Los Nuevos Merodeadores (Cap 1)
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Los Nuevos Merodeadores (Cap 1)
Ok, es el primer capitulo.... nisiquiera se porque suo esto xD ego supongo xD
El tiempo del Fic es de la epoca en que los hijos de Harry van al colegio =P
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-¡Ya deja de silbar Dee!-
Siempre era lo mismo, nunca se podía quedar quieta. Y era algo que exasperaba a Ruby, especialmente cuando no podía traducir la última linea de su tarea de Runas Antiguas para el siguiente día y ya eran las 10 de la noche.
-Oh, vamos Rub, si quieres te puedo decir la traducción y así podemos ir a la cocina de una vez.-
-No se como no engordas, lo único que haces es comer.-le respondió Ruby mientras escribía la última línea al fin.
-Vamos, y no me insultes, hago mas cosas que comer.-
Dionne se levantó de un salto y mientras caminaba, con ese extraño andar suyo que parecía mas un balanceo con saltos que una caminata normal, sacó el viejo pergamino y dijo tocándolo con la punta de su varita “Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas” y salió de la sala común por el agujero del retrato.
-¿Saliendo otra vez Dionne? Que no te vayan a atrapar esta vez.-dijo la señora gorda con una risa contenida.
-¿Porqué dice eso? Yo soy una niña buena que no hace cosas malas.-
Y sonrió con esa sonrisa de ángel que ponía cuando algo malo iba a hacer... o ya había hecho.
-Eso no te lo crees ni tu.-
Ruby le arrebató el mapa luego de decir eso y comenzó a caminar rumbo a la cocina con paso apurado y rostro malhumorado. Dionne la siguió con una sonrisa burlona y jugando en su boca con el aro que tenía en la lengua.
-¿No puedes estarte tranquila?-
-Oh vamos Rub, si frunces tanto el ceño pronto te saldrán arrugas.-
La voz de Dionne era como un silbido cuando susurraba, siempre había sido así. Ruby soltó otro suspiro. Aun no entendía porqué se dejaba ser arrastrada por Dionne a quebrantar las reglas o mas simple aún, porque eran amigas. La mejor manera de describir a Dionne era como un pequeño monito saltimbanqui que no sabía estar quieta, actuar normalmente o no tener hambre a cada momento.
-Hola duendecillos.-
-Son elfos Dee, elfos.- dijo Ruby con una voz cansada
-¡Ama Ames y Ama Clearfield! ¡No deberían venir a este lugar tan sucio!.- dijeron los elfos domésticos a coro.
-Es que teníamos algo de hambre y nos preguntábamos si tenían algo de comer... como unos pasteles o algo así.- dijo Dionne con una media sonrisa y balanceándose.
Ruby entornó los ojos. Probablemente el mejor descubrimiento de Dionne en toda su vida escolar había sido el llegar a la cocina y saber que le darían todo lo que quisiera de comer. Pero esto era una ventaja de cierto modo. La cocina era el único lugar en el colegio en el que nunca iba haber una broma de Dionne Ames.
Luego de guardas suficientes pastelillos, panecillos, queques, bebidas y cosas varias para picar, Dionne se despidió de los elfos domésticos con una sonrisa alegre y salió silbando, con Ruby detrás de ella susurrándole furiosa que si quería que las atraparan y con eso arruinara su reputación de estudiante modelo.
Cuando llegaron por fin a la sala común ya vacía a esas horas(luego de esquivar unas cuantas veces a Filch con su gata molesta y uno que otro profesor) Dionne corrió por las escaleras a la habitación de los chicos de salto en salto y abrió la puerta de la habitación de los estudiantes de Quinto sin escrúpulo alguno. Dio dos largas zancadas y un salto para caer encima de la cama mas alejada de la habitación y con eso se escuchó un chillido de chico debajo de las mantas.
-¿¡Que crees que haces Ames!?-
-Me siento en tu cama para comer pasteles Potter, ¿qué otra cosa podría estar haciendo aquí a esta hora?
