Sello Wishe {Helena}

Un búho enorme y negro entró volando en mi habitación, de mi familia sin duda, nadie más me enviaba búhos para cartearme, llevaba un gran sobre el en pico, y una caja atada a las patas, con la firma típica de los Wishe, un lobo azul, era cómico que siendo yo un licántropo el símbolo familiar fuera un lobo. Por el color cobrizo de la tinta deduje que era de mi abuelo, o de algún familiar extraño. Abrí el sobre, contenía dos pergaminos, uno de ellos parecía gigantesco, el otro, en cambio, era una carta normal, era de mi abuelo, sin duda.

Estimado Dave.

Como bien sabes, tu hermano mayor aprobó satisfactoriamente esta prueba...

¡Oh, no! La prueba no... Seguí leyendo, no tenía más remedio que cumplir órdenes.

... Y se convirtió en un honorable Wishe, tú estás a menos de un mes de llegar a los dieciséis inviernos, y esperamos el mismo resultado que hace diez años, con el ya nombrado hermano tuyo. La prueba de tu hermano fue más simple que esta, pero más peligrosa, o eso creyó él, dado que ha programado el trayecto de tu viaje y él mismo ha colocado varias de las trampas ocultas.
La prueba se basará en recuperar el Sello Wishe de una caverna, esta estará escondida mediante magia en un bosque, infestado de peligrosas criaturas. Tan solo tienes que recuperar el sello, nada más, una vez lo tengas, vuelve, no hace falta que hagas una masacre en el bosque.
Sería recomendable que llevases víveres, y la tan preciada espada que te otorgué hace dos años, la reliquia Wishe, está hechizada de tal manera, que no se romperá si no lo deseas, y solo tú o alguien de tu sangre, puede empuñarla, recuérdalo. También es conveniente que te lleves todo lo que te envío en el paquete.

Mucha suerte.
Y recuerda, todo por el orgullo Wishe.

A veces pensaba que mi familia era más Slytherin por eso de ser tan orgullosa, pero no, éramos todos un puñado de Ravenclaws, orgullosos, sí, pero Ravenclaws.
Seguiría los consejos de mi abuelo, y llevaría lo que me envió. Abrí la caja, en ella había una gran tela negra, con un bordado de un lobo azul aullando a la luna, oh, era una capa de viaje, me sería útil. Busqué bajo esta, oí tintineo, eran frascos de pociones... Poción mata-lobos, me sería útil también, lo más seguro era que pasase allí mucho tiempo, no querría provocar una matanza en el bosque si me tropezaba con un rebaño de ciervos o un grupo de unicornios, seguramente los había.

Busqué bajo la cama la reliquia Wishe, cogí la envainda espada y me la coloqué a la espalda, bajo la capa azabache, estaba un poco nervioso, me enfrentaba a esto solo, llevaba una enorme bolsa resistente, la había reforzado con algunos hechizos, y cabían más cosas de lo que parecían, además, había reducido su peso. Estaba preparado, y podía partir, pero... ¿Cómo iría? Sería buena idea usar un traslador... Sí, haría eso.
Me quité el cinturón una vez fuera, y con la varita, utilicé el hechizo Portus para convertirlo en traslador, no recordaba si era realmente ilegal, pero ya se ocuparía mi familia de todo ello, el traslador estaba hecho para viajar en cinco horas exáctamente, sería buena idea salir fuera de Hogwarts para utilizarlo, pero...

- H-Helena... -Dije sorprendido, no esperaba encontrarme con nadie, ahora tendría que explicar por qué iba vestido así y por que llevaba la mochila, etc...

Ser veela aveces podia resultar divertido, transformarse en multiples animales... la super belleza, las habilidades de combate... realmente parecia divertido si olvidabas su contraparte. Sentir si alguien estaba o se iba a meter en problemas, malo. Los dones profeticos, aburridos. Los poderes curativos, innecesarias cuando se tenia una enfermeria tan cerca. Y la peor de las maldiciones, transformarse en su ser medio ave que lanzaba fuego, no, no era buena informacion para dar en las citas.

Tal vez por ello, al levantarme esta mañana medio dormida y sin darme cuenta empezar a hacer una pequeña bolsa de viaje donde incluyi cosas realmente extrañas, me desperte completamente ¿un cuchillo? El futuro no sonaba nada atractivo.

