Comprandole una varita a Let

Estaba contenta de estar en Londres por mi varita. Estaba acostumbrada a la varita de mi padre, pero me preguntaba como seria la mia propia. Le sonreí a mi hermana, era agradable estar con ella, sin preocupaciones.

Gracias por traerme, estoy algo emocionada de hecho... y te has sentido mejor, ¿no? Eso me alegra.-le sonrei contenta.

Estaba sacando algunos libros que había llevado (no podía evitarlo, ya era parte de mi) cuando escuché la pregunta de Persephone y se me cayó el libro de las manos.

-¿Novio?-rei de manera nerviosa-No, no tengo novio, no soy la persona mas sociable del mudno... pero tengo un par de chicos que me agradan... de hecho ambos son Gryffindor ahora que lo pienso

Rei un poco más y sonrojé levemente, pensando en ambos.

-¿A que viene la pregunta?

-Bueno...-dije sentandome en la cama a lo indio-Yo nunca he tenido muchos amigos, la verdad recien este verano me he hecho amiga de más gente...

Me tiré en la cama al lado de ella y suspiré. Era mi hermana al fin y al cabo, me sentía comoda con ella, pero yo nunca me habría a nadie, era distante, esceptica y sin una verdadera conciencia, me preguntaba como terminaría todo eso.

-No creo que valga la pena pensar en las decisiones pasadas, sino que es mejor aprender de los errores y tomar mejores decisiones a futuro.... Yo no se, por ejemplo mi padre esta en Azkaban porque yo lo denuncié, no se si fue una edcision buena o mala, fue solo una decision.

-Bueno.... aveces somos inmaduros y no sabemos bien que hacer, pero al fin y al cabo son las experiencias las que nos hacen crecer...

Estaba traquila, y no queria que mi hermana se sintiera incómoda por el tema, sonreí cuando mencionó la varita, los ojos me brillaron.

-No lo se... supongo que larga, semi-flexible, con un componente central poderoso... pero no quiero especular, no importa que varita sea, la adorare con todo mi corazon.... ¿tu quieres a tu varita?

La tomé delicadamente y la examiné, luego se la devolví.

-Que envidia, yo me quedé con la varita de mi padre y aunque me funcionaba bien, no se, no podía sacar todo el potencial en mis hechizos.-rei contenta-Gracias por traerme Persephone, de verdad te lo agradezco, es agradable tener alguien en quien confiar.

La escuché atentamente y no pude evitar que eso sonaba exactamente a Alexander, un caramelo en una mano y un látigo en la otra. De todas maneras debía ser dificil para ella, bueno, para cualquier chica. Me senté de nuevo en la cama y la miré con comprensión, le sonreí de manera tranquilizadora, le tomé la mano y se la acaricié dandole apoyo.

-Pero sigues viva, ¿no es asi? Alex es un sicópata, nunca sabes que puedes esperar que el, es un animalito corriendo y brincando, haciendo lo que desee a su antojo. Pero ahora que estamos juntas nos cuidaremos la una a la otra, no tenemos el porque temerle a Alex, entre las dos podemos hacerle frente. Además eres mi hermana, siempre que me lo pidas te ayudaré. Deja esas memorias atrás y sigamos adelante.

Lo pensé un momento antes de responderle, mi relación con Alexander era algo fuera de lo común y no quería perder la confianza que tenía con mi hermana.

-Recuerdas que te dije que el había roto la varita de mi padre, ¿no? Ahí fue cuando lo conoci... pero bueno, dejemos de hablar de el, no vale la pena. Ya veras que encontrare la manera de curar tu herida y entonces ya no tendrás que pensar nunca más en el -le sonreí, por supuesto que aparte de aprender como deshacer la maldición estaría alejando de Alexander uno de sus juguetes, y me encantaría poder molestarlo una y otra vez.-¿Porque no salimos de aqui y vamos a caminar por el callejón Diagon? Siempre hay cosas increibles y simpaticas que ver, de seguro eso te alegra, no me gusta verte triste.

-Oh bueno... nunca he estado en el Londres Muggle... suena divertido, pero tu tienes que cuidarme, ¿eh?-rei muy divertida por la idea, me emocionaba.-¿Y que nos ponemos? Yo no traje ropa para salir de noche, ¿alomejor tu me podrias prestar?

Me miré en el espejo sin poder creer lo que Persephone había hecho conmigo.

-No puedo creerlo, ¿esa de verdad soy yo?-reí un poco avergonzada-Bueno, y tu te ves espectacular... no se que decir. Entonces, ¿vamos?

Salimos al siempre vivo Londres nocturno. No estaba acostumbrada a andar entre muggles, pero me sentía segura caminando al lado de Persephone, ambas estabamos contentas y eso me daba tranquilidad.

Seguía pegada a mi hermana por cualquier eventualidad hasta que senti el vértigo, me tambalee un poco cuando aparecimos asi que me sujete de ella para no caerme.

-La proxima vez que nos aparezcamos hasmelo saber, ¿quieres? No es algo a lo que este a costumbrada-

La seguí hasta dentro de la discoteque, escuché la música retumbando en mis oidos. Derepente recordé que no teníamos dinero muggle, así que no podríamos comprar nada, pero en corazón de bruja decían que una chica guapa no necesitaba usar dinero para comprar cosas, los chicos lo podían hacer por ellas. Reí un poco.

-¿Y ahora que? ¿Bailamos?-le dije casi gritando a mi hermana en el oido, o si no no habia manera que me escuchara.

(Espero que no les moleste si me uno)

Estaba en la barra tomando un trago, en uno de mis paseos por el Londres Muggle, donde buscaba algo entretenido que hacer que me sacara de la rutina de la mansión de mi padre.
Dos chicas entraron al lugar, nada que hubiera visto antes. Eran ambas muy guapas, una ligeramente más alta que la otra, pero se parecían mucho. -Hermanas...- dije más para mí y me tomé el trago hasta el fondo, levantandome y yendo hacia donde se encontraban para invitarles algo si lo aceptaban.

Me mantuve cerca de mi hermana, entre toda la gente. Podía ver como nos observaban, lo cual no era algo a lo que estuviera acostumbrada. No tenía un odio real hacia los muggles, de hecho, no me importaban mucho, pero era divertido estar ahí y sentir una ligera sensación de poder y superioridad por sobre ellos, al fin y al cabo yo era una bruja. Tomé a mi hermana de la mano y nos llevé a la pista de baile.

-No se bailar muy bien, pero es cosa de moverse, ¿no?-le dije elevando la voz con una sonrisa y un brillo alegre en los ojos.

Comenzamos a bailar, no pude evitar ver como aún más gente nos observaba, hasta que vi a un chico que me parecía conocido y se nos acercó, no lo pude identificar debido a las luces, hasta que estuvo lo suficientemente cerca. ¿Como no iba a conocerlo? Habiamos sido compañeros desde primero.

-¿Nott? ¿Theodore Nott?-lo miré sorprendida y luego reí algo avergonzada por mi ropa-Hola... ¿Qué estás haciendo aquí?