-¿No puedes simplemente comerlos en tu habitación?-
-Nah, es mas entretenido despertarte y ver como te quedas dormido encima de las camelias en Herbología mañana.-
-¡Eso fue hace tres años!-
-Pero aun tengo la esperanza de verlo de nuevo, especialmente luego de que estuviste estornudando todo el día y McConell te echó de su clase.-
Ruby llegó al alfeizar de la puerta luego de haber guardado el mapa y encendió las luces mientras entraba tranquilamente cerrando la puerta detrás de ella. Ya todos estaban despiertos en la habitación, excepto Hadrien que debía estar acostándose con alguna chica en algún lugar del castillo o de los terrenos de afuera.
Mientras Potter seguía discutiendo con Ames, Gael se desperezó y se sentó en la cama y miró a Ruby.
-¿Qué hizo esta vez?-
-Hechizó los arbustos lunares para que despierten cuando pasen los de Huffelpuff los agarre de las piernas y los deje suspendidos en el aire.-respondió con tono de desaprobación. Gael rió.
-A mi nunca se me ocurriría algo así.-dijo entre risa y risa.
-Claro que no, somos prefectos, no pensamos en como molestar a las otras casas.
-Mira Potter, parece que esta naciendo el amor entre prefectos. Cuando Rub sea Ministra de Magia le podremos contar esta historia al Profeta.-
El se limitó a asentir con la boca llena de tarta de calabaza. En eso de un golpe se abrió la puerta y entro Hadrien con la camisa desabrochada y con los vaqueros a la cintura.
-¡Hey! ¿Qué celebramos?-dijo con una sonrisa de casanova y completa cara de satisfacción.
-El triunfo de Dee sobre Huffelpuff mañana, ¿a quien te tiraste?-preguntó Potter con cara inquisitiva.
-A tu prima obviamente James, a tu hermana aun le falta pecho.-respondió con una sonrisa burlona al tiempo que se sacaba los zapatos y cogía un pastel.
-Eres lo peor Hadrien Wood, no se como las chicas siguen cayendo por ti sabiendo que será un momento de placer y luego te olvidarás de ellas.- soltó con tono autoritario Ruby.
-¿No será alomejor porque es total y completamente hot, sexy y tiene el mejor cuerpo de todo Hogwarts?-se aventuró Dionne mientras se balanceaba y comía al mismo tiempo. Seguía siendo un misterio para todos como podía hacer eso y no mancharse la ropa en lo mas mínimo.
-Además, anoto el nombre de todas las chicas con las que me acuesto para no repetirme el plato si fue malo o para disfrutarla mas veces si estuvo delicioso.-
Todos rieron menos Ruby que pareció sentir en su ser toda la ofensa que eso significaba para el genero femenino.
-Vamos Rub, no te pongas así, además tengo buenas noticias para todos-dijo Dionne luego de dejar de reír.- Vi a un alumno de séptimo con un libro llamado “Transformaciones Mortales y Prohibidas” hoy en la tarde.
-¿Entonces que estamos esperando para sacarlo de la Sección Prohibida?-preguntó James.
-Pues...-comenzó a decir Dionne, pero fue interrumpida por Gael.
-No esta en la sección prohibida, ¿no? Entonces quiere decir que no es del colegio, sino que lo consiguió por su cuenta y que lo mas probable es que diga algo sobre animagia.-
-¿Como deduces todas esas cosas de la nada? Siempre he pensado que deberías estar en Slytherin o que, en su defecto, eres un espía de ellos-le dijo Hadrien con un tono de burla, a lo que Gael respondió con una risa.
-¿Entonces que hacemos?-preguntó James.
-Ruby se lo va a confiscar mañana.-respondió Dionne, como si fuera ya estuviera decidido.
-¡Ni loca! ¡No me metas en tus locuras!-gritó Ruby al ver esa mirada en los ojos de Dionne que conocía bastante bien, porque era la mirada de “no acepto un no por respuesta”.
-Vamos Rub, tu quieres transformarte en un águila tanto como yo en un chita.-
-Lo puedo hacer yo si quieres Dee.-se ofreció Gael de voluntario. Nunca le decía que no a Dionne. Y a pesar de que era bastante complaciente con todos y siempre sonreía como un padre viendo crecer a sus hijos, Dionne era la única persona a la que le seguía sus locuras y que acompañaría al mismísimo infierno si ella se lo pidiera.