Habia pensando mucho tiempo si debia salir de la sala comun esta vez, tal vez... si no salia... si no me encontraba con otras personas, el chico o la chica en problemas se meteria en problemas solo, pero al final con un mohin me habia vestido con un pantalon y una blusa blanca. Mis finales con las blusas blancas nunca eran buenas, siempre terminaban destruidas o llenas de sangre.

Lleve el bolso toda la mañana mirando a todos con pereza, por favor... por favor que no fuera el tipo ese que miraba hacia abajo en la torre con tanta admiracio, no otro suicidio mas. Cuando de pronto, senti el tiron, me llamaba. Me resisti por unos segundos, simplemente para molestar a mi naturaleza pues ya estaba decidido que ayudaria a esa persona aun cuando fuese un posible suicida.

Me levante del cesped donde habia estado sentada y limpie la tierra de mi pantalon con una sonrisa ironia, apostaba que al terminar acabaria realmente peor que un poco de tierra. Una vez mi naturaleza me habia llevado a una chica que se habia tratado de suicidar clavandose un cuchillo ¿se imaginan mi aburrimiento al sanar sus heridas? Si lo volvio a intentar nunca lo supe, era una muggle y me llamo angel ¿angel? Lo malo de ser una hada es que no podia actuar mal o al menos, no podia actuar mal si sabia que estaba mal.

Deje que mi instinto me llevara a donde tuviera que ir, habia aprendido eso de mi madre, sigue tu instinto siempre me decia. Me decia que para cazar solo debes dejar ir tu mente y dejar actuar a tu cuerpo, me dijo que uno cazaba con la misma intencidad con la que bailaba... mi madre nunca sospecho que cuando cazara, dulcemente llevara a todos a la muerte. Igual que en mi baile.

Me encontraba en los pasillos cuando encontre a Dave alli, mi instinto palpito lo iba a saludar y seguir mi camino buscando a la persona, pero cuando me llamo supe sin duda que era el a quien tenia que ir. Trate de sonreir, pero no podia ya que el era mi amigo y siempre que yo era llevada a alguien era porque algo malo pasaria... Lo observe, curiosa, se iba de viaje por su aspecto y la espada, eso me hiso sonreir, mas natural.
Me acerque a el y bese su mejilla, me aleje unos pasos de el y con una amplia sonrisa dije.- Bueno, ¿A donde vamos, Dave?.- pregunte, senti el aire a mi alrededor con magia humana, un traslador, genial...- Creo que debemos irnos rapido, tu magia esta en seguimiento y sabran que has hecho ese hechizo y en este lugar... Hogwarts no es un lugar conveniente para ese tipo de hechizos, Dave.

- ¿Qué qué qué?- Pregunté muy sorprendido- ¿Cómo que vamos?... Nunca te pedí que me acompañaras además... -Miré a ambos lados del pasillo, no venía nadie. Tomé su mano y corrí en dirección al bosque, teníamos que salir de Hogwarts antes de cinco horas. Debía explicarle mientras corríamos por el bosque, no tenía tiempo para pararme a hablar.- A donde me dirijo... No es a un lugar tranquilo... No es un paseo por el campo... Me voy a completarme a mi mismo...

Por fin llegamos al final del bosque, sujeté con fuerza al cinturón y se lo tendí para que lo tomara también si realmente iba a venir. Si teníamos que partir antes de cinco horas, prefería hacerlo ahora, di un toque al cinturón con la varita cuando ella lo tomó también, realmente, lo até a su muñeca para que no nos separásemos en el aterrizaje. Noté como un invisible empujón me hizo elevar los pies el suelo.

Tras un eterno momento, comenzamos a descender, abajo se veía una mancha verde enorme y uniforme. Pronto sentí el suelo en mis pies, desaté el cinturón de su muñeca y volví a ponérmelo. Podía notar que habían docenas de criaturas acechándonos.

- Lo has sentido... ¿Verdad?.

