres más interesante de lo que juzgue en un principio - dije mientras volvia a sonreir, saque su varita de mi bolsillo - Realmente interesante - Sujete su varita en mi mano y la parti a la mitad con fuerza, luego lance ambos trozos de ella frente a la chica.
- ¿Que hare contigo ahora, chica del alma de hielo?

Lo observé atentamente. Vi como sacaba mi varita, como la tomaba entre sus manos. Supe de inmediato que pretendía hacer, mi piel se volvió pálida de susto, y mi sonrisa se congeló para luego desaparecer tras mis labios tensos. Clavé mi mirada en el, con una frialdad absoluta. Me acerqué a los trozos en completo silencio y los tomé entre mis manos, con sentimientos entremezclados. Luego me levanté lentamente sin siquiera observar a Alexander, me giré y comencé a caminar alejándome, pero no en dirección al castillo, no, sino que más hacia adentro del Bosque Porhibido. Mis ojos si era posible eran aún más de hielo que antes, ni una sola expresión en mi rostro, todo en mi era neutro, como la calma antes de la tormenta. Y no podía importarme menos lo que hiciera Alexander. Si me seguía, atacaba o simplemente me dejaba tranquila disfrutando su pequeño triunfo, no mne importaba.

Observe cada reaccion en su rostro, primero el desconcierto, pude ver algo de miedo, pero solo un destello fugaz, luego, nada, era cmo si algo acabara de romperse en su interior, su rostro perdio color y se limito a recojer su varita y caminar.
La segui, ella no caminaba hacia el castillo, guarde mi varita en mi manga, como acostumbraba hacerlo, y camina a cierta distancia de ella, aquella habia sido una victoria, pero no la suficiente para quedarme tranquilo, no aun, falaba ver más, una emocion intensa, fuese cual fuese, no me rendiria hasta consegirlo.

Caminé en silencio, el me seguía también en silencio. Podía sentir la varita rota, eso era bastante molesto, sin varita no se podían hacer hechizos, tampoco muchas pociones. A medida que avanzaba el bosque se volvía más y más oscuro, hasta que comencé a escucharlas, como se acercaban, como chasqueaban. De inmediato les ordené que no me dañaran, pero si que nos rodearan sin hacer ruido, hasta que me detuve y me giré hacia Alex.

-Tu varita Alexander-dije con voz neutra, sin ninguna emocion, extendiendo mi mano hacia el-Dame tu varita.

Se volteo y me pidio mi varita, algo estaba mal, de cualquier otra persona habria pensado que simplemente habia perdido algo de su cordura por el impacto, pero no de ella, ella tenia un plan, estaba seguro, de otra forma no actuaria con aquella seguridad.
Mire a mi alrededor, no vi nada claro, pero me parecio notar movimiento entre las ramas y el follaje.
Saque mi varita de mi bolsillo, la mire y sonrei. Frente a ella, aprete con mi varita con mi mano y la rompi, lance ambas mitades a sus pies.
-Listo - le dije con una sonrisa tranquila.

Miré su accionar pero no hice ni un solo gesto.

-Interesante, ¿no tienes apego a tu varita?-lo miré de manera inquisitiva y con una sonrisa de superioridad, le dejé ver la diversión tras mis ojos-¿Alomejor tienes otra de repuesto? ¿O de verdad no mideas las consecuencias?

Hice un gesto con el cabello, diciendole a mis "queridos" amigos que se mantuvieran serca para protegerme en cualquier momento, los sentía ansiosos, pero aún debían esperar un poco.

