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Thomas Lickar

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Mensaje por Thomas Lickar Miér Jul 06, 2011 3:14 am

Nombre:
Thomas Lickar

Edad:
15 años cumplidos el 26 de Febrero.

Descripción física:
En lo primero que se fija una persona cuando se encuentra con Thomas es en su cabello, castaño, que deja denotar lo dorado que fue antaño. Indomable y rebelde en extremo, pero sedoso y suave al tacto y la vista. A pesar de -o tal vez culpa de ello- los fallidos intentos por dominar sus ondas y sus desniveles, cae con gracia sobre su rostro y hombros. Normalmente lleva el flequillo hacia el costado, siendo éste el único aspecto de su cabello que puede controlar, pero igual es inevitable que de la idea de que está desordenado.
Luego de mirar su cabello, es imposible no pasar a sus ojos, azules pálidos. Muy poco expresivos para algunos, muy expresivos para otros. Pero siempre expresando ese cansancio y esa... nada. Dos leves ojeras suelen formase bajo ellos si no ha conseguido dormir bien -lo que sucede muy a menudo-, con lo que la sensación de cansancio se intensifica por momentos. Hay veces en que su mirada adquiere un aire melancólico que le hace preguntarse a uno qué será en lo que el chico está pensando. La pocas veces que se lo puede ver divertido, sus ojos se transforman en un espectáculo digno de observar, dejando ver su lado más tierno y acogedor.
Su nariz y boca son los restantes componentes de su bello rostro, casi infantil. Siempre con esa expresión en los labios que muestran seriedad, distancia, pero nunca frialdad... más bien es como tristeza.
El resto de su cuerpo, de tez blanca y complexión delgada se ajusta a sus facciones. De escasa musculatura y piel suave y clara. Estatura media, lo que transforma su cuerpo en el complemento perfecto para su rostro.
Es normal que lo veas vestido de forma casual y con colores pálidos, que le dan un aire más melancólico aún.
Un pequeño tic nervioso corona su aspecto, es muy común que coloque sus manos dentro de las mangas de su ropa. Es una obsesión, y cuando compra ropa siempre se fija en que pueda hacerlo.
Sus movimientos tienen gracia, lo que lo hace aún más atractivo.


Spoiler:


Descripción psicológica:
Thomas puede parecer extraño para los que lo ven de afuera. Y no están tan errados. Se ajusta perfecto a su historia. No es nada sociable, le cuenta mucho hacer amigos. Además de su timidez, es extremadamente inseguro y tiene un autoestima muy bajo. No comprende, después de cinco años, como es que terminó en la casa de los leones. Como es de esperarse, no tiene muchos amigos, casi ninguno. Y aún dentro de un ámbito donde haya confianza es muy tímido y reservado. Esto puede deberse a su inexperiencia en el trato con personas, se pone nervioso y no sabe de qué hablar o qué hacer. Él prefiere la soledad. Y no se preocupa por ello, nunca conoció otra cosa. Hay veces donde le gustaría que haya alguien con quien pueda hablar, conversar, pasar tarden enteras riendo. Porque aunque no se nota y nadie lo piense, a Thomas le encanta reír.
Siempre va a elegir alejarse de los problemas. Eso de andar rompiendo las reglas no es para él. No piensa mal de los que lo hacen, pero él prefiere estar tranquilo, en su mundo. Odia ser el centro de atención, si fuera por él, sería invisible.
Si le decís que tal persona ha estado preguntando por él, no podrá evitar sorprenderse, ya que le será casi imposible de entender que alguien se interese en una persona como él.
Se pasa horas haciendo la tarea, lo que lo transforma en un buen alumno, aunque no sea el más inteligente. No le gustan los deportes, ninguno de ellos. Es frágil, puede hacerse daño con el mínimo golpe. No es muy sensible, y a pesar de algunas burlas y bromas pesadas dirigidas a él pocas veces se lo verá débil en público, aunque no son pocas las veces donde la situación lo ha desbordado y ha terminado muy mal, aunque siempre se fija de no mostrarse mal si hay gente cerca.
Sobre su familia no hay mucho que decir más de lo que está en su historia, trata de no pensar en ellos estando en Hogwarts. En realidad, estando en Hogwarts, trata de pasar el tiempo como puede, siendo las tareas y el dormir sus principales actividades. Trata de no deprimirse por esto, sabe que en parte es su culpa por ser tan antipático y antisocial.
Hasta su tercer año estuvo enamorado, aunque claro, ni siquiera habló con esa niña ni una vez. cuando ingresó a cuarto la niña ya no le interesaba, se empezó a fijar en otras, pero ninguna le atraía. Fue ahí cuando las palabras de su padre volvieron a flotar en su cabeza y se preguntó si no le gustarían los chicos. Aunque es una pregunta que aún no tiene respuesta.
Sólo besó dos veces en su vida, siendo un total inexperto en el amor.
Muchas veces siente curiosidad por diversos temas, pero pocas veces se atreve a preguntar o a hacer lo que haya que hacer para saciar esa curiosidad.
Es muy fácil intimidarlo, y esto se debe a que desde una actitud agresiva o activa o hasta divertida en extremo pueden a hacerlo. Para evitar que se sienta de este modo, el ambiente tiene que ser distendido, pero sobretodo comprensible. Él no tiene que sentir que algo puede salir mal.
Una vez haga un amigo, le será fiel y leal, pero le costará ser espontáneo o totalmente abierto. Lo ayudará, dejando de lado su cobardía natural.
Llegado el momento, será cariñoso con su pareja, esperando él lo mismo, le gusta que lo mimen y sentirse querido. Algo que sucede muy poco.
Es de pensar siempre lo peor y de ver problemas donde no los hay.


Colegio:
Hogwarts.

Casa:
Gryffindor.