Dejé la bolsa en el suelo, con toda la tranquilidad del mundo, y la espada a su lado, comencé a escarbar en la bolsa hasta que di con lo que buscaba, un pedernal, a pesar de tener la varita, tenía prohibido hacer magia fuera de la escuela, por lo que había que hacerlo todo a mano, no me importaba, estaba acostumbrado.
Cogí unas cuantas ramas secas del suelo y algo de yesca, formando una hoguera rodeada de piedras. Tomé el pedernal y prendí la yesca. En unos segundos tenía ante mi una gran fogata.

- Será mejor que montemos un campamento antes de nada.- Dije volviendo a rebuscar en la bolsa, saqué varios palos delgados metálicos y una gran lona marrón.- Lo siento, pensé que vendría solo, tendrás que compartir tienda conmigo... Pero sinceramente, aun no sé por qué has querido venir...

Empezó diciendo que no dejaria que lo acompañara y estaba dispuesta a contradecirlo cuando cambio de opinion, era algo raro, pero siempre que la magia veela actuaba... no me dejaba escapatoria. Tomo mi mano un poco bruscamente, pero no dije nada pues parecia preocupado. Tal vez deberia decirle que funcionaria tanto en el castillo como en los bosques, al fin y al cabo, los bosques contaban con la misma proteccion del castillo, pero decidi no decir nada pues parecia extrañamente preocupado, muy diferente a lo que era usualmente.
Me explico la razon del viaje y mientras me movia agilmente para seguir su paso mis labios formaron una amplia sonrisa, parecia divertido... extraño y peligroso. Siempre me he preguntado porque los humanos no pueden encontrarse a si mismos sentados en un sofa frente al fuego. Entendia, que por mi naturaleza de criatura yo no me sintiera demasiado bien en esos lugares, pero los humanos habian creado ese mundo ¿Por que lo buscaban lejos de el?
Al llegar al bosque me senti mas tranquila, mas como yo, como siempre sucedia cuando estaba en el bosque mis pasos se ajustaron al terreno facilmente. Me extendio el cinturon y lo toque sin dudarlo aun cuando pense negando la cabeza que los magos eran demasiados extraños para su propia salud. Lo ato a mi muñeca y por un momento senti paranoia, tranquile mi respiracion... es tu amigo... el no te encerraria... la sensasion inconfundible de que me jalaban no me tomo por sorpresa, pero aun asi no pude evitar sentirme mal por ella. Odia los trasladores, eso pensaba mientras por lo que a mi parecieron horas, lo peor es que no podia hablar, no, no lo peor era esa sensacion que tenia de no tener control de nada. Cuando me transformaba en la criatura que escondia mi interior podia volar y la sensacion... era de control total, de poder, pero ¿esto? Esto me hacia sentir entre temerosa y furiosa.
Por fin, comensamos a descender, vi el bosque desde el aire y no pude evitar sonreir, al menos estaria en mi lugar. Cai al piso con elegancia, aun cuando mi parte humana queria caerse al piso poco sutilmente. Me desato y respire aliviada, pero eso no duro mucho.
Criaturas, muchisimas criaturas a nuestro alrededor. Me pregunto si lo sentia, pero me parecio innecesario contestar, en cierta forma me preocupe pues nosotros eramos los que estabamos fallando, nosotros estabamos invadiendo su territorio.
Mire unos segundos a Dave que hacia manualmente su gran fogata, tosi suavemente para evitar mi risa. Estaba acostumbrada a que la gente me viera como una chica mas, bonita, pero con nada interesante que pudiera hacer y en cierta forma, esta bien, para eso era mi aspecto, para hacerlos hacer cosas a ellos que yo no queria, pero ¿sabia el que podia prender la mitad del bosque en algunos pocos movimientos? No, yo solo era aqui un lindo adorno.
Di vueltas en el pequeño claro donde nos encontrabamos, mirando entre los arboles y los arbustos los movimientos de nuestros perseguidores, como a casi todas las criaturas, por un tiempo ello los alejaria, esperarian... pacientemente para atacarnos.
Al hablarme, voltee hacia el. Asenti.- Claro... ¿deseas que te ayude a hacerlo?- pregunte, se disculpo por tener solo una tienda, pero yo negue la cabeza.- Esta bien, esta bien, no tengo problemas en dormir contigo.- tecnicamente.... esa no era una pregunta, por lo que podia ignorarlo y no decir ni una razon, pero al final decidi acatarme a la mayoria de la verdad. Alce los hombros, fingiendo indiferencia.- me vas a necesitas, simplemente.
Me escuche y no pude evitar reirme, ¡que vanidad! si, mi mundo era este, pero eso no significaba que el no conociera de esto tambien, era un licantropo y aunque era humano sabia lo peligroso que podia ser.
¿Tienes hambre?- pregunte curiosa.- no pude comer hoy... y traigo algunas cosas, aunque no, no traje una tienda.- le sonrei.- tendras que soportarme contigo y ¡tengo que advertirlo! suelo abrazar a las personas que tengo a lado cuando duermo.