-No, no, tu tienes que estar todos el día conmigo para testificar de que yo no pude haber sido la que causó que Cole se desangrara por la nariz.-respondió ella.
-¿Otra vez el sangrado de nariz? Ya la hiciste tres veces este mes.-le dijo James.
-¿En serio? Bueno, entonces hacele otra cosa.-le respondió ella.
-Espera, ¿tenias planeado de un inicio que yo hiciera el sangrado?
-Claro, tengo que darle tiempo a los profesores para que inventen algún castigo nuevo que ocupar conmigo. ¿O me dices que no puedes hacer un simple conjuro de sangrado de narices lo suficientemente fuerte como para que alcance a desmayarse por falta de sangre?.-
-¡Claro que puedo!.-
-¡Dionne Ames!-Ruby solo le decía así cuando de verdad desaprobaba algo o estaba realmente enojada. En ese caso podría ser cualquiera de las dos. O las dos juntas.-¡No puedes hacer eso! ¡Si lo haces no pienso confiscar ese libro!
-Entonces no lo hago y tu lo confiscas, ¡trato!-
Ruby se maldijo a si misma por caer en una de sus trampas de nuevo. Dionne engulló lo que le quedaba de tarta y dijo un alegre “¡Suerte chicos!” para luego salir corriendo agarrando a Ruby de la mano que trató de seguirle el paso mientras seguía murmurando maldiciones contra ella misma por su estupidez. Los tres se miraron sin entender porque Dionne les dijo eso, pero prometieron devolverle el favor cuando un segundo mas tarde llegó el profesor Cole, jefe de la casa de Gryffindor, y los reprendió a gritos durante media hora por estar despiertos pasada la medianoche y tener bocadillos por toda la habitación. Desde su cama en la habitación de chicas de quinto año, Dionne se sonrió una vez más antes de dormirse completamente al escuchar la dulce melodía de la voz del profesor Cole retumbando por toda la torre de Gryffindor mientras reprendía a viva voz a James, Hadrien y Gael.
El tiempo del Fic es de la epoca en que los hijos de Harry van al colegio =P
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-¡Ya deja de silbar Dee!-
Siempre era lo mismo, nunca se podía quedar quieta. Y era algo que exasperaba a Ruby, especialmente cuando no podía traducir la última linea de su tarea de Runas Antiguas para el siguiente día y ya eran las 10 de la noche.
-Oh, vamos Rub, si quieres te puedo decir la traducción y así podemos ir a la cocina de una vez.-
-No se como no engordas, lo único que haces es comer.-le respondió Ruby mientras escribía la última línea al fin.
-Vamos, y no me insultes, hago mas cosas que comer.-
Dionne se levantó de un salto y mientras caminaba, con ese extraño andar suyo que parecía mas un balanceo con saltos que una caminata normal, sacó el viejo pergamino y dijo tocándolo con la punta de su varita “Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas” y salió de la sala común por el agujero del retrato.
-¿Saliendo otra vez Dionne? Que no te vayan a atrapar esta vez.-dijo la señora gorda con una risa contenida.
-¿Porqué dice eso? Yo soy una niña buena que no hace cosas malas.-
Y sonrió con esa sonrisa de ángel que ponía cuando algo malo iba a hacer... o ya había hecho.
-Eso no te lo crees ni tu.-
Ruby le arrebató el mapa luego de decir eso y comenzó a caminar rumbo a la cocina con paso apurado y rostro malhumorado. Dionne la siguió con una sonrisa burlona y jugando en su boca con el aro que tenía en la lengua.
-¿No puedes estarte tranquila?-
-Oh vamos Rub, si frunces tanto el ceño pronto te saldrán arrugas.-
La voz de Dionne era como un silbido cuando susurraba, siempre había sido así. Ruby soltó otro suspiro. Aun no entendía porqué se dejaba ser arrastrada por Dionne a quebrantar las reglas o mas simple aún, porque eran amigas. La mejor manera de describir a Dionne era como un pequeño monito saltimbanqui que no sabía estar quieta, actuar normalmente o no tener hambre a cada momento.
