Egos enfrentados [Soph]

Recuerdo del primer mensaje :

Aquella era una tarde comun en todos sus aspectos, el sol del ocaso se filtraba por las ventanas del castillo bañando todo de un color oro, ah esta hora estaba todos los estudiantes en la sala comun, o paseando por los jardines, y los pasillos estaban casi desiertos.
Camine a paso perezoso, con la mirada en los jardines, aquella tarde no habia encontrado nada con que distraer mi hiperactiva atencion, aquello era frustrate, nada, hasta ese momento. Un poco más adelante, en el pasillo, reconocí a una chica, su uniforme la acusaba de Griffindor, pero no necesitaba mirarlo para saberlo, era imposible que me hubiese olvidado de alguien tan divertido como lo era ella, era Sophia, la chica a la que robe dos besos junto al lado en nuestro primer encuentro, la recordaba perfectamente.
Camine hacia ella sin detenerme a mira que estaba haciendo, lo importante es que estaba aqui, y estaba sola, una oportunidad unica.
- Hola cachorrita - dije en tono sarcastico sabia bien que ella odiaba que la llamara asi - Tanto tiempo, ¿Me haz extrañado?

El movimiento de Alexander me tomó por sorpresa, por lo que no tuve tiempo a reaccionar antes de que él me rozara y apartara mi mechón de pelo de mi rostro. Me pareció extraño eso de que ahora tampoco se le ocurriera leer mi mente como la última vez, ¿qué le pasaría ahora? Como sea, era mucho mejor así, sin extraños dentro de ella. Alzé un poco mi ceja derecha y una sonrisa de lado se esparció por mis labios.

- Oh, genial. ¿Sabes qué? El sólo hecho de que eso te resulte tan encantador como para no poder rendirte, hace que yo me asegure todavía más de no dártelo - le dije, ensanchando un poco mi sonrisa. Todavía le devolvía la mirada intensamente y no me había movido ni un centímetro - como si pudiera.

Sonreí aun más, la chica no estaba dispuesta a ceder, me encantaba aquello.
- ¿Es que acaso quieres mantenerme interesado? - le dije con aquel tono mio que se balanceada entre la burla y la seriedad.
- Aun cuando intentes negarmelo, tu tambien lo deseas - Mi mirada era intensa en sus ojos, escudriñando sus ojos, buscando alguna reaccion - Te preguntas como se sentira correr libre, sacarte las cadenas al fin - Me acerque un par de milimetros más, mi respiracion le daba a ella, nuestros rostros realmente cerca, nuestros cuerpos no se rozaban, ahora estaban en contacto, podia sentir su figura pegada a mi pecho - Deseas sentirte libre tanto como yo deseo verte serlo...

Mantuve su mirada frunciendo un poco el seño. Me daba un poco de curiosidad, pero no la suficiente para ceder, por lo menos no por ahora. ¿Ser libre? Por supuesto que yo lo era, el problema radicaba en que mi concepto de libertad era distinto al del chico. Más alla de que me encantaría hacer lo que quisiera sin pararme a pensar si era lo correcto o no.
- ¿Mantenerte interesado? No, en realidad sería mucho mejor si te fueras ahora mismo, pero, sabiendo que no lo vas a hacer, tampoco pienso darte lo que quieres - era muy simple, cuestión de orgullo. Ahora sí lo tenía demasiado demasiado cerca, podía sentir su cuerpo sobre el mío. Acerqué mi rostro un poco más al de él, nuestras narices se rozaban y nuestras miradas se encontraban también más cerca - Por lo tanto, lo siento por ti. - le susurré, sonriendo ligeramente.

Mi sonrisa alcanzo toda su amplitud, la chica esta jugando mi juego, buscando ganar en mi terreno, me pregunte como seria si lo lograra.
- No puedo irme ahora - dije divertido, su rostro estaba tan cerca que al hablar nuestros labios casi se rosaban, la situcion me hizo sentir ligeramente nervioso, algo extremadamente raro en mi.
- Me gustas demaciado cuando empiezas a motrar tus garras para retrodecer - volvi a retomar mi habitual seguridad - cuando lo haces pareces más una leona que una cachorrita.

Observé como sonreía ampliamente y no pude evitar que mi sonrisa se ensanchara un poco también. Claro que podía irse ahora, simplemente no quería. Me di cuenta de que había algo en él, en su mirada, como si por unos segundos viera algo de inseguridad en ella. No sabía si me lo había imaginado o que, porque a los pocos instantes aquello ya había desaparecido. Alzé una ceja.