Me negué una vez terminé de hacer la tienda, era lo bastante grande como para cobijar a tres personas, no tendríamos problemas.
- No gracias, creo que debería empezar a buscar cuanto antes, o por lo menos tantear el terreno...
Reí silenciosamente cuando me advirtió, ni que fuera a dormir.
- Oh... Helena, querida, que inocente eres... ¿Dormir? Seguramente me quede haciendo guardia casi todas las noches y no voy a dar ni una cabezada, hasta que haya encontrado lo que busco... Y a todo esto...

Busqué en los bolsillos hasta que encontré el pergamino grande que había traído el búho de mi abuelo, me senté en el suelo y escudriñé el mapa, en él se movían puntos de varios colores, rojos, azules, verdes, amarillos, magentas, blancos, cyan, y por último, detecté dos puntos negros, se suponía que éramos nosotros, no había ninguna leyenda, seguramente me tocaría adivinar que bestia era cada color, al parecer teníamos una pequeña frontera, pues ninguna de los puntos se acercó a nosotros, estaban cerca. Sería mejor rodear el campamento de antorchar.
Guardé el mapa en la bolsa y cogí unas cuantas ramas más cercanas, rompí unos trozos de tela que había traído por si la necesitaba y las impregné de aceite y sumergí en la hoguera, hasta que ardieran, las coloqué alrededor de la tienda a una distancia de aproximadamente 5 metros, aun era temprano pero lo hacía por si algún curioso se atrevía a acercarse, cuando no se podía usar la magia, todo era muy difícil, y había que ser muy cuidadoso con lo que se hacía.

Cogí la espada y me la cargué a la espalda dirigiéndome hacia los límites del campamento, podía oler la curiosidad de las bestias...¿Sería buen momento para investigar cual era cada una? Volví raudo hacia la bolsa, y saqué de ella el mapa del bosque, lo abrí y cogí una pequeña bolsa del interior de la otra, en ella llevaba tinta y plumas. La até a mi cinturón(el cual había sido un traslador) y empecé mi camino hacia un grupo de puntos rojos.

- Helena.- Dije parándome en seco y mirando hacia atrás- Puedes venir si quieres, pero no es nada fácil lo que espera.

Me sumergí en el mar de árboles con la mano en la empuñadura de la espada, mirando alternativamente al mapa y al frente, sin siquiera saber si Helena había decidido acompañarme o no.