Historia:
Thomas, o Tom, como siempre lo llamó su madre pese a las insistencias de su madre para que no lo haga, nació en Boston, en los Estados Unidos, donde pasó los primeros cinco años de su vida.
Thomas no tiene muchos recuerdos de la ciudad americana, sólo dos prevalecen en su memoria, el primero es de un día lluvioso, en el que corría con sus padres a tomar el tren subterráneo y tropezó por las escaleras, haciéndose daño en el brazo derecho. Recuerda su llanto y la preocupación de su madre. Pero también recuerda la mirada de su padre, esa mirada de enojo y frustración, de ¿no puedes hacer nada bien?
aunque si hubiese sido la mirada solamente, capaz no hubiese prevalecido en su memoria, hubiese sido una más de las mil miradas de enojo, frustración, enojo, desprecio y tanto más que su padre le dedicaba. Pero no. su padre obviamente no se conformó con mirar de tal forma a su hijo, sino que se puso entre éste y su madre -que se había agachado a ver el estado de Thomas-, los agarró a los dos bruscamente del brazo y los obligó a incorporarse.
Le dijo al niño que se callara, ya que Thomas fue incapaz de contener un chillido cuando su padre le apretó el brazo lastimado. Su padre le dijo algo a su madre al oído, tirando imperceptiblemente de su cabello por un momento. Luego de esta escena, los obligó a volver a emerger a la ciudad y caminar bajo la lluvia. Los tres hicieron en silencio el trayecto de cuarenta y tres cuadras.
Esa noche, ya en el pequeño departamento donde la familia vivía, mientras Thomas fingía dormir escuchó como la ira de su padre caía sobre su madre.
Él insiste en interpretar esto como una pesadilla, pero en el fondo sabe que fue real, y nunca se olvidó de las palabras de su padre sobre él y lo que le parecía.
El otro recuerdo de Thomas en Boston es, justamente, el motivo por el cual debió abandonar la ciudad americana junto a su madre, para partir a la Inglaterra natal de ésta.
Unos meses más tarde del incidente del subterráneo, se repitió la noche de violencia. Sus padres siempre peleaban y discutían, mejor dicho, su padre siempre insultaba a su madre y le pegaba. Ella nunca se defendía. Él nunca intervenía, obvio, su instinto de supervivencia lo retenía en su cama siempre que escuchaba los gritos de su padre o el llanto de su madre.
Pero esa noche cambió.
La paliza fue más dura que de costumbre, mucho más dura. en un momento, el Sr. Lickar ingresó violentamente en la habitación de Thomas, arrastrando a su esposa del cabello. Empezó a vociferar con fuerza, señalaba al muchacho, parecía hablarle a su madre. Le echaba en cara el haber engendrado a un inútil y no se qué más. Luego de la muestra de desprecio hacia su hijo, el hombre puso de pie a su esposa de forma brusca, la golpeó y para finalizar, la estampó contra la pared.
A todo esto, Thomas estaba aterrado, con el odio y el miedo conviviendo en su interior, luchando por ver quien tomaba el control de las acciones del pequeño. Y cuando Thomas Lickar vio a su madre desmayada en el suelo, rodeada de sangre, y la conrisa cínica en la boca de su padre, ese odio y miedo se fundieron y crearon un fuego que encendió la mecha para que la ira estalle dentro de su menudo cuerpo.
Se paró de un salto, y llorando gritó insulto y demás a su padre. Temblaba de pies a cabeza culpa de la rabia que sentía, quería detenerse, debía detenerse, pero su cuerpo no lo obedecía. Sabía que estaba por inclinar la inagotable furia de su padre contra él, pero como ya dije, no podía contenerse.
El Sr. Lickar se sorprendió en un principio, tanto por la reacción de su hijo como por el vocabulario empleado por éste -al que reconoció como suyo-. Pero su sorpresa sólo pudo aumentar cuando al acercarse para tomar a su hijo del cuello para que deje de chillar, notó como la habitación temblaba y las luces se entrecortaban. Y antes de que pudiera hacer algo, muchos de los objetos de la habitación volaron hacia él, golpeando su cabeza ferozmente. Ahora Thomas tenía a su padre y a su madre desmayados en el suelo de su habitación.
Con el entendible shock por lo recién ocurrido, el niño sólo apuntó a desplomarse sobre su madre y llorar.
Habría sido imposible para él calcular cuanto tiempo estuvo así hasta que su madre despertó. Saltándonos los detalles de las preguntas de la madre y la sinceridad del niño, hay que decir que esa misma mañana la Sra. Lickar partió hacia su natal Manchester con su hijo y su peor temor vuelto realidad.
Durante el viaje, la mujer le explicó a su hijo todo sobre su origen. Ella misma era una bruja, pero sin varita.
Una vez en Manchester, las cosas parecían que iban a marchar bien para la familia, pero sin poder explicarse Thomas cómo o por qué, su madre aceptó que el Sr. Lickar volviera a vivir con ellos a los doce días de haber huido de él.
Así empezó la nueva vida en Inglaterra. Thomas conoció a su abuela materna, quien le enseñó todo sobre la magia, ya que su madre se negó a hacerlo.
Las cosas con su padre cambiaron un poco. Seguía tratándolo mal, pero sin llegar a los extremos. Lo obligó a entrar a todos los deportes existentes, sin resultados buenos, obviamente.
Thomas empezó Hogwarts cargado de todos los traumas de su pasado, con gran dificultad para relacionarse con los demás y con aterradoras pesadillas.


Poderes especiales:
Su Boggart sería: Su padre asesinando a su madre.
Su Amortentia olería a: Agua salada de mar.
En el espejo de Oesed vería: a él mismo con sus padres, los tres riendo y felices.
Su Patronus es: Una oveja pequeña.

Thomas Lickar
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Gryffindor
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Mensajes : 11
Edad : 28
Localización : Manchester|Hogwarts

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Mensaje por Wizarding World Miér Jul 06, 2011 10:09 pm

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