-¿De verdad pensaste que algo como mi varita me molestaria?-le sonreí conteniendo una risa-Es una molestia, es verdad, pero no es para tanto, ¿sabes? Bueno, claro que lo sabes, acabas de romper la tuya

Me encogí de hombros ante sus preguntas, aun le sonreía con naturalidad. Camine hacia ella, acercándome hasta quedan en frente, siempre a paso tranquilo.
- Si no te molesta, chica del alma de hielo, debo irme - le dije en tono burlesco - No me mal entiendas, me encantas las criaturas peligrosas, pero me suena más divertido vivir por ahora. Adios - Tras aquello, me incline y bese sus labios, me retire con la misma velocidad, sin darle tiempo de reaccionar, y comencé a alejarme sin decir nada más, si queria detenerme, pues que lo hiciera, seria divertido.

Sentí sus labios, oh, eso no me lo esperaba, pero era un gesto... lindo. Reí para mis adentros, debía tener un plan, nadie hablaba con tanta confianza sin una varita, así que había rota o tenía una de repuesto o que sabía yo. Esperé que llegara al borde del claro y ahí ordene a mis queridas que lo mordieran. No esperaba que lo mataran, no, solo que le inyectaran el veneno, que era bastante raro y preciado. El veneno de acromántula no era mortal, las acromántulas prefieren sus victimas vivas, así que el veneno causa una feroz parálizis por todo el cuerpo y un dolor insoportable en los músculos, el cual alomejor podría ser comparado un poco mas abajo que una maldición cruciatus. Lo mejor era que el veneno en cosa de no más de 3 o 5 segundos ya tenía a la víctima en el suelo palaizada y ahonizante de dolor.

-¿Conoces las acromántulas Alexander?-dije tranquila con una hermosa sonrisa-Son criaturas de lo más fascinantes y peligrosas, dime, ¿ya puedes sentir el dolor recorriendo tu cuerpo?¿O estás pensando en la paralizis?

Estaba llegando al linde del bosque cuando me senti rodeado, alce la vista, y vi como un considerable grupo de acromantulas se lanzaban en mi contra. Escuche su explicacion, la situacion era riesgosa, aquello me encantaba.
Con mi varita, apunte hacia arriba de mi.
- Partis Temporus - grite con fuerza, de mi varita nacieron llamas que rodearon mi posicion, una barrera circulas que me protegia de las acromantulas, la primera hilera, recibio el impacto de las llamas, retrocediendo mientras sus patas delantes se incendiaban, el resto se mantuvo a raya, espectante.
- Ninguna de las dos aun querida - dije mientras alzaba mi varita en mi mano, ya no tenia sentido insistir con la ilucion de que la habia roto.

Observé como las acromántulas retrocedían, escuché sus chillidos de dolor en mi cabeza, pero las mantuve juntas y esperé que el hechizo terminara, por muy gran mago que fuera el Partis Temporus solo duraba unos momentos. No retrocedí ni un milimetro, observé donde había lanzado la varita rota y no había nada. Una ilusión. Muy listo de su parte. Lo observé tranquilamente y le sonreí amablemente, les ordené a las acromántulas que apenas el hechizo terminaran lo atacaran con su tela de araña y que lo capturarán, de paso que lo mordieran por supuesto.

-Muy inteligente de tu parte Alexander... Pero sigues estando rodeado, No puedes atacarme, lo sabes, ¿no? Si algo me sucede a mi las acromántulas se descontrolarán....-contube una risita.

La barrera comenzó a debilitarse, quedaban pocos segundos de efectividad, por entre el crepitar de las llamas escuche las palabras de Leticia, la chica se sentía muy segura de si misma, mire a mi alrededor, era verdad, estaba rodeada, entonces pense que solo tenia una oportunidad, un hechizo, si lo lograba, podría salvarme, si fallaba, las acromantulas me tendrían.
Apunte mi varita en su dirección, con la mayor presionen posible.
- Imperius - grite, mientras vi el conjuro volar en direccion de Leticia, mi ultima jugada.

El miembro 'Alexander Zalachenko' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Ataque (Duelo)' : 6

Ya había dado la orden a las arañas, vi como ellas se abalanzaban sobre el, vi como lanzaban sus telas de arañas y luego la sensación de flotar, que nada importa. Oh no, no me iba a dejar controlar por un Imperio.