Genial. Esta situacion me recordo porque no solia salir mucho con Dave Wishe. El como amigo era encantador y aunque hubiera deseado experimentarlo como
amante, pero no lo habia logrado pues solo podia sospechar que era tan buen amigo como amante, pero si seguiamos asi no sobreviviriamos y no porque una
criatura saliera de la nada a atacarnos, si no porque yo misma lo quemaria vivo para decirle ¿ves? ¿soy... (¿como me habia llamado?) inocente?
Se portaba como si fuera el amo y dueño del bosque y que nada le podria pasar porque bueno, era el, el super licantropo. JAJA todas las criaturas sabian
que los licantropos no eran las criaturas mas aterrorizantes de la "ciudad" tampoco las veelas lo eramos, en realidad, para algunos eramos una rica carne
y se nos cazaba como conejitos para tenernos, pero esos conejitos controlaban el juego y podian volar asi que ¿pollos asesinos? ¿pajaritos tira fuego?
No conteste a ninguno de sus acidos comentarios, es que ¿para que traia una tienda si no iba a dormir? ¿era yo la loca en esto? La tienda ocupaba espacio
y tiempo para hacerla, pero noooooo, yo era la inocente, notese el sarcasmo. Yo podria dormir en la tierra y me sentiria igual o mas comoda que en una
cama king con plumas de ganzo, pero el humano ese me trataba como a una novata en el bosque cuando yo habia vivido el bosque mas tiempo del que el habia
sabido como decirlo. Siendo sinceras, el no era completamente humano, era un licantropo por lo que era parte lobo, pero ya que su naturaleza era una
maldicion y la mia una bendicion, tenia derecho a decir comentarios sarcasticos en mi mente.
Una gran debilidad de las veelas, para agregarlo a mis pensamientos de antes, nuestras emociones pasaban en segundos de amor a odio, de desprecio a adoracion
interesante a veces cuando no te llamaban bipolar o esas cosas. Estaba segura que si el anillo que contenia mis poderes no estubiera firme en mi dedo yo
habria quemado la tienda para divertirme.
Mire el mapa y tube curiosidad, aun no entendia que tenia que buscar en un lugar como este, pero ya que era un mapa supuse que seria una roca magica de magos
donde le dijeran: Cree en ti mismo o Vive con la dedicacion como la que has mostrado en este viaje o alguna tonteria de humanos, ellos eran expertos en
hacer complicado todo lo existente, no sabia si era una debilidad o una virtud ¿que daria yo por dar vueltas a las cosas mas simples?
Tomo la espada y el mapa y se desliso hacia el bosque sin prestar atencion si iba tras de el o no, por unos segundos quise dejarlo ir solo a que se encontrara
solo con la piedra magica, pero la magia que antes habia estado tan callada, se rebelo y me obligo a seguirlo. Suspire y lo segui hacia la boca del lobo
se podria decir literalmente porque senti la cantidad de lobos que habia por alla. Debia ser una reunion secreta, pense y trate de evitar una risa por todo
lo que pensaba en estos momento, algo asi como una reunion para quedar a cuantos conejitos cazarian esta semana y que harian con los deudores.
Meti la mano en mi bolso y despues de rebolberlo un poco(senti la daga mientras lo revisaba) saque un panesillo, no era mi culpa que no hubiera podido comer
por los nervios, mordi pequeños mordiscos y sali de la supuesta proteccion del fuego, mi cuerpo se tenso y casi dejo caer el panesillo, demasiadas criaturas
esperando... demasiadas criaturas y podria jurar que ninunga de ellas estaban juntas por que les agradaban. Venian a cazarnos... o a cazarlo a el, lo cual era
igual de malo porque me sentia en deuda con el. Piensa rapido, pense buscando una opcion, pero lo unico que podia hacer era quitarme el anillo ¿verdad?
rebelar mi ascendencia de criatura no me ayudaria mucho, creo, pero al menos podria lanzar fuego y... tambien convertirte en medio pajaro, me dijo una voz
molesta en mi cabeza, frunci el ceño y mire al chico frente a mi, solo tres personas me habian visto con ese aspecto porque odiaba realmente verme de esa
manera pero dudaba tener otra opcion.
Las ramas crujieron tras de mi y di un gran salto para colocarme a lado de Dave, practicamente era una humana ahora, pero temia quitarme tanto el anillo y
rebelarle la criatura que habitaba en mi que preferi que lo que estubiera alli escondido me comiera, pero al voltear la cabeza no habia nada... ni nadie...
frunci el ceño, pues se sentia como si hubiera algo, pero no podia saberlo...

Me paré en seco de pronto... Todas las criaturas se habían movilizado, como si supieran donde estábamos exactamente, puntos de todos los colores se dirigían a los dos negros que habían cerca del centro, Helena se había puesto a mi lado, yo también lo había oído... No tenía otra opción, habría que luchar, pero antes quería saber que criatura era el punto verde. Los verdes habían tomado mucha ventaja los teníamos sobre nosotros prácticamente, alcé la mirada, en nuestras cabezas habían tres enormes arpías volando en círculos... ¡Oh, genial! Si alguna criatura no sabía que estábamos allí, lo sabría gracias a ellas, eché una fugaz mirada a Helena.