-Hola duendecillos.-
-Son elfos Dee, elfos.- dijo Ruby con una voz cansada
-¡Ama Ames y Ama Clearfield! ¡No deberían venir a este lugar tan sucio!.- dijeron los elfos domésticos a coro.
-Es que teníamos algo de hambre y nos preguntábamos si tenían algo de comer... como unos pasteles o algo así.- dijo Dionne con una media sonrisa y balanceándose.
Ruby entornó los ojos. Probablemente el mejor descubrimiento de Dionne en toda su vida escolar había sido el llegar a la cocina y saber que le darían todo lo que quisiera de comer. Pero esto era una ventaja de cierto modo. La cocina era el único lugar en el colegio en el que nunca iba haber una broma de Dionne Ames.
Luego de guardas suficientes pastelillos, panecillos, queques, bebidas y cosas varias para picar, Dionne se despidió de los elfos domésticos con una sonrisa alegre y salió silbando, con Ruby detrás de ella susurrándole furiosa que si quería que las atraparan y con eso arruinara su reputación de estudiante modelo.
Cuando llegaron por fin a la sala común ya vacía a esas horas(luego de esquivar unas cuantas veces a Filch con su gata molesta y uno que otro profesor) Dionne corrió por las escaleras a la habitación de los chicos de salto en salto y abrió la puerta de la habitación de los estudiantes de Quinto sin escrúpulo alguno. Dio dos largas zancadas y un salto para caer encima de la cama mas alejada de la habitación y con eso se escuchó un chillido de chico debajo de las mantas.
-¿¡Que crees que haces Ames!?-
-Me siento en tu cama para comer pasteles Potter, ¿qué otra cosa podría estar haciendo aquí a esta hora?
-¿No puedes simplemente comerlos en tu habitación?-
-Nah, es mas entretenido despertarte y ver como te quedas dormido encima de las camelias en Herbología mañana.-
-¡Eso fue hace tres años!-
-Pero aun tengo la esperanza de verlo de nuevo, especialmente luego de que estuviste estornudando todo el día y McConell te echó de su clase.-
Ruby llegó al alfeizar de la puerta luego de haber guardado el mapa y encendió las luces mientras entraba tranquilamente cerrando la puerta detrás de ella. Ya todos estaban despiertos en la habitación, excepto Hadrien que debía estar acostándose con alguna chica en algún lugar del castillo o de los terrenos de afuera.
Mientras Potter seguía discutiendo con Ames, Gael se desperezó y se sentó en la cama y miró a Ruby.
-¿Qué hizo esta vez?-
-Hechizó los arbustos lunares para que despierten cuando pasen los de Huffelpuff los agarre de las piernas y los deje suspendidos en el aire.-respondió con tono de desaprobación. Gael rió.
-A mi nunca se me ocurriría algo así.-dijo entre risa y risa.
-Claro que no, somos prefectos, no pensamos en como molestar a las otras casas.
-Mira Potter, parece que esta naciendo el amor entre prefectos. Cuando Rub sea Ministra de Magia le podremos contar esta historia al Profeta.-
El se limitó a asentir con la boca llena de tarta de calabaza. En eso de un golpe se abrió la puerta y entro Hadrien con la camisa desabrochada y con los vaqueros a la cintura.
-¡Hey! ¿Qué celebramos?-dijo con una sonrisa de casanova y completa cara de satisfacción.
-El triunfo de Dee sobre Huffelpuff mañana, ¿a quien te tiraste?-preguntó Potter con cara inquisitiva.
-A tu prima obviamente James, a tu hermana aun le falta pecho.-respondió con una sonrisa burlona al tiempo que se sacaba los zapatos y cogía un pastel.
-Eres lo peor Hadrien Wood, no se como las chicas siguen cayendo por ti sabiendo que será un momento de placer y luego te olvidarás de ellas.- soltó con tono autoritario Ruby.
