En busca de diversion (Yve)

Me encontraba sentado bajo la sombra de un arbol, luchaba con mi eterno problema, mi inquieta atencion pedia a gritos algo que me diviertiera, algo que me distrajera de la monotonia de las reglas, algo que me diera la oportunidad de sentir algo de adrenalina en mis venas, ¿el problema?, mi idea de divercion no era la más comun de todas, y aquello dificultaba las cosas con mucha regularidad, despues de todo, fue asi como temrine expulsado de Dumstrang.
Retire aquellas ideas de mi cabeza mientras continue con mi busqueda, los jardines del colegio eran amplios, y de vez en cuando veia pasar caminando algun grupo de alumnos, algunas parejas ocacionales, pero nada lo suficientemente atrayente como para capturar mi atencion aun.
Mis ojos se posaron en una chica, tenia el cabello rubio, salvo por algunas tonalidades ligeramente castañas, sus ojos eran verdes, y caminaba mirando al frente, sin prestar atencion a sus lados, al parecer venia sola, estaba impacible, pero algo en sus rasgos le daba un aire burlesco, casi desafiante, me pregunte si su caracter seria tan impertinente como esperaba. Sonrei, esperando ver a donde se dirigía.

La leve brisa que se sentía no me era suficiente. Como odiaba el verano. Era sofocante cada mañana... Lo único bueno, era que en algunas tardes, siempre llovía a mares. Y como tenía una costumbre de mojarme en ella, la pasaba bien.

Aún así, hoy no parecía que fuese a llover. Me mordí un labio y rodé mis ojos en frustración. Había venido aquí en vano. Pero tampoco quería regresar. Entonces, no tenía otra opción que irme a buscar un buen lugar donde sentarme y esperar a que lloviera.

La idea no me pareció interesante. Merlín sabía cuanto tardaría en llover y ¿que haría yo para entretenerme? Suspiré y me senté debajo del primer árbol con una gran sombra que pude encontrar. En este momento, como deseaba tener algo que leer, para pasar el tiempo. Suspiré y solo me dediqué a dormirme un rato. No me importaba que alguien me viera, podía pensar lo que se le ocurriera. No haría nada, a menos claro, que alguien me despertará.

Recargué la mitad mi espalda en el árbol y cerré los ojos.

Mantuve una mirada distante durante algunos minutos, la vi apoyar la espalda en un árbol, y cerrar sus ojos, luego, quietud, su respiración se fue acompasando, parecía estar durmiendo.
Camine hacia a ella con paso ligero, preocupándome de no hacer el suficiente ruido para despertarla, llegue a su lado, y en silencio, me incline sobre ella, y deje que mis labios tocaran los suyos, mientras los míos aun mantenían una sonrisa dibujada, me aleje solo lo suficiente para esperar a ver la confusión en sus ojos cuando despertara tras eso y lo primero que viese fuese mi rostro con una sonrisa de suficiencia....

No pasó mucho tiempo y me sorprendí a mi misma en mi casa en Londres, arriba de un árbol, como siempre estaba en ese entonces. También visualicé a mis hermanas... riendo y jugando, tan felices. Sonreí ampliamente y desvié mi mirada... Entonces lo vi. Ahí estaba él, con su usual sonrisa amigable.

Rápidamente bajé del árbol y empecé a correr hacía él. Pero me tropecé y lo siguiente que supe fue ver una cara demasiado cerca de mi; invadiendo mi espacio personal. Abrí más mis ojos al darme cuenta de que era lo que estaba haciendo.

Con mis dos manos lo empuje lo más lejos que mis brazos pudieron y rápidamente saqué mi varita, apuntándole directo al pecho.

- Una razón para no mandarte la Cruciatus -amenacé con una voz fría y sin sentimiento alguno.

Tenía fruncido mi ceño y mi respiración estaba agitada por la rabia que sentía.

Sonrio ante la reaccion de la chica, nisiquera se tomo el tiempo de unir las partes al despertar, esperaba ver confucion en su mirada, pero en cambio solo vi un destello de furia, definitivamente me gustaba esta chica.
¿Alguna razon para no mandarme un cruciatus?, se me ocurrian mil para que si lo hiciera, pero jamas le daria una para evitarlo, sin poder evitarlo, una carcaja salio de mi caja toraxica.
- Porque acabo de darte tu primer beso primo - Digo en tono de burla mientras le giño un ojo - fue el primero, ¿cierto?

En su mente pude descubrir que era un psicópata masoquista. ¿Que rayos le pasaba? Tuve que respirar varias veces para guardar la calma y la compostura. Sin embargo, al instante de haberlo logrado, sus palabras me volvieron a enojar.

- ¿Y yo porqué tengo que darte explicaciones, eh? -pregunté entre indignada y enojada. Repito, ¿que le pasaba?

No podía dejar de pensar en lo que había hecho, era en verdad indignante. ¿De que casa se suponía que era? ¡Oh, de Gryffindor de seguro! ¿Que más, no?

- Que sea el primero o el segundo, tercero... no te importa -lo amenacé, aún con la varita en alto, pensando en que hechizo hacerle.

Una corta carcajada nacio de mi al escuchar su respuesta, la chica casi parecia capas de echar chispas por los ojos, simplemente me limite a sonreirle.
- Osea que si fui el primero - le dije, cosa que me quedaba claro por su reaccion furiosa a mi afirmacion, volvi a dar un paso en su direccion, ignorando su varita en algo apuntando hacia mi - Osea que ahora estamos conectado, ¿no? - Mi tono es de burla, mientras le dedico una sonrisa divertida - Soy Alexander, 7º año de Slytherin...

Su corta carcajada me hizo indignarme más. ¿Quién se creía aquel chico? ¡Burlarse de una Rosier!

Empezó a pasearse enfrente de mi. Estaba furiosa, indignada, pero también al pendiente de sus acciones. Si había hecho eso, quién sabe de que otras cosas eran capaz. Escuché atenta a lo que decía y no pude evitar rodar los ojos.

- ¿Sabes con quién te estas metiendo? -pregunté con mi cortante y fría como es hielo-. Te estas metiendo con una prefecta. Y no es muy inteligente de ti, te metes con la prefecta de tu casa -me fije en su sonrisa divertida y mi irritación no pudo subir más-. ¿Y tu crees que me voy a presentar? -bufé.

Era tercera desde mi llegada a este colegio que una chica me amenazaba con eso de "ser prefecta", y al igual que las dos veces anteriores, aquellas palabras no hicieron sino obligarme a soltar una risotada.
- ¿Prefecta? - repeti, en tono divertido - ¿Y que haras?, ¿Quitarme puntos?, ¿A tu misma casa? - La carcajada subio de intensidad - Creo que eso te molestara más a ti que a mi preciosa... - Respido, controlando al fin aquel pequeño ataque de risa - Estoy seguro que tras aquella mirada altanera se esconde una mucho mejor amenaza que esa