- Ocúpate de ellas, aquí viene un punto amarillo...- Dije mientras esperaba en su dirección. Contaba con que Helena pudiera hacerles algo, seguramente tendría algún truco . Pero el que debía tener ahora algún truco, era yo, un paso tras otro cada vez el suelo temblaba más, el corazón se me encogió al ver lo que tenía delante con claridad, aun que no di pruebas de ello en mi físico.

-Hmmm... ¿Vienes jugar?- Dije con una sonrisa divertida, me hice a un lado la capa negra para tener algo más de movilidad. Su piel era verde grisáceo, y parecía muy gruesa, sus brazos eran grandes como troncos y acaban en manos con dedos rechonchos, y las piernas de elefante parecían esforzarse por poder sostener su peso.- Un trol... Hacía mucho tiempo que no...

No pude terminar de advertirle, cuando un garrote se deslizó hacia mi posición, salté hacia un lado sin mucho esfuerzo, dirigiéndole una mirada de puro odio, eso no había sido nada cortés.

- Ya veo... Atacas al enemigo primero incluso siendo tú quién aparece... El primer ataque siempre debe ser el defensor....- Gruñí acercándome a él lentamente.

Sus negros ojos se habían clavado en mi como si un gato persiguiera a un ratón. No cesé la marcha, aun cuando volvió a levantar su garrote, tenía mucho odio en mi, desenvainé mi espada azulada, pude sentir toda la magia que había en su interior, mi enemigo era grande, necesitaba un ataque potente, el brillo del acero azul se elevó en el aire, y chocó contra el garrote del trol, éste, miraba lo que para él era un alfiler con incredulidad, en mi cara no se volvió a dibujar la sonrisa de diversión que tenían cuando iba a enfrentarme a él clavé mis ojos en los suyos y me aparté el cuello de la capa de la boca.

- Devóralo...

Desde la empuñadura hasta la punta del filo del arma se empezó a liberar más y más energía, que pronto se solidificó en algo parecido a un espíritu ligado a la espada, con forma de lobo. El ser que acaba de hacer su aparición obedeció mi orden y como si de su presa se tratase se dirigió a ella con rabia en la mirada, su garrote explotó en mil astillas cuando lo atravesó el lobo, y su brazo se convirtió de pronto en una mezcla de sangre y huesos rotos con trozos de su carne brotando de su interior. El fantasmal ser lobuno regresó a la espada y la envainé de nuevo, ojalá que Helena no hubiera visto esto, o tendría que explicárselo todo. Me di la vuelta para ver como iba mi compañera cuando sentí una brisa tras de mi, volví la vista hacia allí, no había ni rastro del trol muerto, había desaparecido completamente... ¿Cómo...? ¡Oh! ¡Por supuesto! No son completamente reales, solo son hechizos, aun que podían dañarnos, su garrote había chocado con mi espada, eso significaba que también podría chocar contra mi... Era truco de mi hermano, él fue quién preparó todas las trampas, seguramente las arpías también estallarían en una brisa al "morir".
No podía perder más tiempo en trucos como este si los seres que mataba no eran del todo reales. Seguro que no estaban vivos, solo eran maniquíes con forma y algo de magia infundida para poder moverse.