- ¿Oh si? - pensé durante unos segundos si cambiar de estrategia sería lo conveniente o no - Yo que tú tendría cuidado, no estoy segura si te conviene meterte con una leona.

Nuestras narices se tocaban, sus labios muy cerca de los mios, nuestros ojos cruzando intensas miradas, ella estaba jugando mi juego y lo hacia bien, mejor de lo que crei, me pregunte si solo lo hacia por orgullo o algo más, si lo estaria disfrutando de alguna forma.
- Pues solo hay una forma de saberlo, ¿no? - Alce mi mano y la puse en su mejilla, no con mi tipica brutalidaf, sino con suavidad y deseo contenido , mi dedo pulgar roso sus labios,.

Continué mirándolo directamente a sus profundos ojos, intentando descifrar sus pensamientos, claro que con poco éxito, ya que no había nada visible en él que me permitiera darme cuenta. Noté como acariciaba mi mejilla y luego rozaba mis labios con su dedo, me extrañó eso proviniendo de él. No creia que pudiera ser tan delicado. Aun así impulsivamente - aunque con un suave movimiento - aparté su mano de mi rostro. No estaba segura de exactamente como hacer mi próxima jugada, todavía no.

- O quizás deberás de quedarte con la duda, quien te dice - le susurré con una sonrisa de lado. Esto era divertido.

Su forma de retiarme la mano fie distinta, mas suave, pude ver un cierto brillo en sus ojos que me sugerian que ella tambien se estaba divirtiendo.
Cuando retiro mi mano, atrape su muñeca, y deje que mi mano se deslizara lentamente hasta la de ellla.
- Soy una persona curiosa - le dije con ligereza - ademas, estoy disfrutando demaciado esto para retroceder ahora - susurre aquellas ultimas palabras mientras incline ligeramente mi rostro, acercandome a sus labios, mientra abri ligeramente los mios, el movimiento fue lento, pero me detuve cuando mis labios rosaron los suyos, sin llegar a besarla ni retrodecer de mi posición.

Mi sonrisa se ensanchó un poco. Nuestros cuerpos estaban uno contra el otro, él tenía atrapada mi muñeca izquierda con una de sus manos y nuestros labios se rozaban, mas aún no alcanzaban a besarse. No hice nada para apartarme de él, mis ojos miraban los suyos con una intensidad como nunca antes. Quien diría que en realidad yo también podía disfrutarlo. O, mejor dicho, disfrutar lo que iba a suceder.

- ¿Oh, lo eres? - me mordí ligeramente el labio - Pues, sabes lo que dicen: la curiosidad mató al gato - susurré. Aprovechando que tenía el factor sorpresa y que al parecer Alexander había decidido no leer mi mente en esta ocasión, con mi mano libre saqué mi varita - Petrificus Totalus - dije.

El miembro 'Sophie Quinn' ha efectuado la acción siguiente: Realizar Encantamientos

'Ataque (Duelo)' : 1

Derrepente, estaba petrificado, no habia posibilidad de esquivr un hechizo desde esa distancia, mi menos cuando no lo vi venir.
En mi ojos había sorpresa, y mis labios estaban aun a rosando los de ella, pero yo ya no podia moverme, no imagine que lo haría, aquello me había tomado completamente por sorpresa.

PD: Creo que no hay forma de esquivar un hechizo asi, a esta distancia, ademas, yo no lance cuando te ataque en el lago, pensando justamente que fue de sorpresa y sin tu varita, por esa misma razon, ignoro el 1 y considero que el hechizo me llego.

OFF: como quieras jaja. Yo ya me había preparado para tu defensa e.e pero bueno, dejémoslo asi entonces ^^

Rei para mi adentros, divertido, no, m{as que diertido, extaciado, la cachorra habia mostrado sus garras, largas y afiladas, antes de que se alejara pude ver un aire salvaje en su mirada, peligroso, aquello la hizo ver infinitamente m{as atractiva que cualquier otra chica en este castillo.
La chica se alejo y se fue, yo quede alli, quieto, aquello no me molesto, era un precio bajo que pagar por haber tenido el placer de ver aquel brillo en su mirada, aunque claro, ya tendria oportunidad de jugar nuevamente con sus peligrosas fauces, era de tipo de persona que no se alejaba del peligro hasta que perdia un brazo en eso.