-¿No será alomejor porque es total y completamente hot, sexy y tiene el mejor cuerpo de todo Hogwarts?-se aventuró Dionne mientras se balanceaba y comía al mismo tiempo. Seguía siendo un misterio para todos como podía hacer eso y no mancharse la ropa en lo mas mínimo.
-Además, anoto el nombre de todas las chicas con las que me acuesto para no repetirme el plato si fue malo o para disfrutarla mas veces si estuvo delicioso.-
Todos rieron menos Ruby que pareció sentir en su ser toda la ofensa que eso significaba para el genero femenino.
-Vamos Rub, no te pongas así, además tengo buenas noticias para todos-dijo Dionne luego de dejar de reír.- Vi a un alumno de séptimo con un libro llamado “Transformaciones Mortales y Prohibidas” hoy en la tarde.
-¿Entonces que estamos esperando para sacarlo de la Sección Prohibida?-preguntó James.
-Pues...-comenzó a decir Dionne, pero fue interrumpida por Gael.
-No esta en la sección prohibida, ¿no? Entonces quiere decir que no es del colegio, sino que lo consiguió por su cuenta y que lo mas probable es que diga algo sobre animagia.-
-¿Como deduces todas esas cosas de la nada? Siempre he pensado que deberías estar en Slytherin o que, en su defecto, eres un espía de ellos-le dijo Hadrien con un tono de burla, a lo que Gael respondió con una risa.
-¿Entonces que hacemos?-preguntó James.
-Ruby se lo va a confiscar mañana.-respondió Dionne, como si fuera ya estuviera decidido.
-¡Ni loca! ¡No me metas en tus locuras!-gritó Ruby al ver esa mirada en los ojos de Dionne que conocía bastante bien, porque era la mirada de “no acepto un no por respuesta”.
-Vamos Rub, tu quieres transformarte en un águila tanto como yo en un chita.-
-Lo puedo hacer yo si quieres Dee.-se ofreció Gael de voluntario. Nunca le decía que no a Dionne. Y a pesar de que era bastante complaciente con todos y siempre sonreía como un padre viendo crecer a sus hijos, Dionne era la única persona a la que le seguía sus locuras y que acompañaría al mismísimo infierno si ella se lo pidiera.
-No, no, tu tienes que estar todos el día conmigo para testificar de que yo no pude haber sido la que causó que Cole se desangrara por la nariz.-respondió ella.
-¿Otra vez el sangrado de nariz? Ya la hiciste tres veces este mes.-le dijo James.
-¿En serio? Bueno, entonces hacele otra cosa.-le respondió ella.
-Espera, ¿tenias planeado de un inicio que yo hiciera el sangrado?
-Claro, tengo que darle tiempo a los profesores para que inventen algún castigo nuevo que ocupar conmigo. ¿O me dices que no puedes hacer un simple conjuro de sangrado de narices lo suficientemente fuerte como para que alcance a desmayarse por falta de sangre?.-
-¡Claro que puedo!.-
-¡Dionne Ames!-Ruby solo le decía así cuando de verdad desaprobaba algo o estaba realmente enojada. En ese caso podría ser cualquiera de las dos. O las dos juntas.-¡No puedes hacer eso! ¡Si lo haces no pienso confiscar ese libro!
-Entonces no lo hago y tu lo confiscas, ¡trato!-
Ruby se maldijo a si misma por caer en una de sus trampas de nuevo. Dionne engulló lo que le quedaba de tarta y dijo un alegre “¡Suerte chicos!” para luego salir corriendo agarrando a Ruby de la mano que trató de seguirle el paso mientras seguía murmurando maldiciones contra ella misma por su estupidez. Los tres se miraron sin entender porque Dionne les dijo eso, pero prometieron devolverle el favor cuando un segundo mas tarde llegó el profesor Cole, jefe de la casa de Gryffindor, y los reprendió a gritos durante media hora por estar despiertos pasada la medianoche y tener bocadillos por toda la habitación. Desde su cama en la habitación de chicas de quinto año, Dionne se sonrió una vez más antes de dormirse completamente al escuchar la dulce melodía de la voz del profesor Cole retumbando por toda la torre de Gryffindor mientras reprendía a viva voz a James, Hadrien y Gael.
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