¿Arpías? Ese era un nivel mayor de molestia. Desde el principio, lo sabia, sabía que esto seria realmente molesto, al fin y al cabo mis misiones como veela no son comer helado de chocolate en una cafetería, mis misiones eran molestas y como todas, esta también lo seria. Ya me iba a tener que olvidar la cena romántica junto a Dave antes de tratar de meterme en su cama.
Las arpías con rostro humano, pero cuerpo de buitres me molestaron pues se parecían tanto a la imagen de la veela que había en mí que junto a Dave no parecía correcto. Volaban en círculos sobre mi y sentí el momento justo cuando me atacarían, mi corazón se acelero y dude por unos segundos, unos segundos que resultaron fatales cuando una de ellas hirió mi hombro, en cierta forma debería agradecerlo, pues había logrado moverme rápido para que no me desgarrara por el cuello.
- ¡Hey, metete con alguien de tu clase!- grite molesta cuando la herida me ardió y sin pensarlo más deslicé fuera de mi dedo el anillo que controlaba mis poderes, al sentir el poder antes contenido libre, gemí de placer, como amaba ser veela no importaba lo que dijeran quien lo dijera, lo amaba. Sonreí soberbia hacia ellas que podían reconocer mi poder.- Ahora si, soy de su clase así que ¿en grupo o individual?- no temí al escuchar el chillido de las tres mujeres, naturalmente, el instinto me llevo a sacar el cuchillo que guardaba cerca de mi cadera, las sentí sobre mi, amenazándome con sus garras, me agache y le clave el cuchillo a la arpía mas cercana, directo al corazón, por costumbre.
Caí al piso y me arrastre prácticamente para deshacerme de las garras de las otras dos, lance una bola de fuego hacia las que quedaban y su control solo el viento solo logro extender el fuego en ellas. Cayeron en picada al piso con un chillido de dolor que fue realmente satisfactorio, aunque debía admitir que haber sido herida por ellas aun cuando fueran mas me había molestado.
Eras humana, me consolé levantándome del piso mirando con indiferencia la herida, las veelas teníamos poderes curativos y lo podía hacer, podía curarme ahora, pero mi mirada busco a Dave. Saco una espada y ataco al troll, no pude entender realmente que había pasado, ¿la espada estaba hechizada? ¿Era realmente un poder humano el que había encerrado a ese espíritu? mis ojos brillaron y me acerque a el, sin pensarlo, debía saber mas, si tan solo pudiera probarlo un poco... lo abraze por la espalda, rodeando su cintura con mis brazos. Mis cabellos se movían suavemente sin ninguna brisa y era de un color rubio que ningún humano podría tener, prefería mi color negro humano, pero adoraba mi fuego y la libertad que se sentía estar sin ninguna barrera, le susurre en su oído.- ¿Que es esa espada, Dave?- pregunte suavemente.
Por unos segundos, pensamiento humano, pensé volver a recoger mi anillo, pero hace tanto tiempo que no me liberaba que no pude obedecer a ese pensamiento, solo un momento mas... solo un momento mas siendo quien soy.

Sentí unos brazos alrededor de mi cintura, era Helena, pero parecía diferente, me fijé bien en sus manos, no llevaba el anillo que solía adornar uno de sus dedos, y notaba una extraña fuerza proviniente de ella, por un momento pensé que sería alguna criatura capaz de transformarse en persona. No, era Helena, su olor era el mismo, pero mucho más intensificado. Suspiré, no quería tener que contárselo, pero si no había más remedio lo haría. Liberé un poco las cadenas que contenía a Loser, mi parte lobuna. No quería ser hechizado por la mirada de una veela, como un humano más.

- Helena, recupera tu forma, o atraerás más criaturas.- Mi voz sonaba algo más seria de lo normal, y lo cierto, era que comenzaba a sentir la presión de Loser, pero era lo único que me libraba de el hechizo de atracción de una veela, que comenzaba a romper mis defensas. Liberé un poco más a Loser, hasta el punto de poder oír su aullido en mi mente. Si lo liberaba un poco más, controlaría mi cuerpo hasta tal punto de destrozar todo lo que había a mi alrededor. Deshice el abrazo de Helena tan rápido como pude y aparté la mirada de ella, volviendo a la normalidad. Jadeé... Volver a la normalidad tras haber liberado a Loser hasta tal punto me dejaba muy agotado.- Volvamos al campamento, ya sé de que color son los trols y las arpías...

Volví caminando al campamento sin volver la mirada a Helena, no sabía si había vuelto a la normalidad, ni como había logrado convertirse en Veela. Una vez llegué hasta el círculo de antorchas, cogí la bolsa pequeña que traje y en un pequeño espacio del mapa, escribí de colo verde oscuro: Trol. Volví a meter la pluma en el tintero, era tinta de la que cambiaba de color al gusto. volví a escribir en el mapa, bajo lo anterior: Arpía. Esta vez fue de un tono más claro.

Miré al cielo, estaba empezando a caer la noche, y no sabía donde estábamos, lejos de Reino Unido, de eso estaba seguro, pues salimos por la mañana y aquí se haría oscuro pronto... Además, era como si el tiempo pasase más rápido... El caso, era que antes de entrar a este sitio sabía perfectamente donde era y me podría haber aparecido, si hubiera sabido como hacerlo. Peor aquí, todo se tornaba borroso a la memoria.
Me acerqué la hoguera que yacía en el centro del campamento, la noche allí podría ser más fría que en los veranos de Inglaterra, dado que no sabíamos ni el lugar exacto donde nos encontrábamos. Mi estómago rugió, sería mejor preparar algo para cenar, al fuego lo mejor que se podía comer era carne, suerte que había traído algo más que frutas.
Busqué en la bolsa un paquete de papel marrón, al abrirlo, había en su interior hielo. Pero demasiado como para solo haber eso. Rebusqué en este y saqué de él dos piezas, que seguramente serían vacuno, pero no estaba muy seguro, fuera como fuese, debía estar delicioso, por que Loser se moría por controlarme tan solo para probarlo él. Saqué de la misma bolsa una rejilla con tres patas, que puse sobre el fuego, a la altura suficiente para que no lo rozase, puse encima las dos piezas de carne, y busqué en los utensilios necesarios en la bolsa, sal, especias, y tenedores, también saqué algo de pan. Esperé a que la carne se cocinara, observando el chisporroteo del fuego.

- ¿Qué tal te va con los chicos?- Pregunté a Helena para romper el silencio incómodo.

Mis ojos se entrecerraron por el fastidio y estuve a punto de transformarme por la ira al ver la indiferencia con la que me trataba, gruñí suavemente como única muestra de mi molestia. Se soltó de mi y cobardemente escapo hacia el campamento. Merlín lo salvara y que lo mantuviera bien pues si no lograba poseerlo destruiría toda vida en el y sin testigos.
La conciencia se introdujo otra vez a mi por unos segundos recordándome el cariño por el y asustada de mi misma corrí hacia el anillo, debía tenerlo. El poder como siempre era un narcótico demasiado fuerte para mi parte humana, lo introduje en mi dedo resistiendo el dolor que me producía el control de mis poderes. Mis ojos se bañaron de lágrimas y tuve que controlarme para no llorar desconsoladamente por todo lo que perdía con ese anillo puesto.
Camine hacia el campamento y observe como mecánicamente preparaba algo de comida, suspirando me senté en el piso a lado suyo con la mirada perdida en el espesor del bosque.
La historia del anillo era complicada por lo que nunca se lo había contado a nadie, era una condena, la única condena que pudieron encontrar para controlar mis poderes y castigarme por ser una asesina, suavemente, sonríe recordando como lo había amado y como había terminado después nuestra historia.
Levante la mirada hacia Dave cuando me pregunto acerco de los chicos.- me va bien… como siempre obtengo mas de lo que quiero y me gusta menos de lo que espero- pensé en sus ojos azules y una sonrisa se extendió en mi rostro, mire a Dave, volviendo a la naturalidad con la que siempre actuaba.- ¿Y esa espada, Dave? No creas que lo olvide.

Di la vuelta a la carne, que empezaba a coger un tono más oscuro, suspiré bajando la mirada, tendrá que contarle todo, sin duda alguna lo había visto y no se olvidaría de ella. Tomé la espada y la desenvainé a la mitad, observando el brillo azul, luego, dirigí mi mirada a Helena, a sus femeninos ojos.
- Esta espada, es el legado Wishe, un arma mágica, que tan solo nosotros podemos empuñar, en su interior reposa un espíritu de un lobo, este nos obedece, sea cual sea la orden la aceptará, por supuesto, solo acepta órdenes de los Wishe, y de quién estos elijan como pareja eterna. La espada tiene miles de hechizos protectores, todos con magia muy antigua, magia arcana. Esta espada no puede desafilarse, y tampoco mellarse o quebrarse, y en el extraño caso de que lo hiciera, solo tendría que pedirle que se reparase. Como seguramente habrás visto, el lobo de su interior ataca a mis órdenes, contra ese trol no necesitaba utilizarlo, pero quería estar seguro de que en este lugar podía hacer que se materializase.
Volví a dar la vuelta a la carne, ya estaba hecha. Cogí algo de pan de la bolsa y una cantimplora llena de agua fresca, habría traído también algo de vino, pero no era muy aficionado al alcohol.
- ¿Cómo lograste acabar con las Arpías?- Pregunté curioso mientras ponía el solomillo entre pan y pan.